Las peque?as resistencias de la m¨²sica flamenca
La autoedici¨®n de obras en las plataformas digitales se ha convertido en un refugio para la guitarra de concierto, una de las principales fuentes de creaci¨®n del g¨¦nero
El flamenco no vive ajeno a las tendencias de comercializaci¨®n que los tiempos imponen y demandan. La desaparici¨®n del disco f¨ªsico es solo una parte: apenas un peque?o grupo de artistas elegidos son de inter¨¦s para las discogr¨¢ficas que los editan y promocionan, una falla que intentan cubrir unos cuantos sellos heroicos y peque?os con ediciones muy limitadas. Mientras, las plataformas digitales, as¨ª como los canales de YouTube de los propios artistas, se convierten en obligada alternativa para dar a conocer trabajos, con la contrapartida de convertirse en justicieros term¨®metros de la difusi¨®n de sus obras.
Entre otras disciplinas, la guitarra de concierto, que ha sido tradicionalmente el veh¨ªculo natural de evoluci¨®n de la m¨²sica flamenca, adem¨¢s del sonido que quiz¨¢s m¨¢s nos identifique como pa¨ªs m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras, afronta este tiempo sin permitir que, en ning¨²n momento, se detenga la creatividad y la capacidad compositiva o interpretativa de una generaci¨®n reconocida como muy brillante.
Jos¨¦ Quevedo Bolita (Jerez, 49 a?os) es un guitarrista m¨¢s que acreditado y muy demandado en el acompa?amiento al cante ¡ªes fijo con Marina Heredia o con Argentina¡ª, as¨ª como en la producci¨®n discogr¨¢fica, con trabajos para las citadas cantaoras o para Miguel Poveda, entre otros. Su intensa actividad en ambos terrenos no le ha impedido liderar otros proyectos, como el grupo instrumental UHF (Ultra High Flamenco), con dos grabaciones editadas, o Ca¨®tico, en el que se hizo acompa?ar en directo de los metales de una big band y que, pese a las excelentes cr¨ªticas recibidas, no se plasm¨® en disco. Tras una primera grabaci¨®n hace 10 a?os, Fluye, lanza ahora su segunda, F¨¦rtil, que prescinde del disco f¨ªsico y est¨¢ disponible exclusivamente en plataformas digitales.
Siempre con un toque muy ligado y sin fisuras, en el que parece no permitirse un respiro, Quevedo reafirma en F¨¦rtil su propia personalidad a trav¨¦s de los estilos que identifican a la disciplina: se permite as¨ª una larga y vistosa ronde?a y luce distinci¨®n en la can¨®nica sole¨¢. En otros temas, como las iniciales alegr¨ªas y los tanguillos, con los que recorre lugares del barrio de La Vi?a gaditano, ofrece melod¨ªas muy airosas. Las buler¨ªas remiten al comp¨¢s de su tierra, y en la farruca, grabada en directo, se atreve con el Falla de El sombrero de tres picos. Unas originales sevillanas se dedican a la familia Mu?oz Alc¨®n (Manolo e Isidro Sanl¨²car, ?vora, Pichuli) para concluir la obra con un tema libre que supone una suerte de di¨¢logo ¨ªntimo con las seis cuerdas como veh¨ªculo. F¨¦rtil, met¨¢fora quiz¨¢s de la creaci¨®n, supone un compromiso del guitarrista con el concepto de concierto y la composici¨®n de m¨²sica flamenca.
Jos¨¦ Carlos G¨®mez (Algeciras, 51 a?os) protagoniza otro caso de edici¨®n al margen de los canales hasta ahora habituales. Su nueva grabaci¨®n, Las huellas de Dios, sostenida por un nutrido crowdfounding, solo est¨¢ disponible en la plataforma Apple Music y en su propia p¨¢gina web, donde tambi¨¦n se puede adquirir en formato de disco libro. En ¨¦l encontramos textos del propio guitarrista y fotos que cuentan la relaci¨®n y los encuentros que mantuvo desde ni?o con su idolatrado paisano, Paco de Luc¨ªa, que es el dios que da nombre al disco. La autobiograf¨ªa del disc¨ªpulo y la biograf¨ªa del maestro conviven de esta forma, pues sobre hitos de la vida del segundo construye el primero la obra musical.
