La culpa del subalterno
Fernanda Melchor vuelve a encontrar en ¡®P¨¢radais¡¯ el equilibrio perfecto entre fondo y forma. La historia del jardinero de una urbanizaci¨®n de lujo en Veracruz le sirve esta vez para retratar la violencia de un mundo desigual
Desde 2013, a?o en que public¨® su primera novela, Falsa liebre, y el magistral libro de cr¨®nicas Aqu¨ª no es Miami, Fernanda Melchor (Veracruz, 1982) viene hilando una dif¨ªcil mezcla de escritura ambiciosa (de ¡°gran estilo¡±) con el inteligent¨ªsimo an¨¢lisis de la sociedad mexicana, de sus violencias y vulnerabilidades. Y puede decirse que con Temporada de huracanes (2017), novela finalista del Premio Booker, Melchor ya alcanz¨® el equilibrio de ambas formas, encontr¨® esa distancia que le permit¨ªa ser, a la vez, una narradora con una prosa que posee la potencia connotativa de la poes¨ªa sin que esto supusiera ¡°aplastar¡± la materia compleja de sus libros, el rigor del an¨¢lisis de una sociedad a partir, en este caso, de un feminicidio explicado por esa misma sociedad en clave de culpa de la v¨ªctima.
Si en Temporada de huracanes estilo e inteligencia eran una misma cosa, en P¨¢radais la combinaci¨®n vuelve a ser deslumbrante. En esta ocasi¨®n, la novela se contagia de la perspectiva de Polo, jardinero de una urbanizaci¨®n de lujo de Veracruz. En los a?os finales de su adolescencia, Polo lidia con un fracaso vital de partida: subalterno en cada sentido de su experiencia, hijo de madre soltera, tentado por la posibilidad de convertirse en uno de ¡°aquellos¡±, como su primo secuestrado por un c¨¢rtel como soldado joven. Y Melchor hace resonar el eco universal de su personaje gracias a una sutil¨ªsima perspectiva, una inspirada distancia que le permite decir que Polo pedalea ¡°encomendado a la memoria de sus m¨²sculos¡± sin que esto suponga ahorrar sordidez y ternura a su desamparo. Es decir, sin colocarse por encima de la desorientaci¨®n de Polo ni caer en un patetismo (esa forma de cursiler¨ªa moral) que neutralice la violencia. Y sin que tampoco perdamos nunca de vista la sociedad en la que Polo vive y proyecta su rabia.
¡°?Qui¨¦n era ¨¦l realmente? Un hijo de la chingada, dec¨ªa su madre siempre. El hijo ¨²nico de la chingada, la bendici¨®n de la chacha burlada que supo escalar pelda?os¡±.
En este ¡°escalar pelda?os¡±, el conjunto residencial de P¨¢radais le permite a Melchor un juego de desplazamiento: se tocan los extremos de la clase social. Polo se junta, en una relaci¨®n desigual y azarosa, con el gordo Franco, otro adolescente ¡°perdido¡±, si bien de buena familia. Y de una manera tambi¨¦n azarosa (con algo de idiotez y fatalidad, tambi¨¦n de transgresi¨®n) ambos se convertir¨¢n en los agentes de la acci¨®n de la novela, que no desvelar¨¦ en esta cr¨ªtica. Pero s¨ª dir¨¦ que P¨¢radais trabaja esta acci¨®n dram¨¢tica con una maravillosa precisi¨®n. Se expande en tramas envolventes (la historia de Milton, el embarazo de la prima Zorayda) que dosifican los detalles y terminan por cargar el presente de la narraci¨®n y darle un aire febril, sobrecargado.
Esto es especialmente notable en el final de P¨¢radais, entrevisto como idea desde el comienzo de la lectura, pero cuyo estilo es una sorpresa y un verdadero gozo: la frase de Melchor se hace corta y exacta, con un ritmo macabro y concentrado, preciso y fr¨ªo.
En apenas 160 p¨¢ginas y con una historia en apariencia lateral, Melchor ha conseguido captar la complejidad de un mundo. Y no me refiero a la premeditada etiqueta ¡°violencia mexicana¡±, sino a una violencia estructural com¨²n y cuidada, universal. Al doble rasero de la v¨ªctima, a la ¡°culpa¡± del pobre. P¨¢radais es gran literatura.
P¨¢radais
Autora: Fernanda Melchor.
Editorial: Literatura Random House, 2021.
Formato: Tapa blanda. 160 p¨¢ginas. 16,90 euros.
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