Ambientalistas temen la extranjerizaci¨®n de tierras y la venta de recursos naturales en Argentina
Un decreto de Milei derog¨® la ley que establece l¨ªmites al territorio en manos extranjeras. Es como ¡°tener la riqueza entre las manos y ver c¨®mo se nos esfuma¡±, dice el docente de la UBA Juli¨¢n Monkes
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Acu¨ªferos, espejos de agua, humedales, monta?as y otros ecosistemas argentinos que cumplen un rol esencial para el desarrollo de la vida podr¨ªan ser rematados como si se tratara de una liquidaci¨®n de fin de temporada. As¨ª lo autoriz¨® un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del presidente Javier Milei firmado en diciembre pasado que derog¨® la ley de Tierras sancionada en 2011, que establec¨ªa l¨ªmites al territorio que puede estar en manos extranjeras. Dos meses despu¨¦s, ambientalistas temen un proceso de extranjerizaci¨®n y entrega de soberan¨ªa en zonas con presencia de agua dulce, litio y otros minerales.
La ley de Tierras fue aprobada por el Congreso con amplia mayor¨ªa en 2011. Impulsada por el Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, cont¨® con respaldo de toda la oposici¨®n. La legislaci¨®n buscaba garantizar la protecci¨®n del dominio nacional de las tierras rurales para preservar recursos no renovables. Con ese objetivo, determin¨® que no podr¨ªa haber m¨¢s de un 15% de las tierras en manos de extranjeros, ya sea personas f¨ªsicas o jur¨ªdicas. De ese porcentaje, un mismo titular extranjero no pod¨ªa tener m¨¢s del 30%. Tampoco pod¨ªan tener m¨¢s de 1.000 hect¨¢reas en la zona agr¨ªcola de mayor valor productivo. Adem¨¢s, deb¨ªan inscribirse en un registro oficial.
El n¨²cleo de la ley es la prohibici¨®n de venta a ciudadanos o empresas extranjeras de terrenos que se encuentren en zonas de frontera o que contengan y/o sean ribere?as de cuerpos de agua de envergadura y permanentes, como r¨ªos, lagos, arroyos, mar, humedales, lagunas, esteros, glaciares o acu¨ªferos. Este punto no es menor, ya que en la d¨¦cada de 1990, Argentina sufri¨® un proceso de extranjerizaci¨®n de tierras y recursos con la venta de grandes porciones del territorio y sus recursos naturales.
Los casos paradigm¨¢ticos son los de la familia italiana Benetton, que concentra cerca de 900.000 hect¨¢reas en la Patagonia, en las provincias de R¨ªo Negro, Chubut, Santa Cruz y Neuqu¨¦n. El mayor terrateniente de la Argentina es un grupo textil extranjero. Otro es el magnate brit¨¢nico Joe Lewis, que a trav¨¦s de la sociedad Hidden Lake acapara desde mediados de la d¨¦cada de 1990 alrededor de 14.000 hect¨¢reas de Lago Escondido, R¨ªo Negro, y bloquea el acceso libre al espejo de agua, a pesar de sucesivas ¨®rdenes judiciales que le ordenaron abrir un camino p¨²blico. A?o tras a?o, organizaciones se movilizan para exigir un acceso al lago.
Extranjerizaci¨®n, preocupaci¨®n central de ambientalistas
La abogada Florencia G¨®mez, exsecretaria de Pol¨ªtica Ambiental y Recursos Naturales, asegur¨® a Am¨¦rica Futura que la derogaci¨®n de la ley de Tierras beneficiar¨¢ ¡°a quienes quieran hacer grandes negocios¡± y remarc¨® que el objetivo fundamental era garantizar la soberan¨ªa y el cuidado de recursos estrat¨¦gicos del pa¨ªs. ¡°Hoy los extranjeros podr¨ªan comprar tierras sin necesidad de pasar por el registro¡±, advirti¨®. ¡°El mundo recorre un camino para analizar los flujos de inversiones y tener mayor transparencia y aqu¨ª se desarma uno de los pocos casos de corrimiento del velo societario, que permite indagar sobre los capitales que controlan la tierra y la responsabilidad, incluso ante desastres ambientales¡±, resalt¨®.
Para Nicol¨¢s Gallardo, abogado y militante de la agrupaci¨®n J¨®venes por el Clima, la derogaci¨®n de la ley busca ¡°perder control sobre el territorio en tiempos donde se necesita m¨¢s presencia del Estado, porque los intereses extranjeros buscan apropiarse de recursos para la producci¨®n¡±. En este sentido, cobra relevancia un debate instalado hace a?os en el ambientalismo: c¨®mo debe ser la explotaci¨®n de recursos naturales en un pa¨ªs con una crisis econ¨®mica de proporciones. ¡°No discutimos si hay que explorar reservas de litio, la pregunta es si la extracci¨®n ser¨¢ soberana, con valor agregado y generaci¨®n de empleo o si se lo llevar¨¢ Elon Musk¡±, plantea.
En la Justicia y en el Congreso
Al rechazo de ambientalistas, se suma la presentaci¨®n de un grupo de veteranos de la guerra de Malvinas pertenecientes al Centro de Excombatientes (Cecim-La Plata) que han acudido a la Justicia para frenar la derogaci¨®n bajo el argumento de que ¡°pone en crisis principios de integridad territorial y la soberan¨ªa nacional¡±. Aunque en una primera instancia el juez Ernesto Kreplak hizo lugar al amparo, d¨ªas m¨¢s tarde otro magistrado, Gustavo Recondo, anul¨® ese fallo y dej¨® firme este tramo de reformas. Ahora debe resolver la cuesti¨®n una segunda instancia judicial.
