Marta Minuj¨ªn provoca encuentros de ¡°almas opuestas¡± en Buenos Aires: ¡°Mirarse a los ojos es fant¨¢stico¡±
La artista contempor¨¢nea argentina m¨¢s popular, de 81 a?os, recorre el cielo en helic¨®ptero mientras decenas de personas se congregan a sus pies
Hern¨¢n Alfaro ¡ªuruguayo, 27 a?os¡ª y Anal¨ªa Berroja-Albis ¡ªargentina, 73 a?os¡ª se miran a los ojos y conversan. Est¨¢n en el centro del Puente de la Mujer, en Buenos Aires, y llegaron all¨ª convocados por la artista Marta Minuj¨ªn, que para cerrar la Bienal de performance propuso al p¨²blico encontrarse en ese punto y buscar a sus ¡°almas opuestas¡±. Hern¨¢n y Anal¨ªa no se conocen y se cuentan: que ¨¦l es dise?ador gr¨¢fico y ella docente; que ¨¦l es de virgo y ella de acuario; que ¨¦l es introvertido y ella no, por eso dio el primer paso para empezar a hablar. ¡°Generar encuentros en esta ¨¦poca no es f¨¢cil. En un mundo individualista, mirarse a los ojos es fant¨¢stico¡±, dice Anal¨ªa, que agrega: ¡°Esto es arte¡±.
Minuj¨ªn, la artista contempor¨¢nea argentina m¨¢s popular, convoc¨® al p¨²blico a encontrarse este s¨¢bado en puente atirantado dise?ado por el arquitecto Santiago Calatrava en una zona rica de Buenos Aires. Los asistentes deb¨ªan descargarse antes una aplicaci¨®n y responder una serie de preguntas sobre sus preferencias alimentarias, art¨ªsticas, pol¨ªticas... Al terminar, la aplicaci¨®n les devolv¨ªa dos obras de Minuj¨ªn: una que los representaba a ellos y otra que representaba a sus ¡°almas opuestas¡±. En el Puente de la Mujer, cada asistente recibi¨® un sticker con la obra que los defin¨ªa y se lo peg¨® en el pecho. As¨ª los participantes identificaron a las personas diferentes a ellos.
Para hacer esta propuesta, Minuj¨ªn se inspir¨® en su propia historia. ¡°Yo estaba casada con una persona totalmente diferente a m¨ª¡±, cont¨® a EL PA?S d¨ªas antes por tel¨¦fono. Su esposo fue Juan Carlos G¨®mez Sabaini, un economista que asesor¨® a diferentes presidentes argentinos o al Fondo Monetario Internacional, entre otros. ?l, con quien tuvo dos hijos, falleci¨® en 2021. ¡°Yo no iba a las reuniones sociales que ¨¦l iba y ¨¦l no ven¨ªa a las m¨ªas, viaj¨¢bamos por separado, ¨¦l era muy ordenado y yo desordenada, a ¨¦l le gustaba ir a navegar y a m¨ª me gustaba ir a la monta?a sola. Pero el amor se mantuvo¡±, cont¨® la artista y agreg¨®: ¡°Es interesante convivir siendo opuestos. Se ampl¨ªa el conocimiento y uno tiene que aprender del otro¡±.
La obra de esta s¨¢bado es una nueva versi¨®n de otra acci¨®n que Minuj¨ªn hizo 2015, cuando invit¨® al p¨²blico de la Bienal de performance a encontrar a sus ¡°almas gemelas¡±. Esta vez, m¨¢s de 7.000 personas respondieron las preguntas de la aplicaci¨®n en diferentes pa¨ªses y m¨¢s de un centenar se reunieron en el Puente de la Mujer. Algunos aceptaron la propuesta de Minuj¨ªn y conversaron con desconocidos, otros observaron desde el barandal del puente y otros activaron sus propias propuestas art¨ªsticas, como tres chicas que improvisaron una obra de danza o una mujer cubierta en un traje negro que sostuvo un cartel de protesta: ¡°Un pa¨ªs que desmonta la educaci¨®n, las artes o la cultura est¨¢ ya gobernado por aquellos que solo tienen algo que perder con la difusi¨®n del arte¡±.
