?Un ¡®rembrandt¡¯ en el fin del mundo? La historia del empresario que se enamor¨® de una pintura en un mercadillo de Buenos Aires
Liu Zhijiang, un industrial pesquero de la ciudad de Ushuaia, afirma haber encontrado una obra perdida del maestro barroco en Argentina. Las dudas de los expertos no han desanimado su intenci¨®n de abrir un museo en su honor
La noticia la dio primero El diario del fin del mundo. El peri¨®dico local de Ushuaia, la ciudad del ¨²ltimo rinc¨®n del sur argentino, contaba hace unas semanas que uno de sus residentes ilustres hab¨ªa hallado una pintura del siglo XVII. Una escena b¨ªblica, un cuadro del barroco, un tesoro desconocido que podr¨ªa valer cientos de millones de d¨®lares. Liu Zhinjiang, un empresario chino que divide su tiempo entre los negocios de un buque colosal dedicado a la pesca de merluza y el coleccionismo de obras de arte, no ten¨ªa dudas: la pintura era un lienzo perdido de Rembrandt y pod¨ªa probarlo.
La noticia alcanz¨® entonces los grandes diarios nacionales. ?Qu¨¦ hac¨ªa una obra del gran maestro neerland¨¦s en el ¨²ltimo rinc¨®n de la Patagonia?
Liu Zhinjiang naci¨® en la ciudad de Jinan, unos 400 kil¨®metros al sur de Pek¨ªn, hace 55 a?os. Vivaz, menudo y cort¨¦s, habla un espa?ol acelerado, con un marcado acento argentino que da fe de media vida vivida en el pa¨ªs. Zhinjiang estudi¨® ingenier¨ªa pesquera en un instituto tecnol¨®gico en China y, al terminar, vivi¨® un par de a?os en las Islas Canarias, donde empez¨® a trabajar en la pesca en la costa de Marruecos. Aterriz¨® en el sur de Argentina en 1994. ¡°Vi crecer Ushuaia¡±, dice. ¡°Cuando llegu¨¦ hab¨ªa unos 20.000 habitantes, apenas hab¨ªa casas. Ahora somos una ciudad de m¨¢s de 80.000 personas. Desde que vivo ah¨ª han pasado ocho gobiernos en la provincia. Yo, ah¨ª sigo¡±.
Zhinjiang recibe a este peri¨®dico en su oficina del centro de Buenos Aires. Es un jueves de finales de un abril intenso: la crisis econ¨®mica ha roto ya todas las barreras de la inflaci¨®n interanual con un 104% y el Gobierno argentino busca d¨®lares en las exportaciones para frenar la ca¨ªda de la moneda nacional. El empresario, presidente de Prodesur, una empresa con un buque de 100 metros y 200 empleados que fabrica surimi de exportaci¨®n en el mar argentino, ha llegado a la ciudad para reunirse con autoridades de la secretar¨ªa de Agricultura, Ganader¨ªa y Pesca. De paso aprovecha para ense?ar parte de su colecci¨®n de arte a algunos visitantes. Entre una veintena de pinturas, alguna porcelana china y figuras talladas en marfil, su ¨²ltimo tesoro, el puro lienzo sin marco, descansa en el piso entre dos hojas gruesas de poliestireno. As¨ª la ha tra¨ªdo desde Ushuaia para el encuentro.
Jacob present¨¢ndose a Raquel, la escena del primer acercamiento de una larga historia de amor que da pie a las tribus de Israel seg¨²n el Antiguo Testamento, le encandil¨® cuando la vio por primera vez hace cuatro a?os en una galer¨ªa del barrio porte?o de San Telmo. ¡°Un viejo contacto que trabaja conmigo me llam¨®. La consigui¨® de una familia alemana que quer¨ªa vender porque necesitaban la plata¡±, cuenta Zhinjiang. ¡°Estaba muy sucia, no se ve¨ªa bien. Pero la mirada de la chica me impresion¨®. Es como si mostrara el aura¡±, dice.
Afirma que la compr¨® por 20.000 d¨®lares. Zhinjiang se pas¨® el confinamiento de la pandemia contemplando el cuadro. La mirada de la joven Raquel, que atiende al cortejo de Jacob ante su padre, le inspir¨® a escribir una novela: la historia de una pareja joven que encuentra un rembrandt en las galer¨ªas que rodean el mercadillo de antig¨¹edades de San Telmo y les cambia la suerte. Ahora est¨¢ buscando una productora para filmar una pel¨ªcula con la historia. Tambi¨¦n ha bautizado con el nombre del cuadro, Encuentro de Jacob y Raquel en el pozo de agua, un proyecto inmobiliario en Ushuaia. Pero el proyecto m¨¢s ambicioso, que le llev¨® a los diarios y a la televisi¨®n local, es construir un museo en aquella poblaci¨®n el pr¨®ximo a?o. El cuadro ser¨ªa la pieza central de una colecci¨®n de 200 pinturas y otros 300 objetos que ha comprado en todos estos a?os en Buenos Aires.
