¡®Las tempest¨¢lidas¡¯: la dictadura del pasado seg¨²n Gospod¨ªnov
El escritor b¨²lgaro describe un mundo inmerso en un presente incierto y un futuro potencialmente devastador que cae en la tentaci¨®n de recrear los errores de un tiempo pret¨¦rito
¡°Mi deseo consiste en hacer una novela compuesta s¨®lo de inicios. Una novela que arranca todo el tiempo, promete algo, llega hasta la p¨¢gina 17 y vuelve a empezar¡±, anunciaba el narrador de F¨ªsica de la tristeza (2018), el segundo libro de Gueorgui Gospod¨ªnov; naturalmente, esa novela hab¨ªa sido escrita ya, y no solo en una oportunidad (Museo de la Novela de la Eterna, etc¨¦tera), pero pocos autores la escribieron m¨¢s de una vez, y eso es lo que ha hecho el escritor b¨²lgaro (Y¨¢mbol, 1968): en Novela natural (2020), en F¨ªsica de la tristeza (2018) y, ahora, en Las tempest¨¢lidas, una novela sobre el modo en que un presente incierto y un futuro potencialmente devastador estimulan en muchos la nostalgia de un pasado ficticio y sin comienzos.
Las tempest¨¢lidas narra la amistad entre el narrador y Gaust¨ªn, un psiquiatra b¨²lgaro como ¨¦l que instala en Z¨²rich ¡ªy a continuaci¨®n en otras ciudades de Europa, tambi¨¦n detr¨¢s de la antigua (y futura) cortina de hierro¡ª unas cl¨ªnicas para producir pasado que, a modo de ¡°refugio¡±, pal¨ªan los efectos del alzh¨¦i?mer y la demencia senil en sus pacientes: c¨®modamente instalados en recreaciones de su d¨¦cada favorita, estos se dejan ir, pero tambi¨¦n, en algunos casos, experimentan una notable mejor¨ªa. ¡°No hay nada casual a d¨ªa de hoy en esta avalancha de personas que han perdido la memoria. Esas personas est¨¢n aqu¨ª para decirnos algo¡±, conjetura Gaust¨ªn. El ¨¦xito de su tratamiento hace que los familiares exijan la ampliaci¨®n de las cl¨ªnicas ¡ª?por qu¨¦ no probar eso que tanto bien hace a los mayores?¡ª, que se convierten en villas; de all¨ª a que sean los pa¨ªses los que, en su condici¨®n de pacientes de la historia, quieran volver al pasado hay s¨®lo un peque?o paso para una inteligencia como la de Gospod¨ªnov, y Europa vuelve a escindirse ya no s¨®lo en territorios, sino en ¨¦pocas, como si ¡°Dios estuviera rebobinando la pel¨ªcula¡±: Bulgaria se instala en los d¨ªas previos al atentado en la catedral de Sveta-Nedelya, Francia escoge su anodina d¨¦cada de 1980, Espa?a prefiere los a?os del destape, Portugal se detiene en 1974, Suecia elige 1977 ¡ªel sill¨®n Po?ng de Ikea, ?ABBA, la m¨²sica disco¡¡ª; los pa¨ªses del Este, el a?o 1989; Alemania, los a?os ochenta de su Rep¨²blica Democr¨¢tica¡
¡°Supongo que la mayor¨ªa lo hac¨ªa por nostalgia de sus a?os felices, [pero] otros, por el temor a que el mundo hubiera iniciado un declive irrefrenable y que el futuro fuera cancelado. Una extra?a zozobra flotaba en el aire¡±, sostiene el narrador. Pronto los grupos descontentos con el pasado que les toc¨® comienzan a realizar atentados, pero no es tanto la divisi¨®n interna como el entusiasmo depositado en la recreaci¨®n del pasado lo que determina el modo en que la historia vuelve a ponerse en marcha en esos pa¨ªses y en el resto de Europa: un d¨ªa, en Sarajevo, alguien vuelve a matar a un archiduque al mismo tiempo que un mill¨®n y medio de extras alemanes disfrazados de soldados de la Wehrmacht esperan en la frontera con Polonia.
