Los c¨®mics cl¨¢sicos contraatacan: la segunda juventud del noveno arte
Del siglo XIX al XX, el g¨¦nero se consolid¨® como lenguaje, pero hasta hace poco los cl¨¢sicos apenas eran accesibles. La reedici¨®n de tebeos, testimonios visuales de la historia reciente, vive ahora un momento dulce
Cualquier momento es bueno para darse un paseo por los cl¨¢sicos de la literatura, entrar en una librer¨ªa bien surtida y pedir un ejemplar de la Odisea o El Quijote. Es una elecci¨®n quiz¨¢s t¨®pica y trivial, pero es el lugar com¨²n m¨¢s l¨®gico por donde empezar, por todas esas obras imperecederas que conforman los cimientos de nuestra cultura. No tendr¨¢n demasiados problemas, m¨¢s all¨¢ de la mirada esc¨¦ptica de alg¨²n cliente: comprar¨¢n sus libros y se pondr¨¢n al d¨ªa de miles de a?os de avance de la cultura humana. Pero supongan que, animados por su exitosa experiencia literaria, despu¨¦s intentan hacer lo mismo con el noveno arte, buscando cl¨¢sicos de Rodolphe T?pffer o Hogan¡¯s Alley, de R. F. Outcault, u otros como La familia Ulises, de Benejam, o Makako, de K-Hito. La iniciativa conducir¨ªa a una decepci¨®n total: durante d¨¦cadas, los cl¨¢sicos del c¨®mic han estado ausentes por completo de las estanter¨ªas de las librer¨ªas, apenas representados por la sempiterna publicaci¨®n de algunos personajes bien conocidos como Flash Gordon o el Pr¨ªncipe Valiente (aunque, por desgracia, casi siempre en ediciones que nunca han hecho justicia a la calidad de las obras), los famosos personajes del c¨®mic franc¨¦s o belga, como Ast¨¦rix o Tint¨ªn, o la omnipresente reedici¨®n de las aventuras de los personajes de Francisco Ib¨¢?ez.
Obras de much¨ªsima calidad, pero que ofrecen una escasa representaci¨®n del recorrido del c¨®mic en los siglos XIX y XX, cuando se desarroll¨® y consolid¨® como lenguaje y arte. Por desgracia, la ignorancia de estas obras acompa?¨® al medio en todo el mundo hasta bien entrados los a?os sesenta, con las primeras reivindicaciones del c¨®mic cl¨¢sico por intelectuales como Francis Lacassin o Umberto Eco. A partir de estos trabajos te¨®ricos seminales, se pueden encontrar en los setenta las primeras y t¨ªmidas ediciones de cierta calidad de historietas cl¨¢sicas en Europa y EE UU, que llegaron a nuestro pa¨ªs a trav¨¦s de las iniciativas que Luis Gasca, recientemente fallecido, impuls¨® con las editoriales Pala o Buru Lan.
De Marvel a Mickey Mouse
Sin apenas continuidad, la recuperaci¨®n sistem¨¢tica de las obras maestras del c¨®mic parec¨ªa una utop¨ªa hasta el cambio radical producido desde la entrada en el siglo XXI, gracias a un inter¨¦s renovado por la edici¨®n de cl¨¢sicos de prensa impulsado por editoriales estadounidenses, que tambi¨¦n ha acabado llegando a Espa?a. Mientras que algunas editoriales han aprovechado las nuevas ediciones que se hac¨ªan en su pa¨ªs de origen, como Planeta cuando publica Rip Kirby y Agente Secreto X-9 , otros sellos han optado por tomar esos materiales de ejemplo y realizar sus propias ediciones mejoradas, como la editorial Dolmen en la colecci¨®n Sin Fronteras. Con direcci¨®n del escritor y guionista de c¨®mics Rafa Mar¨ªn y la direcci¨®n art¨ªstica de Jes¨²s Yugo, las nuevas ediciones de estas famosas obras son espectacu?lares. No es dif¨ªcil afirmar que las versiones espa?olas de The Phantom, Flash Gordon en sus diferentes etapas (desde Alex Raymond hasta Dan Barry), Mandrake, Johnny Hazard, Terry y los piratas o Dick Tracy se encuentran entre las mejores que se han hecho jam¨¢s, gracias a cuidadas tareas de reconstrucci¨®n de color y l¨ªnea buscando las mejores fuentes que permiten disfrutar esta obra en toda su grandeza, casi como fue concebida originalmente.
