El g¨¦nero se cuela en la COP28: ¡°Las mujeres somos m¨¢s vulnerables al cambio clim¨¢tico¡±
Mientras en los documentos elaborados en 1992 ni aparec¨ªa la palabra, actualmente hay m¨¢s de 100 decisiones clim¨¢ticas que la mencionan. Solo 15 de los 133 l¨ªderes que llegaron a Dub¨¢i eran mujeres. Esto piden los grupos feministas
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En la cumbre del clima COP28 de Dub¨¢i, parecer¨ªa que el g¨¦nero es un tema marginal. Es fuera de los salones de negociaci¨®n, en los pabellones y en los pasillos en donde se escuchan palabras como econom¨ªa del cuidado, justicia clim¨¢tica y llamados que recuerdan que sin el feminismo no hay lucha contra el cambio clim¨¢tico.
¡°Nuestra b¨²squeda, la del movimiento de mujeres y de g¨¦nero, es que estos espacios sirvan para realmente lograr una transformaci¨®n sist¨¦mica¡±, explica la colombiana Gina Cortes, miembro del Gender and Women Constituency, uno de los nueve grupos de observadores oficiales de la Convenci¨®n Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico (CMNUCC). ¡°S¨ª, las mujeres somos m¨¢s vulnerables ante el cambio clim¨¢tico, pero no porque espont¨¢neamente sea as¨ª, sino porque el sistema nos ha vuelto m¨¢s vulnerables¡±.
Las interrelaciones entre el g¨¦nero y el cambio clim¨¢tico son varias. Pero siendo esta una COP donde se est¨¢ hablando bastante sobre la financiaci¨®n, vale la pena dar alguna informaci¨®n sobre c¨®mo los recursos para enfrentar el cambio clim¨¢tico llegan escasamente a las mujeres. Seg¨²n datos compilados en un reporte del Global Gender and Climate Alliance, solo el 0,01% de toda la financiaci¨®n mundial apoya proyectos que abordan al tiempo el cambio clim¨¢tico y los derechos de las mujeres, y, para 2015, la representaci¨®n femenina de los principales fondos para el clima apenas alcanzaba el 22%.
Otros informes, como los publicados por el Panel Intergubernamental de Cambio Clim¨¢tico (IPCC), tambi¨¦n hacen una advertencia en la misma v¨ªa. ¡°Los medios de subsistencia individuales se han visto afectados, por ejemplo, por la destrucci¨®n de viviendas e infraestructuras y la p¨¦rdida de propiedades e ingresos, salud humana y seguridad alimentaria, con efectos adversos sobre la equidad social y de g¨¦nero¡±.
En los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, la situaci¨®n incluso podr¨ªa ser m¨¢s cr¨ªtica. En la regi¨®n, el cambio clim¨¢tico acent¨²a otros problemas que ya viven las mujeres como la pobreza, el poco acceso a la salud y a la educaci¨®n, la migraci¨®n e, incluso, hace m¨¢s dif¨ªcil el trabajo en el campo. ¡°Las mujeres, sobre todo las ind¨ªgenas, muchas veces desconocemos que estos fondos financieros clim¨¢ticos existen porque la informaci¨®n no llega¡±, cuenta Sara Omi, abogada e ind¨ªgena embera de Panam¨¢. Por eso, una de las misiones que tiene el movimiento durante esta cumbre es asegurarse de que, por lo menos, en los principales textos de decisi¨®n que produzca la COP28 se reconozca que las mujeres son uno de los grupos m¨¢s vulnerables al cambio clim¨¢tico, as¨ª como que se hable de acciones con enfoque de g¨¦nero.
El g¨¦nero en los textos
En el mundo de las negociaciones clim¨¢ticas parece existir una obsesi¨®n sobre qu¨¦ palabras se incluyen o se borran de los documentos finales. No en vano, uno de los puntos m¨¢s ¨¢lgidos que a¨²n se est¨¢ debatiendo durante esta COP28 es si se har¨¢ menci¨®n a abandonar los combustibles f¨®siles (conocido en ingl¨¦s como phase out), disminuirlos (phase down), o si, para sorpresa de muchos, no se mencionara nada al respecto. ?Pero c¨®mo se ha colado el tema de g¨¦nero en las negociaciones clim¨¢ticas, por lo menos en los textos?
