La terror¨ªfica odisea de una patera que iba a Canarias y acab¨® en Brasil
La polic¨ªa sospecha que los ocupantes del cayuco extraviado, al menos 25 personas, murieron de sed y hambre en el Atl¨¢ntico. El espectacular aumento del flujo migratorio al archipi¨¦lago espa?ol parece explicar un fen¨®meno novedoso
Brasil, con 8.000 kil¨®metros de litoral y miles de kil¨®metros m¨¢s de aguas fluviales, est¨¢ acostumbrado a odiseas y naufragios. Escenario propicio de historias realmente incre¨ªbles ¡ªcomo la del pescador que sobrevivi¨® 11 d¨ªas a la deriva en 2022 dentro de un congelador industrial sin saber nadar y rodeado de tiburones¡ª hasta dramas casi olvidados ¡ªcomo el hundimiento de un trasatl¨¢ntico hermano del Titanic, el espa?ol Pr¨ªncipe de Asturias, que encall¨® la noche de Carnaval de 1916 y en el que murieron cientos¡ª. Pero lo de la semana pasada ha causado enorme sorpresa porque es casi in¨¦dito: una patera con nueve cad¨¢veres que, seg¨²n la Polic¨ªa Federal, zarp¨® de ?frica hacia Europa, hacia las islas Canarias, perdi¨® el rumbo en alta mar y sus desesperados pasajeros murieron uno tras otro de sed y de hambre.
El de los cayucos empujados por las corrientes marinas hasta la otra orilla del Atl¨¢ntico es un fen¨®meno relativamente reciente que se vislumbra en Brasil y el Caribe. Min¨²sculo, si se compara con el Mediterr¨¢neo. Pero refleja los monumentales peligros que entra?a intentar alcanzar una Europa cada vez m¨¢s fortificada con leyes, muros y vallas.
La ¨²ltima patera fantasma extraviada en el Atl¨¢ntico de la que se tiene noticia encall¨® hace una semana en una zona de aguas poco profundas de la costa norte de Brasil. Sin motor ni tim¨®n, navegaba a la deriva. La encontraron unos pescadores cerca de la isla de Canelas, en el Estado de Par¨¢, en la Amazonia. Asustados ante tantos cuerpos en descomposici¨®n, dieron la alerta. El superintendente de la Polic¨ªa Federal en Par¨¢, Jos¨¦ Roberto Peres, pens¨® que eran extranjeros porque no hab¨ªa noticia de ning¨²n naufragio en la costa brasile?a, seg¨²n explicaba el pasado viernes por la tarde en una entrevista telef¨®nica desde Bel¨¦m.
Inmediatamente, envi¨® agentes a rescatar la patera y los cad¨¢veres, y moviliz¨®, como dicta Interpol en estos casos, al equipo de Identificaci¨®n de V¨ªctimas de Desastres de Brasilia. En horas, estaban sobre el terreno. La delicada tarea de trasladar a tierra firme el bote con los cuerpos sin vida requiri¨® esfuerzo, destreza y paciencia. Los forenses tomaron luego todo tipo de muestras, dentales, de ADN¡ que analizar¨¢n a partir de ahora. Comenzaba la laboriosa tarea de identificar a las v¨ªctimas e intentar reconstruir la tragedia.
Un documento de Mauritania y otro de Mal¨ª, con sello de entrada en Mauritania el 17 de enero de 2024, revelaron el origen africano de los ocupantes de la embarcaci¨®n y que probablemente zarparon desde este ¨²ltimo pa¨ªs. La polic¨ªa no descarta que el pasaje incluyera otras nacionalidades. Gracias al sello saben que el cayuco parti¨® despu¨¦s de esa fecha, explica el superintendente. Por ahora, desconocen el sexo y la edad de los fallecidos.
Ruta letal
Aunque la ruta atl¨¢ntica a Canarias es una de las m¨¢s letales del mundo, el archipi¨¦lago espa?ol ha visto arribar en lo que va de 2024 cuatro veces m¨¢s personas en cayuco que en el mismo periodo de 2023, seg¨²n Acnur (la Agencia de la ONU para los refugiados). Quiz¨¢ el espectacular aumento del flujo migratorio a Canarias en los ¨²ltimos a?os impulsa este novedoso fen¨®meno. La Cruz Roja espa?ola est¨¢ haciendo llamamientos en redes sociales con el fin de reunir informaciones detalladas sobre cayucos en paradero desconocido, informe Efe.
Los investigadores de la polic¨ªa brasile?a est¨¢n convencidos de que la patera, con capacidad para 30 o 40 personas, se extravi¨® en alta mar. ¡°Creemos que a medida que mor¨ªan, los iban echando al agua. Los ¨²ltimos que quedaron, los nueve, ya no ten¨ªan ni fuerzas para eso¡±, explica Peres desde Bel¨¦m, a 4.200 de kil¨®metros de la costa mauritana. En esta ciudad amaz¨®nica ser¨¢n enterradas las nueve personas a¨²n an¨®nimas que so?aban con prosperar y con Europa.
