Los argentinos han dejado de comprar libros: instant¨¢nea de una industria golpeada por la crisis
Las ventas del sector cayeron en torno a un 30% en enero. Mientras las publicaciones se vuelven cada vez m¨¢s inaccesibles: un salario m¨ªnimo del pa¨ªs sudamericano compra 13 y uno de Espa?a, 63
Hay lectores argentinos que regresan estos d¨ªas a las obras que ya tienen en sus bibliotecas; otros que optan por comprar libros usados; algunos han pedido prestado; hay quienes eligen descargar la versi¨®n digital pirata. Pero muchos han dejado de comprar ejemplares nuevos en las librer¨ªas, donde las ventas cayeron en torno a un 30% en enero, seg¨²n diferentes actores del sector que calculan para febrero un desplome a¨²n m¨¢s pronunciado. La crisis econ¨®mica en Argentina, que hoy es el pa¨ªs con la inflaci¨®n m¨¢s alta, vaci¨® los bolsillos de los ciudadanos y comprar libros resulta cada vez m¨¢s inaccesible: un salario m¨ªnimo del pa¨ªs sudamericano compra 13 publicaciones mientras que uno de Espa?a adquiere 63.
Gustavo L¨®pez, editor en Ediciones Lux, ha dejado ¨¦l mismo de comprar obras de poes¨ªa, novelas, ensayos¡ ¡°Nosotros tambi¨¦n somos lectores y sabemos lo que cuesta un libro. Si bien es un objeto de gran necesidad, los bolsillos no est¨¢n en condiciones de pagar el costo que tiene un libro hoy¡±. L¨®pez, que dirige una editorial peque?a, nacida en la d¨¦cada de los noventa en la ciudad de Bah¨ªa Blanca, al sur de la provincia de Buenos Aires, cuenta que ¡°los ¨²ltimos meses han sido p¨¦simos¡± para el sector: ¡°Las ventas cayeron de manera tremenda y los costos de producci¨®n de los libros se multiplicaron. En la ¨²ltima feria a la que fuimos, Edita, normalmente vendemos 200 libros y esta vez no llegamos a 60¡å.
La C¨¢mara Argentina del Libro (CAL) calcula que la ca¨ªda en las ventas de libros en enero fue ¡°cercana al 30%¡±, seg¨²n cuenta Juan Manuel Pamp¨ªn, presidente de la c¨¢mara y de Ediciones Corregidor. ¡°Se va acentuando m¨¢s a¨²n la ca¨ªda¡±, adelanta Pamp¨ªn antes de la publicaci¨®n del informe anual del sector, que sondea librer¨ªas y editoriales de Argentina. El editor trasmite la ¡°preocupaci¨®n¡± generalizada entre sus colegas: ¡°Nuestra industria viene en tercer o cuarto t¨¦rmino despu¨¦s del pago de la comida, los servicios, los alquileres, la vestimenta... Nos vamos a encontrar en una situaci¨®n compleja¡±.
En la librer¨ªa C¨²spide, por ejemplo, una de las grandes cadenas del pa¨ªs, las ventas crecieron en 2023, pero cayeron un 18% en enero respecto del a?o anterior. Para encontrar una ca¨ªda similar hay que ir a octubre de 2020, durante la pandemia de covid-19, indica Alejandro Costa, gerente de Ventas de la empresa. En librer¨ªas m¨¢s peque?as, como C¨¦spedes, de Buenos Aires, la ca¨ªda interanual fue del 30% en el primer mes del a?o y su due?a, la escritora Cecilia Fanti, calcula que ser¨¢ de 45% en febrero. ¡°El consumo minorista est¨¢ en picada porque es parte del plan de ajuste [del Gobierno] y no parecen tener el m¨ªnimo inter¨¦s en pol¨ªticas vinculadas con la cultura y las industrias culturales¡±, apunta la librera.
El desplome en la venta de libros es un golpe para un pa¨ªs que se vanagloria de tener en su territorio una de las ciudades con m¨¢s librer¨ªas: Buenos Aires cuenta con unas 22 cada 100.000 habitantes y en todo el pa¨ªs son unas 1.600 en total. Por ahora, el cierre de estos comercios no aparece como una amenaza, seg¨²n la C¨¢mara Argentina del Libro. Algunos, incluso, apuestan por seguir abri¨¦ndolos. C¨²spide, por ejemplo, estren¨® cuatro nuevas sucursales en 2023 y Nativa Libros, que hasta ahora ten¨ªa tres locales en Buenos Aires, inaugur¨® un nuevo punto de ventas el 10 de diciembre, mientras asum¨ªa Javier Milei la Presidencia. ¡°Por suerte, el ingenio y el amor a los libros no nos falta. Abrir este nuevo punto de venta, en este marco pol¨ªtico y econ¨®mico, es un acto de fe¡±, dice Carla Campos, gerenta de Ventas de la librer¨ªa y distribuidora.
