Jos¨¦ Rub¨¦n Zamora: ¡°Mis dos a?os en la c¨¢rcel explican mejor Guatemala que mis 30 a?os en la prensa ¡±
El exdirector de ¡®elPeri¨®dico¡¯ conversa con EL PA?S tras salir de la prisi¨®n militar donde pas¨® 813 d¨ªas. ¡°Me siento muy contento, como si hubiera vuelto a nacer¡±, dice
Unos ni?os disfrazados piden dulces puerta por puerta la noche de Halloween en la Colonia El Carmen, un condominio cerrado en el sur de Ciudad de Guatemala. Mientras el grupo avanza, los padres que van a la retaguardia se fijan en un hombre alto, de pelo blanco y bigote poblado que los observa tras la verja de su casa, custodiada por dos polic¨ªas, y se acercan a saludarlo: ¡°Venimos a expresar nuestra alegr¨ªa de que est¨¦ aqu¨ª¡±, le dice una madre, emocionada. ¡°Dios lo bendiga¡±. ?l les agradece y, avergonzado, se disculpa por no tener caramelos para ofrecer.
Si algo le ha demostrado su salida de la c¨¢rcel a Jos¨¦ Rub¨¦n Zamora (Ciudad de Guatemala, 68 a?os) es que mucha gente lo quiere. As¨ª se lo han hecho saber insistentemente en las ¨²ltimas dos semanas decenas de personas con las que se ha cruzado: desde los pol¨ªticos, embajadores, diplom¨¢ticos y periodistas que lo visitan, hasta los vecinos que lo paran cuando sale a hacer su caminata diaria, los funcionarios del juzgado donde va a firmar su libertad condicional, o quienes le vieron la semana pasada tomando un caf¨¦ con unos amigos en una terraza de la capital guatemalteca: ¡°Fue impresionante porque no pudimos conversar en tres horas por toda la gente que paraba a saludar, a dar un abrazo, a felicitarme (...) Me cuesta vivir con eso porque siempre he sido muy t¨ªmido¡±, confiesa. Pero intuye que deber¨¢ acostumbrarse a ello, al menos por los pr¨®ximos meses.
Los 813 d¨ªas que el fundador de elPeri¨®dico pas¨® en la prisi¨®n militar Mariscal Zavala ¡ªdonde lleg¨® a sufrir tortura¡ª le han convertido en un s¨ªmbolo de la resistencia frente a la criminalizaci¨®n del periodismo y de la lucha anticorrupci¨®n en su pa¨ªs. Zamora sali¨® el pasado 19 de octubre de la c¨¢rcel para cumplir una orden de arresto domiciliario otorgada por un juez que consider¨® que hab¨ªa excedido el tiempo de prisi¨®n preventiva permitido por la ley. En aquel momento llevaba m¨¢s de dos a?os preso acusado de lavado de dinero y obstrucci¨®n a la justicia, unos cargos que le impusieron bajo el mandato del expresidente Alejandro Giammattei. Pese a que inicialmente fue condenado a seis a?os de c¨¢rcel por el primer cargo, el fallo fue anulado por fallas procesales.
El periodista siempre ha negado las acusaciones y las ha achacado a una persecuci¨®n por investigaciones del medio que fund¨® ¡ªelPeri¨®dico¡ª que revelaban corrupci¨®n en el Gobierno de Giammattei, una hip¨®tesis que ha sido respaldada por diversos organismos internacionales que han analizado el caso y que tambi¨¦n han denunciado ¡°graves violaciones procesales¡±. Hoy Zamora reconoce el rol fundamental de la presi¨®n de la prensa local y las organizaciones extranjeras para exigir su salida de prisi¨®n. ¡°Todos han luchado y mantenido vivo mi caso, y yo no tengo tiempo en lo que me quede de vida para poderles dar la reciprocidad que les debo por todo, porque por todos ellos estoy afuera¡±, dice en entrevista con EL PA?S en su casa.
