Mart¨ªn Ron, el artista detr¨¢s del mural de Maradona m¨¢s grande del mundo
El argentino retrata al astro en una pared de 1.800 metros cuadrados sobre una avenida de Buenos Aires
La Plaza Lola Mora de Buenos Aires se ha convertido en el ¨²ltimo centro de peregrinaje maradoniano, el dios del f¨²tbol argentino. El pasado 30 de octubre, miles de personas se acercaron hasta all¨ª para celebrar el cumplea?os de Diego Maradona y recordarlo a dos a?os de su muerte junto al retrato m¨¢s grande que existe de ¨¦l. Lo pint¨® el artista Mart¨ªn Ron sobre la pared de un edificio de 12 pisos, de 40 metros de ancho y 45 de altura.
¡°El Diego es la fuerza, es el coraje ante la adversidad¡±, lo describe Mart¨ªn Ron (Caseros, 31 a?os) en una charla con EL PA?S a los pies del mural. ¡°Siempre interpel¨® al poder y no entendi¨® nunca de l¨ªmites. Pueden quererlo o no, pero a todo el mundo le pasa algo con Maradona y eso no lo logra cualquiera. Cuando se fue el Diego se fue tambi¨¦n un pedazo de nuestra infancia, de nuestra historia, y recordarlo con un mural homenaje es demasiado lindo¡±, agrega.
Su primer recuerdo de Maradona es a los nueve a?os, en el Mundial de Italia 90. El capit¨¢n de Argentina recibi¨® una dura patada en el partido contra Ruman¨ªa y jug¨® los partidos siguientes con el tobillo izquierdo muy hinchado. Es ese jugador valiente el que Ron retrat¨® en un edificio del barrio porte?o de Constituci¨®n.
¡°Elegimos junto a la familia esta expresi¨®n de arenga que es tan necesaria en un pa¨ªs como Argentina, donde todo cuesta tanto, as¨ª como le cost¨® todo al Diego, pero a¨²n as¨ª le fue dando pi?as y pi?as a la vida. No es casual que esta foto habla m¨¢s de la derrota, de su parte m¨¢s humana, de lo cerca que estuvo de conseguir la tercera copa y no lo logramos, lamentablemente¡±, se?ala Ron.
El ni?o que descubr¨ªa a Maradona en ese Mundial a trav¨¦s de la peque?a pantalla ya dibujaba e iba a talleres de pintura, pero a¨²n no sab¨ªa que lograr¨ªa vivir de esa pasi¨®n. Su primer encargo lleg¨® en la adolescencia, cuando le pidieron pintar las paredes del jard¨ªn de infantes del colegio. Con el dinero que recibi¨® se pag¨® el viaje de estudiantes a Bariloche.
A la hora de elegir profesi¨®n, pensaba que iba a ser contador, como su madre, y se anot¨® en Ciencias Econ¨®micas. Despu¨¦s se pas¨® a la carrera de Dise?o industrial. El tercer intent¨® fue Gesti¨®n de Arte y Cultura. ¡°Las tres las dej¨¦. Nunca tuve tiempo porque siempre hab¨ªa algo que me llevaba a la pintura¡±, cuenta.
Su carrera como muralista comenz¨® en las paredes de Caseros, la ciudad de la periferia oeste de Buenos Aires en la que pas¨® su infancia y donde tiene su estudio. ¡°Cuando empec¨¦ no hab¨ªa br¨²jula, no hab¨ªa referentes, no ten¨ªa a qui¨¦n seguir as¨ª que no me qued¨® otra que transitar mi propio camino, que hoy se convirti¨® en una referencia. Por eso, cuando veo esta imagen gigante y todo lo que significa me digo que no estaba tan errado, ?no? Pintar me permiti¨® conocer lugares, me termin¨® de definir como persona, me hizo madurar, conocer realidades nuevas, hablar con vecinos¡ Esta es la obra m¨¢s importante que hice, m¨¢s all¨¢ de que est¨¢ representado el ¨ªdolo de los argentinos, logra interpelar a toda la gente que pasa con esta expresi¨®n de arenga¡±, se?ala.
