C¨®mo romper el hechizo del D¨ªa de la Marmota en Venezuela
La ruta electoral es compleja, pero es hasta ahora la ¨²nica v¨ªa deseable. C¨®mo transitarla no es solamente la tarea de Machado, sino de los dem¨®cratas dentro y fuera del pa¨ªs
Desde hace 20 a?os en Venezuela se repite la historia, aunque con distintas tramas. El desenlace es el mismo: un Gobierno que no puede acabar con la oposici¨®n, aunque lo intenta con casi todas sus fuerzas y una oposici¨®n que no logra llegar al poder, aunque use casi cualquier recurso. Este cuadro se hizo mas dram¨¢tico en la ¨²ltima d¨¦cada de control madurista. El analista Dimitris Pantoulas lo llamaba un empate catastr¨®fico. Otros, m¨¢s a tono con el an¨¢lisis pop, lo bautizaron como el D¨ªa de la Marmota, inspirados en una pel¨ªcula en la que el protagonista queda atrapado en un bucle temporal que lo lleva a repetir una y otra vez el mismo d¨ªa.
Cualquier conflicto se complica cuando se le a?aden capas. El caso venezolano se maneja frente a varios dilemas, cuya s¨ªntesis podr¨ªa ser por qu¨¦ un Gobierno autoritario va a dejar el poder si los beneficios que obtiene, al permanecer, son mayores que las p¨¦rdidas que le acarrean las constantes violaciones a las reglas de la democracia.
El a?o electoral de 2024 inici¨® para el pa¨ªs sudamericano con movimientos t¨ªpicos del Gobierno para frenar el descontento entre sus filas, mientras aplica la mano mas dura que puede usar, en este momento, contra los opositores tradicionales.
En las ¨²ltimas semanas, el Gobierno de Maduro devel¨® cinco supuestas conspiraciones magnicidas que incluyen a militares, persigui¨® a quienes organizaron las elecciones primarias de la oposici¨®n, excarcel¨® a una treintena de presos pol¨ªticos y priv¨® de libertad a otro grupo.
La cereza en el pastel de este per¨ªodo la pusieron el 26 de enero cuando los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia admitieron la mayor¨ªa de los amparos solicitados por pol¨ªticos que fueron inhabilitados, pero ratificaron, sin juicio ni derecho a la defensa, la penalizaci¨®n contra la candidata Mar¨ªa Corina Machado y el excandidato Henrique Capriles Radonski.
Las t¨¢cticas de la c¨²pula no sorprenden porque forman parte de su caja de herramientas: aprovechar las brechas en los sectores de oposici¨®n, criminalizar las disidencias, ganar tiempo, hacer lobby internacional y avanzar hacia unas elecciones no competitivas, ni libres, con la convicci¨®n de que lo peor que puede pasar es volver al per¨ªodo de sanciones internacionales.
Por tanto, las preguntas se dirigen m¨¢s hacia la oposici¨®n. ?Qu¨¦ es necesario que haga la dirigencia para no solo contrarrestar las acciones de un gobierno autoritario, sino aprovechar las pocas ventanas que a¨²n quedan? ? C¨®mo evitar que el pa¨ªs avance hacia un escenario similar al de Nicaragua?
¡°Es claro que el objetivo de Maduro y su coalici¨®n es preservar el poder al menor costo pol¨ªtico y econ¨®mico posible¡±, comenta Stefania Vitale, estudiosa de sistemas autoritarios. Sostiene que los resultados de las elecciones primarias de la oposici¨®n aumentaron los dilemas del aut¨®crata, pero, tambi¨¦n ha quedado en evidencia la necesidad de articulaci¨®n de los factores de oposici¨®n.
En mi mas reciente viaje al pa¨ªs percib¨ª nuevamente un gran deseo de cambio. Lo reflejan todas las encuestas. Tambi¨¦n not¨¦ otro aspecto que es la esperanza. Y el contexto es de un gran hartazgo, no solo contra el gobierno sino tambi¨¦n contra algunos factores tradicionales de oposici¨®n.
Seg¨²n distintos analistas, no se puede despachar f¨¢cilmente la figura de Machado aunque est¨¦ inhabilitada. Sin embargo, la posibilidad de que se personalice la lucha por retomar la democracia divide a varios en la oposici¨®n. A ello se suma que algunos pol¨ªticos intentan descifrar los resultados del 22 de octubre de 2023 cuando Machado se llev¨® 92% de los votos.
