?Es Uruguay la democracia m¨¢s s¨®lida de Am¨¦rica Latina?
El ¨ªndice de calidad democr¨¢tica de ¡®The Economist¡¯ destaca la estabilidad del pa¨ªs sudamericano gracias a un sistema de partidos fuerte que ¡°evita la emergencia de l¨ªderes populistas y desviaciones autoritarias¡±
La democracia uruguaya despunta en la regi¨®n y se consolida como la m¨¢s estable de Am¨¦rica Latina y el Caribe, seg¨²n el ¨ªndice de calidad democr¨¢tica de la revista The Economist. Uruguay, con 3,4 millones de habitantes, se ubica en el puesto 14 de un listado que abarca 165 pa¨ªses encabezados por Noruega y al mismo nivel que Australia y por debajo de Canad¨¢, el m¨¢s democr¨¢tico en las Am¨¦ricas. De acuerdo con este ranking, poco m¨¢s del 1% de la poblaci¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe disfruta de una ¡°democracia plena¡±, en Uruguay y Costa Rica, el otro pa¨ªs mejor valorado y ubicado en el lugar 17. En Sudam¨¦rica siguen Chile (puesto 25), Surinam (49), Brasil (51), Argentina (54) y Colombia (55), consideradas ¡°democracias imperfectas¡±.
¡°La fortaleza de la democracia uruguaya se basa en gran medida en un sistema de partidos fuertes que evita la emergencia de l¨ªderes populistas y desviaciones autoritarias, como las que estamos viendo en otros pa¨ªses de la regi¨®n¡±, dice a EL PAIS Nicol¨¢s Sald¨ªas, doctor en Ciencias Pol¨ªticas e integrante de la Unidad de Inteligencia de The Economist, responsable de este ¨ªndice difundido d¨ªas atr¨¢s. El polit¨®logo destaca que la cultura democr¨¢tica, muy arraigada en Uruguay, se fortaleci¨® despu¨¦s de la dictadura que gobern¨® el pa¨ªs entre 1973 y 1985. ¡°Las encuestas muestran que los uruguayos son los m¨¢s comprometidos con el sistema democr¨¢tico en la regi¨®n, y por mucho¡±, explica Sald¨ªas por correo electr¨®nico desde Washington, donde reside.
Uruguay obtiene el mayor puntaje, 10 sobre 10, en cuanto a ¡°sistema electoral y pluralismo¡±, una de las categor¨ªas evaluadas desde 2006. Tambi¨¦n figura como uno de los mejores del mundo en ¡°libertades civiles¡±, con 9,71 puntos, mientras que en ¡°funcionamiento del gobierno¡± obtiene un 8,93. En ¡°cultura pol¨ªtica¡± este a?o el puntaje disminuye a 6,88, debido principalmente a que una parte los uruguayos se ha mostrado partidaria de que los expertos (sin filiaci¨®n partidaria) tuvieran m¨¢s poder pol¨ªtico. En ¡°participaci¨®n pol¨ªtica¡± re¨²ne 7,78 puntos, porque el voto obligatorio que rige en Uruguay (como en otros diez pa¨ªses latinoamericanos) es considerado un indicador negativo por la revista brit¨¢nica. Ir a votar o no hacerlo, defienden sus autores, debe ser una elecci¨®n libre.
Discrepa con este criterio el veterano analista pol¨ªtico uruguayo Oscar Bottinelli, director de la consultora Factum. Para Bottinelli, esa es precisamente una caracter¨ªstica que apuntala al sistema democr¨¢tico uruguayo: ¡°El voto obligatorio hace que todo el mundo participe¡±. En ese sentido, entiende que valorar negativamente el sufragio obligatorio ¡°proviene de un liberalismo individualista¡± que tiene componentes ¡°altamente elitistas¡±. La tradici¨®n muestra que en el pa¨ªs sudamericano existe una ¡°sacralizaci¨®n del voto¡±, afirma. En las elecciones generales de 2019, la participaci¨®n alcanz¨® el 90% y los votos en blanco o anulados no superaron el 4%. ¡°Eso refleja que la gente opta, d¨¢ndole fortaleza al sistema¡±, indica.
