Ecuador nunca tendr¨¢ el consentimiento ind¨ªgena para que saqueen la Amazonia
La Corte Constitucional todav¨ªa tiene que debatir si est¨¢ bien o no volar a nuestros territorios y ofrecernos botellas de Coca Cola y pan a cambio de firmas en un documento escrito en un idioma que no es el nuestro
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S¨¦ que para mucha gente mi casa podr¨ªa parecer una casa pobre. No es su culpa. Pocos son los for¨¢neos que llegan por primera vez a la selva amaz¨®nica y saben mirar. Tal vez por eso, tantos Gobiernos y tantos empresarios siempre quieren tumbar mi casa. Insisten y vuelven a insistir y hasta nos dicen que es por nuestro bien. Y no es solamente mi casa la que quieren derrumbar: es la casa de todos los pueblos ind¨ªgenas de la Amazonia. Es la selva misma la que quieren tirar.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quiere subastar la Amazon¨ªa a empresas petroleras. En 2024, anunci¨® su plan para llevar a cabo una nueva ronda petrolera, ofreciendo territorios ind¨ªgenas en la Amazonia, algunos de los bosques m¨¢s biodiversos del mundo, como bloques en renta para la explotaci¨®n del petr¨®leo. Su Gobierno dijo, adem¨¢s, que ya hab¨ªa consultado a los pueblos originarios de esas zonas y obtenido nuestro consentimiento. Pero no fue as¨ª.
En abril del 2019, cuando fui presidenta de los Waorani, demandamos al Gobierno. El Tribunal de Garant¨ªas Penales en Puyo emiti¨® una sentencia hist¨®rica en nuestro caso: determin¨® que Ecuador viol¨® los derechos del pueblo Waorani de Pastaza al realizar una supuesta consulta viciada sobre la exploraci¨®n y explotaci¨®n del petr¨®leo en nuestros territorios. La sentencia invalid¨® esa supuesta consulta y par¨® la campa?a de licitaci¨®n petrolera en el llamado Bloque 22. Tambi¨¦n descarril¨® todo el esfuerzo del Gobierno en ese momento de subastar el futuro de la Amazonia. ¡°Hoy gan¨® la vida,¡± dijimos ese d¨ªa.
Pero ese d¨ªa la vida solo hab¨ªa ganado una batalla.
Ahora estamos en medio de una crisis clim¨¢tica cada vez m¨¢s severa. La Amazonia est¨¢ acerc¨¢ndose a un punto de deforestaci¨®n y contaminaci¨®n sin retorno. El acuerdo de los representantes gubernamentales en los encuentros de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas en Dubai en 2023 reconoce la necesidad de empezar la transici¨®n desde la energ¨ªa de los combustibles f¨®siles hacia la energ¨ªa renovable. La Ministra del Ambiente de Ecuador habl¨® a favor de esa transici¨®n. Despu¨¦s, Ecuador, como casi todos los Gobiernos, ha seguido explotando y quemando petr¨®leo, ha seguido deforestando, violando los derechos de la naturaleza, de los ni?os y las ni?as, de las futuras generaciones y de los pueblos ind¨ªgenas.
En Ecuador, los economistas del petr¨®leo nos prometieron salud, educaci¨®n y ese enga?o que siempre llaman desarrollo. Pero a la Amazonia, ya despu¨¦s de m¨¢s de sesenta a?os, el petr¨®leo solo nos ha tra¨ªdo deforestaci¨®n, contaminaci¨®n, enfermedades, muerte y miseria. Las provincias con m¨¢s actividad petrolera son las provincias m¨¢s pobres del pa¨ªs. ?Qu¨¦ significa este hecho? Significa que en las provincias donde la industria petrolera despoja los bosques y los pueblos, el dinero que se queda en el pa¨ªs se canaliza hacia los pagos de la deuda externa y de la corrupci¨®n, mientras la tasa de mortalidad infantil es la m¨¢s alta del pa¨ªs. Por eso luchamos en el 2019 para frenar la venta de nuestros territorios a las petroleras.
Y en este contexto, el Gobierno de Ecuador vuelve a insistir en los mismos planes de sacrificar a los bosques m¨¢s biodiversos e ¨ªntegros del planeta, de sacrificar los territorios ancestrales de los pueblos ind¨ªgenas para sacar unos cuantos a?os de petr¨®leo, la sangre de nuestros ancestros, debajo de nuestras casas.
Daniel Noboa ya anunci¨® su intenci¨®n de reiniciar las licitaciones petroleras en la Amazonia¡ªlas mismas que se basan en la supuesta y viciada ¡°consulta¡± del 2012 ya invalidada. Proponen ofrecer al mercado internacional catorce bloques petroleros con m¨¢s de 2.300.000 hect¨¢reas.
El Gobierno dice que todo est¨¢ listo, que ya consultaron a las comunidades que viven ah¨ª. Pero es una mentira, y el propio sistema judicial sabe que es una mentira. Y es importante que las empresas petroleras internacionales lo sepan tambi¨¦n: no nos consultaron, no queremos empresas extractivas en nuestros territorios, lucharemos para defender nuestros derechos.
