Demandas de miles de d¨®lares: ambientalistas de Puerto Rico denuncian represi¨®n por la v¨ªa legal
Activistas que se oponen a la construcci¨®n de hoteles y condominios en humedales y playas dicen ser v¨ªctimas de intimidaciones en los tribunales
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Mientras camina por la extensa playa de Punta Bandera, en Luquillo, Puerto Rico, Yanize El¨ªas va recogiendo la basura que se encuentra. Colillas de cigarrillo, empaques, juguetes de pl¨¢stico y hasta cajas de DVD porno que nadie sabe c¨®mo llegaron all¨ª. Trabaja en el restaurante de un hotel, pero lo que m¨¢s parece definirla y apasionarla es la defensa del medio ambiente y proteger el espacio p¨²blico de los boricuas. A su lado est¨¢ Johana Santiago, a quien conoci¨® en la resistencia, en la ¡°calle y mollera¡±, dicen, recorriendo distintos municipios de la isla para unirse a manifestaciones, protestas y campamentos que tienen como objetivo blindar las playas p¨²blicas y los ecosistemas estrat¨¦gicos de los desarrolladores que quieren construir sobre estos.
Pero, en Puerto Rico, protestar es un acto arriesgado. Muchas veces los manifestantes son arrestados o demandados, como les ha sucedido tanto a El¨ªas como a Santiago. ¡°Por eso estamos explorando otras v¨ªas¡±, cuenta la segunda, que se lanz¨® como candidata a representante del Distrito 36 con el partido pol¨ªtico Movimiento Victoria Ciudadana (MVC). En noviembre, Puerto Rico tendr¨¢ elecciones generales y ¡°la idea es llevar la agenda del medio ambiente¡±.
Hace tres a?os, en diciembre de 2021, ambas participaron en una lucha que perdieron pero que a¨²n las persigue: la que libraron para impedir que se construyera el Luquillo Hotel Company (LHC), un complejo desarrollado por el grupo empresarial puertorrique?o Prisa Group y que actualmente se convirti¨® en el Fairfield by Marriot Luquillo Beach, en una zona que, se?alan, es un humedal.
¡°Ellos empezaron a construir sin avisar a la comunidad ni nada. Sin poner ning¨²n aviso. Dejaron una especie de cobertura de bosque alrededor para que no se pudiera ver lo que estaban tumbando¡±, recuerda El¨ªas. Pero el 8 de diciembre, una vez se corri¨® la noticia sobre lo que pasaba, empezaron una serie de manifestaciones y protestas que se alargaron varios d¨ªas. ¡°Exig¨ªamos que no se construyera ah¨ª porque eso es un humedal¡±, agrega. ¡°No le dec¨ªamos no al hotel, sino que no lo pusieran en esa zona¡±.
Los representantes de Prisa Group y de Marriot no respondieron a la solicitud de entrevista de Am¨¦rica Futura. Sin embargo, seg¨²n han reportado los medios locales, siempre han argumentado que tienen todos los permisos ambientales necesarios para construir en esa zona. Al ser consultado sobre el tema, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) explic¨® que ¡°el hotel cuenta con los permisos del Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos y la Agencia Federal de Protecci¨®n Ambiental (EPA)¡±. Aunque en abril de 2023 la EPA le puso una multa de 30.000 d¨®lares a LHC por incumplimiento de los requisitos de permisos previstos en la Ley de Aguas Limpias por infracciones relacionadas a la construcci¨®n del proyecto.
Un humedal sin nombre
Roberto Enrique Bello, alias Roqui, es una de las personas que m¨¢s conoce el humedal, ¡°aunque en los planos y en las pol¨ªticas no lo llamen como tal¡±, matiza. Con una maestr¨ªa del Departamento de Biolog¨ªa Integrada de la Universidad de California de Berkeley, ¨¦l suele recorrer la zona varias veces a la semana para buscar semillas de especies nativas y llevarlas a un vivero. ¡°Eso de all¨¢ es un palo de pollo (Pterocarpus officinalis)¡±, dice se?alando a un ¨¢rbol gigante cuyas ra¨ªces parecen extenderse a la altura de una persona, que se alza por encima del humedal aleda?o al hotel, el que a¨²n queda en pie. ¡°Es una especie asociada al agua y que se forma en los litorales de pantano¡±, agrega.
