Larry Sultan, el fot¨®grafo que venci¨® su miedo al agua disparando
A finales de los a?os setenta, el artista se distanci¨® del marco te¨®rico de la fotograf¨ªa conceptual para dar forma a una serie que le sirvi¨® para confrontar su p¨¢nico al medio acu¨¢tico
A los 12 a?os, Larry Sultan (Brooklyn, Nueva York, 1946-Greenbrae, California, 2009) estuvo a punto de ahogarse en el mar. Aquella terrible experiencia dej¨® marcado al fot¨®grafo de por vida. Alcanzada la treintena se refer¨ªa al agua como ¡°la ¨²nica parte de la naturaleza que s¨¦ que no podemos controlar¡±, enfatizando la sensaci¨®n de verse arrollado cuando uno se sumerge de los pies a la cabeza. As¨ª, durante su juventud, la piscina de al lado de su casa le produjo pavor. Sin embargo, al final de la veintena, en 1974, consciente de que el quehacer art¨ªstico podr¨ªa encarnar las paradojas de la propia existencia, se lanz¨® a enfrentarse a sus miedos m¨¢s primigenios y comenz¨® a dar forma a una serie fotogr¨¢fica que inicialmente comenz¨® en blanco y negro y acabo en color y que se prolongar¨ªa, de forma intermitente, hasta 1982. Utilizando gafas de buceo y un tubo, se dispuso a fotografiar con una c¨¢mara sumergible a los participantes de las clases de nataci¨®n que se celebraban en tres piscinas comunitarias de San Francisco.
La serie pas¨® pr¨¢cticamente desapercibida, y desconcert¨® a parte de la cr¨ªtica por la ruptura que supon¨ªa dentro de la l¨ªnea conceptual que representaba el autor. Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de su conclusi¨®n, resurge reunida en un fotolibro, Swimmers (MACK). Abre el conjunto la imagen en la que una ni?a bucea con los ojos bien abiertos como el mascar¨®n de proa de un barco para, p¨¢gina tras p¨¢gina, sumergir al lector en una suerte de coreograf¨ªa representada por cuerpos, en su mayor¨ªa descabezados, que se hunden y resurgen con una cadencia tan desgarbada y descoordinada como sensual. Dentro del agua las figuras parecen adquirir las peculiaridades de criaturas marinas, de los habitantes de las profundidades, de un submundo oscuro de texturas ondulantes y delicada extra?eza, cuyo enigma se acent¨²a por la acertada enmarcaci¨®n en negro que envuelve a las fotograf¨ªas.
Lo cierto es que cuando empez¨® la serie el autor se encontraba en una encrucijada, intentando definir su deriva art¨ªstica. De modo que al poco de empezar el proyecto lo abandon¨® para trabajar en colaboraci¨®n con el que hab¨ªa sido su compa?ero es estudios, Mike Mandel. Juntos desarrollar¨ªan un estilo que dejaba de lado la autor¨ªa para, mediante la apropiaci¨®n de im¨¢genes procedentes de los medios de comunicaci¨®n y de distintos archivos, descontextualizadas de su contexto original, crear una serie de dise?os que, instalados en vallas publicitarias, incorporaban textos que sustitu¨ªan a los esl¨®ganes originales de forma confusa. Su obra sigue siendo una de las evaluaciones m¨¢s significativas de la naturaleza del medio fotogr¨¢fico. En 1977 publicaron Evidence, un libro tan enigm¨¢tico como po¨¦tico, compuesto tambi¨¦n por im¨¢genes apropiadas pertenecientes a distintos organismos p¨²blicos dedicados a la investigaci¨®n. Presentadas sin ning¨²n tipo de leyenda o de informaci¨®n, las im¨¢genes pon¨ªan en cuesti¨®n la veracidad documental de la fotograf¨ªa. La publicaci¨®n es hoy un referente de la fotograf¨ªa conceptual y supuso tanto la c¨²spide como el final de la colaboraci¨®n entre los dos autores.
Un a?o despu¨¦s, estimulado por las im¨¢genes de un manual de nataci¨®n y salvamento publicado por la Cruz Roja, Sultan regres¨® a las piscinas, dispuesto a distanciarse del marco te¨®rico que hab¨ªa definido su colaboraci¨®n con Mandel. Quer¨ªa hacer algo que le situase a ¨¦l mismo en el coraz¨®n del tema a tratar. E incorporarse a las clases supon¨ªa una buena oportunidad para el autor. No era lo mismo documentar los ejercicios como testigo que como participante y, al tiempo, las limitaciones impuestas durante las clases supon¨ªan un reto a la hora de fotografiar. Si bien la alteraci¨®n que produce el medio acuoso en la visualizaci¨®n de los objetos proporcionaba al artista una forma de desafiar los l¨ªmites de la fotograf¨ªa, el propio proceso le obligaba a enfrentarse a su propia incomodidad y a indagar en sus propias vivencias al tiempo que consegu¨ªa provocar una disrupci¨®n en el espectador mediante unas im¨¢genes tan placenteras como desasosegantes.
Swimmers supone un proyecto de transici¨®n, un eslab¨®n que enlaza con una de sus series m¨¢s famosas, Pictures From Home. Otro ejercicio cat¨¢rtico que sirvi¨® al autor para purgar las dolorosas r¨¦moras que proceden del entorno dom¨¦stico antes de convertirse en uno de los fotolibros m¨¢s aclamados de los noventa. En ambos trabajos conseguir¨¢ superar sus miedos e incertidumbres. As¨ª, en Swimmers, el autor ir¨¢ desplaz¨¢ndose desde las zonas menos profundas a las m¨¢s hondas hasta conseguir unas im¨¢genes que ¨¦l mismo describir¨¢ como ¡°excesivamente f¨ªsicas, sensuales, y pict¨®ricas¡±. Unas cualidades tan abstractas y distorsionadas que crearon muchas dudas a su autor en el sentido de que pudiesen resultar demasiado est¨¦ticas y autocomplacientes. No se equivocaba. Fue tachado de ¡°formalista¡± y ¡°expresionista¡± por la cr¨ªtica, t¨¦rminos poco halagadores en aquel momento de auge del pensamiento posmoderno.
¡°Hay algo acerca de hacer fotograf¨ªas sensuales, especialmente para un hombre, que resulta muy dif¨ªcil de justificar [¡] a m¨ª mismo¡±, aseguraba Sultan en 1980, mientras impart¨ªa clases en la escuela de arte donde ¨¦l mismo estudi¨®, el San Francisco Art Institute. El autor ¡°expresaba no solo su ansiedad ante la vulnerabilidad que le generaba este trabajo tan personal sino una mayor consciencia de s¨ª mismo, de lo que supon¨ªa ser un hombre en esa ¨¦poca¡±, apunta el historiador Philip Gefter en un texto que se incluye en el libro. ¡°Sin embargo, lo artistas siempre hablan al futuro. Y las im¨¢genes han ido ganando resonancia con los a?os, tanto dentro de la trayectoria de la propia pr¨¢ctica art¨ªstica de Sultan como dentro de la evoluci¨®n de la creaci¨®n del arte fotogr¨¢fico. Por encima de todo, hablan de las condiciones que son fundamentales a nuestra experiencia ¡ªel miedo, el descubrimiento, la inmersi¨®n, el misterio¡ª m¨¢s perdurables que las fluctuantes tendencias¡±.
¡®Swimmers¡¯. Larry Sultan. Mack Books. 144 p¨¢ginas. 58 euros.
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