Cient¨ªficos argentinos instalan paneles solares en la Ant¨¢rtida para reducir el uso de combustibles f¨®siles
Buscan disminuir el impacto ambiental, as¨ª como los costos y riesgos de trasladar tachos de gasoil a un ecosistema que debe permanecer lo m¨¢s pr¨ªstino posible
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Cuando Hern¨¢n Socolovsky aterriz¨® en la Ant¨¢rtida, el fr¨ªo y la emoci¨®n le recorrieron el cuerpo. Iba a bordo del H¨¦rcules, un avi¨®n en el que la Fuerza A¨¦rea Argentina traslada a cient¨ªficos, alimentos y combustible en las campa?as de verano. ¡°Nunca me voy a olvidar del momento en que faltaba un escal¨®n para pisar el hielo, no aguant¨¦ m¨¢s, y salt¨¦ con los dos pies al mismo tiempo¡±, recuerda el ingeniero.
Desde hace una d¨¦cada, los investigadores de la Comisi¨®n Nacional de Energ¨ªa At¨®mica (CNEA) en Argentina, han instalado paneles solares para generar energ¨ªa el¨¦ctrica en la Ant¨¢rtida y reducir el uso de combustibles f¨®siles. Este a?o, el equipo acaba de hacer la cuarta instalaci¨®n en un refugio donde se estudia glaciolog¨ªa. Aparte de disminuir su impacto ambiental, la iniciativa busca bajar los costos y riesgos de derrame que tiene la log¨ªstica de trasladar tachos de combustible a esa zona.
¡°Argentina lleva 120 a?os de permanencia en el continente blanco, y el Tratado Ant¨¢rtico, firmado junto a otros cincuenta pa¨ªses, establece la necesidad de proteger los ecosistemas ant¨¢rticos¡±, explica Socolovsky, jefe del Departamento de Energ¨ªa Solar de CNEA. ¡°Con estas instalaciones, buscamos ir reemplazando fuentes f¨®siles por renovables para reducir la emisi¨®n de gases contaminantes¡±.
La idea surgi¨® en 2014, cuando trabajaban en introducir el paradigma de generaci¨®n distribuida en Argentina para que cualquier usuario pueda instalar paneles en sus casas y vender energ¨ªa a la red el¨¦ctrica. Aquel a?o, la Fuerza A¨¦rea les pidi¨® si pod¨ªan montar una instalaci¨®n en Base Marambio y as¨ª lo hicieron. Es peque?a ¨Dtiene ocho paneles¨D pero emblem¨¢tica: lleva una d¨¦cada en funcionamiento.
¡°Una de las ventajas de estos sistemas es que son aut¨®nomos. Como inyectan energ¨ªa directamente a la red, funcionan sin mantenimiento¡±, se?ala Socolovsky, tambi¨¦n docente de la Universidad Nacional de San Mart¨ªn (UNSAM). Adem¨¢s, remarca que el costo de llevar gasoil a la Ant¨¢rtida ¡°es extremadamente alto¡± porque requiere el uso de aviones y barcos, adem¨¢s de milim¨¦tricas maniobras para bajar los tachos sin derramar nada.
Hasta el momento, la CNEA ha realizado cuatro campa?as. Los sistemas colocados en las Bases Marambio y Carlini son de generaci¨®n distribuida y solo aportan un porcentaje de la energ¨ªa equivalente a lo que consume una casa. Pero en los refugios Elefante e Isla Vega, los paneles son la ¨²nica fuente energ¨¦tica y poseen un sistema de almacenamiento con bater¨ªas de litio para brindar energ¨ªa por la noche.
Adicionalmente, los cient¨ªficos del Refugio Elefante contaron que, al dejar de usar el ruidoso generador diesel, los ping¨¹inos se acercan m¨¢s. Socolovsky fue testigo de ello: ¡°Son tan curiosos que te descuid¨¢s un poco e ingresan al refugio¡±.
Ciencia bajo cero
Las celdas solares est¨¢n hechas de silicio, un material altamente eficiente para convertir la energ¨ªa del sol en electricidad. Al interconectar las celdas se forman los paneles y generan corriente de forma continua. Para que esa energ¨ªa pueda inyectarse a la red, se usa un inversor que convierte la energ¨ªa continua en alterna, la que se usa en los hogares.
Los paneles que se usan en la Ant¨¢rtida son los mismos que se colocan en una vivienda: lo que cambia es el proceso de instalaci¨®n. ¡°Nos pas¨® que, para poner unas tuercas, nos ten¨ªamos que sacar los guantes pero la mano solo toleraba el fr¨ªo unos segundos. Entonces pon¨ªamos la tuerca, le d¨¢bamos tres vueltas y nos volv¨ªamos a poner los guantes porque ten¨ªamos la mano violeta. Eso hace que una tarea que normalmente se resuelve en media hora, all¨¢ pueda llevarnos una jornada¡±, relata Socolovsky.
El Departamento de Energ¨ªa Solar est¨¢ compuesto por unos 25 profesionales que tambi¨¦n llevan adelante otras l¨ªneas de investigaci¨®n. Hace unos a?os, fabricaron paneles solares de uso espacial para los Saocom, sat¨¦lites argentinos que monitorean la Tierra. En esa l¨ªnea, un grupo dirigido por la f¨ªsica Marcela Barrera trabaja en desarrollar las celdas que forman el panel para no tener que importarlas.