El presidente del Cecim-La Plata, Hugo Roberts, ha afirmado a Am¨¦rica Futura que ¡°es una locura que cualquier corporaci¨®n extranjera pueda comprar la porci¨®n de tierra que se le ocurra sin importar el lugar, todo en pos del libre mercado. La ley fue aprobada por una mayor¨ªa abrumadora, cualquier modificaci¨®n debe pasar por el Congreso¡±, dijo.
En este contexto, el Congreso argentino dio la semana pasada un paso clave para comenzar a discutir el mega DNU de Milei. El decreto publicado en diciembre se debate en bloque, no se pueden incluir modificaciones ni eliminar art¨ªculos, y, para que sea anulado, lo deben rechazar ambas c¨¢maras del Parlamento: la ley indica que en caso de que una de las dos lo convalide, tendr¨¢ fuerza de ley. El peronismo y otros bloques opositores conf¨ªan en que el Senado se oponga por mayor¨ªa, aunque en la c¨¢mara de Diputados la discusi¨®n tiene final abierto.
Los recursos bajo la mira de los grandes capitales
Para los expertos, el proceso de extranjerizaci¨®n que podr¨ªa atravesar la Argentina en caso de quedar firme el DNU podr¨ªa ser a¨²n m¨¢s grave que el que se vivi¨® en la d¨¦cada de 1990. Adem¨¢s, la derogaci¨®n de la ley de Tierras se complementa con otras medidas impulsadas por el Gobierno que atentan contra las conquistas de derechos ambientales, como la modificaci¨®n de la ley de Glaciares o los cambios en la ley de Bosques.
Los grandes capitales ya ni siquiera camuflan el inter¨¦s en la regi¨®n por sus recursos: Am¨¦rica Latina concentra m¨¢s del 30% de las reservas de agua dulce, pero tambi¨¦n posee bosques y suelo cultivable. En Argentina adem¨¢s se encuentra la segunda mayor reserva mundial de litio, mineral clave para la transici¨®n energ¨¦tica. El propio Milei hizo p¨²blico en diciembre un di¨¢logo que mantuvo con Elon Musk donde el propietario de Tesla se mostr¨® ¡°sumamente interesado en el litio¡±. ¡°Necesitan un marco jur¨ªdico que respete los derechos de propiedad¡±, dijo entonces el presidente.
Para Juli¨¢n Monkes, licenciado en Ciencias Ambientales y docente de la Universidad de Buenos Aires, es clave entender que quienes buscan inversiones pretenden la m¨¢xima rentabilidad y ¡°los costos ambientales nunca entran en la ecuaci¨®n¡±. ¡°El proceso de extranjerizaci¨®n de recursos implic¨® que habitamos una tierra rica que nunca se pudo utilizar para nuestros intereses. En los ecosistemas se produce un da?o tremendo. Lo observamos con la miner¨ªa, el petr¨®leo y el agronegocio: cuando el ambiente se destruye, el capital se muda y en las comunidades crece el desempleo y los territorios quedan destruidos¡±, enfatiza.
La extranjerizaci¨®n en n¨²meros
Seg¨²n el Registro Nacional de Tierras Rurales, hay 14,7 millones de hect¨¢reas de suelo argentino en manos extranjeras, lo que representa el 5,23% de las tierras del pa¨ªs. Aunque, seg¨²n datos oficiales de 2022, en m¨¢s de 30 distritos del pa¨ªs se superaba el l¨ªmite de 15% fijado por ley. En Bariloche, en el sur del pa¨ªs, supera el 21%.
Se trata de terrenos que despiertan un fuerte inter¨¦s por su capacidad productiva para desarrollos mineros, forestales o ganaderos, y tambi¨¦n para actividades tur¨ªsticas e inmobiliarias. A los casos de Lewis y Benetton se suman ejemplos en otras provincias argentinas, como Catamarca, donde un empresario estadounidense, Peter Lee MacBride, compr¨® hace 20 a?os m¨¢s de 100.000 hect¨¢reas y hoy a trav¨¦s de una firma local ya posee alrededor de 360.000.
El podio de extranjerizaci¨®n lo encabeza Estados Unidos: hasta 2022 hab¨ªa cerca de 2,8 millones de hect¨¢reas en manos de capitales estadounidenses. Detr¨¢s est¨¢n Italia (m¨¢s de 2 millones); Espa?a (1,8 millones); Suiza (851.000) y Chile (769.000).
Florencia G¨®mez insiste en que se debe dar la batalla judicial, aunque sugiere que las propias provincias impulsen leyes locales para defender sus territorios. Gallardo, por su parte, suma que el proceso de extranjerizaci¨®n estar¨¢ acompa?ado por un contexto econ¨®mico desalentador, aunque plantea que pueda haber resistencia de la ciudadan¨ªa por el impacto de la crisis. Monkes lo grafica con elocuencia: ¡°La extranjerizaci¨®n implica la sensaci¨®n de tener la riqueza entre las manos y ver c¨®mo se nos esfuma¡±.
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