Ensayos, giras y rock and roll para superar las barreras de la discapacidad
¡®Todos Hacemos M¨²sica¡¯ promueve la inclusi¨®n a partir de experiencias musicales. La ONG argentina tiene tres bandas con una nutrida agenda de conciertos, encuentros p¨²blicos y capacitaciones
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En una ma?ana l¨ªmpida de s¨¢bado, Ralf Niedenthal comienza lentamente el ritual de peque?as tareas que convierte a un aula en una sala de ensayos de una banda. Mueve los bancos y las mesas. Ubica las consolas. Desenreda una mara?a de cables. Acomoda una pizarra que nadie usar¨¢ porque hay poco que explicar. Al cabo de una media hora, todo est¨¢ listo para esperar a los integrantes de Los Sabadabad¨² en Olivos, una localidad del partido bonaerense de Vicente L¨®pez, en Buenos Aires.
El grupo, que en unos minutos comenzar¨¢ a tocar cl¨¢sicos de Pappo, Soda Stereo y Virus, es una de las formaciones de Todos Hacemos M¨²sica, una ONG que promueve la inclusi¨®n de las personas con discapacidad a trav¨¦s de experiencias musicales. El proyecto, que naci¨® hace 16 a?os, tiene una intensa actividad de zapadas musicales en parques y plazas, conciertos, giras nacionales y discos a punto de salir. Y un centenar de personas que pasan por la instituci¨®n como beneficiarias o colaboradoras, que aportan desde una sesi¨®n de fotos a veh¨ªculos para traslados, entre otras cosas.
¡°Soy musicoterapeuta y trabaj¨¦ en un lugar llamado Centro Camino, que se dedica al tema en Buenos Aires¡±, cuenta Niedenthal, director y fundador de la ONG. ¡°Una de las cosas que siempre me llam¨® la atenci¨®n es el potencial musical de mis pacientes. All¨ª comenc¨¦ a pensar en hacer algo con eso. Al principio, organizamos conciertos para unas 50 personas, en su mayor¨ªa familiares. Sin darme cuenta, ese fue el germen de la idea¡±.
Los videos del proyecto Playing For Change, que busca conectar al mundo a trav¨¦s de la m¨²sica, sirvieron de inspiraci¨®n para dar el primer paso. ¡°Cuando los vi, dije: ¡®Quiero hacer eso, pero con personas con discapacidad¡±, agrega. ¡°En 2011, comenzamos a hacer los videos y en la pandemia aprovechamos el recurso al m¨¢ximo. Al cabo de unos a?os, la gente comenz¨® a acercarse con la idea de ayudar. De repente, ¨¦ramos 30 personas. As¨ª nacieron las primeras reuniones y el voluntariado, que a¨²n hoy sigue vigente¡±.
El ¨²nico requisito para ser beneficiario de Todos Hacemos M¨²sica es tener pasi¨®n por la m¨²sica. La ONG, que se financia con donaciones de particulares y empresas, no tiene una sede formal pero utiliza un espacio cedido por un centro de formaci¨®n del municipio de Vicente L¨®pez. Participan personas con y sin discapacidad; hay integrantes con alg¨²n d¨¦ficit intelectual, par¨¢lisis cerebral, autismo, S¨ªndrome de Down, ceguera¡ Est¨¢n abiertos a recibir personas con todo tipo de cuadros cl¨ªnicos, patolog¨ªas o condiciones.
Los Sabadabad¨², que ahora frenan el ensayo para recibir indicaciones de Niedenthal, son una de las bandas de la ONG, junto a otras que bautizaron Jade y THM Band. Tienen una nutrida agenda de shows, presentaciones en empresas y escuelas y otros compromisos, como los ensayos y la grabaci¨®n de discos propios, que son producidos por profesionales y tienen como invitados a artistas reconocidos. La premisa no s¨®lo es la inclusi¨®n sino tambi¨¦n apuntar a la excelencia.
¡°Tambi¨¦n contratamos a sesionistas para tocar en los lugares donde nos invitan y pagamos la formaci¨®n de algunos de nuestros beneficiarios. Est¨¢ perfecto que nos exijan sonar bien porque sino estar¨ªamos dando l¨¢stima. Queremos que la discapacidad no sea sin¨®nimo de mediocridad. La m¨²sica no s¨®lo los acompa?a y sostiene, adem¨¢s les permitirle expresar cosas que no pueden con la palabra. Tambi¨¦n brinda la posibilidad de una salida laboral¡±, agrega Niedenthal.
