El calentamiento global alcanza en 2024 su nivel r¨¦cord mientras el populismo negacionista gana terreno
Tras cerrar este a?o como el m¨¢s c¨¢lido en milenios debido a una acumulaci¨®n tambi¨¦n hist¨®rica de CO? en la atm¨®sfera, 2025 se iniciar¨¢ con la amenaza de Trump y otros l¨ªderes ultras para las pol¨ªticas contra el cambio clim¨¢tico
El calentamiento global causado fundamentalmente por los combustibles f¨®siles ha alcanzado su nivel r¨¦cord: este 2024 se cierra como el a?o con la temperatura m¨¢s c¨¢lida en la superficie del planeta en milenios. Tambi¨¦n hay que retroceder cientos de miles de a?os para encontrar en la atmosfera una concentraci¨®n tan alta de gases de efecto invernadero, cuyo principal origen es el uso del petr¨®leo, el gas y el carb¨®n para producir energ¨ªa. Mientras se hace cada vez m¨¢s evidente para la ciencia la relaci¨®n entre estos gases y el incremento de la temperatura y de la dureza de los fen¨®menos meteorol¨®gicos ligados a esta crisis, el populismo de derechas gana terreno en las democracias agitando discursos negacionistas del cambio clim¨¢tico contra las pol¨ªticas medioambientales.
El 2025 que est¨¢ a punto de nacer se iniciar¨¢ con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca y la amenaza de que saque de nuevo a su pa¨ªs del Acuerdo de Par¨ªs, el tratado que rige ahora la lucha clim¨¢tica internacional. En Europa, echar¨¢ a andar tambi¨¦n la nueva Comisi¨®n, la m¨¢s derechizada en d¨¦cadas debido en gran medida al auge de unos partidos ultras que llevan a?os esparciendo a trav¨¦s de las redes sociales bulos para culpar de todos los males a las medidas medioambientales que impulsaban los Veintisiete.
Las elecciones de febrero en la primera econom¨ªa de la UE, Alemania, ser¨¢n determinantes para conocer la dimensi¨®n del frenazo de las pol¨ªticas verdes comunitarias. Como determinante ser¨¢ el papel que jueguen EE UU y la UE en dos importantes citas de la diplomacia medioambiental de 2025: la ronda de negociaciones que se celebrar¨¢ a mediados de a?o para intentar cerrar el primer tratado internacional contra la contaminaci¨®n causada por el pl¨¢stico y la cumbre del clima de noviembre en Brasil en la que todos los pa¨ªses deben poner sobre la mesa sus planes de recorte de emisiones de aqu¨ª a 2035.
Pero antes de abordar lo que ocurrir¨¢ en 2025 quiz¨¢s sea mejor conocer lo que ha ocurrido ya. Este 2024 se va a cerrar como el a?o m¨¢s c¨¢lido registrado hasta ahora, seg¨²n el seguimiento de las temperaturas medias diarias del aire en la superficie del planeta que proporciona casi en tiempo real el Servicio de Cambio Clim¨¢tico de Copernicus (C3S), dependiente de la Comisi¨®n Europea. El ¨²ltimo dato subido este s¨¢bado se corresponde con el 26 de diciembre, y es imposible que este a?o pierda ya esa triste corona. La temperatura media diaria de este 2024 ha sido de 15,12 grados Celsius, frente a los 14,98 de 2023, que hasta ahora ostentaba el r¨¦cord del a?o m¨¢s c¨¢lido.
