Noboa pone a prueba su popularidad con un refer¨¦ndum tras la crisis con M¨¦xico

Daniel Noboa pondr¨¢ a prueba su popularidad este domingo en el que Ecuador vota para introducir reformas legales a su Constituci¨®n en materias de seguridad, justicia y empleo. El presidente, que lleva seis meses en el cargo, ha cosechado en este tiempo un gran respaldo popular por su lucha contra el crimen organizado, pero el asalto que orden¨® a la embajada de M¨¦xico violando el derecho internacional y una crisis energ¨¦tica producto de la inacci¨®n de su Gobierno pueden haber modificado esa percepci¨®n triunfalista de semanas atr¨¢s. El resultado de esta consulta demostrar¨¢ el nivel de fortaleza de Noboa, que de conseguir un respaldo un¨¢nime podr¨ªa encarar las pr¨®ximas elecciones presidenciales de 2025 como favorito indiscutible.

Noboa lleg¨® al poder en noviembre del a?o pasado tras vencer en las elecciones presidenciales al partido del expresidente Rafael Correa, la Revoluci¨®n Ciudadana. Este empresario de 36 a?os, hijo del hombre m¨¢s rico del pa¨ªs, ni siquiera estaba entre las opciones m¨¢s realistas durante la campa?a: su victoria fue una verdadera sorpresa. Y supuso una gran inc¨®gnita en ese momento. Nadie sab¨ªa c¨®mo iba a gobernar alguien que no contaba con ninguna experiencia y cuyas decisiones econ¨®micas afectar¨ªan de lleno a su fortuna familiar, construida desde hace tres generaciones con la exportaci¨®n de banano. Medio a?o despu¨¦s, ya no queda duda de qui¨¦n es Noboa.

El presidente no ha evadido la confrontaci¨®n. Al poco de llegar, decret¨® el estado de excepci¨®n, una medida de emergencia con la que pudo sacar a los militares a las calles y tomar el control de las prisiones, que hasta ese momento estaban en manos de las pandillas. En los dos a?os anteriores, Ecuador hab¨ªa sido noticia recurrente por los motines y las decenas de muertes ocurridas en el interior de las prisiones. Desde ah¨ª operaban ¡ªoperan¡ª las bandas locales que, en alianza con los carteles mexicanos de la droga, utilizan el puerto de Guayaquil para distribuir droga por el resto del mundo.

Las instituciones, en apenas dos a?os, han sido cooptadas por el crimen organizado, que tiene en n¨®mina a jueces, funcionarios de aduanas, pol¨ªticos y polic¨ªas. La medida extraordinaria redujo a la mitad la tasa de homicidios y expandi¨® la sensaci¨®n de una mejora de la seguridad. Noboa ha querido mostrarse como un presidente de hierro a la manera de Nayib Bukele en El Salvador, pero la violencia sigue activa en Ecuador y su Gobierno comete algunas torpezas, como incluir en la lista de objetivos militares a abatir a tres l¨ªderes de bandas que se encuentran hoy en prisi¨®n.

En esa terna de los m¨¢s buscados, Ecuador incluy¨® a Ismael El Mayo Zambada, uno de los l¨ªderes hist¨®ricos del cartel de Sinaloa, que a sus 76 a?os sigue al frente de un emporio de la coca¨ªna. Era una forma de decirle a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, presidente de M¨¦xico, que ellos deb¨ªan de ocuparse de los grandes capos de la droga. El d¨ªa anterior, Noboa hab¨ªa hablado de gobiernos ¡°que ayudan y cooperan con estas estructuras criminales transnacionales¡±. Ahora mismo no existe la relaci¨®n entre los dos pa¨ªses.

En un hecho sorprendente, Noboa le pidi¨® el 5 de abril a sus fuerzas de seguridad que asaltaran la Embajada mexicana en Quito y se llevaran a la fuerza a Jorge Glas, vicepresidente de Correa, que d¨ªas antes hab¨ªa recibido un asilo pol¨ªtico de M¨¦xico. En teor¨ªa, las autoridades ecuatorianas deb¨ªan expedirle un salvoconducto para que pudiera llegar al aeropuerto y volar a Ciudad de M¨¦xico, pero en lugar de eso ordenaron la captura de Glas.

El asalto en territorio mexicano, por tratarse de la Embajada, ha causado un shock internacional. La Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA) conden¨® d¨ªas despu¨¦s de forma un¨¢nime a Ecuador, que se qued¨® solo en su defensa. Pero queda por ver lo que ha supuesto esto de puertas para adentro. Noboa ha acusado a L¨®pez Obrador de inmiscuirse en sus asuntos nacionales otorg¨¢ndole a Glas un asilo ilegal e inmerecido, ya que el pol¨ªtico ha sido dos veces condenado por corrupci¨®n y estaba a punto de ser procesado por tercera vez en diciembre de 2023, cuando decidi¨® instalarse en la embajada mexicana. Correa le hab¨ªa conseguido ese privilegio por su amistad con la canciller mexicana, Alicia B¨¢rcena. Aunque el pueblo ecuatoriano ha vivido con asombro todo lo que ha ocurrido, no se puede descartar que esto haya aumentado la popularidad de Noboa, al presentarse como un perseguidor incansable de los corruptos, un mal asociado al corre¨ªsmo.

Eso deber¨¢ comprobarse este mismo domingo. Los ecuatorianos votan algunos asuntos clave. Por ejemplo, el permitir de forma legal que los militares apoyen a los polic¨ªas en labores de seguridad, lo que supondr¨ªa una militarizaci¨®n de facto del pa¨ªs. Hasta ahora, Noboa ha recurrido al estado de excepci¨®n para poder aplicar esta medida, pero ahora quiere dejarla por escrito en la Constituci¨®n. Se propone, tambi¨¦n, legalizar el c¨®digo de trabajo para legalizar el contrato de trabajo a plazo fijo y por horas, cosa que ahora no es posible. Los sindicatos han sido cr¨ªticos con esta iniciativa.

Pero este refer¨¦ndum sirve sobre todo como term¨®metro para Noboa, que ya ha dicho que se presentar¨¢ en 2025. Si obtiene un resultado holgado, la oposici¨®n tendr¨¢ muy dif¨ªcil contrarrestar el relato que est¨¢ imponiendo desde la jefatura de Estado.

En su prop¨®sito se cruzan problemas de ¨²ltima hora, como la grave crisis energ¨¦tica que vive el pa¨ªs. Se han producido apagones de hasta seis horas al d¨ªa y el jueves y el viernes de esta semana se decretaron d¨ªas sin servicio el¨¦ctrico. Noboa no fue capaz de prever lo que se le ven¨ªa encima, a pesar de que ahora se ha sabido que los expertos hab¨ªan anticipado la crisis. De todos modos, ha actuado con celeridad y contundencia. Ha echado a la ministra de Energ¨ªa, Andrea Arrobo, la primera baja de su Gabinete. Asegura que detr¨¢s de los apagones hay saboteadores que quieren perjudicarle, aunque de eso no ha presentado ninguna prueba por ahora. Falta por saber qu¨¦ responsabilidad le achacan los ecuatorianos en este caso y si se lo demostrar¨¢n en el refer¨¦ndum. Su popularidad est¨¢ a prueba.

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