Argentina y el fantasma de los saqueos
La batalla por la elecci¨®n presidencial de octubre arde mientras la violencia registrada en los ¨²ltimos d¨ªas en todo el pa¨ªs puede terminar de hundirlo en otra fase impredecible de su vol¨¢til historia
La palabra ¡°saqueos¡±, as¨ª, en plural, es m¨¢s que una palabra maldita en la Argentina: es una realidad que hemos sufrido. Temida por muchos; deseada por otros; esa palabra suele reaparecer en la conversaci¨®n colectiva a partir de fines de noviembre de cada a?o, desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas. Pero cobra especial carnadura cuando la econom¨ªa va mal y el gobierno nacional es o se muestra d¨¦bil o est¨¢ por marcharse o quieren que se marche. As¨ª pas¨® en 2001; as¨ª fue como el fantasma reapareci¨® en 2019 y, otra vez, ahora.
Las noticias son elocuentes. Los episodios de saqueos se suceden en distintos puntos del pa¨ªs. ?Fomentados? ?Espont¨¢neos? Depende a qui¨¦n se escuche, tendremos la respuesta. Algunos creen que los fogonea el hambre, la inflaci¨®n, la pobreza, la desesperaci¨®n; otros, que detr¨¢s est¨¢ el candidato ultra Javier Milei o algunos de sus seguidores m¨¢s recalcitrantes. As¨ª lo cree el Gobierno, que viene de tropiezo en tropiezo.
Basta con ver qu¨¦ pas¨® desde que fuimos a las urnas el domingo 13: el Gobierno devalu¨® 18% la cotizaci¨®n oficial del peso y el ¡°blue¡± pas¨® de rondar los 600 a flirtear con los 800 pesos; el Banco Central subi¨® la tasa de inter¨¦s al 118% anual; se anunci¨® el cierre de las exportaciones de carne; se negocian nuevos controles de precios minoristas; muchos comercios suspendieron sus ventas porque no ten¨ªan valores de reposici¨®n¡ y la lista sigue¡ Todo esto, que en otro pa¨ªs causar¨ªa un cimbronazo de ¨®rdago, en la Argentina ocurri¨® en apenas la semana posterior a las elecciones. Y, pese a todo esto y m¨¢s, el candidato oficialista todav¨ªa puede ganar la Presidencia el domingo 22 de octubre.
Recordemos el contexto: Milei emergi¨® de las primarias como el precandidato m¨¢s votado con el 30,04%, seguido por la opositora Patricia Bullrich o el oficialista Sergio Massa, seg¨²n c¨®mo se compute. Como precandidata, Bullrich obtuvo 16,98%, pero si suma los votos de su rival en la interna, Horacio Rodr¨ªguez Larreta (11,29%), Juntos por el Cambio cosech¨® el 28,27%; mientras que Massa obtuvo m¨¢s votos (21,4%) que Bullrich, pero Uni¨®n por la Patria qued¨® un punto por debajo (27,27%) si se suman los de su rival en la interna, Juan Grabois (5,87%).
La mera suma de los votos de una interna, se sabe, siempre es un error. Sobran los precedentes electorales en los que dos m¨¢s dos en la pol¨ªtica no resultaron cuatro. Puede que los adherentes de Rodr¨ªguez Larreta voten a Bullrich. O que no lo hagan. Y que los de Grabois acudan en tropel a votar a Massa. O no. M¨¢xime en el contexto actual de incertidumbre, donde las versiones de saqueos y supuestos saqueos corren por WhatsApp m¨¢s r¨¢pido que la informaci¨®n certera en los portales de noticias.
En este contexto, adem¨¢s, Milei se ilusiona con que los votantes de Bullrich se inclinen por ¨¦l, algo que fomenta de manera desembozada. Por eso dijo lo que dijo tras el domingo electoral: ¡°Bullrich es menos que mi segunda marca¡±. En otras palabras, ?por qu¨¦ votar por la copia diluida cuando pueden votar por el producto original y m¨¢s potente?