Todos esperaban, sobre todo, la aparici¨®n de Minuj¨ªn y levantaron al un¨ªsono sus celulares cuando un helic¨®ptero apareci¨® a lo lejos. Su p¨²blico la sigue porque dice que es un ¡°icono¡±, ¡°la Andy Warhol argentina¡±; porque es ¡°vanguardista¡± y ¡°rompe todo¡±; porque es ¡°un delirio¡±; por ¡°su valent¨ªa¡± y ¡°la libertad¡±. ¡°Ya estoy por llegar¡±, anunci¨® la grabaci¨®n que sal¨ªa de los altavoces con la voz de la artista. Se oy¨® el ruido de las h¨¦lices y volaron p¨¦talos de flores color blanco, rojo o morado. Los ca?ones que los dispararon no tuvieron demasiada potencia. Unos segundo despu¨¦s el helic¨®ptero desapareci¨® con Minuj¨ªn a bordo.
A los 81 a?os, la artista mantiene la vor¨¢gine que la caracteriza, adem¨¢s del pelo blanco platinado, el flequillo recto, las gafas Ray-Ban y el overol que la convierte en un ser andr¨®gino. Naci¨® en Buenos Aires, vivi¨® en Par¨ªs y Nueva York, y vuelve cada a?o a Villarino, un pueblo en la Patagonia donde pas¨® su infancia montando caballo a pelo. Mientras vivi¨® en Francia o Estados Unidos, Minuj¨ªn pas¨® penurias porque todo el dinero que recib¨ªa de becas y premios ¡ªbeca Guggenheim, beca Rockefeller Foundation, premio nacional del Instituto Torcuato Di Tella¡ª lo destinaba a su arte. Vendi¨® su primera obra despu¨¦s de cumplir los 40 a?os, seg¨²n ha contado, y este a?o tendr¨¢ exposiciones en Nueva York y Dinamarca. Por ahora, no tiene intenci¨®n de parar.
¡°?Para qu¨¦? Me muero. Voy a morir como Picasso, con el pincel en la mano¡±, dijo a EL PA?S. ¡°Desde que nac¨ª estoy en esto. Yo creo que nac¨ª genia¡±, agreg¨®. Cuando habla hace comparaciones como esas, con el pintor malague?o o el astro del f¨²tbol Diego Armando Maradona: ¡°Invent¨¦ muchas cosas que nadie invent¨®. La gente me quiere much¨ªsimo, solo me dicen te amo, pero al principio me dec¨ªan loca. ¡®O es loca o es tarada¡¯, dec¨ªan. Nunca me import¨® nada¡±.
Pionera del arte participativo, pol¨¦mica, experimental, Minuj¨ªn ha realizado algunas de las performances m¨¢s recordadas del pa¨ªs, como La Menesunda, un recorrido laber¨ªntico por varias situaciones que propon¨ªan est¨ªmulos multisensoriales (1965); Obelisco de Pan Dulce, una reproducci¨®n del monumento argentino hecha de panificados que el p¨²blico pod¨ªa llevarse (1979); Parten¨®n de los libros prohibidos ¡ªuno de sus preferidos¡ª, que consisti¨® en una r¨¦plica en miniatura del templo griego hecho con libros censurados durante la ¨²ltima dictadura argentina (1983), o Pago de la deuda externa con ma¨ªz (1985), una serie de fotograf¨ªas junto a Warhol.
Como la mayor¨ªa de sus propuestas, la de este s¨¢bado fue una obra de participaci¨®n masiva, un happening breve y ef¨ªmero que puso al p¨²blico en acci¨®n. Hern¨¢n Alfaro, el uruguayo de 27 a?os, y Anal¨ªa Berroja-Albis, la argentina de 73, en la mitad del puente, se contaron: que ¨¦l lleg¨® a la ciudad al mediod¨ªa para ir por la noche a un concierto de una banda australiana de rock psicod¨¦lico; que a ella su padre le inculc¨® siempre la m¨²sica. Despu¨¦s se despidieron. ¡°Lo opuesto, ?qu¨¦ tan opuesto es?¡±, pens¨® Hern¨¢n. ?l se qued¨® quieto y ella avanz¨® por el puente.
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