Macri vuelve al primer plano de la pol¨ªtica argentina para renovar un partido noqueado por Milei

Mauricio Macri regresa al partido que fund¨® en 2005 para renovarlo y recuperar protagonismo en la pol¨ªtica argentina. Como nuevo presidente de Propuesta Republicana (Pro) tendr¨¢ por delante un desaf¨ªo doble: ordenar las filas propias tras a?os de peleas internas por el poder ¡ªuna de las claves de su derrota en las ¨²ltimas elecciones presidenciales¡ª y decidir si formaliza o no una alianza pol¨ªtica con Javier Milei de cara a las elecciones legislativas de 2025.

Macri asumir¨¢ la presidencia sin esperar a la votaci¨®n interna, fijada para junio, porque el martes por la noche, en el plazo l¨ªmite para anotar candidaturas, se postul¨® al frente de una lista de unidad. La negociaci¨®n se alarg¨® mucho m¨¢s de lo previsto por la pelea de la actual titular del partido, Patricia Bullrich, para retener puestos de poder. Al final logr¨® imponer a uno de sus alfiles, Dami¨¢n Arabia, como vicepresidente segundo.

La relaci¨®n entre Bullrich y Macri ha sufrido varios cortocircuitos desde la campa?a electoral, cuando la primera compet¨ªa contra Milei y el expresidente parec¨ªa jugar a dos bandas. Tras la victoria de Milei, los roles se invirtieron y fracas¨® el intento de Macri de ser la ¨²nica voz de di¨¢logo con el presidente electo. Bullrich negoci¨® por su cuenta asumir como ministra de Seguridad y lo mismo pas¨® con Luis Caputo al frente de la cartera de Econom¨ªa y de Luis Petri en Defensa. El ¨²ltimo desencuentro ocurri¨® semanas atr¨¢s, cuando Macri se movi¨® entre bambalinas para solucionar el conflicto por fondos provinciales entre Milei y el gobernador de Chubut, Nacho Torres, y Bullrich, en cambio, expuso en p¨²blico su apoyo al presidente argentino.

Durante las negociaciones por la conducci¨®n del Pro, la ministra de Seguridad, una de las mejor valoradas del Gabinete de Milei, lleg¨® a amenazar con presentar una candidatura propia si no obten¨ªa una cuota significativa de poder. Esta le otorga a priori capacidad de influencia en las listas legislativas si finalmente se presenta una candidatura conjunta con La Libertad Avanza el a?o que viene.

Alianza parlamentaria

Los dos partidos tienen por ahora una alianza de facto en el Congreso. Los 37 diputados del Pro votaron en febrero a favor de la ley de desguace del Estado, aunque finalmente no sali¨® adelante por el rechazo mayoritario de la C¨¢mara algunos art¨ªculos clave. En la misma l¨ªnea, los seis senadores del Pro respaldaron en marzo el decreto de necesidad y urgencia presidencial para desregular la econom¨ªa argentina, pero ese apoyo fue insuficiente para evitar la derrota en la C¨¢mara alta.

Macri est¨¢ en una encrucijada. En 2015 marc¨® una ¨¦poca al convertirse en el primer mandatario en un siglo que no pertenec¨ªa a los dos partidos estelares de la pol¨ªtica nacional, pero nueve a?os despu¨¦s, muchos votantes lo asocian a la vieja pol¨ªtica contra la que dispara Milei. Su imagen negativa ¡ª61%¡ª es muy superior a la positiva ¡ª37%¡ª y tiene en sus manos dar una nueva identidad partidaria al Pro sin ser fagocitado por Milei.

En las elecciones primarias del pasado agosto, sus votantes eligieron la l¨ªnea dura que representaba Bullrich frente a la postura moderada encabezada por el exalcalde Horacio Rodr¨ªguez Larreta. Eliminados ambos de la carrera presidencial, en segunda vuelta se decantaron de forma mayoritaria por Milei frente al peronista Sergio Massa. Cien d¨ªas despu¨¦s, la mayor¨ªa no se arrepiente: el libertario gan¨® con el 56% de los votos y retiene un apoyo del 50% pese a haber aplicado un ajuste fiscal draconiano que ha pulverizado jubilaciones y salarios.

El acercamiento instant¨¢neo entre el Pro y Milei tras la primera vuelta electoral parec¨ªa que iba a culminar en un acuerdo de Gobierno que hasta ahora no se ha concretado. Con un pacto, el presidente ganar¨ªa poder parlamentario y territorial ¡ªel Pro gobierna en la capital argentina y en las provincias de Entre R¨ªos y Chubut¡ª, pero debilitar¨ªa el discurso antipol¨ªtico que contribuye a su popularidad. El Pro, por su parte, ganar¨ªa poder a trav¨¦s de cargos pol¨ªticos.

Rodr¨ªguez Larreta ha criticado con dureza esa posible alianza sin abandonar el partido, que se mantiene unido pese a las grandes diferencias internas. Por el contrario, la coalici¨®n de partidos con la que el Pro compiti¨® en las tres ¨²ltimas elecciones presidenciales ¡ª bautizada primero Cambiemos y luego Juntos por el Cambio¡ª ha saltado por los aires. La centenaria Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR) y la minoritaria Coalici¨®n C¨ªvica se han distanciado del giro radical del macrismo y de su apoyo al Pro. Advierten que si le entregan las llaves al presidente ultra, su suerte quedar¨¢ atada a la de ¨¦l.

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