¡®Divinos detectives¡¯: ?c¨®mo es posible que Gramsci siga vivo?
Ram¨®n del Castillo analiza la atracci¨®n que el intelectual italiano sent¨ªa por el g¨¦nero detectivesco como producto de su inter¨¦s por la cultura de masas
Gilbert K. Chesterton public¨® la primera selecci¨®n de relatos protagonizados por quien acabar¨ªa siendo su personaje m¨¢s popular en 1911. Trece a?os despu¨¦s, El candor del padre Brown aparec¨ªa en Italia y puede que Antonio Gramsci la haya le¨ªdo en ese momento: para 1928, cuando fue encarcelado por el r¨¦gimen fascista junto con otros miembros del Partido Comunista Italiano, Gramsci ya ten¨ªa opiniones contundentes sobre el personaje de Chesterton, que prefer¨ªa al Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle; en 1931, seis a?os antes de morir a consecuencia de su paso por la c¨¢rcel, todav¨ªa le ped¨ªa a uno de sus corresponsales que le enviase all¨ª un ejemplar de La sabidur¨ªa del padre Brown, la segunda entrega de la serie.
Como recuerda Fredric Jameson en su introducci¨®n a Divinos detectives, la atracci¨®n que el intelectual italiano sent¨ªa por el g¨¦nero detectivesco era producto de su inter¨¦s por la cultura de masas, as¨ª como por ¡°la diferencia del m¨¦todo empleado por sus dos detectives¡± m¨¢s populares: ¡°Se trata de un contraste casi ideol¨®gico entre la l¨®gica deductiva y la empat¨ªa, m¨¦todos que ejemplifican las pretensiones de la ciencia y las del esp¨ªritu¡±. Gramsci prefer¨ªa lo segundo; pero, de forma m¨¢s general, lo que se preguntaba es qu¨¦ determina la suerte de los g¨¦neros populares, qu¨¦ tipo de sensibilidades y representaciones proyectan esos g¨¦neros y qu¨¦ dicen acerca de las masas y de su predisposici¨®n a producir un arte contrahegem¨®nico.
Ram¨®n del Castillo observa que Gramsci ¡°evit¨® las simplificaciones de un socialismo radical que conceb¨ªa la cultura popular como una distracci¨®n del hecho revolucionario, pero tambi¨¦n de un socialismo reformista que entend¨ªa la cultura como un patrimonio que se deb¨ªa administrar para las masas¡±. Su prop¨®sito era ¡ªen sus propias palabras¡ª ¡°crear un cuerpo de literatura que art¨ªsticamente sea a la literatura de follet¨ªn lo que Dostoievski era a [Eug¨¨ne] Sue y a [Fr¨¦d¨¦ric] Souli¨¦, o como Chesterton, en la novela policiaca, es a Conan Doyle y a [Edgar] Wallace. (¡) La premisa de la nueva literatura [debe ser] tender a elaborar lo que ya existe, pol¨¦micamente o de otro modo, no importa; lo que importa es que hunda sus ra¨ªces en el humus de la cultura popular, tal como esta es, con sus gustos, sus tendencias, etc¨¦tera, con su mundo moral e intelectual, aunque sea atrasado y convencional¡±.
Casi 100 a?os despu¨¦s de que estas palabras fueran escritas, seguimos tejiendo y destejiendo la misma madeja, pero puede que los enemigos de una literatura intelectual y pol¨ªticamente viva ¡ªentre los que Gramsci contaba, con extraordinaria perspicacia y poder de anticipaci¨®n, a ¡°los intereses editoriales¡±¡ª ya no puedan ser derrotados en su terreno, que es el modo espec¨ªfico en que estos determinan para qu¨¦ ¡°sirve¡± la literatura y qu¨¦ textos pertenecen a ella. Pero si ya es tarde para la literatura con la que so?aba, no lo es para estudiar los reg¨ªmenes de representaci¨®n art¨ªstica y sus usos sociales. Y, para ello, volver a Gramsci es esencial.
Ram¨®n del Castillo, escritor y profesor de Filosof¨ªa en la UNED, lo hace recorriendo un arco que va de la novela g¨®tica a los best sellers y del espiritismo al problema de lo real. Vuelve a Gramsci recurriendo a sus Cuadernos de la c¨¢rcel y a autores como Chandler, Borges, ?i?ek, Piglia, Auden, Adorno y, especialmente, Chesterton, y al hacerlo entrega un libro que ratifica una de las observaciones m¨¢s sagaces de este ¨²ltimo: ¡°Una novela de detectives describe por lo general a seis personas vivas que discuten sobre c¨®mo pudo morir alguien. Un libro de filosof¨ªa moderno describe por lo general a seis muertos discutiendo c¨®mo es posible que alguien siga con vida¡±.
Divinos detectives. Chesterton, Gramsci y otros casos criminales
Autor: Ram¨®n del Castillo.
Editorial: C¨ªrculo de Bellas Artes, 2022.
Formato: tapa blanda (183 p¨¢ginas. 13 euros).
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