Carlos Demasi, historiador: ¡°En Uruguay no hay autocr¨ªtica, hay una cultura de la impunidad¡±
A 50 a?os del golpe de Estado de 1973, el historiador uruguayo denuncia el pacto de silencio que persiste sobre los cr¨ªmenes perpetrados
Uruguay conmemora los 50 a?os del golpe de Estado de 1973 sin la autocr¨ªtica de sus responsables, con un cerrado pacto de silencio de los militares y controversias abiertas en torno a su pasado reciente. ¡°Uruguay llega a esta fecha con muchas deudas pendientes¡±, dice en esta entrevista con EL PAIS, el historiador uruguayo Carlos Demasi (Fray Bentos, 1949).
A finales de los a?os 60, el pa¨ªs se encontraba en medio de una profunda crisis econ¨®mica, convulsionado por la creciente agitaci¨®n social y la deriva autoritaria del Gobierno. Fueron tiempos de violencia pol¨ªtica, que tuvieron como protagonistas a grupos armados de la extrema izquierda y tambi¨¦n de la derecha m¨¢s radical. Ligado a esto, la progresiva intervenci¨®n de las Fuerzas Armadas en el Gobierno civil se fue degradando hasta herir de muerte a la democracia.
En febrero de 1973, el Ej¨¦rcito y la Fuerza A¨¦rea emitieron dos comunicados con una serie medidas para ¨Csupuestamente- revertir la crisis, desconociendo la autoridad del ministro de Defensa. Esa intentona golpista fue zanjada en un pacto con el presidente de la Rep¨²blica, Juan Mar¨ªa Bordaberry, quien cuatro meses despu¨¦s, el 27 de junio, encabezar¨ªa el golpe de Estado definitivo. Con la disoluci¨®n del Parlamento y de los Gobiernos departamentales, Bordaberry dio comienzo a 12 a?os de una dictadura comandada por civiles y militares, que sumi¨® al pa¨ªs en el periodo m¨¢s oscuro de su historia reciente y cuyas consecuencias llegan hasta el presente.
Pregunta. ?C¨®mo lleg¨® Uruguay al golpe de Estado de junio de 1973?
Respuesta. En junio se juntaron varios factores. Hab¨ªa una crisis econ¨®mica desde los a?os 60, era muy fuerte la inflaci¨®n y hab¨ªa ca¨ªdo mucho el salario. El a?o 72 fue dur¨ªsimo, con un desabastecimiento muy grande. Hab¨ªa movilizaciones, reclamos sindicales, porque el sueldo no alcanzaba para vivir. Por otro lado, los estudiantes estaban muy movilizados por lo menos desde el a?o 68. Exist¨ªa, adem¨¢s, una cierta sensaci¨®n de que el Estado estaba desbordado.
P. ?Qu¨¦ ocurr¨ªa con los pol¨ªticos y qu¨¦ rol jugaron los militares en esa crisis?
R. Desde febrero del 73, los militares estaban jaqueando a los partidos pol¨ªticos y al Parlamento. Eso lleg¨® a un momento cr¨ªtico cuando [en junio] la justicia militar pidi¨® el desafuero del senador Enrique Erro [por supuestos v¨ªnculos con el grupo armado de izquierda MLN-Tupamaros]. Tambi¨¦n hab¨ªa otro problema de fondo, relacionado con denuncias de corrupci¨®n sobre la clase pol¨ªtica, que eran muchas y no eran infundadas.
P. ?Cu¨¢l era la situaci¨®n con el grupo guerrillero de izquierda MLN-tupamaros?
R. A comienzos del 72 los tupamaros proclamaron el fin de una tregua y el 14 de abril asesinaron a cuatro personas. Por la tarde reaccionaron las fuerzas conjuntas (militares y polic¨ªas) y asesinaron a ocho tupamaros. Se decret¨® el Estado de Guerra Interno y a partir de all¨ª las fuerzas conjuntas tomaron el control de la lucha contra la guerrilla, que en octubre de 1972 estaba desmantelada. Los militares publicaron un informe con los nombres de casi 2000 tupamaros detenidos y procesados por la justicia militar, 30 y pico de pr¨®fugos, y poco m¨¢s de una decena de asesinados.
P. ?Procesados por la justicia militar?
R. La ficci¨®n de declarar la guerra era para que la justicia militar se hiciera cargo y la Ley de Seguridad del Estado (julio de 1972) lo regulariz¨®.
P. Eso en democracia, un a?o antes del golpe.
R. Ese es uno de los puntos centrales de todo este proceso. Desde 1968, el Estado fue violando su propia legalidad, cuando se empezaron a aplicar las Medidas Prontas de Seguridad, la suspensi¨®n de las garant¨ªas constitucionales en algunas oportunidades, la detenci¨®n de personas por tiempo indeterminado¡ Los dos primeros detenidos desaparecidos son de agosto del 71 y el tercero es de marzo-abril del 73. Todav¨ªa no se hab¨ªa dado el golpe de Estado y ya hab¨ªa desaparecidos y asesinatos pol¨ªticos. Era un Estado pr¨¢cticamente policial, aunque formalmente segu¨ªa existiendo el Parlamento.