Pero eso no es todo. El libertario tambi¨¦n se ilusiona con que lo voten aquellos ¨Cmuchos, pocos, qui¨¦n lo sabe¨C que hab¨ªan evaluado votarlo el domingo 13, pero que no lo hicieron porque creyeron que no era competitivo, acaso confundidos por las encuestas. Esos votantes podr¨ªan sumarse ahora a su feligres¨ªa hasta dejarlo en el umbral del triunfo en primera vuelta. Como tambi¨¦n podr¨ªan sumarse los desencantados con cada nuevo salto del d¨®lar o con cada nuevo comercio que no vende por falta de precios de referencia o cierra sus puertas ante los riesgos (reales o fake) de saqueos.
?Qu¨¦ necesita Milei para ganar en primera vuelta? La Argentina es peculiar hasta para eso. No requiere el 50% de los votos m¨¢s uno como en los dem¨¢s pa¨ªses. Necesita sacar 40% y al menos 10 puntos de ventaja al segundo (por ejemplo, obtener 40% frente al 29,99% del rival m¨¢s pr¨®ximo) o m¨¢s de 45% y en ese caso no importar¨¢ cu¨¢nto coseche el siguiente (aunque fuese 45% a 44,99%).
Bullrich, por el contrario, se ilusiona con retener los votos propios, sumar los de Rodr¨ªguez Larreta (m¨¢s de centro, pero que integra como ella Juntos por el Cambio) y atraer los de otros candidatos como Juan Schiaretti (3,83%) -el exgobernador peronista, pero no kirchnerista, de C¨®rdoba-, como tambi¨¦n aquellos que pudieron haber votado a Milei en las primarias para expresar su bronca y hast¨ªo con la pol¨ªtica, pero que acaso se atemoricen ante la posibilidad de que el libertario acceda a la Casa Rosada.
Sin embargo, Bullrich tampoco la tiene f¨¢cil. B¨¢sicamente, y como decimos en la Argentina, porque corre el riesgo de terminar como el jam¨®n del medio en el s¨¢ndwich que conforman Milei, por derecha, y Massa, por centro e izquierda.
Y as¨ª llegamos a Massa, que por estas horas anda por Washington, negociando un desembolso de 7.500 millones de d¨®lares del Fondo Monetario Internacional (FMI) que le permita encarar estos meses con un colch¨®n de reservas en el Banco Central, volver a Buenos Aires y lanzarse de lleno a la campa?a presidencial. ?Cu¨¢l es su meta? Ubicarse con Milei entre los dos m¨¢s votados el domingo 22 de octubre y competir con ¨¦l en el balotaje del 19 de noviembre.
Massa aspira a un mano a mano con Milei que le permita recrear en la Argentina la experiencia francesa, cuando Emmanuel Macron venci¨® a Marine Le Pen en el balotaje de 2022, m¨¢s por el temor que levantaba la ultra francesa que por m¨¦ritos propios. C¨¦lebre por su naturaleza camale¨®nica ¨Cpor ser ben¨¦volos-, Massa ser¨ªa capaz de disfrazarse de inspector Clouseau y hablar en franc¨¦s si fuera necesario para ganar ese balotaje. Oui, oui.
Con disfraz o sin disfraz de Clouseau, empero, Massa necesitar¨¢ que la realidad argentina en general y la econom¨ªa en particular le d¨¦ un respiro durante las pr¨®ximas ocho semanas. Por eso tom¨® varias medidas desagradables durante estos d¨ªas. Busca liberar algo de la presi¨®n acumulada en la olla que es el pa¨ªs, mientras aspira con urgencia al desembolso del FMI. ?Lograr¨¢ as¨ª ¡°planchar¡± o amesetar la situaci¨®n hasta el 22 de octubre? Ese es su sue?o.
Las ilusiones de unos y otros, sin embargo, pueden quedar en eso: ilusiones. Los saqueos registrados durante las ¨²ltimas horas en distintos puntos del pa¨ªs ¨Cy las versiones sobre saqueos siempre peores y m¨¢s numerosos que corren por WhatsApp y las redes sociales¨C pueden terminar de hundir a la Argentina en otra fase impredecible de su vol¨¢til historia.
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