¡®Dios fulmine a la que escriba sobre m¨ª¡¯, de Aura Garc¨ªa-Junco, un libro de libros para desentra?ar al padre
La escritora mexicana se enfrenta en este ensayo autobiogr¨¢fico a la conflictiva relaci¨®n con su progenitor, el promotor cultural H. Pascal, fallecido en 2019

¡°Cerrado como tumba¡± y reposando sobre el vientre de su padre, fallecido tras un infarto fulminante, encontraron un libro de poes¨ªa de tapas rojas. No es un detalle menor, la materialidad de las objetos y especialmente de los libros adquiere un peso propio en Dios fulmine a la que escriba sobre m¨ª (Sexto Piso), el ensayo autobiogr¨¢fico que la escritora mexicana Aura Garc¨ªa-Junco escribi¨® tras la muerte de su padre, Juan Manuel Garc¨ªa-Junco, conocido en la escena contracultural de la capital como H. Pascal. ¡°Pap¨¢: me heredaste una biblioteca y un enigma¡±, declara la autora, de 36 a?os, casi al final del cap¨ªtulo introductorio. Seguido de ese enunciado llega la promesa: ¡°Voy a tratar de entenderte¡±. Y lo har¨¢ precisamente a trav¨¦s de los libros que hered¨® de ¨¦l, de un ejercicio de bibliomancia poco ortodoxo a partir de las lecturas que compusieron su biblioteca personal y que los mantuvo conectados incluso cuando la comunicaci¨®n entre ambos era escasa y defectuosa. No as¨ª su pasi¨®n compartida por la literatura.
¡°Los libros al inicio eran una especie de escudo. Habl¨¦ tanto de lo material porque no pod¨ªa acceder a lo que estaba detr¨¢s, y eso me qued¨® claro desde que empec¨¦ a dejar de hacerlo. [En el resto de la novela] Sigo hablando de libros, pero ya no se trata solo de eso, puedo contar la historia desde un lugar m¨¢s ¨ªntimo¡±, explica Garc¨ªa-Junco en el segundo de los encuentros con este peri¨®dico, en su casa en Ciudad de M¨¦xico. Sus gatas vigilan de cerca las plantas y los libros que brotan por todos los recovecos del sal¨®n. Los libreros que hered¨® de su padre presiden la sala con sendas bibliotecas ya entremezcladas bajo el criterio editorial. Las dos ediciones de Las cosmic¨®micas de Italo Calvino que inician el hilo conductor de su relato, sin embargo, no est¨¢n ah¨ª: descansan como un amuleto en la estanter¨ªa de su estudio, al fondo del departamento.
¡°Deseaba en especial que nadie pensara en ¨¦l como yo lo hac¨ªa, con esa furia y ese rechazo¡±
El relato, en realidad, comenz¨® siendo un libro de ficci¨®n, pero el intento fracas¨®. ¡°Me di cuenta de que no ten¨ªa ning¨²n sentido porque no era lo que necesitaba para hacer lo que quer¨ªa que, entre otras cosas, era un homenaje a mi pap¨¢, y para eso ten¨ªa que tener su nombre¡±, revela. Escribir esta novela fue su forma de lidiar con el duelo, de retomar las conversaciones inacabadas y tambi¨¦n de enfrentarse con ojos nuevos a todas las cosas que la hab¨ªan alejado de su padre cuando todav¨ªa viv¨ªa. ¡°Deseaba en especial que nadie pensara en ¨¦l como yo lo hac¨ªa, con esa furia y ese rechazo¡±, confiesa su alter ego en cierto momento. De ¨¦l destacaba su humor y su desfachatez, su forma particular de generosidad, su vocaci¨®n de difundir la literatura. Pero tambi¨¦n su autoboicot a la hora de gestionar su proyecto editorial, su falta de constancia, su p¨¦rdida de impulso vital. Todos esos rasgos generaban un combo de emociones contradictorias anudadas en la boca del est¨®mago. ¡°En completa sinton¨ªa con eso¡±, escribir¨¢ m¨¢s tarde, ¡°admiraba al personaje¡±.