Han sido las editoriales de EE UU las que han impulsado la recuperaci¨®n de t¨ªtulos fundamentales
La labor del equipo de Sin Fronteras no es ¨²nica: la madrile?a Di¨¢bolo acaba de editar los primeros vol¨²menes de Tales from the Crypt y Weird Science, recopilaci¨®n cronol¨®gica de las c¨¦lebres historietas de la EC Comics de los a?os cincuenta, referencia de un c¨®mic que se dirig¨ªa a contracorriente hacia un lector adulto a trav¨¦s del terror y la ciencia ficci¨®n, con una impresionante labor de reconstrucci¨®n del color y rotulaci¨®n original que convierte a la espa?ola en una edici¨®n de referencia. Una consideraci¨®n que se extiende a la exquisita labor que ha hecho Norma Editorial con Friday Foster, la m¨ªtica serie de prensa que el espa?ol Jordi Longar¨®n hizo en los a?os setenta sobre guiones de Jim Lawrence, coet¨¢nea de Kelly Green, de Stan Drake y Leonard Starr, otro cl¨¢sico recuperado por Ponent Mon. Obras cl¨¢sicas indispensables a las que habr¨ªa que a?adir el Tarz¨¢n de Harold Foster que edit¨® Yermo, el Popeye de Segar que complet¨® Kraken o la completa edici¨®n del magistral The Spirit de Will Eisner que culmin¨® Norma.
No podemos olvidar en este apartado de c¨®mic estadounidense que la editorial Panini ha estado recuperando los inicios de los grandes personajes de Marvel en los sesenta y setenta, de los m¨ªticos Spiderman, Los Cuatro Fant¨¢sticos y Los Vengadores a ?Shang-Chi y Dr¨¢cula, obras maestras imprescindibles para entender la deriva transmedia que ha tenido el g¨¦nero de los superh¨¦roes. Cabe a?adir la reciente edici¨®n que Taschen ha publicado de Spiderman, con el que abre una colecci¨®n de cl¨¢sicos del comic book de Marvel en formato de lujo y a gran tama?o, con reproducci¨®n facs¨ªmil de los tebeos originales. Incluso autores de la importancia de Richard Corben han conseguido ser reivindicados gracias a la edici¨®n de una obra de referencia de los ochenta, Mundo Mutante (ECC).
Ese inter¨¦s no se detiene: el a?o ha comenzado con Polly and Her Pals, de Cliff Sterrett, obra de modernidad deslumbrante que Di¨¢bolo ha publicado con esmero para disfrutar de todo su esplendor visual. Durante 2022 ver¨¢n la luz otras dos obras maestras del c¨®mic americano: Planeta C¨®mic traer¨¢ el Mickey Mouse de Floyd Gottfredson, una tira de prensa de los a?os treinta que rompe todos los estereotipos del famoso personaje de Disney; mientras que La C¨²pula se encargar¨¢ de recuperar la m¨ªtica Krazy Kat, de George Herriman, monumento del noveno arte iniciado en 1913 que parece anunciar el surrealismo que emergi¨® tras la I Guerra Mundial.
La buena vida del tebeo europeo
En el caso del c¨®mic europeo, es imposible no recordar las ediciones continuas que Grijalbo y Junior hac¨ªan de los cl¨¢sicos como Ast¨¦rix, Tint¨ªn, ?Lucky Luke, Spirou o Blueberry, pero que hab¨ªan cerrado el paso a la recuperaci¨®n de otras obras de inter¨¦s, ocultadas por estos gigantes del tebeo. Afortunadamente, en los ¨²ltimos a?os dos editoriales han liderado la reivindicaci¨®n de estos c¨®mics: mientras que Ponent Mon ha puesto en el mercado ediciones integrales de cl¨¢sicos de los a?os sesenta como Tanguy y Laverdure, de J. M. Charlier y Uderzo; Barbarroja, de Charlier y Hubinon; Jerry Spring, de Jij¨¦; Buck Danny, de Charlier y Hubinon, o Ric Hochet, de Tibet y Duch?teau, la editorial mallorquina Dolmen ha puesto en marcha una colecci¨®n de cl¨¢sicos europeos bajo el nombre de Fuera Borda, la recordada revista de los ochenta. Una llamada a la nostalgia que se traduce en la recuperaci¨®n de series como Bermudillo, de Roep y Wijn; Tif y Tondu, de Tilleux y ?Will; Los casacas azules, de Cauvin; Los hombrecitos, de Seron y Desprechins; Papyrus, de De Gieter, o Benito Sans¨®n y Johan y Pirluit, de Peyo.
