La escritora, la santa y la espina: la creaci¨®n de Camila Sosa Villada
Desde que public¨® ¡®Las malas¡¯ la autora es un ¨¦xito editorial con miles de ejemplares vendidos, traducciones y premios. Estuvo en M¨¦xico para presentar ¡®Soy una tonta por quererte¡¯, un libro de relatos en el que se prueba en nuevos universos
Camila Sosa Villada dice que es una travesti con suerte. Sus padres cruzaron el desierto para pedirle a la Difunta Correa que su hija dejara la prostituci¨®n, que por favor encontrara otro trabajo, y la santa popular se los concedi¨®. Sosa Villada es hoy una de las autoras m¨¢s vendidas de la editorial Planeta en Argentina. Su novela Las malas, por la que obtuvo el Premio Sor Juana In¨¦s de la Cruz en 2020, lleva vendidos m¨¢s de 100.000 ejemplares en espa?ol y ha sido traducida a diez idiomas; Soy una tonta por quererte, su libro m¨¢s reciente, ha vendido en pocos meses 30.000 ejemplares en el pa¨ªs sudamericano, una cifra inusualmente alta para una colecci¨®n de cuentos. La escritora, que ha sido todo ¨Cvendedora en la calle, limpiadora de casas, prostituta, actriz, cantante¨C, es tambi¨¦n un fen¨®meno literario.
¨CLa freak Camila¨C propone ella. La palabra en ingl¨¦s, freak, se traduce como fen¨®meno, pero no uno literario sino que alude a una persona diferente, inusual, rara. ¨CMe gusta m¨¢s: la freak Camila¨C, dice y r¨ªe con la boca abierta.
La autora lleg¨® taconeando sobre unos zapatos de aguja color rojo a la entrevista con EL PA?S, que se hizo a finales de octubre en el patio de un hotel de Ciudad de M¨¦xico mientras la escritora promocionaba su nuevo libro en el pa¨ªs. Los pasos largos y la cadencia pausada, el vestido negro, la campera color plata, las gafas de sol que le cubren la mirada y no se quita. El aura es el de una estrella aunque ella diga que no se lo cree.
¨CNo, no, qu¨¦ verg¨¹enza. Una figura literaria es Mariana Enriquez. Aparte no me lo merezco. No, yo llegu¨¦ de casualidad. Estoy ac¨¢ ahora y es lo que hago porque me est¨¢ dando dinero. Seguramente si me diera dinero ser prostituta, m¨¢s dinero que ser escritora, volver¨ªa a ser prostituta. O a ser mucama o a actuar o cantar.
Sosa Villada ya era famosa en Argentina cuando public¨® Las malas en 2019. Hab¨ªa protagonizado el unipersonal Carnes tolendas, la pel¨ªcula M¨ªa, con Rodrigo de la Serna, y la serie de televisi¨®n La viuda de Rafael, y en los festivales literarios ya circulaba su nombre entre los editores. Pero la novela, que sigue a un grupo de travestis que se prostituye en un parque de la ciudad de C¨®rdoba y que se public¨® el mismo a?o que su ensayo Tesis de una domesticaci¨®n, la lanz¨® internacionalmente.
Soy una tonta por quererte (Tusquets, 2022) es su primera publicaci¨®n desde entonces. Paola Lucantis, editora del libro, cuenta que el ¨¦xito de Las malas ¡°fue una mochila muy pesada¡± para la autora y la editorial. Lucantis compara la acogida que ha tenido Sosa Villada con la que tuvo Pedro Mairal con La uruguaya o Tamara Tenembaum con El fin del amor. ¡°Pasa que Camila suma premios, traducciones y ventas, es un combo¡±, apunta la editora. ¡°Era un desaf¨ªo con qu¨¦ se presentaba de nuevo a su p¨²blico lector, a los cr¨ªticos, a los periodistas. Para ella era importante probar con qu¨¦ otros universos se sent¨ªa c¨®moda¡±, dice.
El libro re¨²ne nueve relatos en los que la narradora aborda nuevos personajes, escenarios y g¨¦neros: dos travestis mexicanas conocen a Billie Holiday en los fumaderos de Harlem, la orden de las Hermanas de la Compasi¨®n capta prostitutas con actos de brujer¨ªa, una mujer se gana la vida como novia de hombres homosexuales, dos hermanos se protegen de un padre violento. Bajo cielos siempre rojos, los personajes transitan entre la realidad y la fantas¨ªa y se expresan, como ella, en un lenguaje desacatado.
¡°Muchos periodistas hablan de mi escritura como marginal, como si mis personajes estuvieran por fuera de la sociedad. Cu¨¢nta pasi¨®n por la ignorancia hay para pensar que no son centrales, ?verdad?¡±, dijo en una entrevista con EL PA?S en junio. Tem¨ªa, entonces, que la encasillaran como ¡°la autora de los m¨¢rgenes, la de las travestis¡±. Pero ahora dice que ya no le importa.