Carmen Beatriz Fern¨¢ndez, de la Universidad de Navarra, sostiene que el dilema sobre Machado no es tal, ya que, a su juicio, ella no es la principal enemiga de Maduro, sino la esperanza que se despert¨® en el proceso de primarias. Un ¡°motor emocional¡± que la candidata y las elecciones internas rescataron el a?o pasado y que obliga al liderazgo opositor a organizarse y respetar la ascendencia de Machado.
Para Vitale, es imprescindible la coordinaci¨®n formal de la oposici¨®n, con reglas claras, que permitan tomar decisiones de forma transparente y se diriman los conflictos en un marco institucional.
Por su parte, Maria Fernanda Madriz, acad¨¦mica del Instituto de Investigaciones de la Comunicaci¨®n (Ininco UCV) considera que la coyuntura muestra la necesidad de habilitar un proyecto pol¨ªtico para todos los que buscan la democratizaci¨®n del pa¨ªs. ¡°Las personas no hacen cambios hist¨®ricos; los cambios hist¨®ricos m¨¢s duraderos se hacen en torno a proyectos y a sectores y a bloques que dentro de las sociedades¡± dice.
Desde mi perspectiva, la ventana de oportunidad para lograr un cambio democr¨¢tico en el pa¨ªs aun sigue abierta. Sin embargo, me da la impresi¨®n de que las c¨²pulas siguen leyendo a Venezuela con lentes del pasado. Eso incluye al gobierno, que al permanecer tanto tiempo en el poder perdi¨® la br¨²jula; a algunos miembros de la dirigencia opositora y otros sectores que en vez de subir los costos de permanencia del sistema creen que para lograr algunas cuotas es mejor acostumbrase a vivir con una pistola en la sien.
El hechizo o empate catastr¨®fico se puede romper con varias p¨®cimas. Ninguna es un secreto. Por eso podr¨ªa ser prudente ver los matices. Distintos expertos en negociaci¨®n que se han acercado al conflicto venezolano siempre llaman la atenci¨®n de que pese a las tensiones terribles y los episodios dolorosos de violencia pol¨ªtica, el pa¨ªs no haya llegado a una guerra civil. Es un autol¨ªmite, que por distintas razones, ha imperado. Esa es una caracter¨ªstica distintiva de otros procesos.
Por otro lado, aunque me cuento entre quienes tienen pensamientos encontrados sobre la mesa de negociaci¨®n que protagonizan el gobierno y la Plataforma Unitaria, valoro el hecho de que ambos lados, al menos discursivamente, han expresado estar dispuestos a respetar los acuerdos de Barbados. La maqueta para resolver el conflicto ya han sido dibujada en el pacto de garant¨ªas electorales suscrito en octubre pasado.
El hecho de compartir la misma desgracia puede ofrecer a Machado y a Capriles, quienes son en la actualidad como el agua y el aceite, la oportunidad de liderar una estrategia que permita avanzar en un escenario de cambio en el pa¨ªs. Tal vez inspirarse m¨¢s en Guatemala y dejar de ver tanto a Nicaragua. Capriles ha sido uno de los pol¨ªticos mas coherentes del pa¨ªs. En este momento no cuenta con el apoyo popular, pero tiene influencia en distintos espacios nacionales e internacionales.
A la fuerza gobernante los invitar¨ªa a que recuerden lo que Hugo Ch¨¢vez les ense?¨® al enfrentar una campa?a electoral: con toda la ventaja con la que solia partir, siempre consideraba el escenario de perder. Ante eso, seg¨²n los testigos de distintas reuniones estrat¨¦gicas, dec¨ªa: si perdemos, entregamos y nos vamos a las gobernaciones y en poco tiempo estamos de regreso.
La c¨²pula madurista no contempla esa posibilidad, aunque todos los n¨²meros indican que si las elecciones fuesen ma?ana saldr¨ªan derrotados, incluso por una eventual candidatura sin nombre, sustituta de Machado. Seg¨²n datos de la firma Poder y Estrategia, este hipot¨¦tico reemplazo ya parte con 54% de apoyo, siempre y cuando reciba el endoso de la l¨ªder opositora, explica el polit¨®logo Ricardo R¨ªos.
La ruta electoral es compleja, pero es hasta ahora la ¨²nica v¨ªa deseable. C¨®mo transitarla y aprovechar la necesidad de cambio y el resurgir de la esperanza no es solamente la tarea de Machado, quien este 29 de enero reiter¨® que sigue en el camino de los votos. Tampoco es el deber de un factor de la oposici¨®n, sino de los dem¨®cratas dentro y fuera del pa¨ªs. Pero, no basta con decirlo, lo que toca es hacerlo.
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