¡°?Entonces c¨®mo me van a decir que esto de ac¨¢ no es un ecosistema importante?¡±, se pregunta, y lanza una lista de factores por las que ese humedal, ahora fragmentado, brinda servicios ecosist¨¦micos. ¡°La gente que come huelles (cangrejos) los consigue ac¨¢, y sus ¨¢rboles dan coco y almendras. Adem¨¢s captura carbono¡±, afirma. Saca del bolsillo su celular y abre una aplicaci¨®n de mapas que muestra c¨®mo el agua de este humedal es fundamental en la cadena hidrol¨®gica que forma con el Bosque Nacional el Yunque (a 12.000 metros) y el mar (a 370 metros). ¡°Si reduces el espacio de las personas que lo usan, tambi¨¦n lo afectas¡±.
No es el ¨²nico que defiende la tesis de que all¨ª hay un humedal y que el hotel no se debi¨® construir en esa zona. H¨¦ctor Quintero Vilella, doctor en ecolog¨ªa de la Universidad Estatal de Florida, cree que hay un gran riesgo en el ¨¢rea en caso de inundaci¨®n. Adem¨¢s, tras revisar los estudios ambientales que aprob¨® el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos para darle el permiso de construcci¨®n al Prisa Group, dice haber encontrado decenas de errores. ¡°Ese documento tiene fallas en los c¨¢lculos de la parte vegetativa, de hidrolog¨ªa y de subsuelo¡±, comenta en una videollamada. ¡°Yo le mand¨¦ al Cuerpo de Ingenieros mis anotaciones, pero b¨¢sicamente, cuando me respondieron, dijeron que no se pod¨ªa hacer nada porque el hotel ya estaba construido¡±, cuenta.
Am¨¦rica Futura tambi¨¦n se contacto con el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos, quien deriv¨® la solicitud a su oficina en Puerto Rico, pero hasta la fecha de la publicaci¨®n de este reportaje no han emitido una respuesta.
Demandados por protestar
A El¨ªas no le gusta pasar cerca al Hotel Fairfield by Marriot. Tampoco lo tiene permitido. El 14 de diciembre de 2021, ella, Santiago y tres personas m¨¢s junto a ¡°manifestantes desconocidos¡± fueron demandados ante el Tribunal de Primera Instancia Sala Superior de Fajardo por parte del Hotel por ¡°impedir el acceso a la construcci¨®n, causado da?os a maquinaria y amenazado y agredido a trabajadores del proyecto¡±. ¡°No hay inter¨¦s en que cesen de ejercer su derecho a expresarse libremente, lo ¨²nico que se solicita es el derecho al propietario LHC a seguir con la obra¡±, dice el documento.
Tras m¨¢s de dos a?os, El¨ªas insiste en que ella nunca amenaz¨® a nadie. Incluso cuenta que alguien cogi¨® los videos que grab¨® desde el campamento ¡°y cortaron unos segundos para que pareciera que estaba amenazando a los due?os de la constructora¡±. En cambio, asegura, durante las protestas fue el equipo de seguridad del hotel el que fue violento con los manifestantes. En esa ¨¦poca, Santiago puso una querella ante la Polic¨ªa porque una persona le toc¨® su cuerpo durante las manifestaciones.
