Milei y el momento de la ¡®hibris¡¯
El presidente argentino exhibe indicios inquietantes de soberbia en un momento en el que el Gobierno enfrenta dificultades para construir un aparato de poder
Los antiguos griegos cre¨ªan que la vida de cada ser humano tiene una dosis de felicidad y de tristeza, de ¨¦xito y de fracaso, asignada por los dioses. La pretensi¨®n de modificar esa raci¨®n recib¨ªa el nombre de hibris. Significaba desmesura y era vista como un desborde de la condici¨®n humana que lleva a desafiar a la divinidad.
En la actualidad, la palabra hibris es traducida como soberbia o infatuaci¨®n. Los psiquiatras identifican ese trastorno en quienes ejercen posiciones relevantes de poder. Y buscan la colaboraci¨®n de neur¨®logos y cientistas pol¨ªticos para diagnosticarlo y calibrar sus efectos sobre la vida p¨²blica.
Entre los trabajos fundamentales de este campo de investigaci¨®n est¨¢ el art¨ªculo de David Owen y Jonathan Davidson publicado en 2009 en la revista Brain. Journal of Neurology, con el t¨ªtulo ¡°S¨ªndrome de hibris: ?un desorden de personalidad adquirido? Un estudio de los presidentes de Estados Unidos y los primeros ministros del Reino Unido a lo largo de los ¨²ltimos 100 a?os¡±.
A la luz de este estudio, la hibris es entendida como excesiva confianza en s¨ª mismo, orgullo exagerado, desd¨¦n por los dem¨¢s. La hibris tiene rasgos en com¨²n con el narcisismo, es su manifestaci¨®n m¨¢s aguda, que incluye el abuso de poder y la posibilidad de da?ar la vida de otros.
Para Owen y Davidson constituye un s¨ªndrome. Es decir, ¡°un conjunto de s¨ªntomas evocados por un disparador espec¨ªfico: el poder¡±. Muchas veces se desencadena ¡°a partir de un ¨¦xito extraordinario, que se sostiene por algunos a?os y da lugar a un liderazgo casi irrestricto¡±. Puede ser pasajera o persistente.
En los dictadores es una desviaci¨®n caricaturesca. Owen y Davidson recuerdan que Ian Kershaw, el bi¨®grafo de Hitler, titul¨® su primer volumen (1889-1936) Hibris.
Los autores advierten que es m¨¢s probable que una conducta hibr¨ªstica se convierta en s¨ªndrome de hibris despu¨¦s de un gran triunfo electoral. Y que se desarrolle ante una guerra o un desastre financiero.
Seg¨²n Owen y Davidson, los l¨ªderes que son v¨ªctimas de hibris presentan 14 caracter¨ªsticas: 1) ven el mundo como un lugar de autoglorificaci¨®n a trav¨¦s del ejercicio del poder; 2) tienen una tendencia a emprender acciones que exaltan la propia personalidad; 3) muestran una preocupaci¨®n desproporcionada por la imagen y la manera de presentarse; 4) exhiben un celo mesi¨¢nico y exaltado en el discurso; 5) identifican su propio yo con la naci¨®n o la organizaci¨®n que conducen; 6) en su oratoria utilizan el plural mayest¨¢tico ¡°nosotros¡±; 7) muestran una excesiva confianza en s¨ª mismos; 8) desprecian a los otros; 9) presumen que s¨®lo pueden ser juzgados por Dios o por la historia; 10) exhiben una fe inconmovible en que ser¨¢n reivindicados en ambos tribunales; 11) pierden el contacto con la realidad; 12) recurren a acciones inquietantes, impulsivas e imprudentes; 13) se otorgan licencias morales para superar cuestiones de practicidad, costo o resultado, y 14) descuidan los detalles, lo que los vuelve incompetentes en la ejecuci¨®n pol¨ªtica.
La Argentina est¨¢ asistiendo al momento en que su presidente, Javier Milei, exhibe indicios inquietantes de este s¨ªndrome. La semana pasada, Milei concedi¨® una entrevista al periodista Luis Majul en la que tuvo expresiones inusuales de autoexaltaci¨®n. Se defini¨® a s¨ª mismo como uno de los dos pol¨ªticos m¨¢s importantes de la actualidad. El otro, dijo, es Donald Trump. Es interesante un matiz de esa calificaci¨®n. Dijo que a sus cr¨ªticos ¡°les duele que yo sea hoy uno de los dos pol¨ªticos m¨¢s relevantes del planeta Tierra¡±. Como quien observa los liderazgos desde una plataforma sideral. La formulaci¨®n de ese ranking se produjo en un contexto conflictivo.
El jueves pasado, Milei particip¨® de un congreso de fuerzas de ultraderecha celebrada en Buenos Aires y denominado III Encuentro de Foro de Madrid ¨C R¨ªo de la Plata 2024, organizado en combinaci¨®n con el espa?ol Santiago Abascal, el l¨ªder de Vox. All¨ª volvi¨® sobre esa valoraci¨®n personal, pero agreg¨®: ¡°Estoy haciendo el mejor gobierno de la historia argentina¡±.
