Borrell: ¡°No podemos permitir que Ecuador se desestabilice en manos del crimen organizado¡±
En su s¨¦ptima visita a Am¨¦rica Latina como jefe de la diplomacia europea, el espa?ol habla con EL PA?S de los retos del continente
A Josep Borrell (La Pobla de Segur, 76 a?os) se le ve a gusto paseando por Uaxact¨²n, la que fue una de las ciudades m¨¢s importantes del periodo cl¨¢sico de los mayas que todav¨ªa conserva los vestigios del primer observatorio astron¨®mico de esa civilizaci¨®n. El jefe de la diplomacia de la Uni¨®n Europea ha llegado al coraz¨®n de la selva guatemalteca, en el departamento del Pet¨¦n, para anunciar una inversi¨®n de 50 millones de euros en apoyo a la transici¨®n verde durante los pr¨®ximos a?os y conocer un proyecto que ya est¨¢ en marcha de manejo sostenible del bosque que recibe fondos europeos. Pero m¨¢s all¨¢ del protocolo, se nota que est¨¢ disfrutando de la visita. Durante el recorrido, habla con comunarios como don Jorge, que escala un ¨¢rbol para mostrarle la manera tradicional de extraer la resina; se pone unas gafas de realidad virtual para ver las im¨¢genes a¨¦reas del dron con el que monitorean ese bosque donde habita el gran felino americano, el jaguar; y prueba el t¨¦ fr¨ªo hecho con hojas del ¨¢rbol de la pimienta de do?a Neria, una bebida que no conoc¨ªa, pero que tanto le gusta que repite varias veces. ¡°?Pero c¨®mo es que en Europa esto no existe?¡±, le pregunta fascinado.
Un panorama muy distinto al del domingo cuando el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Pol¨ªticas de Seguridad tuvo que echar mano de las herramientas de la diplomacia durante la atropellada jornada de investidura del presidente de Guatemala, Bernardo Ar¨¦valo, que estuvo a punto de verse obstruida por un sector del Congreso. ¡°Hubo un momento en el que temimos que las maniobras obstruccionistas pudiesen evitar que el presidente pudiese prestar juramento y, por lo tanto, tomar sus funciones¡±, confiesa en entrevista con EL PA?S. ¡°Por eso, cuando se vio este peligro, inmediatamente todas las delegaciones all¨ª representadas tomamos la decisi¨®n de hacer clara nuestra posici¨®n: que la democracia ten¨ªa que ser preservada y la voluntad del pueblo guatemalteco respetada y que el presidente ten¨ªa que tomar posesi¨®n en el mismo d¨ªa¡±.
Ahora cree que es un buen momento para trabajar con el Gobierno de Guatemala, un aliado en una regi¨®n que ha visto un auge del autoritarismo en los ¨²ltimos a?os, con casos muy preocupantes como el de Nicaragua, donde el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo han acallado a la fuerza, con c¨¢rcel y represi¨®n a todas las voces cr¨ªticas. Centroam¨¦rica tambi¨¦n est¨¢ pendiente de otras elecciones este a?o: los comicios de El Salvador, en los que el presidente Nayib Bukele busca su muy probable reelecci¨®n tras un cambio en la Constituci¨®n que se lo imped¨ªa. Pese a su gran popularidad, el mandatario ha recibido fuertes cr¨ªticas de organizaciones de derechos humanos por su pol¨¦mico plan para desarticular la violencia de las pandillas por el que ha conseguido reducir notoriamente los ¨ªndices de inseguridad del peque?o pa¨ªs centroamericano, pero ha cosechado m¨²ltiples denuncias de violaciones a los derechos humanos en las prisiones, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas de corta duraci¨®n.
Pese a los se?alamientos de autoritarismo, Borrell no cree que, por el momento, los casos de Nicaragua y El Salvador puedan compararse. ¡°La democracia es escuchar la opini¨®n y la voluntad de los ciudadanos, y parece que que Bukele tiene un amplio respaldo social. Uno puede estar m¨¢s o menos de acuerdo con determinadas pol¨ªticas, pero es a los ciudadanos a los que corresponde emitir su veredicto. En el caso de Nicaragua, no pueden emitir su veredicto porque en Nicaragua no hay elecciones que puedan considerarse libres¡±, dice.
Lo que m¨¢s parece preocuparle a Borrell en estos momentos en la regi¨®n es la ola de violencia impulsada por el crimen organizado que est¨¢ sembrando el caos en Ecuador. ¡°La situaci¨®n ha alcanzado un nivel cr¨ªtico y, en consecuencia, hay que darle respuestas urgentes, pero siempre respetando el Estado de derecho¡±, dice. ¡°La mejor manera de defenderlo es respetarlo y nosotros ¡ªya se lo he dicho al presidente de Ecuador¡ª le apoyaremos en lo que ¨¦l estime necesario porque no podemos permitir la desestabilizaci¨®n pol¨ªtica de un pa¨ªs como Ecuador en manos del crimen organizado que se financia con el tr¨¢fico de drogas¡±.
