¡®El desorden pol¨ªtico¡¯ y ¡®El temps esquerp¡¯: Contra la nostalgia, pensar mejor la democracia
Ignacio S¨¢nchez-Cuenca alerta del riesgo de los partidos antisistema mientras Raimon Obiols lo hace del peligro de la confrontaci¨®n de las identidades colectivas
Un prototipo del consenso socialdem¨®crata de posguerra. En la primera l¨ªnea de la solapa del ensayo de Raimon Obiols est¨¢ concentrada la informaci¨®n suficiente para ubicarlo en ese honorable paradigma. Naci¨® en 1940 y desde sus a?os de estudiante universitario milit¨® en el antifranquismo comprometi¨¦ndose con un partido socialista y catalanista. Su trayectoria la expuso en unas memorias espl¨¦ndidas ¡ªEl m¨ªnim que es pot dir¡ª y all¨ª se autorretrataba como integrante de la generaci¨®n de pol¨ªticos que hizo la Transici¨®n. Por edad y responsabilidad, podr¨ªa haber quedado cautivo de la nostalgia del momento fundacional, como tantos, condenado a pensar el presente como las ¨¦lites enfurru?adas de ese periodo. Pero no. ¡°Me repugna el victimismo¡±. Quiz¨¢ porque vive en Bruselas, donde fue eurodiputado; tal vez porque ya fue tan cr¨ªtico con la Tercera V¨ªa de Blair o la guerra de Irak, y seguramente por su constante curiosidad, El temps esquerp es una aportaci¨®n de primera magnitud a la hora de pensar el futuro de la democracia desde nuestra tradici¨®n cultural. Siempre con alergia al ¨¦nfasis, casi siempre militando en el optimismo de la voluntad.
¡°Tengo la sensaci¨®n de que ha terminado una ¨¦poca y est¨¢ empezando otra¡±. Los textos que integran este libro ¡ªel dietario de lecturas y reflexiones de un catal¨¢n europeo¡ª se sit¨²an en nuestro tiempo incierto. Desde la actualidad regresa a anclajes ideol¨®gicos sobre los que construy¨® su personalidad pol¨ªtica. Traza perfiles de intelectuales, como Orwell (bien) o Scruton (m¨¢s bien no) o Max Aub (fascinante); comenta la conferencia de Musil sobre la estupidez o repasa la evoluci¨®n de la rive gauche parisiense a prop¨®sito del cierre de la revista Les Temps Modernes. Obiols, est¨¢ claro, es un hombre de su ¨¦poca. Un superviviente. Pero lo valioso de este libro es su af¨¢n de pensar la ¨¦poca que est¨¢ empezando, ahora desordenada, gracias a ese saber acumulado. Hay lecciones de la experiencia util¨ªsimas. ¡°Cuando las naciones se sienten en peligro, hay peligro¡±, sentencia en el cap¨ªtulo que dedica a Trump. ¡°La confrontaci¨®n de las identidades colectivas representa un arma pol¨ªtica y electoral de gran alcance¡±, escribe en unas p¨¢ginas importantes de an¨¢lisis sobre el proc¨¦s en su dimensi¨®n catalana y espa?ola, ¡°est¨¢n a libre disposici¨®n de todo tipo de iluminados y aprovechados que, a lo largo del tiempo, han obtenido de ella cuantiosos y suculentos beneficios¡±.
M¨¢s que defender una posici¨®n partidista, como es habitual, S¨¢nchez-Cuenca ha intentado comprender las disfunciones de la democracia presente
?Instrumentalizan esa confrontaci¨®n de identidades los partidos antiestablishment que est¨¢n tensando la democracia representativa tal y como la conoc¨ªamos? Es una de las preguntas que Ignacio S¨¢nchez-Cuenca se plantea en El desorden pol¨ªtico. Es un ensayo integrado en el ciclo de intervenci¨®n en el debate p¨²blico que caracteriza parte de la obra de este acad¨¦mico. Porque desde La desfachatez intelectual (2016) este investigador ha venido ejerciendo de s¨®lida conciencia cr¨ªtica de la vida pol¨ªtica e intelectual espa?ola. M¨¢s que defender una posici¨®n partidista, como es habitual, ¨¦l ha intentado comprender las disfunciones de la democracia presente, en clave interna y general, gracias sobre todo a la comparaci¨®n met¨®dica con otros pa¨ªses y siempre con la oxigenante voluntad de provocar a quienes defienden un sentido com¨²n que, en ¨²ltimo t¨¦rmino, responde a una l¨®gica de parte. Casi siempre la del bloque de poder.