La Polic¨ªa Federal cree que eran bastante m¨¢s pasajeros, al menos 25, porque esa es la cifra de capas de lluvia que encontraron en la embarcaci¨®n. Veintitr¨¦s impermeables, verde oscuro; dos, amarillos. Tambi¨¦n hab¨ªa dinero mauritano en efectivo. Quiz¨¢ viajaban incluso m¨¢s, porque llevaban entre todos 27 tel¨¦fonos celulares que, si los investigadores logran arrancarles informaci¨®n, pueden ser oro para localizar a sus allegados, saber qui¨¦nes eran los migrantes y cu¨¢les sus anhelos.
La Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) ha documentado en la ¨²ltima d¨¦cada la muerte o desaparici¨®n de m¨¢s de 63.000 personas mientras migraban; casi la mitad se ahog¨® en el Mediterr¨¢neo.
All¨ª naci¨® el fen¨®meno de lo que los especialistas llaman pateras fantasma, esas que no pudieron lanzar un SOS, alertar a las familias, a un periodista, a una ONG o a las autoridades. Las que ning¨²n equipo de rescate busca porque desconocen que zarparon. Para quien no va a bordo, solo empiezan a existir cuando alguien las encuentra. Para entonces, los migrantes ya est¨¢n muertos.
¡°Empezamos a detectar el fen¨®meno en 2021¡±, revela en una entrevista Edwin Viales, del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM. Siete pateras con cad¨¢veres fueron localizadas aquel a?o en el Caribe ¡ªen Granada, Trinidad y Tobago, las islas Turcas y Caicos, la costa entre Nicaragua y Honduras¡¡ª y una que lleg¨® a Fortaleza (Brasil) con tres cuerpos y 27 celulares. Poca repercusi¨®n medi¨¢tica tuvo aquel caso brasile?o comparado con este. En 2022 y 2023 arribaron otros cayucos fantasma al Caribe, tambi¨¦n con cad¨¢veres africanos. Todas procedentes, por lo que se sabe, de Mauritania.
¡°Llegan a este lado del mundo porque quedan atrapados en la corriente Canarias, la misma que trajo a Crist¨®bal Col¨®n a Am¨¦rica. Se desv¨ªan por culpa de fen¨®menos clim¨¢ticos extremos o porque la embarcaci¨®n sufre desperfectos. Como no est¨¢n preparados para grandes traves¨ªas de ultramar, se quedan sin suministros, mueren deshidratados y de inanici¨®n¡±, explica Viales por videollamada desde San Jos¨¦ (Costa Rica).
Viales, monitor regional para las Am¨¦ricas de este proyecto de la OIM que documenta desapariciones y muertes de migrantes en tr¨¢nsito, calcula que en esos tres a?os el extrav¨ªo de pateras en el Atl¨¢ntico ha causado la muerte 85 africanos, sin incluir los nueve que esperan ser inhumados en Brasil, y contando solo los cuerpos llegados en cayucos. ¡°Suelen estar momificados, lo que dificulta mucho la identificaci¨®n¡±, dice. Destaca la celeridad con la que ha reaccionado la polic¨ªa brasile?a en este caso y recalca que ¡°los n¨²meros reales son mucho mayores¡±.
Brasil es un pa¨ªs construido por millones de esclavos y despu¨¦s por inmigrantes llegados de Europa, los pa¨ªses ¨¢rabes y Jap¨®n en misiones de reclutamiento organizadas por las autoridades para sustituir la mano de obra negra despu¨¦s de la abolici¨®n de la esclavitud. Salvo los ind¨ªgenas, todo brasile?o desciende de for¨¢neos. Quiz¨¢ por eso o porque queda muy a desmano de las grandes rutas migratorias, casi no hay debate pol¨ªtico en torno a la inmigraci¨®n y la pol¨ªtica de extranjer¨ªa es generosa. Si acaso, el s¨²bito desembarco de venezolanos en uno de los Estados menos poblados, Roraima, caus¨® tensi¨®n en los ¨²ltimos a?os, pero nada comparable con el debate de alto voltaje que genera en Europa o Estados Unidos.
Los pescadores que se toparon con el cayuco pensaron que los restos ser¨ªan de haitianos que buscaban refugio en Brasil. Pero, en cuanto empez¨® a circular el v¨ªdeo que grabaron al toparse la dantesca escena, los que conocen bien la ruta Nuadib¨² (Mauritania)-islas Canarias descartaron Haiti. La forma alargada, el casco blanco y el interior azul les dijo que era una de las t¨ªpicas embarcaciones de pesca mauritanas que tambi¨¦n usan los migrantes. El superintendente Peres, curtido en investigaciones de tr¨¢fico de personas y trata, recalca que las estad¨ªsticas reflejan solo ¡°la punta del iceberg¡±. ¡°Qui¨¦n sabe cu¨¢ntas personas m¨¢s han desaparecido en el mar buscando una vida mejor, no mucho mejor, solo un poquito mejor¡±, concluye.
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