Diego Stanley lleva cinco a?os en la fundaci¨®n, pero casi una d¨¦cada como m¨²sico callejero. Canta, toca instrumentos de percusi¨®n y arm¨®nica en los vagones de la L¨ªnea D del subte (metro) de Buenos Aires. El a?o pasado, lanz¨® el videoclip de la canci¨®n Dejar atr¨¢s, que compuso junto a Niedenthal. La canci¨®n es preciosa y lo muestra a ¨¦l caminando por las calles. Y viviendo algunas de las dificultades cotidianas de las personas ciegas en una ciudad hostil, aunque tambi¨¦n da un mensaje de amor y esperanza.
¡°Es un proyecto que me llena y permite darme cuenta de muchas cosas. Por ejemplo, yo soy una persona ciega, que a veces se queja porque le cuesta cruzar una calle. Pero hay compa?eros con otras discapacidades. Un pibe de la ONG s¨®lo puede mover los dedos de los pies; as¨ª maneja la computadora y hace los dise?os y videos para las redes sociales de las bandas. Aprend¨¦s a valorar m¨¢s y a vincularte rompiendo barreras¡±, dice Stanley, que sufri¨® una retinopat¨ªa vinculada a la prematurez extrema. ¡°Nac¨ª con seis meses y trece d¨ªas¡±, cuenta.
El m¨²sico habla de achicar las brechas; acortar esa distancia que ponemos a veces los seres humanos, con o sin limitaciones. Para lograrlo, son fundamentales las improvisaciones musicales que hacen en parques y plazas, a las que llegan voluntarios, beneficiarios y curiosos, que se acercan con sus instrumentos o s¨®lo a escuchar.
¡°La gente se suma a tocar y cantar con nosotros, que siempre buscamos hacer bandas inclusivas. Es una gran cosa que se nos pague a los m¨²sicos porque sentimos que estamos trabajando y que se valora nuestro tiempo, predisposici¨®n y preparaci¨®n. Para m¨ª es un extra de dinero, que me permite sumar al trabajo como m¨²sico en el subte¡±, agrega.
Gabriel Federico es musicoterapeuta con m¨¢s de 25 a?os de experiencia y puede hablar con conocimiento del impacto del proyecto en la vida de las personas. Fue docente de Niedenthal en la facultad y luego, cuando ya era un profesional, le confi¨® la atenci¨®n de su hijo, que sufre par¨¢lisis cerebral.
¡°En el abordaje de la musicoterapia, siempre se trabaja puertas adentro de los consultorios. Todos Hacemos M¨²sica demuestra de una manera sincera todo lo que pueden hacer quienes tienen alguna limitaci¨®n funcional. Siento que es honesta la forma de hacer m¨²sica y el deseo de las personas. Si est¨¢n las ganas y la persona muestra una m¨ªnima se?al de que puede hacer algo, seguramente podr¨¢ llevarlo a cabo con instrumentos o con el uso de la tecnolog¨ªa. ?se es el eje central del trabajo¡±, dice Federico.
El intercambio con otros a partir de la m¨²sica mejora la concentraci¨®n y la conducta, apunta el especialista. Pero adem¨¢s de las cuestiones m¨¦dicas, el impacto emocional en quienes participan y en sus familias es notable. ¡°Hay gente que no sabe c¨®mo vincularse con un familiar que tiene una discapacidad. Las zapadas que ellos hacen muchas veces terminan con todos bailando, ri¨¦ndose y cantando. Eso ayuda much¨ªsimo a la calidad de los v¨ªnculos humanos. Hay chicos a los que les cuesta estar con otros. Con las propuestas musicales, trabaj¨¢s los tiempos de espera y de escucha. Como todos ¡®suenan¡¯, ten¨¦s que coordinar ese mundo musical¡±, finaliza.
Los Sabadabad¨² est¨¢n terminando el ensayo. Ralf logra una gran empat¨ªa en el trato. Les pregunta con profunda sinceridad c¨®mo est¨¢n y c¨®mo fue su semana. Alguien le cuenta que cambi¨® de psic¨®loga. A uno que est¨¢ de mal genio le habla de la actitud frente a la vida. Elogia el color de la ropa de otro de los m¨²sicos.
¡°?Sab¨¦s lo que significa para ellos hacer una gira? Un veh¨ªculo los pasa a buscar, salen de una vida rutinaria -suelen estar en casa y muchas veces sin trabajo- y viajan para hacer m¨²sica. Y adem¨¢s se les paga. Porque ah¨ª tambi¨¦n est¨¢ la inclusi¨®n. No importa si desafin¨¢s o si te sale mal un ritmo¡±, dice Niedenthal.
Antes de irse a sus casas, los m¨²sicos interpretan una vez m¨¢s Ruta 66, un rock and roll de Bobby Troup que en Argentina hizo famoso el guitarrita Pappo. Los Sabadabad¨² suenan con power rockero. Se los ve felices. En un mediod¨ªa soleado de s¨¢bado, quedan flotando en el aire esos versos de la canci¨®n que dicen: ¡°En este viaje todo lo podr¨¢s hacer¡±.
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