Un oasis de m¨²sica frente al caos y bandas escoltadas: Hait¨ª celebra el festival internacional de jazz
El encuentro musical junt¨® a una veintena de bandas y a m¨¢s de 6.000 asistentes en Puerto Pr¨ªncipe, una ciudad en la que solo aumenta la inseguridad y los secuestros. ¡°La m¨²sica siempre ha sabido consolar¡±, dijo la ministra de Cultura
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Milena Sandler se pens¨® mucho si organizar este a?o tambi¨¦n el festival internacional PapJazz en Hait¨ª. ¡°No solo en Hait¨ª¡±, matiza, ¡°en Puerto Pr¨ªncipe¡±. Y es que esta ciudad se ha convertido en el epicentro de la violencia, secuestros y el control absoluto de las bandas criminales que rigen el pa¨ªs desde el asesinato del presidente Jovenel M?ise, en 2021. Pero las ganas de escuchar buena m¨²sica ganaron: ¡°Este pa¨ªs necesita m¨¢s que nada un poco de normalidad, quisimos darles eso. Este es el festival de la resistencia a la violencia¡±. El encuentro, que se cancel¨® o se mud¨® de sede las ¨²ltimas dos ediciones, sustituy¨® los espacios p¨²blicos por hoteles y los ocho d¨ªas de conciertos por cuatro, pero consigui¨® que los teclados y la percusi¨®n eclipsaran la inestabilidad de un pa¨ªs en ruinas.
La ministra de Cultura de Hait¨ª, Emmelie Proph¨¨te, aprovech¨® la ocasi¨®n para elogiar este tipo de iniciativas. ¡°La m¨²sica siempre ha sabido consolar y, sobre todo, encontrar las palabras justas para imprimir esperanza a las penas perdidas. Todos los que concibieron la idea de un festival de jazz en Hait¨ª dieron lo mejor de s¨ª mismos para transformar este proyecto en un acontecimiento prestigioso y educativo. Son momentos musicales que encantan y sorprenden¡±, dijo. El festival, organizado por la Fundaci¨®n Haiti Jazz con el patrocinio del Ministerio de Cultura y Comunicaci¨®n, incluy¨® tambi¨¦n talleres para m¨²sicos j¨®venes y ni?os, proyecci¨®n de pel¨ªculas e incluso talleres de sensibilizaci¨®n medioambiental.
As¨ª que, a pesar de la inseguridad en el pa¨ªs, se llev¨® a cabo la 17¡ã edici¨®n del festival. Entre el 25 y el 28 de enero, el pa¨ªs vivi¨® una especie de oasis de sonidos tra¨ªdos de una decena de pa¨ªses del mundo. Camer¨²n, M¨¦xico, Cuba, Espa?a, Estados Unidos¡ El jazz internacional inund¨® los cuatro escenarios principales, los after hours y las jam session nocturnas para olvidar por unos d¨ªas la crisis que asola al pa¨ªs m¨¢s pobre de Am¨¦rica Latina y el Caribe. ¡°Siento que hab¨ªa una energ¨ªa tan grande de que saliera bien, que no solo fue tranquilo y no hubo incidentes, sino que ni siquiera nos llovi¨®. Fuimos bendecidos¡±, cuenta la organizadora.
Pero esta bendici¨®n de la que habla tuvo mucho que ver con la preparaci¨®n y las medidas de seguridad que tomaron. La polic¨ªa nacional, la tur¨ªstica y la seguridad privada contratada por el festival escoltaron a las m¨¢s de 20 bandas asistentes desde que aterrizaron hasta que volvieron a subirse en el avi¨®n. Coches blindados y armados y guardaespaldas para cada uno de los m¨²sicos fueron algunas de las precauciones que se tomaron para que violencia no ti?era los cuatro d¨ªas de festival. ¡°Nos cost¨® much¨ªsimo dinero, lo asumimos nosotros, pero vali¨® la pena¡±, asegura Sandler.
Otra de las medidas tomadas fue acortar de ocho a cuatro d¨ªas la duraci¨®n de un evento que cumple su decimos¨¦ptima edici¨®n en un momento especialmente dif¨ªcil para Hait¨ª: las bandas armadas siembran el terror en las calles y desde hace meses se suceden las manifestaciones que piden la salida del primer ministro haitiano, Ariel Henry, que qued¨® a cargo cuando mataron a M?ise y que no ha cumplido con el deber de celebrar unas elecciones que llevan tres a?os de retraso. Hait¨ª est¨¢ a la espera de que lleguen las fuerzas multinacionales lideradas por Kenia para ayudar a la Polic¨ªa a frenar la violencia. Seg¨²n la ONU, la violencia se dispar¨® en 2023. En el a?o pasado se duplicaron los homicidios respecto al a?o anterior (4.789 muertes violentas frente a 2.183) y los secuestros aumentaron un 83%, al pasar de 1.359 a 2.490.
Un escenario tan aterrador como cotidiano. Alain Moraille, prestigioso cantante m¨¢s conocido como JahNesta, no olvida c¨®mo hace un par de a?os intentaron secuestrar a su padre y c¨®mo dispararon a una de las cantantes de su banda de reggae criollo, embarazada de siete meses. ¡°Recuerdo cuando era un ni?o y jugaba f¨²tbol hasta las 10 de la noche sin que pasara nada. Ahora es imposible¡±, cuenta por tel¨¦fono desde su ciudad de residencia, Miami, epicentro de la di¨¢spora haitiana en Estados Unidos.
Morraile asegura que nunca pens¨® en dejar de asistir a este evento tan importante para ¨¦l y su pa¨ªs. Sin embargo, cinco de las bandas confirmadas decidieron no ir por miedo. ¡°Yo no puedo hacer canciones de cr¨ªtica social y decir que estamos unidos y luego quedarme con las comodidades de mi casa¡±, cuenta. ¡°Ten¨ªa que estar y el p¨²blico lo agradeci¨®. Nunca hab¨ªa visto a la gente tan entregada a mi m¨²sica, fue muy poderoso¡±. Para el haitiano, la m¨²sica es una herramienta vital que siempre ha acompa?ado los procesos pol¨ªticos de la isla. ¡°Siempre que pasa algo en Hait¨ª, surge alg¨²n himno que empieza a sonar por todos lados. Como pas¨® con Lem Pa We Soley La (Cuando no se puede ver el sol)¡±.
Este fue el himno que acompa?¨® las protestas en contra del Gobierno de Jean-Claude Duvalier y su dinast¨ªa, derrocada en 1986. La canci¨®n Solda Jah, de Morraile, se ha convertido ahora, 20 a?os despu¨¦s de su lanzamiento, en la banda sonora de las protestas actuales. Su canci¨®n habla de c¨®mo ¡°en casa, en Hait¨ª, estamos en guerra¡±: Muchos de nosotros caeremos / Este es el precio a pagar / Confiamos en que siempre permaneceremos / No es el mal es el bien el que triunfar¨¢, dice una parte de su canci¨®n. ¡°Todos los haitianos nos apoyamos en la m¨²sica para decir lo que nos est¨¢ pasando; lo que no nos gusta¡±, zanja. ¡°Esta vez lo necesit¨¢bamos m¨¢s que nunca¡±.
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