Fritz Bauer, un martillo contra los nazis
Irmtrud Wojak reconstruye la vida del fiscal de Hesse que arm¨® los argumentos jur¨ªdicos para perseguir a los l¨ªderes del Tercer Reich y llev¨® a juicio a los criminales de la maquinaria asesina de Auschwitz
Los peri¨®dicos alemanes apuntaron a finales de 1918 que al d¨ªa siguiente, 9 de noviembre, a las once de la ma?ana, comenzar¨ªa la Revoluci¨®n. Fritz Bauer, que entonces era un muchacho con inquietudes sociales, no quiso perd¨¦rsela. Viv¨ªa en Stuttgart, y se dirigi¨® a la arteria principal del centro de la ciudad para ver qu¨¦ ocurr¨ªa. No pas¨® nada. ¡°Recorrimos la calle arriba y abajo, son¨® un disparo a lo lejos, muy a lo lejos, me sent¨ªa tremendamente desdichado porque la Revoluci¨®n alemana, como siempre, tendr¨ªa lugar en los salones¡±, coment¨® m¨¢s adelante durante una entrevista para un documental que se emiti¨® por televisi¨®n.
En aquella c¨¦lebre ocasi¨®n Bauer ten¨ªa 16 a?os, pero estaba ya tocado por aquella vocaci¨®n humanista que m¨¢s adelante iba a llevarlo a realizar un cambio profundo en la Alemania que surgi¨® despu¨¦s de la derrota de Hitler. Sus consideraciones jur¨ªdicas sobre la necesidad de un tribunal penal internacional sirvieron a los aliados para fundamentar los juicios de N¨²remberg contra los jerarcas nazis, pero su tarea m¨¢s importante fue la de perseguir en Alemania a cuantos participaron en la soluci¨®n final, aun cuando el pa¨ªs se esforzara por correr un tupido velo sobre su pasado reciente. En 1963, tras cinco a?os de rigurosas y meticulosas investigaciones, fue el fiscal que puso en marcha en Fr¨¢ncfort los Procesos de Auschwitz que mostraron con todo detalle y en toda su crudeza la manera de proceder de la maquinaria asesina del Tercer Reich.
Bauer, que formaba parte de una familia jud¨ªa asimilada a la que le hab¨ªa ido bastante bien, empez¨® a estudiar Derecho en 1921 en Heidelberg. Se traslad¨® a M¨²nich un a?o despu¨¦s. La derrota del imperio alem¨¢n en la Gran Guerra hab¨ªa generado fuertes corrientes antisemitas que se manifestaron durante aquellos a?os de manera virulenta. Un pu?ado de fan¨¢ticos ultranacionalistas asesin¨® a Walther Rathenau, el ministro de Asuntos Exteriores, la crisis m¨¢s grave de la Rep¨²blica de Weimar, y en 1923 se produjo el putsch de Hitler. Bauer se hab¨ªa vinculado al Partido Socialdem¨®crata (SPD) y, cuando termin¨® sus estudios en 1926, abandon¨® la carrera acad¨¦mica para dedicarse a la pol¨ªtica y trabajar como juez penal. Ten¨ªa ya claros sus intereses: ¡°No deseaba ser un guardi¨¢n del orden, sino un defensor de los derechos humanos¡±, apunta Irmtrud Wojak, la responsable de la biograf¨ªa que acaba de traducirse y que rescata la imponente trayectoria de un jurista que fue capital para convertir Alemania en un Estado de derecho tras la pesadilla nazi.
Cuando Hitler lleg¨® al poder en 1933, Bauer fue detenido y trasladado a un campo de concentraci¨®n en el que pas¨® ocho meses
Cuando Hitler lleg¨® al poder en 1933, Bauer fue detenido y trasladado a un campo de concentraci¨®n en el que pas¨® ocho meses. Consigui¨® marcharse a Copenhague, all¨ª se gan¨® la vida como representante comercial y anduvo implicado en tareas pol¨ªticas con el SPD. Sali¨® de Dinamarca cuando los nazis persiguieron all¨ª a los jud¨ªos y se instal¨® en Suecia, donde trabaj¨® de periodista y conect¨® con Willy Brandt. No pudo regresar a Alemania hasta 1949. Empez¨® como juez y fiscal en Brunswick, donde ya realiz¨® alg¨²n proceso por cr¨ªmenes de lesa humanidad, y en 1956 se convirti¨® en el fiscal general de Hesse. Desde Fr¨¢ncfort pilot¨® algunas de las m¨¢s relevantes iniciativas contra los criminales nazis. Su trabajo fue decisivo para atrapar a Adolf Eich?mann en Buenos Aires y tambi¨¦n persigui¨®, sin ¨¦xito, a Martin Bormann, la mano derecha de Hitler, y a Josef Mengele. Puso en marcha los grandes Procesos de Auschwitz, llev¨® al banquillo a jueces, abogados y m¨¦dicos que participaron en los asesinatos por eutanasia durante el Tercer Reich (sin conseguir gran cosa), persigui¨® los cr¨ªmenes nazis en Hungr¨ªa y a los diplom¨¢ticos alemanes que fueron c¨®mplices de asesinar a jud¨ªos griegos y ¡°nuevos b¨²lgaros¡±, proces¨® a miembros de los escuadrones de la muerte ¡ªEinsatzgruppen¡ª que colaboraron en la soluci¨®n final como en la terrible atrocidad de Babi Yar, cerca de Kiev.
Fritz Bauer realiz¨® un tit¨¢nico trabajo y lo hizo en medio de inmensas dificultades, incesantes amenazas de muerte, cr¨ªticas. Poco se conoce de su vida privada; se ha escrito que la suya fue ¡°una existencia solitaria, dif¨ªcil de soportar¡±. No ces¨® nunca en su tarea de castigar los cr¨ªmenes nazis, pero su af¨¢n no era el del resentido o vengativo, como afirmaban quienes lo combat¨ªan: quer¨ªa construir una nueva Alemania que superara la ignominia de la soluci¨®n final. Al final estaba muy cansado. El 1 de julio de 1968 lo encontraron sin vida en su ba?era. La autopsia se?al¨® que se trat¨® de un infarto, pero las especulaciones sobre su muerte fueron abundantes.
Fritz Bauer. Biograf¨ªa 1903-1969
Traducci¨®n de Gonzalo Tamames Gonz¨¢lez y Sara Han D¨ªaz Lorenzo
Edici¨®n y presentaci¨®n de Joaqu¨ªn Gonz¨¢lez Ib¨¢?ez
Pr¨®logo de Antonio Mu?oz Molina
Berg Institute, 2023
720 p¨¢ginas. 42 euros
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