Si bien fabricar paneles convencionales es sencillo, hoy es m¨¢s barato comprar insumos en China. Mientras que en la d¨¦cada de los 90, la producci¨®n de paneles se distribu¨ªa de pa¨ªses como Alemania, Estados Unidos y Jap¨®n, hoy China concentra el 90% del mercado. ?Qu¨¦ valor agregado puede aportar Argentina? Principalmente, el conocimiento especializado para probar componentes y montar e instalar los paneles.
¡°En la Ant¨¢rtida, una parte desafiante del trabajo es encontrar la forma m¨¢s segura de montarlos. Hubo un caso de una empresa que hizo una mala instalaci¨®n y los paneles salieron volando. Nuestras instalaciones no han tenido inconvenientes porque tenemos un grupo de mec¨¢nica dedicado a evaluar la robustez de los montajes¡±, se?ala Socolovsky.
Los investigadores tambi¨¦n desarrollan dispositivos para medir la radiaci¨®n y conocer mejor el recurso solar. En la Ant¨¢rtida, observaron que los paneles pueden generar un 60% de la energ¨ªa que generar¨ªan en una ciudad como Buenos Aires. La vida ¨²til de los paneles puede ser de hasta cincuenta a?os. Cuando los paneles instalados en la Ant¨¢rtida dejen de funcionar, deber¨¢n traerse al continente como sucede con los tachos de combustible y cualquier residuo generado all¨¢.
Glaciares calientes
La Isla Vega est¨¢ a 60 kil¨®metros de Marambio y solo se puede llegar en helic¨®ptero. Investigadores del Instituto Ant¨¢rtico Argentino (IAA), dependiente de la Direcci¨®n Nacional del Ant¨¢rtico de la Canciller¨ªa, van all¨ª para monitorear el glaciar Bah¨ªa del Diablo. Hasta 2023 dorm¨ªan en campamentos, pero este a?o estrenaron refugio y sistema fotovoltaico. ¡°El refugio funciona solamente con paneles solares y tenemos un generador para casos de emergencia, como cuando hay muchos d¨ªas nublados seguidos¡±, cuenta el ingeniero Sebasti¨¢n Marinsek, jefe del Departamento de Glaciolog¨ªa del IAA.
La primera vez que fue a la Ant¨¢rtida fue a hacer instalaciones el¨¦ctricas, pero ah¨ª se enamor¨® de la glaciolog¨ªa y decidi¨® volcar sus conocimientos a ese campo. ¡°Me encanta todo: el clima, la naturaleza y la soledad de la isla, que no se consigue en cualquier lado¡±, afirma. El resto del a?o trabaja en el IAA, que tiene sede en el campus de la UNSAM. Fue ah¨ª donde se cruz¨® con Hern¨¢n Socolovsky, antiguo compa?ero de universidad, y decidieron entrelazar sus proyectos.
En Bah¨ªa del Diablo, los cient¨ªficos del IAA hacen monitoreo a largo plazo. ¡°Tenemos una serie de datos que inici¨® en el 2000 y es la serie m¨¢s larga que se ha hecho en un glaciar de la Ant¨¢rtida¡±, cuenta Marinsek. Eligieron ese glaciar porque su superficie es accesible y se puede recorrer en poco tiempo. Para las mediciones, colocan varillas de dos metros en distintos puntos, dejando un metro sobre la superficie. Al a?o siguiente, miden cu¨¢nto sobresale la varilla y determinan si el glaciar perdi¨® o gan¨® masa.
La informaci¨®n obtenida en la Ant¨¢rtida aporta datos imprescindibles sobre el calentamiento global. ¡°En general, vemos que el glaciar tiene una tendencia continua a la p¨¦rdida de masa¡±, dice Marinsek. ¡°Esta tendencia indica que se est¨¢ calentando la pen¨ªnsula y los glaciares se est¨¢n achicando¡±.
Soberan¨ªa nacional y ambiental
Socolovsky sabe que todav¨ªa queda mucho por hacer para reducir el uso de combustibles f¨®siles en la Ant¨¢rtida. Hace poco consiguieron un fondo de inversi¨®n p¨²blica (BAPIN) pero, como en muchas ¨¢reas del sistema cient¨ªfico desde que Javier Milei asumi¨® la presidencia, los subsidios est¨¢n paralizados. Este fondo permitir¨ªa instalar sistemas en la Ant¨¢rtida con una potencia diez veces mayor que los actuales.
Tambi¨¦n est¨¢n evaluando la posibilidad de introducir otras fuentes renovables, como la e¨®lica, aunque esto es dif¨ªcil por las fuertes r¨¢fagas de viento. El principal desaf¨ªo de las energ¨ªas renovables a nivel mundial es el almacenamiento. Hoy se est¨¢ apostando al litio pero, adem¨¢s de ser costoso, representa un impacto ambiental negativo en su composici¨®n electroqu¨ªmica y en sus formas de extracci¨®n.
El investigador remarca que es importante que el Estado siga invirtiendo en el desarrollo e instalaci¨®n de sistemas de energ¨ªas renovables, sobre todo en la Ant¨¢rtida, por una cuesti¨®n de soberan¨ªa. En cuanto a sus metas en el continente blanco, asegura: ¡°Me voy a sentir realizado si logramos instalar una potencia equivalente al 20% de la energ¨ªa que se consume. Aunque aspiro a que, en el futuro, el 100% de la energ¨ªa producida en la Ant¨¢rtida quede en manos de las renovables¡±.
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