¡®Artemi, el cambrer abstemi¡¯: vida de bar

Cuando aparece una compa?¨ªa nueva en el panorama esc¨¦nico, se inicia un combate entre teatros para ver qui¨¦n es el m¨¢s r¨¢pido en asimilarlos y marcarse el tanto. El Col¡¤lectiu Pedant i a Missa Repicant irrumpi¨® la temporada pasada en el Mald¨¤ con un espect¨¢culo raro y personal¨ªsimo: Sant Pere el farsant mezclaba la historia b¨ªblica de las tres negaciones de Pedro con anarquistas y lentejas. Y el invento les sali¨® bien. La joven compa?¨ªa parece salida de los a?os setenta, ya que practica un teatro con cancioncillas y t¨ªteres que es puro Comediants o La Claca. Tres miembros del grupo musical La Ludwig Band forman parte del colectivo, que mezcla la inocencia del folk con letras gal¨¢cticas a medio camino entre Bob Dylan, Jaume Sisa y Albert Pla.

Artemi, el cambrer abstemi es su ¨²ltima creaci¨®n, y Oriol Broggi y la gente de La Perla 29 les han acogido en el Teatre La Biblioteca. Esta es la historia de un bar, que Artemi hereda muy a su pesar y donde se ver¨¢ inmerso en una historia de contrabando, limones y amor. Quim Carandell ejerce de narrador, muy a la brechtiana manera, y nos ir¨¢ detallando los detalles de este cuento, una f¨¢bula et¨ªlica e inocente como un cuento infantil. Precisamente, la candidez de la compa?¨ªa es la muestra de su gran autenticidad: no imitan a los de siempre y pecan de amateurismo, que compensan con muy buena voluntad. El espacio del Teatre La Biblioteca les queda grande en dos sentidos: la imponente nave de piedra g¨®tica hace empeque?ecer su propuesta, y el contexto tampoco es el adecuado. Este espect¨¢culo funcionar¨ªa mejor en una sala m¨¢s peque?a, alternativa o canalla: aqu¨ª el establishment teatral de Barcelona se ha apresurado en sus ansias de fagocitaci¨®n.

Lluc Valverde (que firma la dramaturgia junto a Quim Carandell) es un Artemi encantador y patilargo, un bohemio fuera de sitio al que le pierde el amor. Louise Good interpreta con gran seducci¨®n a la empresaria con abrigo de vis¨®n que le enredar¨¢ en un negocio oscuro, y Helena Barba enga?a a primera vista. Si en la primera parte del espect¨¢culo hace sufrir en su rol de camarera sin texto, en el bingo musical de la segunda se revela como una estupenda cantante y actriz, una Guillermina Motta del siglo XXI que entiende muy bien el espect¨¢culo donde habita. Artemi, el cambrer abstemi funciona especialmente cuando se convierte en un desacomplejado cabar¨¦, ya que a la propuesta le sobra texto y le falta m¨²sica. La canci¨®n del contrabando es puro Brecht (podr¨ªa aparecer en La ¨®pera de los tres centavos) y nos quedamos con ganas de escuchar m¨¢s veces el tema de la obra (¡°Ay Artemio, camarero abstemio / nunca pruebes lo que vender¨¢s¡±). Como ver a un grupo de ni?os que juegan a disfrazarse con la ropa de sus abuelos, a ratos el espect¨¢culo puede hacernos sonrojar. Pero la personalidad y la autenticidad de la compa?¨ªa son impagables. Eso s¨ª: dos horas son demasiado, queridos.

¡®Artemi, el cambrer abstemi¡¯. Texto: Quim Carandell y Lluc Valverde. Direcci¨®n: Quim Carandell, Laura Roig y Lluc Valverde. Teatre La Biblioteca, Barcelona. Hasta el 24 de marzo.

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