Poco tiempo despu¨¦s de nuestra victoria en 2019, la Corte Constitucional del Ecuador declar¨® su inter¨¦s de resolver el caso Waorani a fondo. La Corte dijo que evaluar¨ªa si el proceso de consulta, tal como funciona hoy, se ajusta a los derechos de los pueblos y las obligaciones del Estado. Si la Corte decide que no es as¨ª, podr¨ªa establecer nuevos est¨¢ndares para la consulta, que podr¨ªan otorgar a las comunidades ind¨ªgenas una mayor autonom¨ªa sobre el futuro de nuestras vidas, nuestros bosques y nuestros propios territorios.
Ya no estamos en los tiempos de la colonia cuando los invasores le¨ªan El requerimiento en voz alta antes de despojarnos. Pero aun as¨ª, la Corte todav¨ªa tiene que debatir si est¨¢ bien o no volar a nuestros territorios y ofrecernos botellas de Coca Cola y pan a cambio de firmas en un documento escrito en un idioma que no es el nuestro. El tribunal en Puyo ya dijo que no est¨¢ bien. Nosotros llevamos m¨¢s de 500 a?os dici¨¦ndolo. Aqu¨ª le repetimos: eso no es una consulta, es un robo.
Los est¨¢ndares podr¨ªan incluir requisitos como: realizar la consulta en el idioma de las comunidades ind¨ªgenas, hacerlo dentro de sus territorios y con su conocimiento previo y su participaci¨®n en la organizaci¨®n de los encuentros seg¨²n sus tradiciones, y consultar a la totalidad de la poblaci¨®n afectada y no solo un porcentaje menor, como hizo el Estado en el 2012 cuando ¡°consultaron¡± al 7% de la poblaci¨®n en eventos promocionales sin traductores.
Si la Corte resolviera el caso Waorani a fondo este a?o, la nueva ronda petrolera en nuestros territorios ser¨ªa invalidada por haber violado los derechos a la consulta previa, libre e informada. Al inicio de este a?o, la Corte llevaba m¨¢s de cinco a?os sin pronunciar una palabra al respecto. Hab¨ªamos ido a sus oficinas repetidas veces a exigirles a los jueces que act¨²en. Y no hab¨ªan actuado.
Parec¨ªa que la Corte Constitucional del Ecuador ten¨ªa miedo del poder de su propia voz. Como ind¨ªgenas que somos, sabemos bien que les dificulta a los jueces escucharnos a nosotros. Estamos acostumbrados ya a que no nos quieran recibir en su edificio en Quito, o que nos quieran limitar en el tiempo, en la forma, o hasta en la identidad de quienes le dirigimos la palabra. Eso no nos perturba. Sabemos exigir nuestros derechos y hacernos escuchar. Pero s¨ª nos sorprendi¨® que la Corte Constitucional hubiera querido ignorar la sentencia hist¨®rica del tribunal de Pastaza.
Nos hemos dado cuenta que al escuchar de verdad de esa sentencia del 2019, la Corte frena en seco el esfuerzo del Gobierno de vender nuestros territorios a las empresas petroleras sin nuestro consentimiento. Y los jueces lo saben, porque no es ning¨²n secreto, porque les hemos dicho de frente y lo volveremos a repetir las veces que sea necesario: no les vamos a dar nuestro consentimiento nunca. Nuestros bosques, nuestros territorios, son la vida misma. Y la vida no se vende, no se regatea, no se alquila, no se destruye. La misma crisis clim¨¢tica es la madre tierra llorando, pidiendo respeto.
?Qu¨¦ es, entonces, lo que les da tanto miedo? ?Por qu¨¦ no resuelven a fondo nuestro caso? ?Qu¨¦ temen los jueces en Quito? Son preguntas ret¨®ricas. Siempre el miedo es el mismo: es el espanto ante el imaginario citadino del indio bravo de la selva con su lanza y su mirada, es el temor al tener que verle a los ojos al indio que lo mira firmemente, los ojos donde se refleja la injusticia con que ha sido discriminado, ignorado y despojado, y es el temor al tener que enfrentarse con la mirada del ind¨ªgena sin miedo que lucha hasta el final por la vida.
Con esas preguntas ret¨®ricas en la boca despedimos 2024. Nos alegra recibir 2025 con la noticia que la Corte Constitucional por fin avoc¨® el caso, comprometi¨¦ndose a emitir una sentencia que crear¨ªa jurisprudencia sobre las consultas previas en territorios ind¨ªgenas.
La Corte ha mostrado su seriedad al comprometerse, despu¨¦s de cinco a?os de silencio, a emitir una sentencia en el caso de la Resistencia Waorani. Ahora lo esencial es presionar a la Corte a que escuche en audiencia a la gente y no se vaya a pronunciar s¨®lo sobre lo escrito. Tambi¨¦n es urgente que esa escucha se haga de manera respetuosa y con los tiempos suficientes para que se pueda generar un di¨¢logo intercultural y no solo un tr¨¢mite ordinario.
La Corte Constitucional todav¨ªa puede hacer lo justo. Nosotros no pedimos nada. Exigimos que se respete la Amazon¨ªa, la madre tierra y nuestros territorios. Y seguimos luchando y ejerciendo nuestros derechos.
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