La autora rechaza cualquier tipo definici¨®n y asegura que la identidad dej¨® de ser importante para ella: ¡°Es como si en la actualidad todo girara en torno a la identidad y a una sola palabra: o sos negra, o sos travesti, o sos mujer, o sos mujer transg¨¦nero, o sos blanca, o sos cis, o sos heterosexual u homosexual o bisexual o asexual o pansexual¡¡±. ¡°Ser escritora tambi¨¦n es nada¡±, contin¨²a. ¡°Es decir, trabajo como escritora, pero no s¨¦ qu¨¦ soy. Eso ser¨ªa definir a una persona a trav¨¦s de su trabajo, y no alcanza para definir a nadie¡±.
Un canon ¡°en construcci¨®n¡±
Sosa Villada naci¨® hace 40 a?os en La Falda, C¨®rdoba, una provincia conservadora del centro de Argentina. En su adolescencia, ten¨ªa que esconderse para vestirse con ropa de mujer. Su padre, que sab¨ªa lo que hac¨ªa, le advert¨ªa: ¡°Un d¨ªa van a venir a tocarme esa puerta para decirme que te encontraron muerta, tirada en una zanja¡±. Hasta que se fue a estudiar Comunicaci¨®n y a los 18 a?os empez¨® a prostituirse. Cuando volv¨ªa a su casa, todav¨ªa ten¨ªa ganas de escribir, y as¨ª empez¨® un blog que redactaba a mano y despu¨¦s tipeaba en un cibercaf¨¦. Ese fue el origen de Las malas, seg¨²n cont¨® Juan Forn en el pr¨®logo del libro.
Muchas veces en estos a?os ha tenido que explicar que las historias que narra no son cr¨®nicas de su vida. ¡°D¨¦jenme derecho a la ficci¨®n¡±, reclama ahora durante la entrevista. Los paisajes en sus libros vienen de ¡°peque?as heridas que aparecen en la memoria¡±: ¡°La Duras [Marguerite Duras] hablaba sobre Indochina; la Berlin [Lucia Berlin] sobre M¨¦xico o sobre la frontera¡±. Ella describe la espina, el monte, los arroyos, la naturaleza que no es amable, y tambi¨¦n las madrugadas heladas en la ciudad, las calles desiertas y peligrosas mientras la mayor¨ªa duerme.
A los personajes los elige por ¡°las cosas que hacen¡±, sigue. ¡°Por la l¨ªnea de acci¨®n, ?sab¨¦s? La Martel [Lucrecia Martel] lo dice bien en una conferencia. ?C¨®mo se da alguien una ducha? Lo que se ve siempre es que se dirige al ba?o, abre la canilla y le cae el agua. Pero si vos ten¨¦s que filmar la ducha de una persona que vive en una villa miseria ten¨¦s que ver que tiene que ir a buscar agua, volver con los baldes, ba?arse con una jarra, calentar el ba?o o el lugar donde sea que se tiene que ba?ar¡±, cuenta, y contin¨²a: ¡°Esas travestis marginales, que est¨¢n trabajando como prostitutas, son m¨¢s interesantes. Necesito m¨¢s elementos a los que atender, no esa comodidad burguesa de decir ¡®simplemente, se toma una ducha¡±.
La escritora espa?ola Marta Sanz se?al¨® en una cr¨ªtica del nuevo libro en Babelia que las vivencias que la autora narra han sido ¡°poco transitadas en la literatura¡±. ¡°Los personajes de estos relatos forman parte de su autora, est¨¢n cerca de ella, y eso no deslegitima su mirada literaria, sino que le imprime fuerza pol¨ªtica¡±, escribi¨®, y agreg¨®: ¡°Nos hace sentir que s¨ª es importante saber qui¨¦n ha escrito un libro y desde d¨®nde, corrigiendo la idea de que una literatura, siempre id¨¦ntica a s¨ª misma en sus exigencias, ahist¨®rica e imposiblemente hermafrodita, transforma a todos sus sujetos-objetos en seres asexuados, arc¨¢ngeles y propietarios de un ping¨¹e capital¡±.
¡°Su literatura no es disruptiva por los temas sobre los que trata¡±, comenta Lucantis, que coordin¨® Las malas tras la muerte de Juan Forn y que acompa?a a Sosa Villada en M¨¦xico. ¡°Eso me parece que va quedando un poco atr¨¢s con el segundo libro. Por m¨¢s que sean universos de los que ella se nutre, lo importante es la potencia de una voz que se atreve a jugar con otros universos y otros g¨¦neros sin tenerle demasiado¡ Respeto no es la palabra. No teme estar fuera de los c¨¢nones literarios en los que generalmente los autores intentan ubicarse¡±. Para Lucantis el canon de Sosa Villada ¡°est¨¢ en construcci¨®n¡±.
¡°Me hice solita¡±
¨CAbuela¡ ?Por qu¨¦ somos marrones?