¡°Part¨ª de un entumecimiento, de haber suprimido mis emociones y, cuando llegu¨¦ al final del libro, estaba en un lugar emocional muy diferente. Ya no sent¨ªa que cargaba con mi pap¨¢, que me pasaba cuando ¨¦l estaba vivo y que cuando muri¨® lo segu¨ªa sintiendo un poco¡±, se?alaba meses antes del encuentro en su casa, en una cafeter¨ªa en Guadalajara, durante la Feria Internacional del Libro. Escribirlo tambi¨¦n supuso, de alguna forma, salir del armario como hija. El sobrenombre que ¨¦l mismo se hab¨ªa dado hac¨ªa que mucha gente no la asociara con ¨¦l, un anonimato que en muchos momentos le resultaba c¨®modo, pero que tambi¨¦n le generaba cierta confusi¨®n: ¡°Como si estuviera ocultando algo¡±. A medida que avanza el libro ¡ªel duelo, en definitiva¡ª, va cerrando la brecha entre los dos personajes, el padre y el promotor cultural, Juan Manuel y H. Pascal, hasta quedar unificados bajo una misma personalidad imperfecta de la que, a pesar de todo, hered¨® su vocaci¨®n literaria y el gusto por la fantas¨ªa y la ciencia ficci¨®n.
¡°El regalo m¨¢s grande fue aprender que las palabras no solo transmiten ideas, sino que se transmiten a s¨ª mismas¡±, le agradecer¨¢ la hija en el libro. El lenguaje es un protagonista m¨¢s de la novela, poblada de digresiones y reflexiones literarias. Algunas las desarrolla a lo largo del texto (¡°Diez manzanas amarillas en una canasta sobre la mesa son manzanas o son la fruta¡±); otras aparecen como notas al pie, entre lo humor¨ªstico y lo po¨¦tico, al estilo del Verbolario del espa?ol Rodrigo Cort¨¦s. Por ejemplo, escribir¨¢: ¡°Limpiar: eliminar lo que queda de cotidiano¡±. O bien, ¡°Tener una historia: inventar recuerdos que no existieron en el reino de lo f¨ªsico, pero s¨ª en el de lo afectivo¡±. ¡°Me gustan los libros que exploran el lenguaje de otra manera. Tiendo a ser rebuscada, me gustan las subordinadas, qu¨¦ puedo decir¡±, bromea la escritora.
¡°En este libro me puse como meta que tuviera muchos registros, que no abandonara la coloquialidad del todo, que tuviera humor pero tambi¨¦n mucho de poes¨ªa¡±
Y tambi¨¦n detalla: ¡°En este libro me puse como meta que tuviera muchos registros, que no abandonara la coloquialidad del todo, que tuviera humor pero tambi¨¦n mucho de poes¨ªa¡±. Parte de esa poes¨ªa proviene de la escritura de su propio padre, que escribi¨® algunos versos conmovedores como estos: ¡°y entonces lleg¨® el olvido / para decirme casi en secreto: / no la ver¨¢s ya m¨¢s. / y respond¨ª con mis ojos de mudo / con mis labios de ciego: / ?a qui¨¦n?¡±.
