No hay violencia que pueda descartarse como impensable; cualquier operaci¨®n de escarmiento que pudiera concebirse no har¨ªa sino aumentar la cat¨¢strofe. De ah¨ª la magnitud de la inseguridad y el dilema
El fen¨®meno Trump no puede despacharse como una ex¨®tica anomal¨ªa hist¨®rica que nada tiene que ver con la sociedad estadounidense. No podemos desecharlo como si perteneciera ya al pasado
Ha entrado en escena un movimiento confuso y peligroso de esot¨¦ricos, neonacionalistas, antivacunas y dogm¨¢ticos de la conspiraci¨®n. El miedo que alegan es una coartada para la agresi¨®n y el resentimiento
La ira destructiva de los partidos populistas de derechas encubre las cuestiones sociales vitales de nuestra ¨¦poca y se desv¨ªa de cualquier problema urgente que exija un pensamiento constructivo
Alemania no ha sabido crear una sociedad en la que los jud¨ªos no tengan que vivir con miedo ni las mujeres ni los musulmanes ni los homosexuales ni nadie que algunos consideren de ¡°fuera¡±
El duelo dial¨¦ctico entre Boris Johnson y la historiadora Mary Beard en 2015 arroja luz sobre el primer ministro brit¨¢nico. La fidelidad a la verdad no se cuenta entre sus aspiraciones
Debemos crear zonas protegidas en las que volvamos a atrevernos a desechar el pensamiento que obedece a la lealtad a un clan y ensayemos otro sin barreras; que nos dejemos convencer por el contrario
En un buen n¨²mero de pa¨ªses dominan los simuladores de lo popular que se presentan como pol¨ªticos del nuevo comienzo. Quieren un retroceso a una situaci¨®n de orden autoritario
En Europa proliferan los movimientos sociales que reclaman que los valores democr¨¢ticos de libertad y solidaridad, de igualdad y pluralidad no solo se afirmen y prometan, sino que tambi¨¦n sean tangibles