La di¨¢spora quiere ayudar a levantar Hait¨ª: ¡°La gran resistencia es transnacional¡±
Se estima que al menos 2 millones de haitianos viven en el exterior. Sus remesas son vitales para un pa¨ªs en llamas. Y tambi¨¦n quieren ser parte de la soluci¨®n. Desde Chile a EE UU, EL PA?S conversa con una decena de ellos
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Antes de que Hait¨ª se convirtiera en un pa¨ªs en llamas, hubo miles de fuegos por todas partes. Muchos expertos se?alan el inicio de todo en la propia colonizaci¨®n y la esclavizaci¨®n de los africanos tra¨ªdos a repoblar la isla tras el exterminio de las comunidades ind¨ªgenas. Otros se remontan a 1804, tras la independencia de este peque?o pa¨ªs caribe?o. Convertirse en el primer pueblo negro libre del mundo le cost¨® deudas impagables con Francia y bloqueos de otros pa¨ªses europeos. La injerencia de Estados Unidos y el incremento de grupos criminales en la isla son los ¨²ltimos f¨®sforos que han vuelto a prender todo.
¡°Hait¨ª es un pa¨ªs al que siempre han dado la espalda¡±, dice el haitiano Wooldy Edson Louidor, director de la maestr¨ªa en Estudios Cr¨ªticos de las Migraciones Contempor¨¢neas de la Universidad Javeriana en Colombia. ¡°Inclusive ahora, hasta la comunidad internacional est¨¢ impidiendo la transici¨®n. Necesitamos una soluci¨®n haitiana con la clase pol¨ªtica que tenemos, corrupta o no; la nuestra. Necesitamos su voz, la de los gremios y la de los que estamos fuera. El rol de la comunidad internacional tiene que ser acompa?ar y proteger a los refugiados, nada m¨¢s¡±, a?ade. El hast¨ªo de los migrantes frente a que las soluciones siempre se busquen fuera es una constante en sus relatos.
Sin embargo, la realidad est¨¢ lejos de lo que plantea. Las ¨²ltimas cifras que se conocen, de 2020, hablan de que una sexta parte de la isla vive en el extranjero y que apenas 116.000 haitianos han recibido el estatuto de refugiado. En un pa¨ªs convulso, la di¨¢spora se ha convertido en una trinchera frente al caos. Los libros del escritor del haitiano-canadiense Dany Laferri¨¨re; el pensamiento cr¨ªtico de Pierre Louis Jean o de Jean-Claude Icart o el activismo de Jennie-Laure Sully han explicado en el extranjero los males de una naci¨®n en crisis perenne. Adem¨¢s, ofrecen un salvavidas econ¨®mico a trav¨¦s de las remesas, como hace Yvenet Dorsainvil desde Chile o el padre de Richard Cantave desde Estados Unidos. ¡°Es dif¨ªcil sobrevivir sin apoyo¡±, dice el ¨²ltimo. Sus contribuciones y la de otros migrantes aportaron 4.200 millones de d¨®lares a la econom¨ªa haitiana en 2023; cerca de un 16,3% del PIB. Es por ello que Edson repite una y otra vez: ¡°La gran resistencia es transnacional. Los grandes pensadores, los intelectuales... todos estamos fuera. Hait¨ª tiene todos sus recursos humanos en el exterior. Y, sin ellos, no va a poder levantarse¡±.
30 a?os de dictadura, golpes de Estado, un magnicidio, dos terremotos que terminaron con la vida de m¨¢s de 220.000 personas, brotes de c¨®lera¡ La peque?a isla de menos de 12 millones de habitantes ha sido testigo de todos los males que uno pueda imaginar. Hoy, su poblaci¨®n -la m¨¢s empobrecida de la regi¨®n- est¨¢ sumida en una crisis absoluta y busca las herramientas para la transici¨®n hacia un modelo democr¨¢tico y que garantice los derechos b¨¢sicos de la poblaci¨®n en medio del caos. Por eso, hablar de migrar en Hait¨ª es cotidiano.
