Manos que crean, manipulan, transforman y destruyen
El fot¨®grafo Aleix Plademunt, que exhibe su obra en la sala Canal de Isabel II de Madrid, elige para ¡®Babelia¡¯ su imagen favorita, perteneciente a su proyecto ¡®Matter¡¯
Dice Antonio M. Xoubanova que Aleix Plademunt (Girona, 1980) es alguien a quien le importa y le interesa todo. ¡°Un tipo que escucha y mira, y eso es escaso¡±. De ah¨ª que, no es casual, que la idea que ha mantenido ocupado al fot¨®grafo catal¨¢n, a lo largo de estos ¨²ltimos nueve a?os haya quedado englobada en una palabra, matter, materia en ingl¨¦s, entre cuyas acepciones tambi¨¦n se incluye asunto, algo que importa, incluso que preocupa. As¨ª, qu¨¦ m¨¢s le podr¨ªa preocupar al inquieto autor que nuestro origen, el origen del universo; la materia.
Matter llega en forma de exposici¨®n a la sala Canal de Isabel II de Madrid. Una muestra que a trav¨¦s de planteamientos conceptuales indaga en qui¨¦nes somos y de d¨®nde venimos, en la materia y en su transformaci¨®n, as¨ª como en el concepto del tiempo, mientras remite a hechos hist¨®ricos y a nuestra actualidad. ¡°Tambi¨¦n habla de guerra, de amor, de ambici¨®n, de ocio, del ego¨ªsmo y de lo sublime en el arte y de la ciencia; del ingenio humano. De c¨®mo la materia puede ser inerte pero tambi¨¦n consciente, inteligente y sensible; creadora, destructora y transformadora¡±, escribe Xoubanova, comisario de la muestra (y tambi¨¦n fot¨®grafo), en Antimatter, el cat¨¢logo que acompa?a a la exhibici¨®n. Para ello Plademunt se adentro en la Organizaci¨®n, Europea para la Investigaci¨®n Nuclear (CERN), y en el Centro Europeo de Investigaci¨®n y Tecnolog¨ªa Espacial en Holanda, donde se reciben muestras del espacio y se trabaja con la llamada part¨ªcula de Dios o bos¨®n de Higgs (un hallazgo fundamental para completar nuestra comprensi¨®n de la materia), con el fin de encontrar espacios de temperatura y presi¨®n parecidos al origen del universo. El fot¨®grafo atraves¨® diferentes fronteras, viaj¨® por distintos paisajes y culturas, de Jap¨®n a M¨¦xico, Per¨² y B¨¦lgica, entre muchos otros, para, partiendo de una base cient¨ªfica, invitar a la reflexi¨®n sobre nuestra especie, nuestro entorno, nuestras relaciones y nuestras acciones. Dar¨ªa forma a una obra que alude a nuestro antropocentrismo, a la desconexi¨®n con nuestros or¨ªgenes y a la realidad material de las cosas, a trav¨¦s de una red de asociaciones que nos remite a las complejas estructuras actuales.
En Matter hay muchas manos y es justamente la imagen titulada Dos manos preparadas para estudio forense, la que elige el fot¨®grafo cuando le pedimos que destaque una de sus fotograf¨ªas para Babelia. Se trata de una imagen tomada en el dep¨®sito de cad¨¢veres de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. ¡°Despu¨¦s de trabajar en diferentes im¨¢genes que ten¨ªan que ver con la materia directamente, o indirectamente, quise mostrar el cuerpo humano como materia en s¨ª¡±, explica el autor. ¡°Pens¨¦ que si fotografiaba una mano unida al cuerpo siempre acabar¨ªa asociada a la persona, pero en el momento que esta quedase descontextualizada, se entender¨ªa como un trozo de carne, como materia en s¨ª misma¡±. La fotograf¨ªa se relaciona con las otras muchas im¨¢genes de manos que componen el proyecto; una mano que extrae una placenta durante un parto; otra que, enfundada en un guante, sostiene una calavera sacada de una bolsa de pl¨¢stico; la mano de Constantino, el emperador que oficializ¨® la religi¨®n cristiana en Roma; las manos de un robot, una alusi¨®n a los intentos del hombre por replicarse. Otra mano sostiene un diamante, obra de un laboratorio suizo donde los restos de un ser querido, convertidos en cenizas de carbono y sometidos a una determinada presi¨®n y temperatura se convierten en joyas. Tambi¨¦n est¨¢n las manos de chocolate, souvenir principal de Amberes, de donde part¨ªan los barcos rumbo al Congo, donde en tiempos de Leopoldo II cortaban las manos a los esclavos como castigo. Todas ellas son manos que crean, manipulan, transforman ¡ªde forma natural y artificial¡ª, y destruyen, y de forma simb¨®lica sirven al autor para introducir y vincular estos mismos conceptos.
