El f¨²tbol argentino vive una explosi¨®n de turismo tras el Mundial de Qatar
Buenos Aires, una ciudad con m¨¢s de 60 estadios de f¨²tbol profesional, recibe a visitantes de todo el mundo seducidos por el aliento de los fan¨¢ticos y el color de las rivalidades de barrio m¨¢s all¨¢ de los grandes equipos
Hay ligas que importan a los jugadores m¨¢s cotizados del mercado y otras, como la Argentina, que se especializan en atraer a simpatizantes de distintas partes del mundo. Aun con una econom¨ªa nacional en rojo que la deja en desventaja futbol¨ªstica contra los grandes torneos, los campeonatos que se juegan en el pa¨ªs de los actuales campeones mundiales generan una seducci¨®n irresistible para muchos extranjeros: cada vez m¨¢s turistas aterrizan en el aeropuerto de Ezeiza para experimentar la atm¨®sfera de los partidos de la Liga Profesional y las categor¨ªas del Ascenso. La oleada de fan¨¢ticos, en especial europeos, se acrecent¨® tras la explosi¨®n por los festejos de Qatar 2022, cuando cinco millones de porte?os y bonaerenses salieron a las calles para recibir a la selecci¨®n.
¡°En 2022 viaj¨¦ dos veces y me enamor¨¦ del f¨²tbol argentino. El nivel de juego es inferior, pero los futbolistas juegan al 200% y la atm¨®sfera de los estadios y la pasi¨®n son espectaculares, muy diferentes a Europa¡±, celebra Florian Jaramago, un simpatizante franc¨¦s que visit¨® estadios como si fueran museos: acudi¨® a la casa de los dos clubes m¨¢s populares, River y Boca, pero tambi¨¦n a las de V¨¦lez, Hurac¨¢n, Independiente, Racing, Gimnasia, Rosario Central y Newell¡¯s.
Fabian Schneider, un espectador alem¨¢n que entre abril y mayo pasados se entreg¨® a un empacho de f¨²tbol ¨Cen 21 d¨ªas vio 25 partidos en diferentes estadios de Buenos Aires, de todas las categor¨ªas-, habla de Argentina como si fuera la capital mundial del fan¨¢tico: ¡°Cumpl¨ª un sue?o, siempre lo vi como el pa¨ªs de los grandes clubes, las grandes hinchadas y los estadios ¨²nicos. En Europa los escenarios son modernos, pero casi todos iguales. Como la Bombonera no hay otra y el Monumental es el m¨¢s grande de Sudam¨¦rica¡±.
Algunos, como Tim van Beek, de Pa¨ªses Bajos, aprovechan a visitar las maravillas naturales de Argentina pero con clara predilecci¨®n por el f¨²tbol. ¡°En mis dos viajes estuve en las Cataratas del Iguaz¨² y en el glaciar Perito Moreno, pero a la cancha de San Lorenzo fui cinco veces. Me hice fan¨¢tico: en mi pa¨ªs veo videos de su hinchada en Youtube¡±, dice. Un escoc¨¦s, Steven MacCormick, acaba de regresar a su pa¨ªs luego de haber permanecido tres meses en Buenos Aires: ¡°Era lo que siempre quer¨ªa hacer, mi viaje so?ado desde chico. Como la selecci¨®n de mi pa¨ªs no clasifica a los Mundiales hace rato, en cada Copa del Mundo aliento por Argentina. Y en esta visita confirm¨¦ que el f¨²tbol no son 90 minutos: es una comunidad, un viaje, un asado con amigos, un chorip¨¢n [un s¨¢ndwich de chorizo, muy popular en el pa¨ªs] y una forma de vida¡±.
Los turistas suelen asistir a los estadios con gu¨ªas locales: cada estadio tiene su especialista, que antes del partido les cuenta la historia y la idiosincrasia del equipo. Quien los recibe en San Lorenzo, uno de los cinco clubes grandes de Buenos Aires ¨Cjunto a Boca, River, Independiente y Racing-, es Fabi¨¢n Navatta: ¡°Vienen muchos alemanes, holandeses o escoceses, y dicen que Buenos Aires es la meca del turismo del f¨²tbol. Les gusta mirar a la gente, le sacan fotos a las tribunas y se van enloquecidos. Encima, por el tipo de cambio, les resulta barato, y el Mundial potenci¨® el inter¨¦s. Muchos vuelven dos veces por a?o¡±. Uno de sus colegas es Tom¨¢s Gonz¨¢lez Messina, el encargado de organizar los tours futboleros por el estadio Diego Maradona, de Argentinos Juniors: ¡°Trabajo desde 2018, pero despu¨¦s de Qatar aument¨® el furor. Los extranjeros quieren conocer la mayor cantidad de estadios y arman cronogramas de dos y tres partidos por d¨ªa¡±, explica Tom¨¢s.
No hay ciudad en el mundo con tantos estadios como Buenos Aires: de los 28 equipos que participan en la Liga Profesional, 17 juegan en el conglomerado urbano de la Capital Federal y su periferia, pero la suma, si se agregan los clubes del Ascenso, llega a 66 templos. Adem¨¢s, la acumulaci¨®n de f¨²tbol casi todos los d¨ªas y a diferentes horas (la Polic¨ªa, para garantizar la presencia de efectivos, pide que no se jueguen partidos en simult¨¢neo) facilita los planes de los turistas para multiplicar sus visitas a los estadios.
