As¨ª se construye una actriz

El apasionamiento es el estado natural de quienes creen que en el arte hay sentido, verdad y belleza. Por eso est¨¢ bien tra¨ªdo el t¨ªtulo (Elvira o la pasi¨®n teatral) que Giorgio Strehler escogi¨® para Par¨ªs 1940, espl¨¦ndida comedia de ideas que Josep Maria Flotats representa en el Teatro Espa?ol de Madrid. Su protagonista, el actor y director de escena franc¨¦s Louis Jouvet (1887-1951), interpret¨® grandes pel¨ªculas de Jean Renoir, Robert Siodmak, Marcel Carn¨¦, G. W. Pabst¡­ y fue maestro de actores sobresalientes. De la pasi¨®n que puso en su labor pedag¨®gica tenemos testimonio literal gracias a Charlotte Delbo, su secretaria en el Th¨¦?tre de l¡¯Ath¨¦n¨¦e, que taquigrafi¨® sus lecciones, las respuestas de sus alumnos y el detalle de lo acontecido cuando estos sub¨ªan a escena. Protagonizada por el propio Flotats y por Natalia Huarte (en el papel de Claudia, alumna que est¨¢ preparando el papel de Elvira en el Don Juan de Moli¨¨re), Par¨ªs 1940 re¨²ne siete lecciones de Jouvet que son un canto al trabajo bien hecho.

En su primera clase, Jouvet le muestra a Claudia la importancia de nadar contra corriente. ¡°La comodidad es la muerte del arte¡±, viene a decirle durante una reflexi¨®n que vale tambi¨¦n para el periodismo, la cr¨ªtica teatral, la medicina y otros oficios: el artista que se acomoda es como el periodista que transmite los comunicados de las agencias de prensa sin contrastarlos o el arquitecto que calca rascacielos por encargo. ¡°Est¨¢s c¨®moda¡±, le dice Jouvet a Claudia, ¡°porque has adaptado tu personaje a ti. Lo tienes todo demasiado organizado¡±.

Natalia Huarte es una actriz abanico en sus viajes de ida y vuelta entre la realidad de los ensayos y la ficci¨®n del teatro dentro del teatro

El trabajo de Flotats es impecable porque lo que Jouvet dice lo entiende ¨¦l con el cuerpo, por experiencia propia. Si no fuera por la bonhom¨ªa que transmite el personaje en la interpretaci¨®n exacta del actor catal¨¢n, alguna de sus observaciones podr¨ªa llevar a Claudia al des¨¢nimo. Este tercer montaje suyo de la obra estrenada en 1986 por Brigitte Jaques (los anteriores datan de 1993 y 2002) es uno de los m¨¢s elocuentes de su carrera. Bajo su direcci¨®n, Huarte est¨¢ espl¨¦ndida en sus viajes de ida y vuelta entre la realidad de los ensayos y la ficci¨®n del teatro dentro del teatro: es una actriz abanico, a la que le va como un guante el papel de la alumna espoleada, pero que tambi¨¦n representa soberanamente el dif¨ªcil papel de la Elvira metateatral, una vez que la disc¨ªpula ha hecho suyos los preceptos de su maestro. Aunque la funci¨®n es un mano a mano vibrante entre ambos int¨¦rpretes, es rese?able la composici¨®n que Juan Carlos Mesonero hace de un actor aprendiz destinado, por su complexi¨®n y su car¨¢cter, a que lo encasillen en el papel de gal¨¢n. Cuando se pone en la piel de Sganarelle, la actitud del alumno encarnado por Francisco D¨¢vila recuerda a la de un joven Spencer Tracy.

A los profesionales del teatro Par¨ªs 1940 les hablar¨¢ alto y claro. Para el p¨²blico llano ser¨¢ la llave del port¨®n de esa zona velada que son los ensayos de cualquier espect¨¢culo: lo que aqu¨ª se cuenta es lo que Jouvet y la entonces jovenc¨ªsima Paula Dehelly (dobladora al franc¨¦s de Angela Lansbury, Ingrid Bergman y Deborah Kerr) se dijeron mientras preparaban el personaje de Elvira en el Conservatorio de Par¨ªs, durante siete clases, a cual m¨¢s jugosa. Dehelly se gradu¨® en Arte Dram¨¢tico brillantemente, pero, por ser jud¨ªa, no pudo debutar en los escenarios hasta que los soldados espa?oles de La Nueve liberaron la capital francesa. La peripecia de Charlotte Delbo, secretaria de Jouvet, afiliada a las Juventudes Comunistas y comprometida con la Resistencia, fue m¨¢s dolorosa: los nazis ejecutaron a su esposo y la deportaron a Auschwitz-Birkenau en un grupo de 230 presas pol¨ªticas, de las que solo 49 sobrevivieron a los rigores del campo de exterminio. A Delbo, estenotipista, debemos agradecerle que las clases impartidas por su patr¨®n en el Conservatorio nos hayan llegado con todo lujo de detalles. Adem¨¢s, es autora de una trilog¨ªa de memorias sobre su calvario y de varias piezas teatrales, entre ellas una sobre el Proceso de Burgos.

Nada suena a?ejo en Par¨ªs 1940: las pautas de direcci¨®n de actores que Jouvet va dando por boca de Flotats resultan harto elocuentes en esta ¨¦poca en la que no faltan autores empe?ados en dirigir sus propias obras sin tener oficio para ello, y los cantos del Ej¨¦rcito alem¨¢n marchando con estruendo sobre Par¨ªs invitan a meditar sobre la discreci¨®n con la que hoy los lobbies de sendas monarqu¨ªas isl¨¢micas andan comprando voluntades en Bruselas.

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