El formato integral, que re¨²ne varios ¨¢lbumes originales en un ¨²nico y lujoso volumen y que ha sido habitual para estas ediciones, ha resultado ¨²til tambi¨¦n para recuperar a grandes autores como Franquin (Gast¨®n el Gafe, por Norma Editorial, y Spirou, por Dibbuks), Tillieux (Gil Pupila, por Planeta), Greg (Aquiles Tal¨®n, por Trilita Ediciones) , Gir (El teniente Blueberry, con guion de Charlier, en Norma) o Fred (Phil¨¦mon, por ECC ediciones), pero no ha cerrado el paso a otras opciones como el coleccionable, formato elegido por Planeta DeAgostini para la edici¨®n completa de la obra de Hugo Pratt, el creador de Corto Malt¨¦s. Vuelve incluso el c¨®mic brit¨¢nico, con los recordados personajes de la IPC-Fleet?way como Spider o Zarpa de Acero, que edita Dolmen Editorial. Especial menci¨®n hay que hacer en este apartado a la editorial valenciana El Nadir, que ha publicado las obras m¨¢s importantes de los pioneros de la historieta del siglo XIX, como Rodolphe T?pffer, Gustave Dor¨¦ o Caran d¡¯Ache, aut¨¦nticos inventores del lenguaje que hoy reconocemos como c¨®mic.
Un inter¨¦s que no se queda en las fronteras europeas: la legendaria El Eternauta, de H. G. Oesterheld y Solano L¨®pez, posiblemente uno de los primeros c¨®mics adultos de la historia, espera nueva edici¨®n aprovechando la adaptaci¨®n televisiva de Netflix, mientras la arriesgada y avanzada obra de Alberto Breccia ha sido casi totalmente reeditada gracias a las editoriales ECC Ediciones y Astiberri. Por su parte, los grandes cl¨¢sicos del manga empiezan a tener cuidadas ediciones en nuestro pa¨ªs, como la colecci¨®n dedicada a las obras de Osamu Tezuka que edita Planeta, la de los trabajos de Shigeru Mizuki que realiza Astiberri, series inolvidables de Tsukasa Hojo como F. Compo o City Hunter (Arechi), o el m¨ªtico Kamen Rider, de Ishinomori Shotaro (Ooso), sin olvidar la apuesta por las obras de referencia del gekiga, el movimiento de c¨®mic adulto que revolucion¨® el manga, que han hecho editoriales como Gallo Nero o Satori, publicando las obras de Yoshiharu Tsuge (El hombre sin talento), Yoshihiro Tatsumi (Tatsumi) o Leiji Matsumoto (Queen Emeraldas).
Cl¨¢sicos espa?oles: una asignatura pendiente
La recuperaci¨®n de cl¨¢sicos espa?oles sigue, sin embargo, algo pendiente. M¨¢s all¨¢ del fen¨®meno Ib¨¢?ez, posiblemente uno de los pocos autores mundiales que mantienen la totalidad de su obra viva en cat¨¢logo, los t¨ªtulos de referencia del c¨®mic espa?ol vuelven a las estanter¨ªas con cuentagotas. Es cierto que durante la primera d¨¦cada de este siglo destacaron dos iniciativas: por un lado, la de la editorial Gl¨¦nat Espa?a, que apost¨® decididamente tanto por el rescate de autores pioneros, como Apeles Mestres o ?ngel Puigmiquel, como de cl¨¢sicos modernos de los setenta y ochenta, de Enric Si¨® a Alfonso Font, V¨ªctor de la Fuente, Adolfo Usero o Carlos Gim¨¦nez. Por su parte, RBA lanz¨® un coleccionable dirigido por el especialista Antoni Guiral que estaba dedicado a las historietas m¨¢s importantes de la Escuela Bruguera, que permiti¨® reivindicar los c¨®mics de Conti, Cifr¨¦, Nadal, V¨¢zquez o Pe?arroya como obras maestras que permit¨ªan comprender la terrible realidad de la posguerra espa?ola. Pero, por desgracia, colecciones y ediciones est¨¢n completamente agotadas hoy y son buscadas con ah¨ªnco por los coleccionistas.
Menos suerte han tenido las colecciones de cuadernillos de aventuras que tan populares fueron a lo largo de los a?os cuarenta y cincuenta. Aunque El Capit¨¢n Trueno ha tenido varias reediciones y recientemente Ediciones B ha lanzado una edici¨®n facs¨ªmil de gran calidad, otras recordadas series como El guerrero del antifaz o Roberto Alc¨¢zar y Pedr¨ªn tuvieron que soportar una edici¨®n poco respetuosa, con un recoloreado digital bastante inadecuado y desaprovechando la oportunidad de analizar las razones de una injusta leyenda negra que ha acompa?ado a estos tebeos.