¡°Destartalado¡±, lejos de su familia y sin dinero , pero feliz
Como el propio Jos¨¦ Rub¨¦n Zamora, la casa de tres plantas con un frondoso jard¨ªn donde el periodista cumple prisi¨®n preventiva ha sido testigo de primera l¨ªnea de la historia contempor¨¢nea de Guatemala. Construida en 1950 por su abuela do?a Carmen y su abuelo, el periodista Clemente Marroqu¨ªn, quien lleg¨® a ser vicepresidente, por ella han pasado pol¨ªticos de distintos signos, artistas e intelectuales en las ¨²ltimas siete d¨¦cadas. ¡°Siempre hab¨ªa pluralismo pol¨ªtico aqu¨ª¡±, asegura. Y pone como ejemplo el d¨ªa que se cas¨®. ¡°Fue divertido porque un periodista que escribi¨® sobre mi boda, aqu¨ª en la casa, lo titul¨® La boda del siglo, pero los ¨²nicos que no aparec¨ªan [en la cr¨®nica] eran los novios. Hablaba de todos los que vinieron, c¨®mo se junt¨® aqu¨ª toda la gente en Guatemala, aunque fueran enemigos¡±.
Pero no todo son buenos momentos. Como fundador de medios que revelaban el lado oscuro de los poderes en Guatemala ¡ªantes de elPeri¨®dico, cre¨® Siglo Veintiuno¡ª, Zamora lleva d¨¦cadas siendo objeto de amenazas, agresiones y allanamientos. ¡°Aqu¨ª simularon mi ejecuci¨®n cuatro veces y la ¨²ltima, en el garaje, dispararon y yo dije: ya me mor¨ª y acab¨® todo¡±, recuerda. Eso fue en 2003, y provoc¨® la primera salida de su familia al exilio. Su esposa y el menor de sus tres hijos regresaron, pero el a?o pasado se vieron obligados a huir de nuevo a Estados Unidos, ante el temor de que ellos tambi¨¦n acabaran presos para aumentar la presi¨®n contra el periodista.
Lejos de la c¨¢rcel, Zamora dice sentirse f¨ªsicamente ¡°destartalado¡±, pero an¨ªmicamente fuerte. ¡°Siempre he amado estar aqu¨ª, en esta casa. Tiene mucho significado para m¨ª, y aunque est¨¢ vac¨ªa de mi familia y mis hijos, me siento muy feliz de estar bien¡±, asegura. Entre las secuelas que le han dejado los m¨¢s de dos a?os recluido en una min¨²scula bartolina oscura y llena de polvo, en la que sufri¨® plagas de insectos y fue v¨ªctima de torturas, est¨¢ el dolor de articulaciones y espalda, una sinusitis leve pero constante por los hongos que hab¨ªa en la celda, adem¨¢s de una sensaci¨®n de mala circulaci¨®n en las piernas. ¡°Y los dedos de los pies se me juntaron, como que fuera un solo dedo cada pie¡±, explica.
Pese a los achaques, dice seguir sinti¨¦ndose fuerte. ¡°Los ¨²ltimos 15 meses me sent¨ª bien y aprend¨ª a disfrutar mi soledad bastante y a vivir con lo que ten¨ªa el alcance¡±, asegura. Y aunque est¨¢ a¨²n asimilando su nueva situaci¨®n, dice estar ¡°muy contento¡±. ¡°Es como que hubiera vuelto a nacer¡±, afirma. Pero sabe que debe hacer frente a nuevos retos, como vivir lejos de los suyos y sin dinero, despu¨¦s de que su familia se viera obligada a vender sus carros y algunas propiedades para poder pagar los gastos legales y a los trabajadores de elPeri¨®dico, que en mayo de 2023 cerr¨® por las presiones del Gobierno de Giammattei.
¡°Aprender a vivir sin plata es otro desaf¨ªo¡±, confiesa Zamora, que ahora depende del dinero que le mandan sus hijos desde Estados Unidos y de los amigos que le ayudan a desplazarse por la ciudad. ¡°No dispongo de recursos, pero voy a descifrar qu¨¦ hago en adelante, tengo que empezar a generar¡±.
En medio de esta situaci¨®n, hay algo en lo que dice haber estado reflexionando ¨²ltimamente y que le impresiona. Jos¨¦ Rub¨¦n Zamora cree que su paso por prisi¨®n retrata mejor que ninguna de sus publicaciones lo que lleva tratando de transmitir toda su carrera: que Guatemala es un ¡°laberinto sin salida¡±, como le gusta describir, un pa¨ªs con altos niveles impunidad, que en los ¨²ltimos a?os ha visto a cientos de jueces, fiscales y periodistas que lucharon contra la corrupci¨®n acabar presos o en el exilio. ¡°Creo que estos dos a?os en la c¨¢rcel me permitieron contribuir m¨¢s a que la gente en Guatemala y afuera vieran a Guatemala c¨®mo es, mucho m¨¢s que los 30 a?os que estuve en la prensa reiterando que ¨¦ramos una narcodictadura que cogobierna en alianza de intereses para mantenernos secuestrados¡±, asegura.