Seg¨²n los c¨¢lculos de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) hasta 2020, m¨¢s de 1,7 millones de haitianos viv¨ªan en el extranjero. Pero la convulsi¨®n social y pol¨ªtica de la isla desfasaron estos datos por completo en menos de cuatro a?os. ¡°Es seguro que son miles y miles m¨¢s, pero es dificil¨ªsimo tener cifras exactas, porque la gran mayor¨ªa de migraci¨®n es irregular¡±, dice Giulia Sbarbati, de OIM Hait¨ª. Y pone como ejemplo Honduras, a donde llegaron m¨¢s de 82.000 haitianos el a?o pasado, un incremento del 100% respecto a 2022. ¡°Tal y como est¨¢ la situaci¨®n, la tendencia es a que siga creciendo¡±, advierte. A pesar de las escurridizas cifras, estas siguen siendo abrumadoramente superiores a los estatutos de refugiados concedidos: hasta mediados de 2023, solo 116.463 haitianos pudieron gozar de todos sus derechos en un pa¨ªs de acogida. Otros 195.425 solicitaron asilo.
Estos modestos n¨²meros hicieron que Acnur, la Agencia de los Refugiados para la ONU, emitiera un documento con recomendaciones a los pa¨ªses vecinos para que garanticen el refugio u otras medidas de protecci¨®n. ¡°No estamos diciendo que apliquen todos, pero s¨ª quienes vienen de los territorios m¨¢s convulsos del pa¨ªs. La situaci¨®n es compleja y las deportaciones solo ponen en riesgo la vida de miles de personas¡±, explica Luiz Fernando Godinho, vocero de Acnur para las Americas. A pesar de las peticiones, las devoluciones en caliente son pr¨¢cticamente diarias. Desde 2021, al menos 303.000 haitianos han sido repatriados por aire y mar, las m¨¢s comunes suceden en Rep¨²blica Dominicana, el pa¨ªs colindante con restricciones cada vez m¨¢s r¨ªgidas. ¡°Parece que s¨ª se entiende acoger a ucranianos, pero no a nuestros propios vecinos¡±, lamenta Jean Exil, exembajador de Hait¨ª en Colombia. ¡°Estamos hablando de un pa¨ªs en el que mueren 300 personas al d¨ªa y en el que los perros devoran los cad¨¢veres. Tal vez los estadounidenses simpaticen m¨¢s con los que se parecen a ellos¡±.
Estados Unidos: ¡°Echo de menos sentirme en casa¡±
Richard Cantave (Puerto Pr¨ªncipe, 38 a?os) se fue en junio de 2003 a estudiar a Nueva York. Su ciudad, en la que jugaba hasta la noche en la calle y por la que paseaba durante horas con su padre, es hoy el epicentro del caos. ¡°La crisis me puso f¨¢cil la decisi¨®n de quedarme¡±, explica por tel¨¦fono. Pr¨¢cticamente toda su familia vive fuera de Hait¨ª, menos su hermano, un juez al que llevan siete meses sin pagarle el sueldo y que ¡°se las pasa acorralado en la ciudad¡±. Cantave, fundador de la empresa de turismo Haitian Nomad, cuenta que vive conectado al minuto a minuto de lo que sucede all¨¢. Tanto por su negocio, que organiza viajes alrededor del mundo (incluyendo actualmente el norte de Hait¨ª), como por estar de alguna forma cerca a lo que pasa en la tierra de sus ancestros. Como ¨¦l, en 2023 hab¨ªa unos 731.000 paisanos viviendo en Estados Unidos. ¡°Estoy bien, pero echo de menos sentirme en casa¡±, zanja.
Ese pa¨ªs y Canad¨¢ fueron siempre dos de las grandes metas de los haitianos que sal¨ªan de la isla. Despu¨¦s del devastador terremoto que golpe¨® a Hait¨ª en 2010, decenas de miles emigraron a Brasil y Chile, pa¨ªses en los que fueron acogidos como mano de obra barata. Pero a?os despu¨¦s, redireccionaron su objetivo: llegar sea como sea a Estados Unidos. Y ese como sea se tradujo en que se convirtieron en la nacionalidad m¨¢s numerosa en la peligros¨ªsima selva del Dari¨¦n, que conecta Sudam¨¦rica con Centroam¨¦rica. Solo en 2023, entraron 46.422 haitianos; un 107% m¨¢s que en 2022, seg¨²n se?ala Sbarbati, de OIM Hait¨ª. En los ¨²ltimos dos a?os, las pol¨ªticas migratorias del Gobierno de Joe Biden animaron a muchos haitianos a intentar llegar a ese pa¨ªs. Gracias al parole humanitario, pueden optar a permisos de residencia y trabajo durante dos a?os.