Afortunadamente, la tendencia de recuperaci¨®n de obras cl¨¢sicas estadounidenses y europeas est¨¢ contagiando poco a poco tambi¨¦n la de autores y autoras espa?oles, pese a que muchas veces la labor de arqueolog¨ªa resulta sorprendentemente m¨¢s compleja y dif¨ªcil que la de obras extranjeras. Mientras que Ediciones B ha publicado pulcras ediciones integrales de Los grandes inventos del TBO, de Sabat¨¦s, o 13 Rue del Percebe, de Ib¨¢?ez, la editorial Dolmen ha apostado por el surrealista y m¨¢gico Pumby, de Jos¨¦ Sanchis, y ECC Ediciones, por unos de los incontestables de los cuarenta, el Cuto de Jes¨²s Blasco, nuestra particular versi¨®n de Tint¨ªn con el estilo gr¨¢fico de Alex Raymond.
Ib¨¢?ez tiene toda su obra en cat¨¢logo, pese a que en Espa?a las reediciones se hagan con cuentagotas
Sin embargo, el c¨®mic m¨¢s autoral ha tenido diferente suerte: mientras que de Antonio Hern¨¢ndez Palacios se ha editado casi en su totalidad su obra (Ponent Mon ha publicado Manos Kelly, El Cid, Eloy o su McCoy junto a J. P. Gourmelen), menos suerte han seguido much¨ªsimos artistas de los a?os sesenta a los ochenta, que solo ven su obra recuperada por la esforzada labor de peque?as editoriales. Por ejemplo, Isla de Nabumbu ha publicado el Mata-Hari de Marika Vila o dos recopilatorios de uno de los autores m¨¢s recordados del g¨¦nero de terror, Rafael Aurale¨®n; Ponent Mon, obras de Antonio Segura y Leopoldo S¨¢nchez como Bogey; la debutante Cartem ha publicado el Dr¨¢cula de Fernando F¨¦rn¨¢ndez, y editoriales como Trilita y Astiberri han puesto en valor la genial obra de Josep Maria Be¨¤, desde la m¨ªtica Historias de taberna gal¨¢ctica hasta la magistral 7 vidas. Mientras, en La C¨²pula mantienen firme su labor de recuperar en espectaculares ediciones la obra de Nazario Luque, con vol¨²menes como el integral de Anarcoma o Mujeres raras, sin olvidar a autores como Juanito Mediavilla o Calonge; mientras que este mes ECC lanza la Biblioteca Fernando de Felipe para recuperar a uno de los autores fundamentales de los ochenta, y la editorial Dolmen recobra a Purita Campos y su famosa Esther y su mundo.
En este momento dulce para las reediciones, la lista de obras a reivindicar es casi inabarcable. Si son muchos los referentes del c¨®mic americano que quedan por editar en nuestro pa¨ªs, como Yellow Kid, Little Nemo in Slumberland, Li¡¯l Abner, Barnaby, Buzz Sawyer, Plastic Man o Gasoline Alley, m¨¢s lo es la lista de obras espa?olas que est¨¢n a punto de ser olvidadas. No se puede entender la evoluci¨®n del c¨®mic moderno sin atender a la influencia de los grandes artistas del pasado. El ejemplo m¨¢s obvio es Chris Ware, renovador absoluto del lenguaje del c¨®mic desde la mirada respetuosa y estudio de los hallazgos de esas obras cl¨¢sicas. Pero en el caso del c¨®mic espa?ol, los tebeos de los a?os cuarenta y cincuenta, m¨¢s all¨¢ de su evidente calidad art¨ªstica, son una valios¨ªsima fuente de informaci¨®n sobre la sociedad y su realidad cotidiana. Con suerte, este principio prometedor no se quedar¨¢ en moda pasajera.
Lecturas
Polly and Her Pals, Cliff Sterrett. Traducción de Francisco Sáez de Adana. Diábolo, 2021. 195 páginas, 39,95 euros.
Flash Gordon, Dan Barry. Traducción de Rafael Marín Dolmen, 2021. 200 páginas, 31,90 euros.
Black Jack, Osamu Tezuka. Traducción de Daruma. Planeta, 2018. 632 páginas, 25 euros.
Mujeres raras, Nazario Luque. La Cúpula, 2021. 164 páginas, 34,90 euros.
Spider-Man, Stan Lee y Steve Ditko. Taschen, 2021. 698 páginas, 150 euros.
Kraken, Antonio Segura y Jordi Bernet. DQ, 2021. 176 páginas, 20 euros.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.