En ese sentido, la UE estar¨ªa dispuesta a apoyar a Ecuador ¡°en lo que sea¡±, seg¨²n dice el alto representante. ¡°La Uni¨®n Europea no es una potencia militar, ni creo que la soluci¨®n sean intervenciones militares desde el exterior que Ecuador no pide, pero s¨ª que tenemos una expertise importante en materia de seguridad ciudadana. Somos una parte del mundo donde la seguridad ciudadana se ejerce con muchos recursos, con pol¨ªticas se han demostrado su eficacia¡±.
La pelota est¨¢ en el tejado del Gobierno de Maduro
Si hay una crisis en la regi¨®n a la que Borrell no ha perdido el pulso en los ¨²ltimos a?os es la de Venezuela, un pa¨ªs que deber¨ªa celebrar este a?o elecciones, si bien todav¨ªa no hay fecha asignada, y donde se mantiene la inc¨®gnita de si la ganadora de las primarias de la oposici¨®n, Mar¨ªa Corina Machado, tendr¨¢ el visto bueno de la justicia para presentarse ¡ªla dirigente est¨¢ a la espera de una respuesta a la demanda que introdujo al Tribunal Supremo para reclamar su inhabilitaci¨®n a ejercer cargos pol¨ªticos.
El jefe de la diplomacia europea ve ¡°progresos¡± en las negociaciones que han mantenido Gobierno y oposici¨®n, mientras Estados Unidos ha flexibilizado su posici¨®n al levantar sanciones, al igual que la UE. ¡°A la hora de renovar nuestras sanciones, las hemos renovado, s¨ª, pero por un periodo m¨¢s corto de lo habitual. En vez de renovarlas para 12 meses, las hemos renovado para seis meses, que es un camino intermedio entre no renovarlas o hacer como siempre. Pensamos que estamos mandando una se?al de voluntad de contribuir a la distensi¨®n, pero, claro, eso depender¨¢ de que el Gobierno venezolano quiera organizar unas elecciones democr¨¢ticamente homologables¡±.
Por eso, dice que la pelota est¨¢ ahora en el tejado del Gobierno. ¡°Si se convocan elecciones y se impide que se presenten los candidatos de la oposici¨®n, es dif¨ªcilmente aceptable como procedimiento electoral. Pero nada est¨¢ dicho todav¨ªa¡±, afirma. ¡°Esperamos que sea posible hacer unas elecciones y deseamos que puedan ser homologables. Es lo que necesita Venezuela para salir del impasse pol¨ªtico en el que est¨¢ ya durante demasiado tiempo. Otras elecciones presidenciales que no cumplieran con los est¨¢ndares democr¨¢ticos y no pudieran ser aceptadas como tales por la comunidad internacional, no ser¨ªa el mejor camino para lo que los venezolanos necesitan¡±.
En este viaje a Guatemala ¡ªel s¨¦ptimo a Am¨¦rica Latina en sus cuatro a?os de mandato pese al freno que puso la pandemia¡ª, Borrell se muestra orgulloso de la ¡°intensidad¡± de sus relaciones con la regi¨®n. Dice que se propuso ponerla en el radar de la Uni¨®n Europea, un acercamiento que se escenific¨® el a?o pasado con una cumbre en Bruselas en las que los jefes de Estado de los dos continentes se hablaron de t¨² a t¨² y en la que la UE prometi¨® 45.000 millones de euros para la regi¨®n en planes de financiaci¨®n a trav¨¦s de su herramienta Global Gateway.
¡°Hemos conseguido un acuerdo con Chile. No ha sido posible todav¨ªa con M¨¦xico, pero tampoco est¨¢n perdidas las esperanzas¡±, dice el alto representante europeo al hacer balance. Tambi¨¦n est¨¢ pendiente de resoluci¨®n el tratado comercial de la UE con Mercosur, un pacto inicialmente alcanzado hace cinco a?os y que sigue pendiente de finalizaci¨®n. ¡°Hay que buscar en los dos pr¨®ximos meses, antes de las pr¨®ximas elecciones en Europa, un posible acuerdo de ¨²ltima hora al que los amigos latinoamericanos parecen hoy m¨¢s dispuestos que nunca¡±, dice Borrell. Y reconoce que, en este caso, la pelota est¨¢ del lado de los europeos despu¨¦s de que el nuevo presidente argentino, Javier Milei, se mostrara favorable al pacto, al contrario que su predecesor. ¡°En este momento est¨¢ m¨¢s en el lado de los europeos demostrar que realmente este acuerdo es algo que queremos. Lo queremos, pero hay que demostrar la necesaria flexibilidad negociadora¡±.
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