Un tono elegiaco sobrevuela una grabaci¨®n que tiene un car¨¢cter conceptual, y que se ti?e de sentimentalidad en muchos momentos: el nacimiento del artista, en Calle San Francisco, va en clave de buler¨ªas por sole¨¢, una canci¨®n que ilustra con su voz el guitarrista. Lo volver¨¢ a hacer en el tema que evoca el encuentro de Paco con Camar¨®n, con la m¨²sica de las canasteras que ambos crearan; y en las buler¨ªas finales que, con estribillo y coros, subliman el homenaje. Hay tiempo para rememorar por buler¨ªas la llegada de la familia del artista a Madrid, ¡®Calle Ilustraci¨®n¡¯, o su encuentro con los m¨²sicos de jazz, ¡®Un mundo nuevo¡¯, que se ilustra con la guitarra del gaditano Tito Alcedo. La costa caribe?a, que el guitarrista tanto quiso, se recrea en un tema de amor (¡®Xpu-H¨¢¡¯) lentamente sostenido con la arm¨®nica de Diego Villegas. Inmediatamente antes, G¨®mez, en el punto de mayor emoci¨®n, imagina el dolor del maestro ante la p¨¦rdida de sus padres, ¡®Antonio y Luz¨ªa¡¯. La pretendida gu¨ªa que supone el anterior recorrido no es imprescindible para disfrutar de una obra que se puede escuchar a ciegas de igual y gozosa manera.
La guitarra flamenca comenz¨® a dialogar con instrumentos de viento, concretamente con saxofones, hace casi un siglo, durante la Segunda Rep¨²blica. Son dos los nombres que registraron grabaciones: Fernando Vilches, que lo hizo junto a don Ram¨®n Montoya, y El Negro Aquilino, acompa?ado de Manolo de Badajoz o Sabicas. La Guerra Civil interrumpi¨® un di¨¢logo que se retomar¨ªa muchos a?os despu¨¦s, con el indiscutible magisterio de Jorge Pardo como figura indiscutible. Tras ¨¦l, una nueva generaci¨®n de pujantes instrumentistas, entre los que destaca Diego Villegas (Sanl¨²car de Barrameda, 35 a?os), muy demandado tanto para grabaciones como para espect¨¢culos. Prueba de esa actividad es la distinci¨®n Giraldillo al mejor instrumento solista que obtuvo en la Bienal de Flamenco de Sevilla de 2020.
Tras un primer disco de 2016 (Bajo de Gu¨ªa), el joven m¨²sico entreg¨® recientemente una nueva obra titulada Cinco, el n¨²mero de instrumentos que aborda en su nuevo trabajo: flauta, saxos soprano y tenor, arm¨®nica y clarinete, los mismos que se pueden disfrutar en sus vibrantes directos. El riesgo de p¨¦rdida de intensidad por la variedad de registros se esfuma gracias a un llamativo virtuosismo y a una interpretaci¨®n llena de matices que se adec¨²an a cada uno de los estilos flamencos que aborda. Sin perder la estructura r¨ªtmica de ellos, los temas cobran destellos de rock sinf¨®nico o de rock andaluz con el concurso de la banda electroac¨²stica que lo acompa?a, donde se encuentran los miembros del grupo Glazz (Jos¨¦ Recacha, Daniel Escortell y Javi Ruibal) junto al guitarrista flamenco Keko Baldomero o el violinista Fernando Clemente, entre otros. Los coros femeninos no a?aden nada ¡ªm¨¢s bien restan¡ª a un discurso que se sostiene por s¨ª solo.
Jos¨¦ Quevedo ¡®Bolita¡¯. ¡®F¨¦rtil¡¯. Autoeditado.
Jos¨¦ Carlos G¨®mez. ¡®Las huellas de Dios¡¯. Autoeditado.
Diego Villegas. ¡®Cinco¡¯. Autoeditado.
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