Bastan unos minutos para entender de qu¨¦ habla. Una multitud llega atra¨ªda por el gigantesco mural. Cuando est¨¢n muy cerca aminoran el paso y desv¨ªan la mirada hacia arriba para ver a Maradona tan cerca del cielo. ¡°Para m¨ª el Diego es todo, sigue vivo¡±, asegura Jerem¨ªas, vestido con la camiseta de Italia 90 que us¨® el Diez hace 32 a?os. ¡°Qu¨¦ capo, Ron. Gracias¡±, dice Juan al reconocer al artista. Los dos amigos vinieron del conurbano bonaerense para ver de cerca el mural reci¨¦n terminado. Otro hincha se acerca hasta all¨ª con unos botines autografiados por Maradona.
Trabajo contrarreloj
Ron trabaj¨® con un equipo de siete personas de siete de la ma?ana a siete de la tarde durante un mes para llegar a tiempo para el 30 de octubre. Fueron necesarios cerca de 800 litros de pintura. El s¨¢bado, en la v¨ªspera del cumplea?os, se celebr¨® un asado de fin de obra con Ron y Pedro Pe?a, creador de los restaurantes La Carnicer¨ªa, Ni?o Gordo, Chori y Paquito, entre otros.
¡°Yo soy colombiano y no me gusta el f¨²tbol. Tampoco soy adicto a Maradona, pero soy adicto a mis amigos y quer¨ªa acompa?ar de esta manera, con un asado de fin de obra, como hacen aqu¨ª los alba?iles cuando terminan¡±, cont¨® Pe?a antes de subirse al andamio y ponerse a asar chorizos frente a ¨¦l a modo de tributo.
La idea de comerse un chorip¨¢n, una de las comidas callejeras m¨¢s populares de Argentina, siempre estaba girando en la cabeza del futbolista, incluso en las temporadas que vivi¨® fuera de su pa¨ªs, explicaron desde la parrilla humeante. Cada pan que se reparti¨® entre los trabajadores y los invitados ten¨ªa grabado D10S con una plancha ardiente.
Ron dibuj¨® a su izquierda un barrilete c¨®smico, la imagen con la que lo describi¨® el relator V¨ªctor Hugo Morales despu¨¦s del gol a los ingleses en M¨¦xico 1986 y que despu¨¦s adopt¨® todo el pa¨ªs para referirse al astro futbol¨ªstico.
?dolos populares
Antes de Maradona, Ron pint¨® a otros ¨ªconos de la cultura popular argentina como el futbolista Carlos Tevez, las cantantes Mercedes Sosa y Tita Merello y el m¨²sico Luis Alberto Spinetta, entre otros. Pero su fama ha traspasado las fronteras del pa¨ªs sudamericano y ha sido invitado a intervenir m¨¢s de 300 paredes en todo el mundo. Inglaterra, Espa?a, Estados Unidos, Rusia y Malasia son algunos de los pa¨ªses donde pueden admirarse obras de este artista argentino, considerado uno de los diez mejores muralistas del planeta.
Cada mural terminado es una ofrenda a los vecinos y a la ciudad que lo alberga. Los de Ron conviven hoy con los de una nueva generaci¨®n de artistas callejeros que cada vez ganan m¨¢s espacio y reconocimiento. ¡°Es un movimiento que vino para quedarse¡±, asegura Ron, quien aprecia el poder que le da a sus obras que est¨¦n a la vista de cualquiera y no sea necesario ir a un museo para verlas. ¡°Es un arte que est¨¢ en contacto con la gente, lo pinto pero no s¨¦ qui¨¦n lo ve. Me gusta pensar que es arte monumental en la calle al servicio del estado de ¨¢nimo y que puede abrir cabezas y emocionar¡±.
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