P. A diferencia de lo que pas¨® en la regi¨®n, el Parlamento uruguayo fue disuelto por el presidente constitucional, Juan Mar¨ªa Bordaberry. ?C¨®mo ocurri¨®?
R. El golpe de Estado lo dio el presidente civil, no hubo un asalto al poder, no fue una junta militar la que lo desaloj¨®. Es el estilo uruguayo de los golpes de Estado. Entre 1898 y 1973 hubo cuatro dictadores y los cuatro fueron los presidentes que disolvieron las c¨¢maras.
P. Con la guerrilla desmantelada, ?c¨®mo justificaron la decisi¨®n?
R. En el decreto de disoluci¨®n de las c¨¢maras, Bordaberry dec¨ªa que se estaba viviendo un estado de suspensi¨®n de la Constituci¨®n por culpa de la ¡°antipatria¡± que se infiltraba en las instituciones y mencionaba el rechazo al desafuero del senador Erro como el elemento decisivo. Y dec¨ªa que, para defender efectivamente la Constituci¨®n, disolv¨ªa el Parlamento. Los militares no eran muy ideol¨®gicos, eran bastante pragm¨¢ticos. El golpe era necesario para frenar el comunismo, porque, aunque estuviera derrotada la guerrilla, el comunismo segu¨ªa activo.
P. Ese discurso encajaba en la coyuntura regional y mundial.
R. La Guerra Fr¨ªa era el eje conceptual predominante. Democracia no quer¨ªa decir r¨¦gimen garantista, sino anticomunismo. La dictadura brasile?a era dem¨®crata, en cambio la cubana era peligros¨ªsima.
P. ?Cu¨¢l fue la reacci¨®n de los pol¨ªticos?
R. El golpe de Estado no los tom¨® por sorpresa, pero se quedaron noqueados. Los sectores de derecha de los partidos tradicionales (Nacional y Colorado) apoyaron el golpe; los de centro, por decirlo de alguna manera, lo rechazaron, pero no hicieron ning¨²n movimiento en contra. El Frente Amplio (fundado en 1971) emiti¨® un bolet¨ªn manifest¨¢ndose en contra. Hubo una declaraci¨®n conjunta del Partido Nacional y del Frente Amplio, en rechazo al golpe y apoyando la huelga general, pero no tomaron ninguna iniciativa pol¨ªtica.
P. En 1976 Amnist¨ªa Internacional denunci¨® la comisi¨®n de torturas en las c¨¢rceles uruguayas. ?Tuvo alg¨²n impacto?
R. El tema de los derechos humanos no era un asunto que circulara normalmente en la sociedad. Los derechos humanos eran para algunos grupos de izquierda una estrategia burguesa. Y para grupos de la derecha una traba a la acci¨®n contra la subversi¨®n. El primero que vincula la situaci¨®n del Uruguay con los derechos humanos fue Zelmar Michelini (senador por el Frente Amplio asesinado en 1976) en el Tribunal Russell en Roma, en 1974. M¨¢s adelante, en 1976, su secuestro y asesinato, junto al de H¨¦ctor Guti¨¦rrez Ruiz, fue un caso emblem¨¢tico.
P. En relaci¨®n con su poblaci¨®n, Uruguay lleg¨® a tener el mayor n¨²mero de presos pol¨ªticos de Am¨¦rica Latina.
R. M¨¢s de 6.000 personas, presos pol¨ªticos, estuvieron en prisi¨®n prolongada, aunque despu¨¦s descubrimos que hab¨ªa centros de detenci¨®n que se nos hab¨ªan escapado. La prisi¨®n moment¨¢nea fue una experiencia corriente para pr¨¢cticamente toda la poblaci¨®n.
P. ?Ha habido alguna autocr¨ªtica con respecto a lo ocurrido?
R. No, nadie ha hecho autocr¨ªtica en este pa¨ªs, es la cultura de la impunidad. El Partido Colorado, que es el que est¨¢ m¨¢s comprometido, porque Bordaberry fue presidente por el Partido Colorado, construye una narrativa casi de ficci¨®n sobre c¨®mo fue el golpe de Estado. En 2013, Ope Pasquet (diputado colorado) hizo una autocr¨ªtica y Jorge Batlle (expresidente colorado) dijo que era el tipo m¨¢s idiota que hab¨ªa en pol¨ªtica. Eso demuestra cu¨¢l es la actitud frente a cualquier autocritica.
P. ?C¨®mo est¨¢ Uruguay en t¨¦rminos de justicia, a medio siglo del golpe?
R. Llega a esta fecha con muchas deudas pendientes. En Uruguay no hubo una justicia transicional que dijera qu¨¦ ocurri¨®, c¨®mo ocurri¨®, qui¨¦nes fueron los responsables. Hubo una salida negociada, en 1984, que para muchos era la ¨²nica posible. Reci¨¦n en el a?o 2005 se empez¨® a investigar el tema de los desaparecidos, porque hubo un negacionismo radical entre 1985 y 2003, cuando el Estado admite que es responsable de la desaparici¨®n de personas. Actualmente tenemos muy pocos militares procesados y se sabe muy poco porque mantienen un pacto de silencio terrible.
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