¡®Las tempest¨¢lidas¡¯ no consigue escapar del todo a cierto ¡®kitsch¡¯ centroeuropeo, pero se impone a ¨¦l gracias a su sentido del humor y la perfecci¨®n de las historias que componen esta novela absolutamente excepcional
¡°?C¨®mo es posible la novela hoy en d¨ªa, cuando se nos ha privado de lo tr¨¢gico?¡±, se preguntaba el narrador de F¨ªsica de la tristeza: la respuesta que Las tempest¨¢lidas propone a esta pregunta consiste en poner en valor el car¨¢cter social de toda experiencia personal y darle a esta la dimensi¨®n del mito, as¨ª como su circularidad; tambi¨¦n en volver una y otra vez sobre los comienzos ¡ªen el caso de Gospod¨ªnov, una infancia comunista y una juventud de posibilidades aparentemente ilimitadas tras el fin de la Uni¨®n Sovi¨¦tica¡ª en una de esas ¡°fantas¨ªas de la repetici¨®n¡± de las que hablaba Peter Handke ya en 1983 y que, como en el caso de Residuos, de Tom McCarthy, se multiplican en los ¨²ltimos a?os en la medida en que el futuro se vuelve inimaginable. Las tempest¨¢lidas no consigue escapar del todo a cierto kitsch centroeuropeo ¡ªel fl?neur, La monta?a m¨¢gica, la enfermedad, la guerra¡¡ª, pero se impone a ¨¦l gracias a su sentido del humor, a la enorme sensualidad del recuerdo en la pluma de su autor y en la perfecci¨®n de las historias que componen esta novela fragmentaria y desinhibida, absolutamente excepcional.
Gospod¨ªnov ¡ªque ha sido traducido ya a m¨¢s de 23 idiomas y ha obtenido la mayor parte de los principales premios europeos¡ª pertenece a la estirpe de Jorge Luis Borges, Italo Calvino y Georges Perec ¡ªy a la de Mircea C?rt?rescu, aunque, en mi opini¨®n, es m¨¢s eficaz que el escritor rumano, tiene mejor o¨ªdo y es menos condescendiente con el lector¡ª, pero, a diferencia de todos ellos, no se constri?e a la forma; trenza y destrenza una y otra vez la cuerda con la que la historia nos rodea el cuello para liberarnos de ella y, de paso, para observar los hilos de los que est¨¢ compuesta: recuerdos infantiles, enciclopedias, guerras, familias, viejos desmemoriados que siguen tratando de saltar el Muro, ancianas traumatizadas por una guerra que para ellas a¨²n no ha terminado, ollas hechas con el metal obtenido de armas y tanques de guerra, fan¨¢ticos de los Beatles que recuerdan que en un a?o asesinar¨¢n a John Lennon y se proponen impedirlo, espejos en los que los personajes y sus creadores tienen el mismo rostro, pasillos, libros, trajes nacionales, desfiles, esp¨ªas, memoria, secretos, miedos. ¡°Cuanto m¨¢s olvida una sociedad, tanto m¨¢s alguien fabrica, vende y rellena con suced¨¢neos de memoria los nichos desocupados¡±, escribe Gospod¨ªnov. Y eso es lo que m¨¢s deber¨ªa preocuparnos en este momento, insin¨²a. ¡°Tras la dictadura del futuro llega el turno de la dictadura del pasado¡±.
Las tempest¨¢lidas
Autor: Gueorgui Gospod¨ªnov.
Traducci¨®n: Mar¨ªa V¨²tova y C¨¦sar S¨¢nchez.
Editorial: Fulgencio Pimentel, 2022.
Formato: tapa dura (408 p¨¢ginas. 25 euros).
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