¡°A las 11 de la ma?ana fuimos a ver San Lorenzo-Platense, a las 15.30 Almagro-Defensores Unidos [por la Segunda Divisi¨®n] y a 20.30 River-Independiente¡±, reconstruye Schneider en referencia al domingo 23 de abril, cuando ¨¦l y tres amigos alemanes recorrieron menos de 25 kil¨®metros dentro de Buenos Aires para presenciar tres partidos en continuado. Ni siquiera la ausencia de p¨²blico visitante ¨Cprohibidos desde 2013 tras el asesinato de un hincha de Lan¨²s- les quita a los extranjeros el atractivo por el espect¨¢culo.
¡°A veces los partidos son aburridos y yo me preocupo y me digo ¡®uh, la van a pasar mal¡¯, pero los tipos igual est¨¢n encantados¡±, se sorprende Navatta, que muestra su experiencia en San Lorenzo en @experiencia_boedo. ¡°No les interesa tanto el f¨²tbol: le sacan fotos a la gente, al alambrado, a las entradas, a la polic¨ªa, a las luces, a las uniones de cemento. El otro d¨ªa [San Lorenzo-Defensa y Justicia, jugado el lunes 8 de mayo] vinieron austr¨ªacos y holandeses a ver un partido que termin¨® 0 a 0, pero igual se fueron felices, cantando las canciones¡±, agrega.
Jaramago, el hincha franc¨¦s, explica qu¨¦ significa ¡°la atm¨®sfera¡±, la palabra m¨¢s usada para referirse al f¨²tbol argentino: ¡°En Europa solo cantan en una tribuna, detr¨¢s del arco, pero en Argentina el aliento es en los cuatro costados. Antes de ir a la cancha de Gimnasia me aprend¨ª las canciones: no quer¨ªa ser el ¨²nico del estadio que estuviera en silencio¡±. El gu¨ªa de Argentinos, Gonz¨¢lez Messina, interpreta la fascinaci¨®n: ¡°Les llama la atenci¨®n la sobreabundancia de clubes de Buenos Aires, que hay estadios a 20 cuadras de diferencia. El inter¨¦s no queda restringido a los estadios, sino tambi¨¦n a la ciudad: se fascinan con la cultura del barrio. Les divierte o les llama la atenci¨®n que no pod¨¦s caminar con la camiseta de un club por otras zonas, porque puede ser peligroso, y cierta precariedad de los estadios: un holand¨¦s me dijo que as¨ª eran las canchas europeas en los 70, antes de que sean todas iguales¡±, agrega, a quien los turistas contactan en @PelusaStadiumTours.
En algunos pa¨ªses de Europa, esta cultura de conocer o coleccionar estadios se llama Groundhopping (saltar de un estadio a otro). ¡°Tratan de ir a todos los partidos que puedan. Trat¨¢ndose de Argentinos Juniors, y su relaci¨®n con Maradona, pens¨¦ que ven¨ªan por Diego, pero a veces tambi¨¦n es como si tacharan otro estadio y despu¨¦s se van a Berazategui o San Telmo¡±, dice Gonz¨¢lez Messina, en referencia a dos peque?os equipos del conurbano que participan en el Ascenso.
¡°No me considero un Groundhopper, eso es m¨¢s para coleccionistas de estadios, y a m¨ª no interesa ir a campos con poco clima: yo quiero que haya fiesta¡±, se diferencia Jaramago, que en marzo de 2022 vio tres cl¨¢sicos en 48 horas, San Lorenzo-Hurac¨¢n e Independiente-Racing el s¨¢bado, ambos en Buenos Aires, y Central-Newell¡¯s el domingo en Rosario. ¡°Mi mejor experiencia fue Central-Newell¡¯s, una locura, otro nivel, el estadio casi quem¨¢ndose 30 minutos antes del partido¡±, precisa.
En sus tres semanas por Argentina, Schneider menciona visitas a estadios que muchos porte?os o bonaerenses no conocen: ¡°Disfrut¨¦ todo, desde Boca y River, hasta los m¨¢s peque?os: la platea de cemento de Hurac¨¢n y el techo del estadio Argentino de Quilmes [un muy humilde equipo de Tercera Divisi¨®n], el m¨¢s antiguo del pa¨ªs. Pero tambi¨¦n fui a ver a Mor¨®n, Temperley, el cl¨¢sico Mor¨®n-Almirante Brown, All Boys, Sportivo Italiano, Tigre, Atlanta, Chicago y Chacarita¡±, enumera. Respecto a la violencia que caracteriza al f¨²tbol argentino, van Beek ¨Cel neerland¨¦s- aclara: ¡°Nunca me sent¨ª en peligro, pero por la ubicaci¨®n de algunos estadios, a algunos se puede ir solo y no pasa nada, como V¨¦lez y Atlanta, pero en otros s¨ª es indispensable asistir con un gu¨ªa local, como San Lorenzo¡±.
MacCormick, el escoc¨¦s, resume su estad¨ªa de tres meses: ¡°Fui a ocho estadios y me encantaron todos. Pero ni siquiera pasa por los partidos o las canchas: la pasi¨®n de Argentina por el f¨²tbol es mucho m¨¢s profunda de lo que imaginaba: los colores del club, los murales y las fotos aparecen en cada rinc¨®n de la ciudad y en cada caf¨¦, bar y parrilla¡±.
Todos dicen que volver¨¢n.
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