Ar¨¦valo, Guatemala y el futuro
Una de las primeras visitas que recibi¨® Zamora al llegar a su casa fue la del presidente Bernardo Ar¨¦valo, que lleg¨® al poder en enero con la bandera de la lucha contra la corrupci¨®n. El mandatario, que siempre ha calificado su caso de ¡°persecuci¨®n pol¨ªtica a la prensa¡±, mejor¨® sus condiciones en la c¨¢rcel y se comprometi¨® a que sus derechos fueran respetados. ¡°Fue una visita personal para manifestarme su complacencia y su alegr¨ªa de que yo estuviera en mi casa y se lo agradec¨ª mucho¡±, afirma el periodista que define al mandatario como un hombre decente, de centro y que no supone una amenaza para el sistema.
Como Zamora, Ar¨¦valo y su partido ¡ªel Movimiento Semilla¡ª han debido enfrentar procesos judiciales impulsados por el ministerio p¨²blico de Consuelo Porras y Rafael Curruchiche, dos funcionarios sancionados por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que los incluy¨® en su lista de actores corruptos y antidemocr¨¢ticos. Por eso, el periodista cree que el presidente corre el riesgo de acabar preso como ¨¦l, especialmente si su popularidad sigue bajando.
¡°Curruchiche dijo que el funcionario m¨¢s corrupto de Guatemala es el presidente Ar¨¦valo. Pienso que van en serio¡±, advierte Zamora. ¡°Van a acelerar su proceso, solo lo tienen dormido¡±. Y aunque dice que ve al mandatario optimista y confiado en que los funcionarios corruptos tienen cada vez menos poder en el Estado, cree que est¨¢ ante un escenario complejo. ¡°La fiscal general tiene un desaf¨ªo semejante a Daniel Ortega en Nicaragua y a [Nicol¨¢s] Maduro en Venezuela: que, si caen, los van a perseguir. Y entonces van a hacer todo lo posible para que quien los sustituya sea alguien que los proteja en un pa¨ªs cuyo ADN hereditario es impunidad y corrupci¨®n¡±.
A Zamora, el paso por la c¨¢rcel no solo le ha alejado de su familia y ha acabado con su dinero, sino que tambi¨¦n supuso el cierre de un medio con el que ejerci¨® durante d¨¦cadas de contrapeso frente al poder. ¡°Me causaba alegr¨ªa ¡ªno solo con Giammattei, sino con todos los presidentes¡ª ver que un peri¨®dico chiquito ejerc¨ªa un peque?o contrapoder, y yo lo lograba que en un pa¨ªs donde no hay justicia, donde hay impunidad¡±, dice en el sal¨®n de su casa. A solo unos metros, en el garaje, decenas de cajas resguardan los archivos contables y las investigaciones de elPeri¨®dico, el ¨²ltimo vestigio f¨ªsico de un medio que lleg¨® a tener cientos de empleados y que dio a Zamora el respeto de una parte de la poblaci¨®n de su pa¨ªs y el prestigio internacional.
Por el momento, no hay planes de volver a montar un medio. Adem¨¢s, sabe que volver a prisi¨®n sigue siendo una opci¨®n. De hecho, el fiscal Curruchiche ha pedido que se revoque el arresto domiciliario alegando peligro de fuga. Pero Zamora asegura que no tiene intenci¨®n de irse, salvo a visitar a su familia, algo que har¨ªa solo con el permiso de un juez. ¡°El viernes pasado tuve audiencia y no ten¨ªa que ir y fui para que vean que que yo no me estoy yendo de Guate. Jam¨¢s me voy a ir. Y, si quieren que me vaya, me tiene que expulsar el fascismo local¡±.
Zamora vive esta etapa como una ¨²ltima victoria en el largo camino de su resistencia. ¡°No me han vencido. Lo que quer¨ªan es que me diera verg¨¹enza y que sintiera escarnio y no lo han logrado. Afortunadamente no he sentido pena o que haya hecho alguna cosa fuera de la ley¡±, dice. Y antes de despedirse advierte: ¡°Si me vuelven a jalar [a prisi¨®n], hay que estar sin pena¡±.
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