Aura Garc¨ªa-Junco ya hab¨ªa explorado diferentes g¨¦neros literarios en sus trabajos anteriores. Tiene dos novelas de ficci¨®n, Anticitera, artefacto dentado (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2018) y Mar de piedra (Sexto Piso, 2022), y un ensayo sobre el amor y las relaciones sexo-afectivas, El d¨ªa que aprend¨ª que no s¨¦ amar (Seix Barral, 2021). Adem¨¢s, se dedica a la escritura de guiones para cine y televisi¨®n, siempre por encargo, y ya tiene casi terminado su primer libro de cuentos de ficci¨®n. En realidad, explica, ¡°todo empieza por decidir a qu¨¦ g¨¦nero pertenece cada libro¡±. ¡°Creo que todos los abordo como una investigaci¨®n, [...] aunque lo ¨²nico que tienen en com¨²n es lo fragmentario y cierta idea ret¨®rica¡±, analiza: ¡°Intento que mis novelas no sean excesivamente discursivas, que lo acaban siendo porque soy muy cerebral, y no hacer que mis libros de ensayo no tengan ideas, que sean demasiado autocomplacientes. Esa necesidad me dirige¡±.

Antes de que la vocaci¨®n literaria terminara por adue?arse de su tiempo y su energ¨ªa, Garc¨ªa-Junco apuntaba para dise?adora. Durante seis a?os trabaj¨® en una revista online para quincea?eras para la que, entre otras cosas, dise?aba la p¨¢gina web. Hab¨ªa aprendido a hacerlo durante sus ratos libres y tambi¨¦n esa afici¨®n llevaba, irremediablemente, a su padre. ¡°Me dio curiosidad la primera vez que vi a mi pap¨¢ y a otro escritor haciendo una p¨¢gina de Goliardos¡±, recuerda. Ese era el nombre del fanzine de literatura fant¨¢stica que edit¨® H. Pascal desde finales de los noventa y que se hizo en 2004 con el Premio Nacional de Literatura Fant¨¢stica Sizigias. Ah¨ª le public¨® a ella, sin preguntarle ni informarla, su primer cuento, en 2007: ¡°Un regalo sorpresa¡±.
¡°Dedicarte a la literatura es condenarte a no tener dinero nunca. No es una novedad, solo es que yo lo ve¨ªa en mi casa¡±
Esa vocaci¨®n literaria, sin embargo, no fue una herencia exenta de conflicto. ¡°Dedicarte a la literatura es condenarte a no tener dinero nunca. No es una novedad, solo es que yo lo ve¨ªa en mi casa¡±, cuenta la escritora. En numerosas ocasiones se preguntaba por qu¨¦ su padre no pod¨ªa tener un trabajo estable como su madre, psic¨®loga de profesi¨®n, de la que se acab¨® separando. En su casa no hab¨ªa dinero para nada, pero su padre regalaba libros masiva y compulsivamente. Era su forma de decir: me importas. La manzana no cay¨® lejos del ¨¢rbol y Aura Garc¨ªa-Junco acab¨® por estudiar Letras Cl¨¢sicas en la UNAM, en su ciudad natal, y buscar en la literatura la libertad que no le daba la escritura acad¨¦mica.
El conflicto con su padre no empezaba ni terminaba con la mala gesti¨®n del dinero. A medida que el feminismo se iba abriendo paso en su vida, su forma de mirarlo todo, incluido a su progenitor, adquiri¨® otros matices, otros juicios. ¡°Somos hijas de machos progres a lo m¨¢s y de machos bien machos a lo menos. El cambio generacional ha sido un choque que ha abierto brechas colosales entre padres e hijas¡±, escribe Garc¨ªa-Junco. El suyo entraba en la primera categor¨ªa, pero eso no evit¨® la existencia de profundas tensiones. ¡°Hay muchos hombres de esa edad que no entienden qu¨¦ est¨¢ pasando, que nadie se molesta tampoco en explicarles nada. Porque yo creo que hay cierta idea del feminismo que no comparto del todo, aunque entiendo de d¨®nde viene, de que no tienes que hacerle pedagog¨ªa a ning¨²n hombre¡±, reflexiona la autora.