Para Gabrielle Apollon, haitiana-canadiense residente en EE UU y coordinadora de la Red Hemisf¨¦rica por los Derechos de los Migrantes Haitianos, es injusto que se siga hablando de ellos como ¡°migrantes econ¨®micos¡±: ¡°Est¨¢n huyendo de una vida insostenible en Hait¨ª, no es que quieran buscar mejores trabajos, es que no hay ninguna garant¨ªa de seguridad donde est¨¢n. La forma de acompa?ar la crisis de la comunidad internacional deber¨ªa de ser acogiendo refugiados y no mediante la injerencia pol¨ªtica¡±.
Brasil: ¡°El racismo es el gran obst¨¢culo para encontrar trabajo¡±
Brasil fue desde 2011 un pa¨ªs de tr¨¢nsito y destino de medio plazo para los haitianos que hu¨ªan del devastador terremoto del a?o anterior, de la posterior inestabilidad social y las c¨ªclicas crisis. De los 160.000 que desde entonces entraron en el pa¨ªs, unos 86.000 permanecen; de ellos, unos 55.000, est¨¢n inmersos en situaciones de vulnerabilidad. Se calcula que decenas de miles siguieron hacia otros pa¨ªses ¡ªa veces con sus hijos brasile?os¡ª con el sue?o de prosperar, mientras que una parte se naturaliz¨®. Explica Miguel Pachioni, de Acnur, que ¡°el racismo y la discriminaci¨®n son el gran obst¨¢culo que los haitianos tienen para encontrar trabajo¡± en este pa¨ªs continental. Y a?ade que la pol¨ªtica migratoria brasile?a es de las m¨¢s generosas de la regi¨®n con los haitianos.
¡°Y con todo ser humano¡±, apunta Bob Montinard, de 48 a?os, un activista cultural que en Hait¨ª trabaj¨® en proyectos de construcci¨®n de la paz, desarme y promoci¨®n cultural en favelas, que lleva 14 a?os instalado en R¨ªo con su familia. Sostiene Montinard que la en¨¦sima crisis en su patria ¡°no es culpa solo de los haitianos, ni la soluci¨®n vendr¨¢ solo de los haitianos¡±. Sospecha que existen grandes intereses extranjeros para armar a sus compatriotas, ¡°que se maten entre s¨ª y lo destruyan todo¡±. Subraya: ¡°Es triste y vergonzoso que un pa¨ªs tan rico y con una historia tan fuerte se haya convertido en lo que es ahora¡±.
Este activista, que trabaja en la ONG que fund¨® con su esposa, francesa, dice que desde febrero es imposible enviar remesas, incluso para quien tiene dinero, porque las agencias est¨¢n cerradas ante el caos desatado por las bandas criminales.
Cualquier haitiano reconocido en Brasil como refugiado, con visado humanitario o residencia temporal, recibe documentaci¨®n y permiso de trabajo. El a?o pasado, el Gobierno de Luiz In¨¢cio Lula da Silva autoriz¨® la reunificaci¨®n familiar con parientes hasta de segundo grado, lo que incluye abuelos y nietos. Allanada la parte burocr¨¢tica, lo complicado suele ser reunir el dinero para viajar de la isla caribe?a hasta Brasil: S?o Paulo queda a m¨¢s de 6.000 kil¨®metros.
Chile: ¡°Lo que pasa nos afecta psicol¨®gicamente¡±
Chile lleg¨® a albergar a m¨¢s de 179.000 haitianos en 2018. Pero en los ¨²ltimos cinco a?os comenz¨® a ser testigo de ese ¨¦xodo silencioso de estos migrantes a Norteam¨¦rica. ¡°No quieren volver (a Chile) porque cada persona que sale tiene una negatividad que le toc¨® vivir. Est¨¢n intentando respirar otro aire¡±, comenta William Pierre, vocero de la comunidad haitiana en Chile.
