Nuestra promesa para que Am¨¦rica Latina y el Caribe cumpla con sus compromisos clim¨¢ticos

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El cambio clim¨¢tico es el tema definitorio de nuestra ¨¦poca, y estamos en un momento decisivo. No se trata simplemente de un problema ambiental, sino de una realidad inminente que afecta nuestras posibilidades de avanzar en el desarrollo humano, social y econ¨®mico en todas las regiones del mundo. Los cient¨ªficos advierten que si las temperaturas globales aumentan otros 1,5¡ãC, podr¨ªamos enfrentar un punto de inflexi¨®n peligroso, desencadenando da?os irreversibles para todas las formas de vida en la Tierra. Solo reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, invirtiendo en adaptaci¨®n clim¨¢tica y restaurando los ecosistemas podremos salvaguardar nuestro futuro.

Investigaciones cient¨ªficas recientes han confirmado que las actividades humanas son la principal causa del cambio clim¨¢tico. El uso extensivo de combustibles f¨®siles¡ªcarb¨®n, petr¨®leo y gas¡ªen hogares, industrias y transporte libera gases de efecto invernadero, especialmente di¨®xido de carbono (CO2). Estos gases atrapan energ¨ªa adicional en la atm¨®sfera, aumentando la temperatura promedio del planeta y contribuyendo al cambio a largo plazo en los patrones clim¨¢ticos que amenazan la vida, alimentan la pobreza y las desigualdades, intensifican las tensiones sociales y tienen efectos devastadores en la econom¨ªa.

Seg¨²n la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial, entre 1970 y 2021, m¨¢s de 11.700 desastres relacionados con el clima cobraron m¨¢s de 2 millones de vidas y causaron p¨¦rdidas econ¨®micas superiores a los 4,3 billones de d¨®lares en todo el mundo. Am¨¦rica Latina y el Caribe (ALC), con solo el 9% de la poblaci¨®n mundial, enfrenta el 25% de los desastres globales. La crisis clim¨¢tica ya est¨¢ causando estragos: la temporada de huracanes en el Atl¨¢ntico de 2024 ha sido intensa, con 12 tormentas con nombre, incluidas siete huracanes y tres grandes huracanes. El hurac¨¢n Beryl se convirti¨® en la tormenta de categor¨ªa 5 m¨¢s temprana registrada, afectando a Barbados, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago, y Granada, entre otros pa¨ªses caribe?os, adem¨¢s de M¨¦xico. Al mismo tiempo, el hurac¨¢n Helene caus¨® da?os significativos en Florida como un hurac¨¢n de categor¨ªa 4. En Chile, las fuertes lluvias de junio da?aron viviendas y carreteras, lo que llev¨® a declarar estado de cat¨¢strofe. El estado de Rio Grande do Sul, en Brasil, enfrent¨® su peor desastre clim¨¢tico en la historia, con m¨¢s de 100 muertes debido a lluvias extremas. Una ola de calor cobro la vida de 125 personas en M¨¦xico, impulsado por un fen¨®meno denominado ¡°c¨²pula de calor¡±. Ecuador suspendi¨® los servicios de electricidad debido a su peor sequ¨ªa en 61 a?os, lo que redujo los niveles de agua de las plantas hidroel¨¦ctricas. Sudam¨¦rica est¨¢ luchando contra incendios forestales sin precedentes, especialmente en la Amazonia de Bolivia, Per¨² y Brasil experimentando sus peores temporadas de incendios en d¨¦cadas.

?Pero qu¨¦ estamos haciendo para enfrentar el desaf¨ªo del cambio clim¨¢tico? Desde 1995, los l¨ªderes mundiales se han reunido anualmente en las Conferencias de las Partes (COP) de la Convenci¨®n Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico (CMNUCC) para formular estrategias para abordar esta crisis en aumento. Desde la primera COP en Berl¨ªn, estas reuniones han sido fundamentales para revisar los avances, negociar nuevos objetivos y fomentar la colaboraci¨®n internacional. Un hito en estos esfuerzos fue el Acuerdo de Par¨ªs ¡ª adoptado en 2015 en la COP21 y ratificado en el 2016¡ª, donde 195 pa¨ªses se comprometieron a limitar el aumento de la temperatura global a 1,5¡ãC. Para lograrlo, los pa¨ªses acordaron presentar y revisar peri¨®dicamente un conjunto de acciones y medidas clim¨¢ticas conocidas como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en ingl¨¦s), asegurando que sus esfuerzos clim¨¢ticos se mantuvieran ambiciosos. Las NDCs describen planes pol¨ªticamente respaldados para invertir en sectores que pueden cumplir los objetivos clim¨¢ticos y promover el desarrollo sostenible, y se presentan y revisan ante la CMNUCC cada cinco a?os para garantizar una mayor ambici¨®n.