¡°Si pod¨¦s, compralo ahora¡±
Editores y libreros consultados por EL PA?S no tienen dudas de que la ca¨ªda en las ventas est¨¢ directamente relacionada con la p¨¦rdida del poder adquisitivo de los argentinos ante la disparada de precios que provoc¨® la devaluaci¨®n del 50% de la moneda impuesta por el Gobierno de Javier Milei en diciembre, pocos d¨ªas despu¨¦s de asumir. Todo ha aumentado en Argentina y los libros no son la excepci¨®n. ¡°Si pod¨¦s, compralo ahora porque el pr¨®ximo mes aumenta de nuevo¡±, es la m¨¢xima que oyen los clientes en las librer¨ªas ¡ªy en cualquier comercio¡ª. Los aumentos han ido al ritmo de la inflaci¨®n, que en 2023 fue del 211,4%, mientras los costos de producci¨®n crec¨ªan a¨²n m¨¢s, seg¨²n editores de compa?¨ªas peque?as, medianas y grandes consultadas.
Hoy el precio promedio de los libros ronda los 15.000 pesos (unos 16,5 euros) en Argentina, aunque una novela de 600 p¨¢ginas de una autora best-seller puede alcanzar los 30.000 pesos, lo mismo que el Curso de Sociolog¨ªa de Pierre Bourdieu. Una persona que recibe el salario m¨ªnimo del pa¨ªs sudamericano, que ha pasado a ser de 202.800 pesos mensuales (unos 220 euros), podr¨ªa comprar, si invirtiera todo su dinero en ello, 13 libros al precio promedio. Con el salario m¨ªnimo de Espa?a ¡ª1.134 euros¡ª podr¨ªan comprarse alrededor de 63 publicaciones en las librer¨ªas de ese pa¨ªs. En M¨¦xico, un salario m¨ªnimo ¡ª7.468 pesos mexicanos (405 euros)¡ª alcanza para adquirir 28 libros.
¡°Los precios en euros son similares en los tres pa¨ªses, la ¨²nica gran diferencia es que los lectores argentinos al no tener un marco de referencia los perciben como algo caro. Sin embargo, un libro est¨¢ndar sigue costando, como siempre, lo mismo que una salida a un restaurante o dos kilos de carne¡±, avisa Carlos D¨ªaz, director editorial de Siglo XXI, un sello mediano con bases en Argentina, M¨¦xico y Espa?a. ¡°Atravesamos una coyuntura muy particular, con aumentos de costos brutales que se vienen dando desde hace dos a?os, sobre todo de papel, y que en los ¨²ltimos tres meses se ha desquiciado por completo. Y los salarios no acompa?an esos incrementos. Los lectores ya no tienen registro de lo que es un precio razonable¡±, indica D¨ªaz.
?Son caros los libros en Argentina?
La escritora argentina Camila Sosa Villada, autora del ¨¦xito de ventas Las malas, que publica Tusquets, del Grupo Planeta, apunt¨® en Twitter contra las editoriales por los precios de los libros en Argentina: ¡°A ver, editorial, si vamos bajando el precio de los libros, que adem¨¢s ya se amortizaron. Salvo que quieran matar a los autores y distanciarlos de sus lectores, cosa que me parece muy probable dados los ¨²ltimos acontecimientos¡±. El comentario provoc¨® la reacci¨®n de la editora Julieta Elffman, que pidi¨® no crear ¡°enfrentamientos innecesarios¡± entre autores y editores, que ¡°en momentos como este, pueden ser fatales¡±. El intercambio abri¨® un debate: ?son caros los libros en Argentina?