En el libro da una buena muestra de la brecha de la que habla: su padre present¨¢ndole a alguna novia considerablemente m¨¢s joven que ¨¦l, los comentarios sobre su peso cuando era adolescente, el impacto del #MeToo sobre los hombres de su entorno que, de pronto, vieron c¨®mo sus comportamientos ya no pasaban el filtro de la sociedad. ¡°No hay nada m¨¢s dif¨ªcil para un hombre machista que el hecho de que sus hijas le expliquen cosas del mundo¡±, considera la escritora. Pero en su libro tambi¨¦n refleja los conflictos que el feminismo abre dentro de las propias mujeres. ¡°?Escribo un libro patriarcal? ?Mi libro de libros, en el que he hablado de hombres y de un hombre en particular, es tan solo un monumento al falo? ?Importa? No s¨¦ c¨®mo contestarme estas cosas¡±, confiesa la narradora.
Si la familia siempre ha sido objeto de observaci¨®n y fuente de inspiraci¨®n en la literatura, la figura del padre en particular ha ido adquiriendo protagonismo al calor del auge del feminismo de la ¨²ltima ola. Mientras que algunas autoras, como la propia Garc¨ªa-Junco o la tambi¨¦n mexicana Alma Delia Murillo, tratan de desentra?ar y cuestionar a su propio padre ¡ªen el caso de Murillo, preguntarse por ¨¦l significa dialogar directamente con su ausencia, una situaci¨®n muy extendida en el pa¨ªs¡ª, otros hombres escritores latinoamericanos, como el argentino Andr¨¦s Neuman o el chileno Alejandro Zambra, se aproximan al suyo a trav¨¦s de su propia paternidad reci¨¦n estrenada, a la que llegan con nuevos valores y expectativas.
¡°Hace muchos a?os, antes de que empezara siquiera a pensar este libro, tuve una conversaci¨®n con un par de escritoras sobre lo incre¨ªble que ser¨ªa hacer un libro an¨®nimo en el que cada una contara esa clase de cosas con sus padres¡±, relata la autora. Una le confes¨® que lo tiene escrito, pero que no piensa publicarlo hasta que este fallezca. Quiz¨¢, para entonces, el libro que quiera escribir ya sea otro, pero esa es otra historia. Garc¨ªa-Junco no cree que detr¨¢s de este inter¨¦s haya una moda o tendencia sino que es un resultado natural de la apertura del panorama literario. ¡°Ahora hay m¨¢s espacios para hablar de la familia de otras formas y tambi¨¦n m¨¢s espacios para que las mujeres escribamos¡±, sintetiza.
Esos espacios est¨¢n iniciando nuevas conversaciones entre generaciones. Garc¨ªa-Junco cerr¨® con este libro el di¨¢logo inconcluso que ten¨ªa con su padre, pero a su alrededor ha encontrado casos similares. ¡°He visto padres que le regalan a sus hijas el libro para tener conversaciones, y a la inversa. Eso me hace pensar que esa tensi¨®n est¨¢ muy presente y que hay puentes que pueden ser hechos y que vale la pena que existan¡±, pone en valor. En su propia familia tambi¨¦n ocurri¨®. Tras leer la novela, su t¨ªo habl¨® con ella por primera vez del intento de suicidio de su hermano cuando eran adolescentes.
A ra¨ªz de esa charla, Garc¨ªa-Junco a?adi¨® ¡°tramposamente¡± en la edici¨®n espa?ola la frase con la que su padre trat¨® de explicarle al hermano por qu¨¦ lo hab¨ªa hecho. ¡°Es que cuando mi pap¨¢ se muri¨®, se murieron nuestros sue?os¡±, dijo aquella vez, y a la autora le pareci¨® que ah¨ª cristalizaban muchas cosas. Ella, sin embargo, ha encontrado otro camino para el duelo: ¡°Aspiro a poderle dar lugar a la tristeza cuando llegue, y recordarlo siempre con amor¡±. Sus sue?os, de momento, permanecen a salvo.

Dios fulmine a la que escriba sobre m¨ª
Sexto Piso, 2024
216 p¨¢ginas. 18,90 euros.
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