Todo est¨¢ oscuro en la planta baja de la sala, donde una pantalla de 6 metros de altura muestra una imagen que procede de una radiaci¨®n de fondo c¨®smico. ¡°Los cient¨ªficos estiman que el 1 % de las interferencias que se observan en un televisor anal¨®gico no sintonizado se corresponde con la llamada radiaci¨®n de fondo, el ruido est¨¢ provocado por las ondas explosivas producidas por el Big Bang, hace 13.800 millones de a?os¡±, explica el fot¨®grafo. ¡°Algo tan eterno, tan existencial que nos remonta al origen de todo se relaciona con algo tan rutinario y banal como estar en la sal¨®n de tu casa frente al televisor¡±. En la misma sala tambi¨¦n se encuentra la fotograf¨ªa m¨¢s lejana que existe de la Tierra, tomada a 6.000 millones de kil¨®metros. Es una de las siete fotograf¨ªas incluidas en la muestra no realizadas por el fot¨®grafo. ¡°En ella se ve un punto blanco, el reflejo del sol sobre la tierra¡±, destaca. ¡°La imagen est¨¢ iluminada por luz solar, introducida en el interior del sala a trav¨¦s de una placas solares situadas en el edificio. De igual forma iluminan la imagen de una puesta de sol. Una fotograf¨ªa donde se genera una colisi¨®n de conceptos muy interesantes, ya que se sabe que, parad¨®jicamente, cuantas m¨¢s part¨ªculas contaminantes haya en el cielo, m¨¢s intensos y contrastados son los tonos rojos del atardecer. Ese dramatismo que contemplamos y admiramos como algo bello, puede estar producido por algo perverso¡±. En di¨¢logo con estas tres piezas se encuentra la fotograf¨ªa de un tzompantli, un altar azteca donde se expon¨ªan cr¨¢neos con el fin de honrar a los dioses.
Predominan las im¨¢genes en blanco y negro en la exposici¨®n. ¡°Debido a que vemos en color, el blanco y negro es para mi una interpretaci¨®n¡±, apunta Plademunt. ¡°Lo que present¨® aqu¨ª es una interpretaci¨®n, ni siquiera una conclusi¨®n. Mis fotograf¨ªas funcionan como notas que he tomado a lo largo de mis reuniones con diferentes personas y cient¨ªficos, apuntes que me ayudan a unificar situaciones y lugares dispares. Me interesa confrontar im¨¢genes de diferente ¨ªndole. Y que de esta colisi¨®n se genere una nueva imagen mental. De forma continuada, suelo remitirme a conceptos cient¨ªficos, de ah¨ª que teniendo en cuenta que solo conocemos un 5% de la materia (el 95% es energ¨ªa y materia oscura) dedique solo un 5% de la exposici¨®n al color¡±. Estas im¨¢genes est¨¢n a su vez relacionadas con lo ef¨ªmero; con puestas de sol que duran solo segundos, con flores que viven un par de d¨ªas, y se contraponen en su ligereza con la imagen en blanco y negro del ¨¢rbol m¨¢s antiguo del mundo u otras tomadas en Ir¨¢n, que nos remiten al origen de nuestra civilizaci¨®n y conllevan un claro peso hist¨®rico.
¡°La fotograf¨ªa me abre las puertas a conocer muchas cosas y saciar mi curiosidad¡±, asegura el fot¨®grafo, ¡°sin ella no se c¨®mo me las arreglar¨ªa para entrar en ciertos sitios, como el CERN o el Banco de Espa?a. Al mismo tiempo no deja de ser un inventario de preocupaciones o intereses que he tenido durante los ¨²ltimos a?os¡±. En la c¨²pula del edificio, se proyecta Un ¨¢rbol es un ¨¢rbol, una pel¨ªcula realizada por Plademunt y el cineasta Carlos Marqu¨¦s-Marcet que, a modo de ensayo, narra una serie de reflexiones y pensamientos vinculados a conceptos introducidos en la exposici¨®n que inciden en el gesto de mirar y observar. En un momento de la pel¨ªcula se dice que si dividimos una piedra en dos, se convierte en dos piedras, pero que, si partimos en dos a un ser humano, solo tendr¨ªamos un muerto. De igual forma, la fotograf¨ªa de Plademunt es una invitaci¨®n a mirar m¨¢s all¨¢ de uno mismo, a ahondar en nuestra condici¨®n de seres ¡°pensantes, ef¨ªmeros, casi insignificantes¡±, tal y como nos describe el comisario de la muestra. Una reflexi¨®n sobre nuestro paso por este mundo; sobre lo conocido y lo desconocido; sobre el tiempo.
¡®Matter¡¯, Aleix Plademunt. Sala Canal Isabel II. Madrid. Hasta el 1 de julio.
¡®Antimatter¡¯, Aleix Plademunt. Ca l¡¯Isidret y Comunidad de Madrid. 96 p¨¢ginas. 30 euros.
¡®Matter¡¯, Aleix Plademunt. Ca l¡¯Isidret /Spector Books. 640 p¨¢ginas. 48 euros.
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