En el borrador del Balance Mundial publicado el 8 de diciembre, que se podr¨ªa interpretar como el documento m¨¢s esperado de esta COP28 ya que no solo dir¨¢ qu¨¦ tan atrasada est¨¢ la acci¨®n clim¨¢tica desde que se firm¨® el famoso Acuerdo de Par¨ªs, sino que apuntar¨¢ a c¨®mo mejorarla, la palabra g¨¦nero aparece seis veces: en el pre¨¢mbulo del documento, en adaptaci¨®n, en p¨¦rdidas y da?os (dos veces), en cooperaci¨®n internacional, y en la parte del texto que da recomendaciones sobre c¨®mo seguir adelante. Esta ¨²ltima parte, sin embargo, comenta la ruandesa Scovia Ampumuza, facilitadora del programa Resonate, es la que tiene m¨¢s opciones de ser eliminada del texto. Espec¨ªficamente, dice que ¡°alienta a las partes a aplicar pol¨ªticas y medidas clim¨¢ticas que tengan en cuenta las cuestiones de g¨¦nero, respeten plenamente los derechos humanos y empoderen a los j¨®venes y los ni?os¡±.
Pero no siempre fue as¨ª. La CMNUCC, algo as¨ª como la ¡°cuna¡± donde se albergan estas negociaciones y que se cre¨® en 1992, fue calificada como ¡°ciega ante el g¨¦nero¡±. En su texto, que supera las 20 p¨¢ginas, las palabras g¨¦nero o mujer jam¨¢s se mencionan. Con el tiempo, sin embargo, el lenguaje empez¨® a cambiar. La organizaci¨®n Gender Climate Tracker ha hecho un an¨¢lisis juicioso del asunto. Tras rastrear varios documentos, han encontrado que en 120 de las decisiones que se han tomado bajo esta Convenci¨®n se menciona la palabra g¨¦nero o mujeres: en el ¨¢rea que m¨¢s aparece, parad¨®jicamente, es en financiamiento (con 30 decisiones), y en la que menos sucede es en adaptaci¨®n (con 23 decisiones).
El problema, como comenta la jamaiquina Ayesha Constable, fundadora de GirlsCare y miembro del Global Fund for Women, es que el n¨²mero de veces que aparecen estas palabras en un texto no son necesariamente un indicador de que exista un avance. ¡°Aunque hemos visto que en los textos las palabras como g¨¦nero y mujeres se utilizan m¨¢s, esto no se refleja en la forma c¨®mo se est¨¢n tomando las decisiones a nivel internacional o dentro de los mismos pa¨ªses¡±. La historia, tambi¨¦n cuenta, se ha repetido en los compromisos clim¨¢ticos que los pa¨ªses elevan ante las Naciones Unidas. ¡°Vemos la palabra hasta 50 veces en los textos, que podr¨ªa ser hasta el doble que hace diez a?os, pero pareciera que es simplemente una palabra que lanzan en los documentos, sin tener un real impacto¡±.
M¨¢s renovables, menos combustibles y m¨¢s g¨¦nero
La COP28 llevaba apenas tres d¨ªas de haber comenzado, cuando se conoci¨® que m¨¢s de 100 pa¨ªses se hab¨ªan comprometido a triplicar la capacidad mundial de energ¨ªas renovables para 2030, una meta que el mismo presidente de la COP28, Sult¨¢n al Jaber, hab¨ªa puesto sobre la mesa y que, por lo menos, de forma no vinculante, parece haber logrado. Casi al mismo tiempo, pero con muchos menos reflectores y apenas respaldada por 60 pa¨ªses, en la COP28 tambi¨¦n se lanz¨® la Asociaci¨®n de Transiciones Justas y Acci¨®n por el Clima con perspectiva de g¨¦nero, un documento que, hasta ahora, ha sido firmado por s¨®lo 12 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe.
¡°Desde la COP27, en Egipto, se ven¨ªa presionando para que se hablara de una transici¨®n justa y con enfoque de g¨¦nero¡±, explica Micaela Guillen Ram¨ªrez, coordinadora del Movimiento Ciudadano de Intercambio Clim¨¢tico de Per¨² y parte del Climate Action Network para Latinoam¨¦rica. ¡°La Organizaci¨®n Internacional del Trabajo calcula que alrededor de 1.200 millones de puestos de trabajo, que representan el 40% de la mano de obra del mundo, est¨¢n en peligro por el cambio clim¨¢tico. Y se prev¨¦ que las mujeres ser¨ªan las m¨¢s afectadas¡±.
