La dura realidad de los que se quedaron fuera de la dolarizaci¨®n en Caracas
Los empleados p¨²blicos, jubilados y trabajadores precarios permanecen al margen del repunte importante de la econom¨ªa en la capital de Venezuela
El d¨®lar se ha vuelto el rey en Caracas. Las medidas tomadas por el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro para enfrentar la crisis de Venezuela desde hace alrededor de una d¨¦cada, con la liberaci¨®n parcial de la econom¨ªa y las divisas, supusieron un respiro. Pero esta dolarizaci¨®n de facto tambi¨¦n dej¨® rezagada a una parte de la poblaci¨®n que ahora trata de subsistir con bol¨ªvares, la devaluada moneda nacional, y unos bonos de Gobierno que no compensan la disparidad entre unos y otros.
Mientras algunos gastan sin reparar en los supermercados y las tiendas de lujo que reabrieron desde hace un par de a?os en ciertos sectores de la capital, a los que acuden turistas de nuevos horizontes ¡ªchinos y rusos, entre otros¡ª, los empleados p¨²blicos, jubilados y trabajadores de las empresas m¨¢s precarias hacen malabares para llegar a fin de mes. Y la situaci¨®n es a¨²n peor en las provincias m¨¢s lejanas.
A sus 63 a?os, Beatriz Franco ha tenido que volver a dar clases en un colegio privado, porque la jubilaci¨®n que recibe como docente ¡°simplemente no alcanza¡±. ¡°Si compro un kilo de queso, yo creo que all¨ª se va mi sueldo, m¨¢s o menos¡±, lamenta desde el peque?o apartamento bien cuidado en el que vive en cuatro piezas con sus tres hijos, su marido de 78 a?os y su madre en el centro de Caracas. La familia se queja de que sufre de cortes de agua y servicios deficientes.
Como muchos otros, recibe una parte de su salario en d¨®lares y otra en bol¨ªvares, seg¨²n los recursos de los que dispone su empleador. Pero sumando el jornal, la jubilaci¨®n y los bonos del Gobierno, re¨²ne unos 250 d¨®lares mensuales. La mitad de lo que vale una canasta b¨¢sica para cinco personas (511,3 d¨®lares), de acuerdo con los c¨¢lculos de la Federaci¨®n Venezolana de Maestros.
¡°Muchas personas que trabajaron por 30 a?os o m¨¢s en entes importantes del sector p¨²blico como la industria petrolera, el Banco Central, empresas p¨²blicas y otros entes del Estado, han visto pulverizado su poder de compra tasado en bol¨ªvares¡±, detalla Roberto P¨¦rez, profesor de econom¨ªa de la Universidad del Rosario de Colombia y ext¨¦cnico del Banco Central de Venezuela. ¡°Eso es lo que termina agudizando el problema de la desigualdad en la distribuci¨®n del ingreso nacional¡±.
Aun as¨ª, Roc¨ªo Franco se siente privilegiada, al poder alimentarse correctamente gracias a los aportes de sus hijos, aunque tuvo que decir adi¨®s desde hace tiempo a la posibilidad de irse de vacaciones o comprar productos que no sean absolutamente necesarios. Al igual que para los que reciben remesas de algunos de los 7,7 millones de venezolanos forzados a emigrar por la crisis ¡ªseg¨²n cifras de la ACNUR¡ª, la dolarizaci¨®n de facto supuso un aumento de su dependencia con respecto a sus familiares en capacidad de devengar billetes verdes.
¡°Ya dejamos de ser clase media. ?Ya no s¨¦ ni qu¨¦ clase somos!¡±, reflexiona y pronostica que si el Gobierno gana las elecciones del 28 de julio, la situaci¨®n ¡°va a empeorar¡±. Para el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro en cambio, candidato a la reelecci¨®n frente al opositor Edmundo Gonz¨¢lez, la dolarizaci¨®n vino a esparcirse como un b¨¢lsamo sobre las llagas de una econom¨ªa devastada por a?os de hiperinflaci¨®n, que los especialistas atribuyen al manejo estatal de la econom¨ªa, la corrupci¨®n generalizada y las sanciones estadounidenses impuestas al oro y al petr¨®leo, su principal producto de exportaci¨®n. Antes de experimentar una ligera mejora en los ¨²ltimos a?os, el Producto Interno Bruto se contrajo en alrededor del 80% entre 2014 y 2020.
¡°Maduro comprendi¨® los beneficios de tener ingresos en una moneda fuerte como el d¨®lar y hacer pagos en una moneda sin poder adquisitivo como el bol¨ªvar¡±, explica Roberto P¨¦rez. La estabilidad del d¨®lar ¡ªcuya inflaci¨®n calcula en alrededor del 3%, contra el 50% del bol¨ªvar¡ª permiti¨® mitigar una inflaci¨®n anual que en 2023 a¨²n rondaba el 193%, seg¨²n el Observatorio Venezolano de Finanzas. Pero el problema fue que en esas condiciones, en un pa¨ªs en el que se estima que la mitad de las transacciones se hacen en billetes verdes, ¡°un trabajador que recibe su ingreso en bol¨ªvares pierde capacidad de compra muy r¨¢pidamente en comparaci¨®n de quienes devengan en d¨®lares¡±, agrega.
Y el proceso ha sido doloroso. Venezuela no es el primer pa¨ªs de Latinoam¨¦rica que recurre a la moneda estadounidense para estabilizar su econom¨ªa. Es el caso de Costa Rica y Ecuador, por ejemplo. Sin embargo, la forma an¨¢rquica en que lo ha implementado, por fuera de un marco legal claro, ha permitido la emergencia de un mercado paralelo, en el que el d¨®lar se cotiza en un precio diferente al oficial. Y resulta que el d¨®lar que circula en efectivo rara vez es bancarizado.
Adem¨¢s, representa un cambio comparado al discurso que sol¨ªa manejar Hugo Ch¨¢vez ¡ªfallecido en 2013¡ª, quien ve¨ªa en el d¨®lar la moneda del imperio. Lo cual explica que Maduro a¨²n hable de fomentar ¡°la desdolarizaci¨®n¡± de la naci¨®n sudamericana de unos 29 millones de habitantes, tal y como lo propuso recientemente el bloque de pa¨ªses de potencias emergentes reunidas en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sud¨¢frica). Sin embargo, aunque ¡°ha logrado aumentar las transacciones en bol¨ªvares (...) no es probable que con este nivel de penetraci¨®n, sanciones y dependencia sea posible una desdolarizaci¨®n sin un cambio extremadamente grande en la econom¨ªa y la pol¨ªtica venezolana¡±, asegura el economista Luis Vicente Le¨®n, presidente de la consultora Datan¨¢lisis.
Mientras tanto, trabajadores como Jhovanny Saldarriaga ¡ªqui¨¦n pidi¨® cambiar su nombre¡ª acumulan cuatro empleos para poder compensar la devaluaci¨®n de unos salarios que pr¨¢cticamente desaparecen en cuanto llegan. Con el solo empleo de profesor de educaci¨®n f¨ªsica, ¡°por supuesto que esto no te alcanza para vivir¡±, dice, ya que ¡°en mi caso tengo cuatro personas m¨¢s que dependen de m¨ª¡±. La contraparte es que da clases ¡°una sola vez cada quince d¨ªas¡±. Como ¨¦l, son muchos los que se han quedado fuera de la burbuja del d¨®lar.
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