En la entrevista televisiva, Milei insisti¨® en calificar a sus cr¨ªticos y opositores como ¡°ratas¡±. Y se pregunt¨® ¡°?qu¨¦ visi¨®n puede tener una rata respecto de un gigante?¡±. No hace falta aclarar que el gigante es ¨¦l. Uno de los principales motivos de satisfacci¨®n del presidente argentino es el aplauso que le brindan los l¨ªderes de la industria digital. En especial los grandes empresarios de Silicon Valley, que defienden desde hace d¨¦cadas un orden p¨²blico desregulado, como el que propone La Libertad Avanza. En ese di¨¢logo period¨ªstico Milei se ufan¨® del reconocimiento que le ofrecen esos hombres de negocios. Al hacerlo, incurri¨® en una risue?a paradoja: no pod¨ªa recordar el nombre de Jeff Bezos, el fundador de Amazon, a pesar de que, como ¨¦l mismo estaba afirmando, era una de las figuras esenciales de la escena global.
Estas consideraciones forman parten de un discurso, que en el gobierno argentino es cada d¨ªa m¨¢s frecuente, de descalificaci¨®n de la prensa cr¨ªtica y de la oposici¨®n pol¨ªtica. En esa cumbre transatl¨¢ntica de la ultraderecha llam¨® a los periodistas y medios de comunicaci¨®n ¡°un servicio de propaganda en venta al mejor postor¡±. D¨ªas antes hab¨ªa propuesto declarar a los trabajadores de prensa ¡°personas pol¨ªticamente expuestas¡±, una categor¨ªa que los obligar¨ªa a rendir cuenta de sus movimientos econ¨®micos como si fueran administradores de recursos p¨²blicos. Explic¨® que era para ¡°someterlos al escarnio p¨²blico¡±.
La hibris es con extraordinaria frecuencia la propensi¨®n emocional de los liderazgos populistas. A nueve meses de haber iniciado su gobierno, hay muchos motivos para pensar que Milei ejerce un liderazgo de ese estilo, cuya caracter¨ªstica principal es la suposici¨®n de que la ¨²nica legitimidad democr¨¢tica es la del presidente, porque es el depositario de los votos. La concepci¨®n en que se sostiene esta pr¨¢ctica del poder se despliega en las redes sociales, sobre todo en X, que es el h¨¢bitat de La Libertad Avanza. All¨ª hay un par de cuentas que se atribuyen al principal asesor pol¨ªtico de Milei, Santiago Caputo, en quien ¨¦l deleg¨® el control de una parte extens¨ªsima del Estado. En una de esas cuentas, @nicolabrandeis, cuya titularidad Caputo nunca desminti¨®, aparece retuiteado este mensaje: ¡°S¨®lo la voluntad del pueblo hiperconcentrada en la figura del Presidente puede sacarnos de esta emergencia econ¨®mica, barrer con la corporaci¨®n pol¨ªtica, y dispararnos hacia un futuro de grandeza. Bonapartismo Mile¨ªsta¡±.
Caputo, o sus avatares digitales, condensa esa forma de entender la vida p¨²blica en una consigna que no se cansa de repetir: ¡°Para hablar hay que ganar¡±. Es decir, las minor¨ªas carecen de derecho a emitir opini¨®n. Sobre todo, a criticar. Esta premisa de ¡°hiperconcentraci¨®n¡± del poder en quien puede exhibir alg¨²n triunfo electoral se proyecta en otros rasgos t¨ªpicos del populismo. El m¨¢s relevante, la resistencia a aceptar los l¨ªmites cl¨¢sicos que el r¨¦gimen constitucional republicano prev¨¦ para limitar al que administra: la justicia independiente y la prensa cr¨ªtica. Es muy sugerente que, junto con los ataques al periodismo, Milei est¨¦ empe?ado en colocar ministros que le respondan en el m¨¢ximo tribunal, la Corte Suprema de Justicia.
En esta autocelebraci¨®n hay una dimensi¨®n sorprendente. Aparece con m¨¢s ¨¦nfasis en el momento en que el gobierno se encuentra con dificultades importantes para construir un aparato de poder. Los inconvenientes aparecen primero en el propio campo. Milei protagoniza un enfrentamiento cada vez m¨¢s inocultable con su vicepresidenta, Victoria Villarruel. Y ha tenido que soportar disidencias en sus bloques parlamentarios, que derivaron en la expulsi¨®n de un senador y varios diputados. Son desenlaces dram¨¢ticos para una fuerza pol¨ªtica con muy pocos legisladores.
Al mismo tiempo que soporta esas fracturas, Milei tiene que hacer frente a algunos fracasos legislativos. Una alianza ocasional a la que se sumaron sus aliados de Pro, el partido de Mauricio Macri, rechaz¨® un decreto del Poder Ejecutivo destinado a dotar de una suma extraordinaria de recursos al sistema de espionaje. La misma composici¨®n pol¨ªtica est¨¢ por sancionar una ley que modifica la asignaci¨®n de fondos a las universidades estatales. Por otra parte, la designaci¨®n de aquellos jueces de la Corte se empantana en el Senado, debido a que la baj¨ªsima calidad moral de uno de ellos, Ariel Lijo, desat¨® una tormenta en el arco institucional y acad¨¦mico.
La Argentina es, como pocos, un pa¨ªs adicto al psicoan¨¢lisis. Ser¨¢ esa disciplina la que resuelva el acertijo de si la laudatio cada vez m¨¢s emocionada que Milei se dedica a s¨ª mismo es una forma de compensar los movimientos inquietantes que siente bajo sus pies.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.