La abuela interrumpe la limpieza de los rifles. Est¨¢ sentada en la mesa de la cocina con dos rifles y la caja de las balas.
¨C?Qu¨¦ dijiste?
¨C?Por qu¨¦ somos marrones?
¨CNo somos marrones, somos morochas. ?De d¨®nde sacaste eso?
¨CEst¨¢bamos en la clase de gimnasia y la Tati me grit¨®: ¡°?Qu¨¦ asco, tiene los pezones marrones!¡±.
As¨ª comienza uno de los cuentos de Soy una tonta por quererte. La merienda es un relato breve que Sosa Villada ley¨® en 2021 en la Feria del Libro de Guadalajara como adelanto del libro que a¨²n no hab¨ªa lanzado. Entonces, una joven se le acerc¨® llorando. ¡°Se hab¨ªa sentido muy tocada. Una morena igual que yo¡±, dice la escritora. Pero Sosa Villada cree que el ¨¦xito que ha tenido se debe tambi¨¦n a que en su literatura ¡°hay un poco de novedad¡± y a que entre algunos lectores ¡°hay un poco de esnobismo¡± que juega a su favor. ¡°Con los cuentos siento que me afin¨¦¡±, dice Sosa Villada, ¡°pero yo no me cuelgo que es solo mi literatura¡±.
¡°Soy consciente, no soy ninguna boluda. S¨ª entiendo que soy una morochita travesti en un mundo muy privilegiado, como el de la literatura, el mundo editorial. Es un mundo muy privilegiado donde la gente vive bien, come bien, bebe bien, se viste bien... Sin gracia, pero bien¡±, dice, esta vez sin re¨ªrse. ¡°Siempre me siento la m¨¢s tonta, la m¨¢s sin herramientas. Les veo hasta las manos [a otras escritoras], que se hacen las u?as. Yo siempre las tengo hechas un desastre¡±, cuenta. ¡°Lo ¨²nico que me creo es la guita¡±, dice, y contin¨²a: ¡°Me encanta, y s¨¦ que estoy ganando muy bien. A pesar de que ser travesti involucra una pobreza estructural que no me permite comprarme una casa¡±.
Cuando recibi¨® el Sor Juana In¨¦s de la Cruz, felicit¨® al jurado por darle el premio a una escritora travesti y ley¨®: ¡°Las sociedades no han mejorado. Hemos mejorado las travestis. Ya estamos hablando entre nosotras, a ustedes, al mundo y todo lo que pueda ser divino (...) Como dice Susy Shock, mi comadre, se inaugura la venganza de las travestis por donde menos se lo esperaban, que era a trav¨¦s de la palabra¡±. Ahora ya no cree en eso que dijo. ¡°Es muy ego¨ªsta de mi parte decirlo cuando es un triunfo muy personal, ?sab¨¦s? Una posible venganza travesti ser¨ªa que todas las travestis viejas tuvieran dinero¡±, explica.
Ella cuenta que si se tiene que nombrar en alg¨²n momento espera poder decir: ¡°S¨ª, soy una travesti sin preocupaciones¡±. ¡°Mi b¨²squeda est¨¢ siendo c¨®mo resolver una vejez. Yo no quiero tener hijos, seguramente no me voy a casar y no voy a heredar nada. Mi preocupaci¨®n es, si vivo 10 a?os m¨¢s o 20 a?os m¨¢s, no pasar por la pobreza que pas¨¦, no tener que trabajar 50 horas por d¨ªa para poder pagar un alquiler o para comer. Me gusta vivir en un departamento lindo, con balc¨®n, con una cama c¨®moda, con un televisor grande, tener tiempo libre. Mi b¨²squeda es esa, de la forma que sea¡±.
Escribir es lo que sigue haciendo porque le da dinero, insiste. Escribir ¡°para publicar¡±, con horarios, con un diccionario, con sus notas, con clases de gram¨¢tica, llenando ¡°p¨¢ginas y p¨¢ginas y p¨¢ginas¡±. Otra cosa, aclara, es escribir ¡°como ejercicio ¨ªntimo¡±, que es para ella ¡°un acto involuntario¡±, ¡°como ser esclava de algo superior, o inferior¡±. Que es lo que hac¨ªa a escondidas en casa de sus padres vestida con la ropa que se ella misma cos¨ªa. En una entrevista, cont¨® que tuvo que ¡°hacer una mujer con las manos¡± para llegar hasta donde ha llegado. ¡°A m¨ª no me descubri¨® nadie, en todo caso me hice solita¡±, dice y recuerda que hace algunos a?os vio una entrevista a Mar¨ªa F¨¦lix en la que a la actriz mexicana le dec¨ªan que la hab¨ªa hecho el p¨²blico: ¡°Y ella dice: ¡®?Qu¨¦ me va a hacer el p¨²blico! En todo caso me hizo tata dios. Que es como decir: ¡®Me hizo la suerte, me hizo el azar¡±.
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