Para apoyar a los pa¨ªses en el cumplimiento de sus compromisos clim¨¢ticos nacionales bajo el Acuerdo de Par¨ªs, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanz¨® la iniciativa Promesa Clim¨¢tica. Esta iniciativa trabaja con m¨¢s de 128 pa¨ªses, incluidos 26 en Am¨¦rica Latina y el Caribe, para alinear sus NDCs con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el objetivo de 1,5¡ãC, contribuyendo a acelerar su implementaci¨®n. Los resultados hasta la fecha son prometedores: Ecuador ha protegido casi 800.000 hect¨¢reas de selva tropical; Costa Rica, Ecuador, Brasil, Chile, Paraguay y Argentina han accedido a recursos por valor de 400 millones de d¨®lares del Fondo Verde para el Clima para reducir las emisiones por deforestaci¨®n y degradaci¨®n forestal (REDD+); Chile, Panam¨¢ y Per¨² han implementado programas voluntarios de huella de carbono en coordinaci¨®n con el sectores privados; Jamaica ha adoptado un Modelo de Evaluaci¨®n de Empleos Verdes para promover el empleo sostenible; Uruguay est¨¢ transformando su sector energ¨¦tico con un enfoque en energ¨ªa renovable y resiliencia para lograr la neutralidad de carbono para 2030; Jamaica, junto con la Universidad de las Indias Occidentales, est¨¢ brindando asistencia t¨¦cnica para mejorar la recopilaci¨®n de datos sobre emisiones de gases de efecto invernadero para el primer edificio ¡°carbono neutral¡±; Belice ha desarrollado una Estrategia Nacional de Bajas Emisiones, y varias naciones del Caribe est¨¢n adoptando soluciones basadas en los oc¨¦anos como parte de su transici¨®n hacia una econom¨ªa azul sostenible.

Sin embargo, se necesita hacer mucho m¨¢s para eliminar gradualmente los combustibles f¨®siles, mejorar la eficiencia energ¨¦tica, proteger los bosques y crear sistemas agr¨ªcolas sostenibles. Parte de la respuesta puede estar en nuestro conocimiento ancestral. La publicaci¨®n Signals Spotlight 2024 del PNUD nos recuerda c¨®mo los pueblos ind¨ªgenas siempre han reconocido la relaci¨®n inseparable entre los seres humanos y la Madre Tierra, sin necesidad de conferencias y convenciones. Ellos preservan aproximadamente el 80% de la biodiversidad restante en el mundo. Ahora, un n¨²mero creciente de pa¨ªses, incluidos Ecuador, Brasil y Bolivia, reconocen los derechos de la naturaleza en sus constituciones o leyes.

El cambio clim¨¢tico no es una amenaza lejana; est¨¢ aqu¨ª y ahora, y la ventana para actuar se est¨¢ cerrando r¨¢pidamente. Todos tenemos un papel que desempe?ar para garantizar un mejor presente mientras preservamos las opciones para las generaciones futuras. Se requiere una acci¨®n audaz y coordinada tanto de la comunidad internacional como de los pa¨ªses individuales, presentando y cumpliendo NDCs m¨¢s ambiciosas. Es hora de redefinir lo que entendemos por progreso, adoptando una perspectiva a largo plazo. La significativa convergencia entre tres grandes COP ambientales¡ªla COP29 Clim¨¢tica en Azerbaiy¨¢n, la COP16 de Biodiversidad en Colombia y la COP16 de Degradaci¨®n de Tierras en Arabia Saudita¡ªen un lapso de seis semanas en 2024 presenta una oportunidad ¨²nica para subrayar la interconexi¨®n de las crisis que abordan y dar pasos audaces para reducir la inmensa presi¨®n que las actividades humanas ejercen sobre el medio ambiente y el planeta.

En el PNUD, seguimos totalmente comprometidos a apoyar a los pa¨ªses y las personas en este viaje crucial de redise?ar nuestros caminos hacia el progreso, respetando el destino entrelazado de los seres humanos y la naturaleza, y contribuyendo a difundir la cultura y las condiciones que promueven el desarrollo humano sostenible y el crecimiento dentro de los l¨ªmites planetarios.