¡°Para los bolsillos argentinos son caros¡±, se?ala Dami¨¢n R¨ªos, editor de Blatt & R¨ªos, una editorial peque?a fundada en 2010. ¡°Yo como editor me pregunto para quien edito: sectores de la clase media ya no pueden comprarse libros, ni hablar trabajadores. Pero [los precios] est¨¢n por debajo de lo que deber¨ªan costar y esto se debe a que las editoriales argentinas no han trasladado a precios los costos del papel¡±, opina R¨ªos. Los editores con los que ha hablado EL PA?S coinciden en que el aumento del precio del papel ¡°no ha dado tregua¡± y calculan que su valor supone entre el 50 y el 70% de los costos. ¡°Hay dos papeleras grandes y no hay mucha oferta de papel porque tampoco entran papeles importados¡±, explica R¨ªos. La editorial despu¨¦s reparte las ganancias de la obra entre la librer¨ªa, que recibe alrededor de un 45%, y el autor, que obtiene el 10%.
Pablo Braun, due?o de la librer¨ªa Eterna Cadencia, se?ala que los libros se han vuelto caros tambi¨¦n en d¨®lares y eso tiene una doble desventaja: ¡°Los precios de los libros que se importan a Argentina empiezan a estar parecidos a los de la producci¨®n local. Eso hace que sea m¨¢s apetecible importar y las editoriales queden un poco menos protegidas. Adem¨¢s, las editoriales antes pod¨ªan exportar. Ante la ca¨ªda tan brutal de las ventas ser¨ªa un paliativo, pero hoy eso se diluy¨®¡±. Braun, sin embargo, aclara: ¡°Es imposible bajar los precios de los libros porque hay un mont¨®n de costos. Creer que se podr¨ªa bajar es creer que las editoriales est¨¢n poniendo un sobreprecio y ponerlos caros para no venderlos no tiene sentido¡±.
Una prueba de fuego para el sector ser¨¢ la Feria del Libro de Buenos Aires, que este a?o se hace entre el 23 de abril y el 13 de mayo. Para sobrevivir, los editores de peque?as y medianas empresas, que son las que publican el 63% de los ejemplares en el pa¨ªs, seg¨²n la CAL, apuestan por reducir las tiradas, que est¨¢n ¡°estancadas¡± en 1.000, o postergar las apuestas m¨¢s arriesgadas a favor de publicaciones cuya venta est¨¦ asegurada, lo cual vuelve la oferta m¨¢s conservadora. Algunos han optado tambi¨¦n por crear colecciones en las que prime el trabajo manual y otros, directamente, dicen que van a empezar a rezar ¡°para que la cosa levante lo m¨¢s r¨¢pido posible¡±. Las librer¨ªas tambi¨¦n recurren a convenios con bancos para ofrecer alternativas de pago a los clientes. ¡°Todos trabajamos en conjunto para atravesar estos tiempos¡±, afirma Carla Campos, de Nativa Libros.
Unidos contra la ¡®ley ¨®mnibus¡¯
Al malestar por la ca¨ªda en las ventas, la industria sum¨® en enero otra preocupaci¨®n que uni¨® a parte del sector en contra del Gobierno de Javier Milei. El ultraderechista envi¨® en diciembre un proyecto de ley al Congreso que, entre las cientos de derogaciones y reformas normativas que propon¨ªa, eliminaba la Ley de Defensa de la Actividad Librera, que establece que los libros deben tener un precio uniforme de venta al p¨²blico. El rechazo del sector a ese punto de la ley ¨®mnibus fue un¨¢nime en un comunicado: ¡°La pluralidad y diversidad de librer¨ªas es fundamental (...) Caso contrario, son las grandes cadenas, plataformas y grandes superficies las que acaparan el mercado de venta del libro, eliminando a la competencia, concentrando el mercado, determinando qu¨¦ se lee y por consiguiente, qu¨¦ se publica¡±.
El proyecto de ley de Milei fracas¨® en el debate legislativo y no ha vuelto a ser tratado todav¨ªa. En ese sentido, actores de la industria respiran aliviados, al menos de momento. Pero la preocupaci¨®n por la ca¨ªda de las ventas persiste porque los pr¨®ximos meses no ser¨¢n f¨¢ciles. ¡°Todo lo que somos como industria editorial no va a desaparecer porque est¨¢ en el gen argentino¡±, se?ala Braun, ¡°pero el ecosistema del libro y la riqueza intelectual que genera se van a resentir¡±. El librero se?ala lo que cree evidente, que es que si la econom¨ªa mejora tambi¨¦n lo har¨¢ el sector. Pero apunta, despu¨¦s, hacia un ¡°problema estructural¡± que supera la coyuntura econ¨®mica: ¡°No hay en Argentina un plan consistente que trascienda los gobiernos para fomentar lectores. Con una industria cada vez m¨¢s chica ¨Dcon Netflix, las redes sociales y otros divertimentos¡ª la lectura pierde¡±.
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