Copernicus tiene previsto ofrecer su balance anual en la segunda semana de enero, pero a principios de diciembre ya se?al¨® que ¡°con toda probabilidad¡± 2024 desbancar¨ªa a 2023. La temperatura media diaria de 2024, seg¨²n los datos que ofrece este servicio, ha sido 1,5 grados m¨¢s alta que la de los niveles preindustriales (tomando como punto de comparaci¨®n la media del periodo 1850-1900). Paralelamente, la concentraci¨®n en la atm¨®sfera del di¨®xido de carbono (CO?), el principal de los gases de efecto invernadero, tambi¨¦n va a cerrar en un nivel r¨¦cord, seg¨²n el seguimiento de la Oficina Nacional de Administraci¨®n Oce¨¢nica y Atmosf¨¦rica (NOAA, sus siglas en ingl¨¦s) de Estados Unidos. La acumulaci¨®n media de este gas en 2024 ha llegado a las 422 partes por mill¨®n, lo que supone m¨¢s de un 50% por encima de la de 1750, es decir, antes de que el ser humano empezara a quemar de forma masiva los combustibles f¨®siles. Hay que retroceder entre tres y cinco millones de a?os para encontrar una concentraci¨®n similar, seg¨²n la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial.
Pero un equipo de cient¨ªficos ha viajado este a?o mucho m¨¢s atr¨¢s en el tiempo. A trav¨¦s de datos geol¨®gicos indirectos procedentes del hielo, sedimentos marinos y los anillos de los ¨¢rboles, adem¨¢s de con simulaciones de modelos del sistema terrestre, ha trazado la evoluci¨®n de las temperaturas del planeta y de las concentraciones en el aire de di¨®xido de carbono en el actual e¨®n (un periodo de tiempo que abarca los ¨²ltimos 540 millones de a?os). Los resultados se publicaron hace tres meses en la revista Science y trazan una correlaci¨®n tan directa entre las temperaturas del planeta y el CO? que incluso sorprendi¨® a sus autores.
A lo largo de este e¨®n la Tierra ha vivido muchos cambios clim¨¢ticos que han hecho que el planeta estuviera m¨¢s fr¨ªo o m¨¢s caliente que ahora. Pero lo que est¨¢ pasando ahora es ¡°completamente diferente¡±, sostiene Dan Lunt, catedr¨¢tico de Ciencias del Clima de la Universidad de Bristol y uno de los autores de ese estudio. ¡°Los cambios que est¨¢n ocurriendo est¨¢n pasando mucho m¨¢s r¨¢pido¡±. Es decir, la liberaci¨®n o retenci¨®n del carbono a la atm¨®sfera se hab¨ªa producido hasta este momento de forma muy lenta. Pero la actual emisi¨®n masiva de di¨®xido de carbono a la atm¨®sfera ¨Dy de otros gases que tambi¨¦n sobrecalientan el planeta, como el metano¨D arranc¨® hace apenas 75 a?os, en los a?os cincuenta del siglo pasado.
Esta acumulaci¨®n tan r¨¢pida de gases de efecto invernadero en el aire est¨¢ detr¨¢s del incremento de las temperaturas que vive la Tierra. El cambio clim¨¢tico, que se est¨¢ acelerando, no solo implica aumentos medios de temperatura, sino tambi¨¦n un crecimiento en n¨²mero e intensidad de los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos, como las olas de calor que este 2024 se han vuelto a suceder y las lluvias torrenciales que golpearon en oto?o a Valencia y a otras provincias del sureste de la Pen¨ªnsula.
¡°Termina el a?o en el que en Espa?a hemos sentido el cambio clim¨¢tico con toda su crudeza¡±, explicaba hace unos d¨ªas Eva Salda?a, directora ejecutiva en Espa?a de la organizaci¨®n Greenpeace, al hacer balance de 2024. ¡°Es m¨¢s necesario que nunca denunciar la crisis clim¨¢tica, que est¨¢ provocando el sufrimiento de miles de ciudadanos y ciudadanas en todo el mundo, y a aquellos que quieren ocultarla¡±, a?ad¨ªa Salda?a, quien puso tambi¨¦n el foco en las consecuencias ¡°devastadoras para los derechos y libertades, la salud de la democracia y el futuro del planeta¡± que puede tener la vuelta de Trump. Adem¨¢s, advert¨ªa contra la deriva del nuevo gobierno de la UE.
