La billonaria deuda con los estudiantes en pandemia
Se estima que la generaci¨®n actual de estudiantes en el mundo corre el riesgo de perder billones de d¨®lares del total de ingresos que percibir¨¢n durante toda la vida
Cuatro de los cinco hijos de Mar¨ªa Liz Ram¨ªrez son estudiantes en pandemia. Sin computadoras, conexi¨®n de wifi, ni tabletas en casa, todos dependen de los tel¨¦fonos celulares de sus padres para acceder a las tareas que env¨ªan las maestras. ¡°Recibimos archivos de muchas p¨¢ginas por WhatsApp que mandamos a imprimir en un local cerca de casa¡±, comenta Ram¨ªrez. ¡°Cuando yo voy a trabajar, mi marido le lleva las tareas completas a las maestras o a veces vienen ellas a buscar. Nos turnamos, aunque sabemos que podemos contagiarnos¡±.
Como los hijos de Ram¨ªrez en J. Augusto Sald¨ªvar, una comunidad en Paraguay, millones de estudiantes en Latinoam¨¦rica se han encontrado en situaciones sin precedentes para poder continuar con su educaci¨®n en tiempos de pandemia. A nivel mundial, se estima que 1.600 millones tuvieron que interrumpirla por completo en el peor momento de la covid-19.
Si bien la mayor¨ªa de los ni?os en la regi¨®n participa en alg¨²n tipo de actividad educativa, los niveles de participaci¨®n y la calidad var¨ªan considerablemente entre los pa¨ªses, desde el 64% en Guatemala hasta el 97% en Chile. Esto sugiere que se han producido graves p¨¦rdidas de aprendizaje y un aumento de las tasas de abandono, que afectar¨¢n la acumulaci¨®n del capital humano. Los niveles m¨¢s bajos de participaci¨®n se observan en Guatemala, Guyana y Belice, donde solo dos tercios de los ni?os en edad escolar participan en alg¨²n tipo de actividad.
Seg¨²n un nuevo informe del Banco Mundial, la UNESCO y UNICEF, se estima que la generaci¨®n actual de estudiantes a nivel mundial corre el riesgo de perder 17 billones de d¨®lares estadounidenses, en valor actual, del total de ingresos que percibir¨¢n durante toda la vida. Eso equivale a cerca del 14% del Producto Interno Bruto mundial actual, como consecuencia del cierre de las escuelas vinculado con la pandemia. Esta cifra es a¨²n m¨¢s preocupante que las estimaciones en 2020 de 10 billones de d¨®lares estadounidenses.
El an¨¢lisis demuestra que, en algunos pa¨ªses, las p¨¦rdidas promedio de aprendizaje son proporcionales a la duraci¨®n del cierre de los centros educativos. Si bien casi todos los pa¨ªses en el mundo ofrecieron oportunidades de aprendizaje a distancia, la calidad y el alcance variaron en gran medida y fueron, en el mejor de los casos, sustitutos parciales de las clases presenciales. En otras palabras, la reapertura de las escuelas debe ser una prioridad urgente y de primer orden.
Aprender en casa
¡°Muchas veces mi hija mayor, de 15 a?os, no entiende sus tareas y yo no s¨¦ c¨®mo ayudarle¡± relata Ram¨ªrez quien tampoco puede pagar clases virtuales de refuerzo. En este sentido, existe una gran heterogeneidad en cuanto a p¨¦rdidas significativas de aprendizaje entre los pa¨ªses, el nivel socioecon¨®mico de los estudiantes, el g¨¦nero y el grado.
Seg¨²n el estudio, las p¨¦rdidas de aprendizaje estimadas fueron mayores en matem¨¢ticas que en lectura, y afectaron de manera desproporcionada a los estudiantes m¨¢s j¨®venes, a los que provienen de hogares con bajos ingresos y a las ni?as. En algunos casos, los alumnos aprendieron solo el 28% de lo que hubieran aprendido en clases presenciales y el riesgo de abandono aument¨® a m¨¢s del triple.
Salvo algunas excepciones, las tendencias generales de los datos a nivel global sugieren que la crisis ha exacerbado las desigualdades en materia de educaci¨®n existentes desde mucho antes de la pandemia.
Los ni?os provenientes de hogares con bajos ingresos, los ni?os con discapacidad y las ni?as tuvieron menos oportunidades de acceder al aprendizaje a distancia que sus compa?eros. Esto se debi¨®, por lo general, a la falta de acceso a las tecnolog¨ªas y la carencia de electricidad, conectividad y dispositivos, as¨ª como a la discriminaci¨®n y las normas de g¨¦nero.
Los estudiantes m¨¢s peque?os tuvieron menos acceso al aprendizaje a distancia y se vieron m¨¢s afectados por la p¨¦rdida de aprendizaje que los de m¨¢s edad, especialmente entre los ni?os en edad preescolar en etapas fundamentales de aprendizaje y desarrollo.
La escuela como un seguro a futuro
M¨¢s all¨¢ de las p¨¦rdidas econ¨®micas que significa el cierre de las escuelas para esta generaci¨®n, el impacto en su futuro es mucho m¨¢s profundo. Datos del estudio indican peores consecuencias entre las ni?as, ya que est¨¢n perdiendo con rapidez la protecci¨®n que las escuelas y el aprendizaje ofrecen a su bienestar y a sus oportunidades de vida.
De la misma forma, la salud y seguridad de los peque?os se vio amenazada, debido a que se increment¨® la violencia dom¨¦stica y el trabajo infantil. M¨¢s de 370 millones de ni?os a nivel global dejaron de recibir las comidas que les daban en la escuela mientras duraron los cierres, con lo cual perdieron lo que para algunos significaba la ¨²nica fuente confiable de alimentos y nutrici¨®n diaria.
Dicho esto, el informe hace hincapi¨¦ en que, hasta la fecha, los paquetes de est¨ªmulo que los gobiernos han destinado a la educaci¨®n representan menos del 3%. Se necesitar¨¢ una mayor cantidad de fondos para que la recuperaci¨®n inmediata del aprendizaje sea efectiva.
Para construir sistemas educativos m¨¢s resilientes a largo plazo, los pa¨ªses deben:
- Invertir para potenciar las oportunidades de aprendizaje digital para todos los estudiantes.
- Reforzar el papel de los padres, las familias y las comunidades en el aprendizaje de los ni?os.
- Garantizar apoyo y acceso a oportunidades de desarrollo profesional de alta calidad para los docentes.
- Aumentar el presupuesto dirigido a educaci¨®n a escala nacional prevista para los paquetes de est¨ªmulo.
¡°Ahora que los chicos est¨¢n volviendo a las clases presenciales, en la escuela nos piden un celular para cada hijo. Yo no puedo pagar eso. Necesitamos que la educaci¨®n sea accesible y buena para todos por igual¡±, indica Ram¨ªrez. Como ella, millones de madres y padres en Latinoam¨¦rica, esperan ansiosos que sus hijos accedan a educaci¨®n presencial de calidad que incluso antes de la pandemia estaba pendiente.
Cecilia Mart¨ªnez G¨®mez es consultora de comunicaciones del Banco Mundial
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