A las dificultades de los migrantes, ahora se suma la actual crisis: ¡°Nos afecta hasta psicol¨®gicamente. Son familiares, hermanos, quienes est¨¢n siendo secuestrados y no hay una seguridad que se pueda brindar desde el Estado¡ Son nuestras ra¨ªces. Nadie quiere estar fuera de su pa¨ªs, no importa la cantidad de dinero que se tenga¡±.
?l lleg¨® a Santiago en 2015, luego de pasar por varios pa¨ªses, como Colombia y Estados Unidos. Hab¨ªa trabajado en altamar con la empresa Petr¨®leos de Venezuela (PDVSA) y como int¨¦rprete para Naciones Unidas. ¡°La ingobernabilidad que hay en Hait¨ª y la corrupci¨®n hace que los profesionales, el coraz¨®n del pa¨ªs, sigan saliendo para buscar un alivio¡±.
A pesar de todo y que su casa en Hait¨ª fue baleada en 2022, Pierre asegura que no tiene intenci¨®n de sacar a su familia de su pa¨ªs por ahora: ¡°Mis hijos deben recibir la educaci¨®n haitiana. Es parte del crecimiento¡ Volver siempre est¨¢ en mi obligaci¨®n, independientemente del caos y la inseguridad de mi tierra¡±.
M¨¦xico: ¡°Si puedo volver a caminar tranquila, quiero volver¡±
La plaza Giordano Bruno, en pleno centro de la Ciudad de M¨¦xico, se ha convertido en la imagen exacta de lo que sufren los migrantes haitianos en el pa¨ªs. El piso est¨¢ cubierto de decenas de casetas de campa?a donde hay unas 200 personas que cocinan, lavan los platos y pasan su d¨ªa a d¨ªa sentados en cubos de pintura convertidos en asientos.
Jessica Jean Baptiste, de 25 a?os, cuenta los m¨¢s de 5.000 kil¨®metros que hizo para llegar a M¨¦xico desde Chile, primer lugar al que fue tras salir de su pa¨ªs en 2017. ¡°Es un viaje muy feo. No hay c¨®mo ba?arse, d¨®nde comer¡±, lamenta. Ella cuida de su hija de un a?o mientras su marido trabaja. Ese dinero se usa para vivir cada d¨ªa. Desde que salieron de Chile no han podido enviar remesas a sus familias porque se han gastado sus ahorros tratando de llegar a Estados Unidos. Ella no es una excepci¨®n; M¨¦xico se ha convertido en una posible puerta de entrada al pa¨ªs norteamericano y cada vez m¨¢s en un pa¨ªs de acogida.
En 2010, a?o del fat¨ªdico terremoto que asol¨® el pa¨ªs, solo hab¨ªa 733 haitianos censados en M¨¦xico. Como Jean Baptiste y Lolo Mathurin, otra joven migrante del asentamiento, hoy se estima que hay m¨¢s de 110.000 haitianos viviendo en territorio mexicano, seg¨²n el Comit¨¦ Ciudadano en Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos. El presidente de la asociaci¨®n, Wilner Metelus, denunci¨® el pasado enero la situaci¨®n en la que viven muchos de ellos en campamentos sin servicios b¨¢sicos en la Ciudad de M¨¦xico y en varias ciudades de las fronteras norte y sur.
El Instituto de Pol¨ªticas Migratorias afirma que la Comisi¨®n Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibi¨® entre enero y agosto del a?o pasado 34.677 solicitudes de asilo de personas de Hait¨ª, de las que solo se han reconocido el 9%. Una tasa mucho m¨¢s baja que las de otras nacionalidades como los hondure?os (89%) y venezolanos (83%). La llegada de haitianos a M¨¦xico da una imagen clara del gran ¨¦xodo de personas que, muchas veces, sue?an con volver a su isla alg¨²n d¨ªa. ¡°Si todo comienza a ir bien en mi pa¨ªs y puedo caminar tranquila, quiero volver¡±, dice Mathurin.
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