Aunque el populismo negacionista avance en sus parlamentos y gobiernos, ni EE UU ni Europa est¨¢n a salvo en esta crisis. As¨ª lo explica en su ¨²ltimo libro ¡ªPlaneta Aqua (Ediciones Paid¨®s)¡ª el economista y soci¨®logo Jeremy Rifkin cuando recuerda, por ejemplo, que las inundaciones ¡°han aumentado dr¨¢sticamente en intensidad en toda Europa: representan el 35% de las cat¨¢strofes registradas en la regi¨®n y se prev¨¦ que aumenten¡±. Y crecer¨¢n m¨¢s r¨¢pido de lo que se podr¨¢n adaptar muchas de las infraestructuras construidas por lo que Rifkin llama la ¡°civilizaci¨®n hidr¨¢ulica¡±. A mediados de septiembre, mes y medio antes de que las lluvias torrenciales mataran en Espa?a a m¨¢s de 220 personas, la borrasca Boris golpe¨® Polonia, Chequia, Austria, Rumania, Hungr¨ªa, Alemania y Eslovaquia. Adem¨¢s de dos decenas de v¨ªctimas mortales, dej¨® un episodio de lluvias r¨¦cord en esa zona del continente.
Pocos d¨ªas despu¨¦s, le toc¨® el turno a la costa este de Estados Unidos y Centroam¨¦rica, que en un lapso de 15 d¨ªas vivi¨® dos huracanes ¡ªprimero Helene y luego Milton¡ª que tambi¨¦n se llevaron por delante cientos de vidas, adem¨¢s de destrozar infraestructuras de todo tipo y generar miles de millones de p¨¦rdidas econ¨®micas, como ya hab¨ªa ocurrido en verano con Beryl. Dos de esos huracanes, Beryl y Milton, llegaron a la categor¨ªa cinco. ¡°Pero no habr¨ªan alcanzado ese nivel cinco si no fuera por el cambio clim¨¢tico¡±, explica Kristina Dahl, de la organizaci¨®n Climate Central.
Dahl es una de las cient¨ªficas que forma parte del grupo World Weather Attribution (WWA), que realiza informes r¨¢pidos de atribuci¨®n al calentamiento de eventos meteorol¨®gicos extremos, como las ¨²ltimas inundaciones en Europa y los huracanes de esta temporada en el Atl¨¢ntico. Fen¨®menos de este tipo siempre se han dado, pero lo que est¨¢ haciendo el cambio clim¨¢tico es volverlos m¨¢s duros y, en ocasiones, frecuentes. Los cient¨ªficos del WWA calculan en sus estudios c¨®mo de probable e intenso habr¨ªa sido un evento concreto si no existiera el calentamiento causado por el ser humano. Este 2024 han analizado 29 eventos, y en 26 casos el calentamiento los intensific¨®.
¡°El cambio clim¨¢tico jug¨® un papel importante en la mayor¨ªa de los eventos que estudiamos, lo que provoc¨® que el calor, las sequ¨ªas, los ciclones tropicales y las lluvias torrenciales fueran m¨¢s probables e intensas en todo el mundo destruyendo vidas y medios de subsistencia de millones de personas¡±, detallaba hace unos d¨ªas en un encuentro con medios de comunicaci¨®n internacionales la profesora del Imperial College de Londres Friederike Otto, directora de WWA. ¡°Mientras el mundo siga quemando combustibles f¨®siles esto solo empeorar¨¢¡±, advert¨ªa. ¡°Tenemos que alejarnos de los combustibles f¨®siles mucho m¨¢s r¨¢pido y por completo si queremos evitar eventos cada vez m¨¢s extremos¡±. Otto abog¨® por no ¡°distraerse¡± con discusiones sobre si ya es demasiado tarde para actuar o con t¨¦cnicas de eliminaci¨®n del di¨®xido de carbono para poder centrarse en la transici¨®n para dejar atr¨¢s los combustibles f¨®siles.