Nadie ha certificado que la pintura pueda ser de Rembrandt. La vasta obra del maestro neerland¨¦s, que hizo escuela y muri¨® arruinado en ?msterdam liquidando sus ¨²ltimas piezas hasta 1669, ha sido objeto de pol¨¦mica durante d¨¦cadas. El ¨²ltimo consenso de los especialistas tiene una lista aproximada de 350 pinturas y centenares de dibujos que han sido escrutados con especial celo desde que el Gobierno neerland¨¦s financi¨® la creaci¨®n del Rembrandt Research Project en 1968 para depurar un cat¨¢logo que en 1930 enlistaba m¨¢s de 600 piezas. Rembrandt pint¨®, ense?¨® a pintar y vendi¨®. Las falsificaciones y fraudes han dado la vuelta al mundo.
La bola de que un rembrandt hab¨ªa sido hallado en la Patagonia empez¨® a rodar por un informe de restauraci¨®n sacado de contexto. A mediados del a?o pasado, Zhinjiang hab¨ªa contactado al Centro de Investigaci¨®n en Arte, Materia y Cultura de la Universidad Tres de Febrero de Buenos Aires para restaurar su pintura. El informe final de esta instituci¨®n jam¨¢s menciona un autor. Habla de un ¨®leo sobre tela, de autor an¨®nimo, que ¡°evidencia m¨²ltiples tratamientos previos¡± y que ¡°sigue de cerca una pintura del napolitano Luca Giordano fechada a finales del siglo XVII¡±.
El estudio s¨ª detall¨® algunos materiales encontrados en la obra. Las fibras naturales de origen vegetal, que el estudio describe como ¡°posiblemente lino¡± en el lienzo original, es una pista de una ¡°tela preindustrial, concordante con la dataci¨®n propuesta¡± por su due?o actual. El uso del plomo, hierro, aluminio, azufre y potasio en la preparaci¨®n de los pigmentos blancos y azules tambi¨¦n concuerdan con la manera en que se preparaban y comercializaban entre los siglos XVII y XVIII. Esos detalles, m¨¢s la elecci¨®n de un tema religioso y la similitud con la pintura de Giordano, llevaron a Zhinjiang a sacar sus propias conclusiones. ¡°Giordano copiaba, yo creo que vio esta pintura y la imit¨®¡±, opina sobre la obra del napolitano, parte del acervo del Museo del Prado de Madrid. ¡°Por los colores, por la profundidad, por la mirada de la chica, yo creo que es de Rembrandt¡±, dice. La firma de su cuadro se perdi¨® entre la compra y el proceso de restauraci¨®n.
La Universidad Tres de Febrero no puede certificar la antig¨¹edad ni la autor¨ªa de una pintura. ¡°A nuestro centro no ingres¨® ning¨²n rembrandt ni sali¨® uno¡±, se limita a decir la directora del Centro de investigaci¨®n, la experta en historia del arte colonial y materiales Gabriela Siracusano. ¡°Nosotros solo hacemos investigaciones qu¨ªmicas, hist¨®ricas y cient¨ªficas¡±, zanja. ¡°El an¨¢lisis de pigmentos, de materiales, no sirve para mucho. Cuando uno trabaja en certificar una obra de arte, esto representa apenas un 3%¡±, sostiene ?ngel Navarro, comisario del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires y uno de los mayores expertos argentinos en arte europeo de la ¨¦poca. ¡°Lo que m¨¢s importa es la cuesti¨®n estil¨ªstica¡±. El experto tambi¨¦n pudo ver la pintura esta semana. Su opini¨®n es definitiva: ¡°Al verla me di cuenta de que era una pintura italiana, no tiene nada que ver con la pintura holandesa. Esto es una especie de boutade¡±.
Zhinjiang espera ahora que el misterio del origen de su pintura pueda ser aclarado. Para ¨¦l ser¨¢ un rembrandt hasta que pueda rastrear su verdadero origen. ¡°No me gusta el cigarrillo, no bebo, no voy al casino. Mi ¨²nico vicio es el arte¡±, dice en su oficina rodeado de pinturas. Todo el arte europeo que ha coleccionado tiene un patr¨®n de origen: pintura de Italia, Alemania y Espa?a que probablemente ingres¨® al pa¨ªs tras la Segunda Guerra Mundial. En Argentina se han encontrado reliquias del r¨¦gimen nazi, pero Navarro, que estudi¨® el tema, aclara que ninguna colecci¨®n germana que haya salido al p¨²blico incorporaba obras de trascendencia. El rembrandt de la Patagonia es, hasta ahora, un tesoro para los ojos de su due?o. Su origen sigue en el aire, aunque la historia termine en una pel¨ªcula y en un museo en el fin del mundo.
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