En su libro repiensa la acumulaci¨®n de fen¨®menos que han desordenado un sistema que durante lustros cre¨ªmos inmutable. Mientras la respuesta desde el sentido com¨²n es la condena del populismo, negando que esas disfunciones existan, aqu¨ª S¨¢nchez-Cuenca cree m¨¢s ¨²til pensar qu¨¦ tienen en com¨²n fen¨®menos que van de Trump a Bolsonaro, pasando por la crisis en la pol¨ªtica italiana o el aumento del apoyo a partidos ajenos al consenso socialdem¨®crata (m¨¢s a la izquierda en el sur de Europa, m¨¢s a la derecha en el este). Su hip¨®tesis es que atribuir su aparici¨®n a la crisis de 2008 es insuficiente. Tampoco cree que la ¨²nica clave sean las consecuencias de la globalizaci¨®n financiera. Para ¨¦l, el motor del cambio es la crisis de intermediaci¨®n entre el Estado y los partidos, toda vez que estos no pueden cumplir con sus promesas, y a la vez la digitalizaci¨®n de nuestra cotidianidad nos revela que esas instancias mediadoras ya no tienen la autoridad de la ¨¦poca anterior.
La crisis de una ¨¦poca que termina cuando a¨²n no se ha consolidado la nueva, la de nuestro presente, explicar¨ªa la aparici¨®n de los partidos ¡®antiestablishment¡¯
?Qu¨¦ les sucede a los actores que la protagonizan? ?A los partidos cl¨¢sicos y a los medios de comunicaci¨®n tradicionales? Que entran en crisis. Y esa crisis, la de una ¨¦poca que termina cuando a¨²n no se ha consolidado la nueva, la de nuestro presente, explicar¨ªa la aparici¨®n de los partidos antiestablishment. ¡°Para recuperar impulso democr¨¢tico, los partidos antiestablishment proponen mover el p¨¦ndulo hacia el otro extremo, el de un ejercicio directo de la soberan¨ªa que prescinda de la intermediaci¨®n pol¨ªtica, sobre la base de que la democracia la han desfigurado los representantes de los partidos tradicionales, en su condici¨®n de miembros del establishment¡±. Es el signo de los tiempos. Lo dice tambi¨¦n Obiols en su libro. ¡°Toda vez que queda desincronizada, la pol¨ªtica, aparece, cada vez m¨¢s, como inadecuada e impotente ante los problemas que deber¨ªa resolver¡±.
Ante esa tesitura, una posibilidad ser¨ªa la desafecci¨®n sist¨¦mica. Contra esa tentaci¨®n, fruto de su experiencia, reacciona Obiols. Sin usar las grandes palabras, pero consciente, y todav¨ªa m¨¢s desde la pandemia, de cu¨¢l es la agenda progresista hoy. Y para aplicarla, cree que no hay mejor alternativa que el sistema democr¨¢tico, y que los partidos, a pesar de los pesares, siguen siendo los mejores instrumentos de los que disponemos.
El desorden pol¨ªtico?
Autor: Ignacio S¨¢nchez Cuenca.
Editorial: Los Libros de la Catarata, 2022.
Formato: tapa blanda (160 p¨¢ginas, 16 euros).
El temps esquerp?
Autor: Raimon Obiols.
Editorial: Arcadia, 2022 (en catal¨¢n).
Formato: tapa blanda (288 p¨¢ginas, 20 euros).
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