Daiana Mir, la cient¨ªfica uruguaya que quiere mapear el VIH en su pa¨ªs

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Su motivaci¨®n siempre ha sido la curiosidad. As¨ª de simple. Cuando estaba en el colegio, la doctora Daiana Mir (41 a?os, Montevideo), uruguaya, se debat¨ªa entre estudiar filosof¨ªa o biolog¨ªa. Ambas, cre¨ªa, le ayudar¨ªan a navegar una costumbre que ten¨ªa desde peque?a: ¡°me cuestionaba todo¡±, recuerda. A la final, se fue por la biolog¨ªa y esta semana se convirti¨® en una de las ganadoras del Premio L¡¯Or¨¦al-Unesco por las mujeres en la ciencia que, durante 24 a?os, ya ha reconocido a 122 investigadoras alrededor del mundo.

Al explicar el proyecto en el que trabaja actualmente, y con el que se gan¨® el premio de 20.000 d¨®lares para poder potenciarlo, es bastante descriptiva. Se llama ¡°vigilancia gen¨®mica del virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1 (VIH-1) en Uruguay¡±, pero Mir prefiere contarlo en dos partes. La primera, relacionada con la vigilancia gen¨®mica, consiste en utilizar la secuencia del genoma del virus del VIH para poder comprender c¨®mo ha sido su transmisi¨®n en Uruguay. Es decir, usar las pistas que da el ADN del virus para poder mapear cosas como cu¨¢les son las variantes que hay en Uruguay, en qu¨¦ departamentos est¨¢ m¨¢s presente y en qu¨¦ momentos de la historia, desde que lleg¨® al pa¨ªs, ha predominado una variante u otra.

¡°Al igual que con el Sars-Cov-2 [el virus que genera la covid-19] el VIH tiene distintas variantes, porque los virus en general mutan muy r¨¢pido¡±, comenta la investigadora. ¡°Y hasta el momento, en Uruguay, no se ha realizado ese ejercicio¡±, no se ha dibujado ese mapa sobre el VIH-1, uno de los dos tipos de virus de la inmunodeficiencia humana que hay en el mundo, pero que es el que tiene mayor prevalencia tanto en Uruguay como a nivel mundial.

Lo segundo, es poder secuenciar el virus completo que est¨¢ dentro de pacientes que ya est¨¢n recibiendo tratamiento para poder identificar, exactamente, qu¨¦ mutaciones est¨¢n teniendo y ver si eso podr¨ªa generarles alguna resistencia. Una pieza del proyecto para el que ya se unieron la Universidad de la Rep¨²blica ¨C sede en Salto - instituci¨®n en la que Mir no solo trabaja, sino que hizo su pregrado y su maestr¨ªa, y el Departamento de Laboratorios de Salud P¨²blica del Ministerio de Salud de Uruguay, ya que ellos tienen parte de esas muestras.

El VIH, es el virus que genera el S¨ªndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, m¨¢s conocido como SIDA, que actualmente ha sido identificado en unos 38 millones de personas en el mundo, de acuerdo con ONU Sida. Aunque ya han pasado cuatro d¨¦cadas desde que se detectaron los primeros casos, a¨²n no hay ninguna vacuna o cura contra este. Sin embargo, los f¨¢rmacos antirretrovirales s¨ª permiten que las personas con VIH tengan una esperanza de vida similar a la que una persona no infectada.

Al preguntarle a Mir por qu¨¦ termin¨® involucrada con los virus, la respuesta vuelve a ser tan simple como fascinante. Desde que estaba estudiando biolog¨ªa la cautiv¨® la evoluci¨®n y ¡°los virus permiten ver la evoluci¨®n a tiempo real¡±, comenta. No hay que esperar generaciones o d¨¦cadas para ver los cambios, sino que basta con un par de a?os, incluso meses, para que un virus mute y se adapte mejor a un entorno que est¨¢ tratando de doblegarlo. De nuevo, los linajes del Sars-CoV-2 son el mejor ejemplo de c¨®mo sucede esto.

Para hilar las dudas que su investigaci¨®n le iba generando, Mir hizo una maestr¨ªa en bioinform¨¢tica y m¨¢s adelante, para realizar su doctorado en ingenier¨ªa computacional, viaj¨® a Brasil, a la Universidad Fio Cruz, donde ya empez¨® a trabajar con el VIH. ¡°Yo ten¨ªa muchas ganas de aplicar todo lo aprendido y lo que estaba entendiendo sobre el desarrollo de epidemias a mi pa¨ªs, porque lo hab¨ªa trabajado en varios pa¨ªses, pero no en el m¨ªo¡±, asegura ante la duda de por qu¨¦ regres¨® a investigar en Uruguay.

All¨ª, comenta, adem¨¢s de que no se ha realizado ese mapeo del VIH-1, para julio de 2020 se estimaba que hab¨ªa 14.080 personas viviendo con VIH, por lo que Mir cree que el avance de su proyecto le puede traer grandes beneficios al pa¨ªs. Por ejemplo, para hacer intervenciones de salud p¨²blica m¨¢s acertadas, las entidades pueden cruzar los datos del genoma del virus con otros factores, como educaci¨®n, centros de salud y demograf¨ªa, y as¨ª conocer si los segundos pueden jugar un rol de incidencia sobre el VIH-1.

Volvi¨® a Uruguay a pesar de que hay cifras sobre el apoyo a la ciencia que no son tan esperanzadoras. Ella parece tenerlas grabadas en la mente. Seg¨²n datos del Banco Mundial, comenta, los pa¨ªses en promedio invierten un 2% de su PIB en investigaci¨®n, pero en Am¨¦rica Latina, son contar a Brasil, la inversi¨®n es de apenas 0.7%. ¡°En Uruguay, que somos considerado un pa¨ªs de altos ingresos y todo est¨¢ car¨ªsimo, se asigna apenas el 0.4% del PIB¡±, agrega. Un reto a lo que se suma un problema del que la ciencia no ha podido esquivar: la discriminaci¨®n por g¨¦nero. ¡°Las relaciones dentro de la ciencia no son inmunes a los valores, la psicolog¨ªa y las ideolog¨ªas de la sociedad. Y la desigualdad de g¨¦nero es uno de los factores que estructuran esta sociedad y la ciencia, definitivamente, no escapa de esta influencia¡±, es como prefiere cerrar la conversaci¨®n.