Bottinelli coincide en que la solidez del sistema de partidos pol¨ªticos es un pilar que sostiene en buena medida la democracia local. El pa¨ªs pas¨® del bipartidismo con los hist¨®ricos Colorado y Blanco, al tripartidismo con la incorporaci¨®n del izquierdista Frente Amplio, que gobern¨® entre 2005 y 2020, hasta llegar al pluripartidismo actual. ¡°Pero siempre dentro del sistema de partidos, en Uruguay no existen movimientos antisistema¡±, apunta. Tambi¨¦n ha influido su ¡°elenco estable¡± de liderazgos pol¨ªticos, contin¨²a Bottinelli, cuya renovaci¨®n generacional arranc¨® abruptamente en la ¨²ltima d¨¦cada. ¡°Esa ha sido otra fortaleza¡±, se?ala.
Una regi¨®n convulsionada
El ¨ªndice muestra que 2023 fue el octavo a?o consecutivo de decadencia democr¨¢tica en Am¨¦rica Latina y el Caribe, cuyo puntaje promedio cay¨® de 5,79 en 2022 a 5,68 en 2023. Poco m¨¢s del 1% de la poblaci¨®n de la regi¨®n vive en una democracia plena, el 54% en democracias defectuosas, el 35% en un r¨¦gimen h¨ªbrido (entre imperfecto y autoritario) y el 9% en reg¨ªmenes autoritarios. El mayor descenso lo registr¨® El Salvador, expone el informe, cuyo puntaje se deterior¨® a instancias del Gobierno ¡°cada vez m¨¢s autoritario¡± del presidente Nayib Bukele y su candidatura inconstitucional a la reelecci¨®n.
¡°La polarizaci¨®n pol¨ªtica, los intentos de golpes de Estado, los actos de violencia pol¨ªtica, el aumento en la inseguridad y el escaso crecimiento econ¨®mico est¨¢n generando una sensaci¨®n cada vez m¨¢s profunda de que la democracia no est¨¢ dando resultados positivos¡±, dice Sald¨ªas acerca del contexto en Am¨¦rica Latina y el Caribe. Por esta raz¨®n, explica el polit¨®logo, la regi¨®n tiene el puntaje m¨¢s bajo del mundo en la categor¨ªa ¡°cultura pol¨ªtica¡±, que eval¨²a el grado de consenso social de respaldo a la democracia y a sus representantes pol¨ªticos. ¡°Peor a¨²n, el caso de Nayib Bukele como un modelo para algunos puede alimentar desviaciones antidemocr¨¢ticas en toda la regi¨®n¡±, advierte.
El riesgo de la inseguridad
Pese a su buena salud, la democracia uruguaya no es ajena a esta realidad. Como en casi todos los pa¨ªses de la regi¨®n, asegura Sald¨ªas, la principal debilidad de Uruguay radica en la cultura pol¨ªtica. Este a?o, el puntaje del pa¨ªs en esta categor¨ªa ha disminuido con respecto a los anteriores. ?Por qu¨¦ raz¨®n? Sald¨ªas lo atribuye principalmente a que m¨¢s del 50% de los uruguayos ha manifestado preferir que los expertos o tecn¨®cratas ¡°tengan m¨¢s poder pol¨ªtico¡±, mostrando una falta de confianza en la pol¨ªtica tradicional. Adem¨¢s, su apoyo a la democracia ha ca¨ªdo por debajo del umbral del 75% establecido por The Economist. ¡°Otro riesgo para la democracia uruguaya es la inseguridad, que podr¨ªa alimentar el surgimiento de populistas con pol¨ªticas autoritarias¡±, a?ade.
Para mantener su calidad democr¨¢tica, opina Bottinelli, Uruguay tendr¨ªa que hacer foco y modificar su financiamiento pol¨ªtico, que implicar¨ªa reducir costos en las campa?as electorales. Seg¨²n este polit¨®logo, otra debilidad que amerita ser atendida es el ¡°desequilibrio¡± que existe en el ¨¢mbito informativo. ¡°Claramente hay un predominio de medios de comunicaci¨®n que no hacen culto de la imparcialidad y equidistancia en la informaci¨®n, tanto en medios privados como p¨²blicos¡±, afirma. Tambi¨¦n observa que en Uruguay ha bajado el nivel del debate pol¨ªtico, que ha derivado en la descalificaci¨®n personal en detrimento de la discusi¨®n propositiva. Por eso, advierte: ¡°Eso puede ir alejando a la gente que sienta que sus problemas reales no est¨¢n sobre la mesa¡±.
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