La izquierda y la derecha se unen en Brasil para que los alumnos no lleven el m¨®vil a las escuelas
El consenso que el ministro progresista de Educaci¨®n ha conseguido empieza a ser visto como una novedad que podr¨ªa repercutir en todo el arco pol¨ªtico
Podr¨ªa parecer un milagro que en un pa¨ªs como Brasil, salom¨®nicamente dividido entre izquierdas y derechas, el Congreso est¨¦ a punto de aprobar un proyecto de ley votado por unanimidad para prohibir en todas las escuelas, p¨²blicas y privadas, el uso del m¨®vil. De ese modo se elimina hasta la tentaci¨®n de usarlo a escondidas o en los recreos.
El hecho de existir unanimidad en la aprobaci¨®n las pr¨®ximas semanas de esta ley se debe en gran parte a la capacidad de di¨¢logo del nuevo ministro de Educaci¨®n del Gobierno de Lula, Camilo Santana, quien ha conseguido un abrazo de izquierdas y derechas para una decisi¨®n que ya ha sido tomada en otros pa¨ªses, pero que en Brasil parec¨ªa imposible. Esto debido a que se trata de un pa¨ªs con una gran pasi¨®n por el uso de las redes sociales. Brasil es un pa¨ªs de los m¨¢s comunicativos del mundo. De norte a sur, Brasil es un maestro en la necesidad de contar sus vidas.
Lo descubren enseguida los extranjeros que llegan aqu¨ª y que se asombran de que, sin conocerte, los brasile?os son capaces de contarte vida y milagros en cuanto te sientas a su lado. Quiz¨¢ por ello los padres de los alumnos en Brasil son m¨¢s condescendientes que en otros pa¨ªses con el uso de los m¨®viles por parte de sus hijos menores de edad, bajo la excusa de que ellos saben controlarlos.
La nueva ley que proh¨ªbe dr¨¢sticamente la entrada de m¨®viles en las escuelas data del 2017, sin que los pol¨ªticos consiguieran un consenso. Esta vez, justo cuando la pol¨ªtica del pa¨ªs, en vistas ya a las elecciones presidenciales del 2026, la ley ser¨¢ por fin aprobada.
En conversaciones con los alumnos, el 45% confiesan que hoy se distraen en clase con el m¨®vil y que en los recreos ya no confraternizan entre s¨ª, ya que cada uno se va a un rinc¨®n a usar el m¨®vil como si fuera una droga.
El consenso que el nuevo ministro progresista de Educaci¨®n ha conseguido para la eliminaci¨®n total de los celulares en las escuelas empieza a ser visto como una novedad que podr¨ªa repercutir en todo el arco pol¨ªtico cuando ya solo se habla sobre la posible reelecci¨®n de Lula o, en caso de ¨¦l renunciar, ir a la b¨²squeda de un candidato que recoja la herencia de Bolsonaro con un candidato de derechas o de centroderecha no radical dada en este momento la debilidad de la izquierda cl¨¢sica que ha salido derrotada de las elecciones municipales consiguiendo vencer solo en una capital importante.
En la derecha, por ahora sufre por la inhabilitaci¨®n de Bolsonaro para disputar las elecciones en ocho a?os, est¨¢n surgiendo nuevos personajes de una derecha no fascista, sobre todo gobernadores de las grandes ciudades, que intentan enfrentar a Lula, ya que el pa¨ªs est¨¢ en busca de nuevos caminos pol¨ªticos que quiebren el duelo entre la izquierda cl¨¢sica y una nueva derecha o centroderecha.
Lula, con su pragmatismo de siempre, ya se est¨¢ preparando, en caso de decidir disputar por cuarta vez la presidencia, en acercarse a los c¨ªrculos de la nueva derecha para adue?arse de sus movimientos y de sus nuevas t¨¢cticas sociales. As¨ª, por ejemplo, por primera vez, Lula ha confesado que los j¨®venes de hoy rechazan el modelo de trabajo regido por los grandes sindicatos en busca de actividades que les permitan crear sus propias empresas sin estar sometidos a un sueldo o depender de un sindicato.
M¨¢s a¨²n. Lula ha entendido que el crecimiento de las iglesias evang¨¦licas conservadoras con sus credos sobre la teolog¨ªa de la prosperidad est¨¢ compitiendo con la izquierda tradicional en sus pol¨ªticas sociales, en especial en las ciudades miserias. La izquierda tradicional ha visto que los evang¨¦licos, junto a su car¨¢cter conservador en costumbres, tambi¨¦n andan a la b¨²squeda de formas m¨¢s modernas de llegar a los m¨¢s pobres.
Ello ha hecho que Lula, a sabiendas de que la Iglesia cat¨®lica se ha aburguesado y ya no consigue atraer a su seno a los m¨¢s pobres, sino a la clase media, ha empezado a poner los ojos en los millones de seguidores de las iglesias evang¨¦licas hasta el punto que les ha pedido a los pastores que le den listas de las familias m¨¢s necesitadas para crear leyes que les favorezca socialmente.
Pol¨ªtica es tambi¨¦n eso, olfato para anticipar por donde corren las nuevas olas de transformaci¨®n social sin atascarse en los viejos modelos que las nuevas generaciones de j¨®venes se niegan a seguir, ya que se sienten arrastrados por el efecto novedad, descre¨ªdos como est¨¢n con los modelos cl¨¢sicos de un sistema democr¨¢tico que ven cada d¨ªa m¨¢s corrupto y alejado de los intereses de su mundo.
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