La asociaci¨®n que fue anunciada y cuya implementaci¨®n deber¨¢ ser revisada en tres a?os ¨Cdurante la COP30¨C tiene tres pilares: ¡°lograr crear datos de mejor calidad para apoyar la toma de decisiones en la planificaci¨®n de la transici¨®n, obtener flujos de financiaci¨®n m¨¢s eficaces para las regiones m¨¢s afectadas por el cambio clim¨¢tico, y garantizar acceso a la educaci¨®n, formaci¨®n y capacitaci¨®n para apoyar el compromiso individual en las transiciones¡±.
Se trata, de nuevo, de algo que a¨²n podr¨ªa quedarse corto. De un anuncio que, al final, lo que da simplemente es una br¨²jula pol¨ªtica. ¡°Lo que quisi¨¦ramos es que en el Balance Mundial no solo se reconozcan los efectos diferenciados de las mujeres por el cambio clim¨¢tico, sino que se d¨¦ se?ales para que cualquier transici¨®n energ¨¦tica que se haga tenga enfoque de g¨¦nero¡±, comenta Cort¨¦s. ¡°Lo ideal es que cualquier texto que hable de triplicar las energ¨ªas renovables y abandonar los combustibles f¨®siles tenga tambi¨¦n menciones de econom¨ªa del cuidado y protecciones sociales¡±. Algo que, por el momento, no est¨¢ sobre el texto.
Las estructuras de las cumbres siguen siendo masculinas
La historia se repite en todas las cumbres del clima. A la hora de tomar lo que llaman ¡°la foto de familia¡±, en la que se re¨²ne a los l¨ªderes mundiales que asisten a las COP durante los primeros d¨ªas, queda en evidencia que la mayor¨ªa son hombres. Y esta COP28 no fue la excepci¨®n: de los 133 l¨ªderes que llegaron, s¨®lo 15 eran mujeres. ¡°Aunque no hay datos oficiales sobre las delegaciones, tambi¨¦n se cree que las mujeres son una minor¨ªa, lo que no ayuda a impulsar la agenda de g¨¦nero¡±.
No se trata de algo a lo que Naciones Unidas, a pesar de todo, no le haya puesto la cara. Desde 2014, se lanz¨® un programa para promover el equilibrio de g¨¦nero en las negociaciones clim¨¢ticas y, durante la COP25, que se termin¨® realizando en Madrid en 2019, se renov¨® esta idea al proponer la creaci¨®n del Plan de Acci¨®n de G¨¦nero que, en teor¨ªa, deber¨¢ ser revisado en la COP29.
El ¨²ltimo documento sobre este plan, firmado en la COP27, hace referencia a estos vac¨ªos en el coraz¨®n de las propias cumbres. Por ejemplo, se ¡°invita¡± a las futuras presidencias de las COP a que ¡°propicien un mayor equilibrio de g¨¦nero en las delegaciones nacionales¡± y a los organizadores de eventos a que ¡°promuevan una participaci¨®n equilibrada en cuanto al g¨¦nero¡±. Tambi¨¦n ¡°alientan¡± a los pa¨ªses, entidades p¨²blicas y privadas a que refuercen la receptividad de la financiaci¨®n para el clima a las cuestiones de g¨¦nero¡±.
Los datos, por el otro lado, apuntan a que no ha existido mucho avance. La participaci¨®n va a pasos peque?os. Gender Climate Tracker tambi¨¦n reporta que mientras en 2009 el 30% de las delegadas eran mujeres, la cifra solo subi¨® a 38% para 2021, e incluso cay¨® ligeramente el a?o pasado, en la COP27, con 35% mujeres delegadas.
Desde que se firm¨® el Acuerdo de Par¨ªs - en el que s¨ª se habla de temas de g¨¦nero, mencionando esta palabra tres veces - solo una mujer ha sido nombrada presidenta de estas cumbres: la chilena Carolina Schmidt Zaldivar, quien lider¨® las negociaciones durante la COP25.
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