¡®El estilo de los elementos¡¯, de Rodrigo Fres¨¢n: una magistral autobiograf¨ªa libre contra las novelas fabricadas en serie
El nuevo libro del escritor argentino es una gozada: est¨¢ escrito a la contra y con una cierta rabia atl¨¦tica, porque lo espolea aquello que coarta la libertad de su imaginaci¨®n
Cuenta Scholem una an¨¦cdota sobre Walter Benjamin: cuando era estudiante se desesperaba con la mediocridad de sus profesores. S¨®lo hab¨ªa una excepci¨®n. El primer d¨ªa de clase, un tal Lewy se dedic¨® a fastidiar a cada alumno con una actuaci¨®n incompetente: les preguntaba algo que ¨¦l mismo no sab¨ªa responder. A la segunda clase se presentaron muy pocos alumnos. ¡°Bien, ahora podemos comenzar¡±, dijo Lewy. Aquellas clases fueron un alimento espiritual para el inquieto Benjamin.
De una manera similar, ciertos novelistas practican este recurso disuasorio: expulsar a los lectores poco atentos o mec¨¢nicos. Es el m¨¦todo de Nab¨®kov en Ada o el Ardor: 100 p¨¢ginas de vocaci¨®n decimon¨®nica, abstrusa y tediosa, y de pronto una de las novelas m¨¢s apasionantes e inventivas que uno pueda imaginar. Y ¨¦ste es tambi¨¦n el m¨¦todo de Rodrigo Fres¨¢n (Buenos Aires, 1963) en El estilo de los elementos.
El propio t¨ªtulo ya se presenta con la dureza de un chiste pedante. Invierte el t¨ªtulo del cl¨¢sico manual de escritura de William Strunk Jr., Los elementos del estilo (1920), una gu¨ªa con recomendaciones acerca de la limpieza, la brevedad, una idea por frase, etc. Un cl¨¢sico, en resumen, de los igualadores de un estilo funcional. Fres¨¢n dedica, por el contrario, las 720 p¨¢ginas de su nueva novela a impugnar toda correcci¨®n y funcionalidad. Es un libro escrito contra ciertos maestros y, sobre todo, contra una ¨¦poca que publica novelas como quien fabrica bolsos en serie (un complemento peque?o, funcional y chic). A lo c¨®modo Fres¨¢n le opone lo monstruoso, y lo primero que uno encuentra en El estilo de los elementos es una profusi¨®n de citas, digresiones y metaan¨¢lisis, un emborronamiento de los perfiles de su protagonista: ?es una autobiograf¨ªa en tercera persona?
Fres¨¢n escribe contra los prestigios intelectuales y cualquier principio castrador. De ah¨ª su ludismo y cierta soledad ed¨ªpica
Quiz¨¢ esta propia rese?a est¨¦ copiando la t¨¢ctica de Fres¨¢n, asustar al lector holgaz¨¢n, pero quien haya llegado hasta aqu¨ª ya intuye que El estilo de los elementos es una verdadera gozada, un libro escrito en un estado de rara inspiraci¨®n, con uno de los arranques m¨¢s hermosos de toda la obra de Fres¨¢n. Escrito a la contra y con una cierta rabia atl¨¦tica: lo espolea aquello que coarta la libertad de su imaginaci¨®n. ?Durante m¨¢s de 700 p¨¢ginas!
El estilo de los elementos tambi¨¦n es la novela autobiogr¨¢fica de alguien que aborrecer¨ªa ser catalogado como escritor de autoficci¨®n. No es un Fres¨¢n factual, sino una entidad literaria. Los hechos de una vida son un elemento m¨¢s de una gram¨¢tica de la imaginaci¨®n; y la materia ficcional es precisamente el elemento de contraste que enriquece la pobreza de los hechos.
Land, el protagonista, es hijo de editores. Sus padres quieren que sea escritor. Pero Land aborrece la idea: ¨¦l quiere ser lector. En cierto sentido, toda obra literaria de cierta importancia la escribe un lector. Los lectores son ¡°contadores de vidas ajenas¡±. Y Land es tambi¨¦n un lector de s¨ª mismo. ¡°Yo me convert¨ª en un ghost-writer para as¨ª no ser escritor pero s¨ª poder ser un lector que transcribe¡±.
Asistimos a tres episodios de su vida: su infancia en Gran Ciudad I, su adolescencia en Gran Ciudad II, y la escritura de este antimanual en Gran Ciudad III. Dicho de otra manera, los a?os en que Land descubre la literatura (con la omnipresente Dr¨¢cula) en un mundo coaccionado por sus padres y la intelectualidad de una probable Buenos Aires; el desarraigo adolescente en Caracas, donde Land se enamora de ¡°Ella¡± (el modelo aqu¨ª es Licorice pizza); y la escritura, ya en primera persona, y en una Barcelona de tendencia, de este cacof¨®nico y sabio manual de escritura en tanto que lectura.
Un libro escrito contra la moda, los prestigios intelectuales y cualquier principio castrador, de ah¨ª su ludismo y cierta soledad ed¨ªpica. ¡°?ACOMPLEJADO APU?AL? A PAPI Y MAMI!¡±, imagina, como titular, el solitario Land. Repito, porque no es un detalle insignificante: m¨¢s de 700 p¨¢ginas matando a los padres y a cualquiera que se entrometa en nuestro gozo lector. Y m¨¢s tramas, subtramas, digresiones, citas... Y una escritura en estado de gracia.
El estilo de los elementos
Random House, 2023
720 p¨¢ginas, 25,90 euros
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