Esa transici¨®n est¨¢ ya en marcha, aunque no va lo suficientemente deprisa: las renovables volver¨¢n a marcar un r¨¦cord en 2024. En Espa?a, por ejemplo, han generado este a?o el 56% de la electricidad. La entrada en los sistemas energ¨¦ticos de la solar y la e¨®lica, imbatibles en cuanto a costes, est¨¢ provocando que en muchas de las naciones occidentales se est¨¦ desplazando al carb¨®n y el gas. La preocupaci¨®n est¨¢ ahora en grandes econom¨ªas en desarrollo ¡ªcomo la India, Indonesia, Vietnam o Filipinas¡ª donde la demanda de carb¨®n sigue creciendo. Adem¨¢s, inquieta lo que pueda ocurrir con China, que, aunque encabeza la implantaci¨®n de renovables en el mundo, sigue siendo el principal consumidor y productor mundial de ese combustible.
¡°La revoluci¨®n de las energ¨ªas limpias ya est¨¢ aqu¨ª. Ning¨²n grupo, ninguna empresa ni ning¨²n gobierno pueden detenerla¡±, afirmaba en noviembre Ant¨®nio Guterres, secretario general de la ONU en la apertura de la cumbre del clima que se celebr¨® en Bak¨², capital de Azerbaiy¨¢n. De esa cita deb¨ªa salir una nueva meta de financiaci¨®n clim¨¢tica para ayudar precisamente a los pa¨ªses en desarrollo a desengancharse de las energ¨ªas sucias y a adaptarse a los impactos de esta crisis. La cumbre se cerr¨® con un agrio acuerdo econ¨®mico que no cumpli¨® con las expectativas que ten¨ªan las naciones con menos recursos.
La siguiente cumbre se celebrar¨¢ en noviembre en la ciudad brasile?a de Bel¨¦m y a ella todos los pa¨ªses deben llegar con sus nuevos planes de recorte de emisiones para el periodo 2025-2035. Deben endurecer las medidas porque las pol¨ªticas actuales ya se sabe que llevar¨¢n a un aumento de la temperatura de alrededor de tres grados respecto a los niveles preindustriales, muy por encima del umbral de seguridad que ha establecido la ciencia para evitar un calentamiento catastr¨®fico.
Aunque no lo mencion¨®, las palabras de Guterres sobre lo imparable de la revoluci¨®n de las renovables se pod¨ªan interpretar claramente como un mensaje ante la vuelta de Trump, que en enero regresa a la Casa Blanca. La Administraci¨®n dem¨®crata en funciones present¨® hace una semana ante la ONU un plan clim¨¢tico nuevo en el que promete que Estados Unidos reducir¨¢ sus emisiones de efecto invernadero entre un 61% y un 66% en 2035 partiendo de los niveles de 2005.
Ese plan, que quedar¨¢ ahora en papel mojado, se presenta en aplicaci¨®n del Acuerdo de Par¨ªs, un pacto que Trump ha prometido abandonar. En su anterior mandato ya lo hizo, aunque ning¨²n pa¨ªs sigui¨® sus pasos y en EE UU tampoco se produjo un renacer del carb¨®n, como hab¨ªa prometido el republicano. Ahora, con una Europa en la que los populismos negacionistas avanzan, es una inc¨®gnita qu¨¦ puede ocurrir con ese pacto y la lucha clim¨¢tica internacional. La misma incertidumbre rodea al tratado contra la contaminaci¨®n por pl¨¢stico que deber¨ªa cerrarse a mediados de este a?o tras haberse tenido que posponer por falta de acuerdo a finales de este a?o. Pero los pa¨ªses m¨¢s dependientes del petr¨®leo y la industria de los combustibles f¨®siles, aliada de Trump en las elecciones, est¨¢n manteniendo una postura feroz para que no se establezcan l¨ªmites a la producci¨®n de estos pol¨ªmeros. ?Se lograr¨¢ un buen pacto? La respuesta, este 2025 que se inicia lleno de incertidumbres.
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