Para Tino Sehgal, la inmaterialidad es la obra

Puede que para una buena parte del p¨²blico que se adentre en la nueva exposici¨®n del Centro Bot¨ªn de Santander, El Greco / Tino Sehgal, un di¨¢logo de la pieza This Youiiyou con el lienzo Adoraci¨®n de los pastores (1577-1579), esta sea la primera oportunidad de situarse frente a una obra de Tino Sehgal. No porque no se trate de un nombre ampliamente conocido de la escena internacional (que lo es), ni porque no haya exhibido en algunos de los principales centros de arte contempor¨¢neo globales (que lo ha hecho), sino porque sus creaciones florecen en un lugar y un tiempo concretos para luego desvanecerse sin apenas dejar rastro de su existencia. No quedan objetos que las testimonien ni tampoco documentaci¨®n, cat¨¢logos o im¨¢genes. Tras el paso de lo que el autor define como sus ¡°situaciones construidas¡± (que no performances), solo permanece el recuerdo y, si acaso, las palabras que intentan aprehender sus formas y sentidos en textos acad¨¦micos o art¨ªculos como este. El de este creador germanoindio, nacido en Londres (1976) y residente en Berl¨ªn, podr¨ªa definirse como un arte que solo se puede experimentar en el sitio justo y el momento exacto. Como un cometa brillante, llega y se marcha a la misma velocidad en que los museos programan las siguientes muestras. Hace falta estar ah¨ª para verlo.

No hay objetos que testimonien las ¡°situaciones construidas¡± de Sehgal, tampoco documentaci¨®n, cat¨¢logos o im¨¢genes

Cabe afirmar que es precisamente en el acto de ver, o de mirar, donde radica el origen de su propuesta iconoclasta. ¡°Cuando era adolescente, se me hac¨ªa raro mirar a los objetos¡±, explica el artista en una cafeter¨ªa de Santander, adonde lleg¨® arropado por su equipo la semana pasada para ultimar la que es su primera muestra en Espa?a. ¡°Yo vengo de una ciudad con mucha producci¨®n industrial, un modelo que resulta insostenible. Y cuando ibas al museo, te encontrabas de nuevo con que los objetos eran de vital importancia¡±. Formado como economista y bailar¨ªn, Sehgal comenz¨® a montar espect¨¢culos esc¨¦nicos a los 18 a?os. Pronto comprendi¨® que su lugar no se hallaba sobre las tablas, sino en aquellos ¡°templos¡± del arte cuyos contenidos replican los patrones de una sociedad cuyo valor ¡°se basa en nuestra riqueza y nuestro autoconocimiento se fundamenta en producir cosas¡±. Desde la danza comenz¨® a desarrollar sus situaciones construidas, protagonizadas por personas que ocupan los espacios del museo junto a los espectadores, convertidos as¨ª en sujetos activos de una obra pensada para desbloquear sensaciones. Frente a la experiencia est¨¢tica de la observaci¨®n, Sehgal ofrec¨ªa la experiencia ext¨¢tica de la participaci¨®n. No tard¨® en que los centros de arte se lo rifaran.

Har¨¢ cosa de ¡°unos cinco a?os; antes de la covid¡± que detuvo el tiempo, Sehgal recibi¨® una llamada de Udo Kittelmann, miembro de la comisi¨®n asesora de arte del Centro Bot¨ªn. Le propon¨ªa confrontar su mirada con la de El Greco, ¡°un artista al que todo el mundo conoce, pero que no es que fuera formativo para m¨ª¡±. En Adoraci¨®n de los pastores, parte de la colecci¨®n de la Fundaci¨®n Bot¨ªn, enseguida percibi¨® la dulzura con la que los mayores cobijan al ni?o Jes¨²s. En su m¨®vil, el artista muestra el rayo de luz que emana de un corro de ¨¢ngeles que flotan sobre la escena, y que apunta al beb¨¦. ¡°Esta imagen es un tropo de la pintura, y yo quer¨ªa recrearlo a mi modo, no necesariamente desde un punto de vista cristiano, sino como el milagro de la vida¡±, aclara. Los v¨ªnculos intergeneracionales y los cuidados se erigen as¨ª como el motor de esta obra, en la que participan tanto miembros de su equipo con sus beb¨¦s como familias seleccionadas por casting. ¡°Cuando empec¨¦ a trabajar ten¨ªa 18 a?os y ahora tengo 47; creo que ya estoy listo para incorporar beb¨¦s sin que su presencia eclipse el trabajo y a la vez tenga sentido en la pieza. En lo que se refiere al oficio, se trataba de un reto¡±, se?ala.

Sehgal, que no acostumbra a conceder entrevistas, se muestra elocuente y distendido durante la charla. Antes y despu¨¦s, abrir¨¢ las puertas de la sala donde tienen lugar los ensayos ¡ª?un espacio que asoma a la bah¨ªa, donde el p¨²blico se encontrar¨¢ ¨²nicamente con la pintura de El Greco y los ¡°int¨¦rpretes¡± de This Youiiyou¡ª para revelar su proceso creativo. A menos de una semana para la inauguraci¨®n, este 7 de octubre, sigue modelando el proyecto a base de instrucciones y notas. Junto con un beb¨¦, varios adultos se trasladan por la estancia, gesticulan con sus cuerpos, exhalan una m¨²sica hipn¨®tica desde el fondo de sus gargantas e imitan los movimientos del ni?o, que juega risue?o en el suelo. Cuando los int¨¦rpretes miran a quien mira, se produce un cortocircuito. Sin embargo, no es esto lo que atestiguar¨¢n quienes visiten la exposici¨®n: cada d¨ªa, todo cambiar¨¢ del mismo modo en que se transforma la realidad. Como en un r¨ªo, no se puede entrar en esta misma agua dos veces.

Aunque sus planteamientos hunden sus ra¨ªces en el arte conceptual de los a?os sesenta, Sehgal se siente m¨¢s conectado a creadores pl¨¢sticos y bailarines como ¡°Watteau, Seurat, Duchamp, Balanchine, Trisha Brown, Daniel Buren, F¨¦lix Gonz¨¢lez-Torres¡±. M¨¢s all¨¢ de las reflexiones que destapan sobre el arte y los museos, sus obras inmateriales tambi¨¦n apelan a la sostenibilidad. De ah¨ª que tanto ¨¦l como su equipo hayan evitado (as¨ª como esta periodista) trasladarse a Santander por avi¨®n y que, cuando se marchen, no dejar¨¢n ning¨²n resto de su presencia. No obstante, como puntualiza el artista, la raz¨®n de su posicionamiento ¡°nunca fue una cuesti¨®n de anticapitalismo o antimercado¡±. ¡°Para m¨ª, yo siempre he hecho arte visual, solo que una versi¨®n contempor¨¢nea. Cada vez m¨¢s productos son inmateriales, y en nuestros rituales reflejamos esos procesos de producci¨®n, los procesos que los humanos llevamos a cabo en sociedad¡±.

¡®El Greco / Tino Sehgal¡¯. Centro Bot¨ªn, Santander. Hasta el 11 de febrero de 2024.

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