Aunque el caso de El¨ªas ya cerr¨®, tras pagar una multa por 500 d¨®lares, hay otros defensores que siguen siendo intimidados. El caso m¨¢s inaudito es el de M¨®nica Stamper. Como parte del colectivo Ciudadanos por un Luquillo Resiliente, la activista radic¨® un interdicto ante los tribunales pidiendo detener los permisos de construcci¨®n del hotel mientras se analizaban nuevos estudios como los que hab¨ªa hecho Quintero. La solicitud, sin embargo, fue desestimada porque se consideraba que Stamper no ten¨ªa un inter¨¦s personal o de propiedad que se vieran afectadas por el hotel. Y aunque el caso ni siquiera lleg¨® a ser peleado en Corte, la activista recibi¨® una factura sellada con cargos por m¨¢s de 40.000 d¨®lares del grupo hotelero diciendo que era la suma que deb¨ªa pagar por sus abogados.
¡°Sin ni siquiera ir a Corte, le impusieron pagar por los honorarios de los abogados de Prisa. La empresa lo pidi¨® y el Tribunal lo admiti¨®¡±, explica Mariana Nogales, portavoz por el MVC en la C¨¢mara de Representantes. ¡°Se trata de lo que se conoce en ingl¨¦s como SLAPP suits o litigio estrat¨¦gico contra la participaci¨®n p¨²blica: crean pleitos para eliminar la libertad de expresi¨®n¡±.
Para Nogales, lo que sucedi¨® en Luquillo es solo una r¨¦plica m¨¢s de una serie de pol¨ªticas que est¨¢n haciendo m¨¢s fuertes a las constructoras y desprotegiendo a los ciudadanos, los ecosistemas y las playas p¨²blicas. A la controvertida Ley 22 de 2012, que concedi¨® exenciones contributivas a extranjeros que llegaran a la isla bajo la promesa de inversi¨®n, se suma una ley anterior, la 161 de 2009. En papel, su fin es ¡°facilitar y propiciar el desarrollo integral, social y f¨ªsico sostenible de Puerto Rico¡±, pero Nogales considera que lo que hizo fue facilitarles los permisos a las constructoras y agilizar el proceso, evitando una mayor veedur¨ªa. ¡°Esa ley sent¨® las bases para desregular la fiscalizaci¨®n del Gobierno y privatizar¡±, comenta.
Las consecuencias se ven por toda la isla, dice. ¡°Hay una corrupci¨®n en el sistema de permisos¡± e, incluso, compa?¨ªas que se lanzan a construir sin tenerlos. En 2023, por ejemplo, el municipio de Aguadilla demand¨® a Aguadilla Pier Corp por construir unas estructuras sobre una zona que se conoce como la Cueva de las Golondrinas. Tras esto, la DRNA incluso le oblig¨® a la empresa a demolerlos. All¨ª, a pie de lucha, tambi¨¦n estuvieron El¨ªas y Santiago, protestando en el que se conoci¨® como campamento Pel¨ªcano. Pero, una vez m¨¢s, ambas salieron de las protestas con demandas en su contra.
En Punta Banderas, El¨ªas y Yanize buscan una mangle negro que se esconde en el bosque que bordea la playa. Es uno enorme y lleva un letrero que dice ¡°¨¢rbol campe¨®n¡± por ser uno de los m¨¢s grandes en todo Puerto Rico. Pero prefieren que nadie sepa su ubicaci¨®n. ¡°Donde las empresas se enteren que est¨¢ ac¨¢, lo talan o lo envenenan, para que no les incomode¡±, cuenta Santiago. En esta playa, ¡°que es p¨²blica, del pueblo¡± - recuerda- quieren construir condominios. ¡°Es un absurdo¡±, dice se?alando un letrero en donde est¨¢ el mismo logo de la DRNA diciendo que all¨ª anida el tinglar, una de las especies de tortugas marinas m¨¢s grandes del mundo, que suele merodear por las playas de Puerto Rico. La construcci¨®n de los condominios est¨¢ esperando algunos permisos y el deslinde. Por eso, mientras caminan por la playa, observan el mar y recogen basura, estas ambientalistas no descartan que, dentro de poco, se monte un campamento all¨ª. Que se cree un nuevo frente de protesta.
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