Lo veo (bastante) negro
Sabemos que el cine ¡®noir¡¯ surgi¨®, en torno y despu¨¦s de la II Guerra Mundial, en una ¨¦poca de derrumbe de valores en el llamado ¡°mundo libre¡±
1. Indefiniciones
Igual que ocurre con el amor, el cine negro escapa a toda definici¨®n que pretenda exactitud, fijaci¨®n de l¨ªmites, precisi¨®n. Cualquier aficionado/a al cine ¡°sabe¡± que una pe?l¨ªcula es noir o, al menos, que tiene que ver con lo que fue el primer noir, cuyo acm¨¦ tuvo lugar en las d¨¦cadas de los cuarenta y cincuenta del siglo XX. 50 maneras de morir, de la cr¨ªtica e historiadora del cine catalana Violeta Kovacsics, publicado en castellano por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), se ocupa, en una breve introducci¨®n y 50 fichas de pel¨ªculas individuales, de ese g¨¦nero de tan compleja e insegura caracterizaci¨®n. Sabemos que surgi¨®, en torno y despu¨¦s de la II Guerra Mundial, en una ¨¦poca de derrumbe de valores en el llamado ¡°mundo libre¡±; que en sus tramas tiene mucho que ver el sentido de la fatalidad, de retorno de un pasado del que nunca se puede escapar (como en la tragedia griega), de ah¨ª el abundante recurso a la analepsis o flashback; sabemos que en su est¨¦tica mandan el claroscuro, las sombras, la composici¨®n descompensada de las escenas; que entre sus influencias (adem¨¢s de la novela negra: Hammett, Chandler y toda la tropa) est¨¢ el existencialismo europeo, el expresionismo alem¨¢n (muchos directores emigrados de Alemania hicieron cine noir) y el neorrealismo de posguerra; que sus protagonistas ya no son h¨¦roes de una sola pieza, refractarios al des¨¢nimo y a la angustia; que sus mujeres son a menudo femmes fatales que seducen y destruyen; que la sociedad que reflejan es c¨ªnica y violenta. Al noir le cuadra mejor el blanco y negro: recu¨¦rdense al respecto, por solo citar algunas obras maestras, El halc¨®n malt¨¦s (Huston, 1941), Perdici¨®n (Wilder, 1944), Retorno al pasado (Tourneur, 1947); pero esa querencia por el claroscuro no es ¨®bice para que se hayan hecho noirs en color: ah¨ª tienen, por ejemplo Chinatown (1974), de Polanski, o Una historia de violencia, de Cronenberg (2005). Por supuesto, entre las 50 fichas de films noir que adjunta la autora no est¨¢n, ni mucho menos, todos los que son, y tampoco yo incluir¨ªa entre los que est¨¢n algunos de los que figuran. Pero el libro es ¨²til como introducci¨®n a un g¨¦nero tan proteico.
2. Uno
Desde principios de mes, y coordinadas con los m¨¢s t¨®rridos calores, las editoriales nos bombardean con sus programaciones oto?ales. Al contrario de lo que suced¨ªa hace algunos a?os, ahora la presi¨®n de los departamentos comerciales y mercadot¨¦cnicos (quien los tenga; hay editores que son mujeres y hombres orquesta) insta a hacer p¨²blicas las ¡°apuestas¡± de la rentr¨¦e, para que los medios se encarguen de difundirlas (gratis, claro). El modelo es, sin duda, franc¨¦s: ellos fueron los que inventaron la rentr¨¦e, convirti¨¦ndola en una especie de espect¨¢culo cultural y comercial que implica a toda la cadena del libro. Claro que all¨ª el sector cuenta con instituciones que coordinan los datos proporcionados por los diferentes sellos, de modo que a estas alturas ya sabemos no s¨®lo cu¨¢ntos libros se publicar¨¢n entre mediados de agosto y finales de octubre, considerado el tiempo can¨®nico de la rentr¨¦e, sino tambi¨¦n a qu¨¦ g¨¦nero pertenecen, cu¨¢les son sus t¨ªtulos, qui¨¦nes sus autores y hasta los c¨®digos de barras con que se pondr¨¢n a la venta. No es que all¨ª sean m¨¢s listos: es que hace tiempo que comprendieron que son necesarias instituciones que se ocupen de lo que las editoriales no pueden. Y que el ¡°ruido¡± que la rentr¨¦e genera es un elemento esencial para crear expectaci¨®n y poner el libro en boca de todos. Este a?o ya sabemos que se publicar¨¢n, por ejemplo, 490 novelas (345 francesas, ?de las cuales 90 primeras novelas!, y el resto, traducciones), y en las pr¨®ximas dos semanas saldr¨¢n las listas con todos los libros, ficci¨®n, no ficci¨®n, c¨®mics, etc¨¦tera. La cifra de novelas es la m¨¢s baja de los ¨²ltimos a?os; seg¨²n algunos comentaristas, el descenso se deber¨ªa a la escasez y precio del papel, pero me temo que algo tendr¨¢ que ver el temor de empresarios y consumidores al rigor de una crisis que podr¨ªa derivar en recesi¨®n: como qued¨® claro en 2008 y siguientes, cuando se disparan los precios y la gente se rasca el bolsillo, el libro (al menos el ¡°nuevo¡±) no funciona como ¡°valor refugio¡±. Aqu¨ª podr¨ªamos tambi¨¦n unificar los datos que proporcionan las editoriales (tenemos el ISBN, el dep¨®sito legal y ?Dilve: suficiente), pero falta voluntad y empe?o. Nuestras autoridades sectoriales quiz¨¢ tengan otras cosas en que pensar: supongo que este a?o, con Espa?a ¡°invitada de honor¡± por segunda vez en la Feria de Fr¨¢ncfort (del 19 al 23 de octubre) y con el ministerio muy implicado (y poniendo pasta), ya tienen suficiente trabajo. Como es frecuente en este pa¨ªs de procrastinaciones y ¨¦xitos rutilantes en el ¨²ltimo momento, espero que el pretencioso lema ¡°Creatividad desbordante¡±, inventado para la ocasi¨®n, no sirva solo para que estemos encantados de habernos conocido y de ser tan bibliodiversos (que lo somos). Solo falta que Miquel Iceta, ministro del ramo, y Mar¨ªa Jos¨¦ G¨¢lvez, su entregad¨ªsima directora general del Libro y de Fomento de la Lectura, inauguren la presencia espa?ola marc¨¢ndose una rumba catalana que quite el hipo. A su manera, los dos saben hacerlo.
3. Extranjero
En tiempos de rigor econ¨®mico, nuestro extranjero m¨¢s pr¨®ximo y asequible es Portugal. M¨¢s all¨¢ de las gu¨ªas tur¨ªsticas, el Viaje a Portugal, de Jos¨¦ Saramago, publicado por vez primera en 1995, sigue siendo un libro fundamental para comprender la realidad y el pasado de nuestro (nunca suficientemente conocido) vecino. Alfaguara acaba de publicar en una bella edici¨®n (traducci¨®n de Basilio Losada, fotos del propio Saramago y de Duarte Belo) este libro imprescindible para los amantes y viajeros del pa¨ªs hermano.
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