Pedro Casald¨¢liga: palabra encarnada en la revoluci¨®n
Misionero de la liberaci¨®n en Brasil, la obra po¨¦tica del obispo catal¨¢n con fe de guerrillero desvela la belleza del mundo, pero tambi¨¦n sus miserias
Pedro Casald¨¢liga fue un misionero catal¨¢n que lleg¨® a Brasil en 1968 y tres a?os despu¨¦s fue nombrado obispo de S?o F¨¦lix do Araguaia, en el Mato Grosso, regi¨®n donde, seg¨²n su testimonio, ¡°se mata y se muere m¨¢s que se vive¡±. All¨ª ech¨® ra¨ªces junto al campesinado sin tierra, las comunidades ind¨ªgenas y el pueblo afrodescendiente, se convirti¨® en un s¨ªmbolo luminoso del ...
Pedro Casald¨¢liga fue un misionero catal¨¢n que lleg¨® a Brasil en 1968 y tres a?os despu¨¦s fue nombrado obispo de S?o F¨¦lix do Araguaia, en el Mato Grosso, regi¨®n donde, seg¨²n su testimonio, ¡°se mata y se muere m¨¢s que se vive¡±. All¨ª ech¨® ra¨ªces junto al campesinado sin tierra, las comunidades ind¨ªgenas y el pueblo afrodescendiente, se convirti¨® en un s¨ªmbolo luminoso del cristianismo liberador en Am¨¦rica Latina y acompa?¨® las revoluciones del continente durante los ¨²ltimos cincuenta a?os.
?l mismo se presenta como revolucionario en el poema ¡®Canci¨®n de la hoz y el haz¡¯: ¡°Con un callo por anillo/ monse?or cortaba arroz./ ?Monse?or ¡®martillo y hoz¡¯?/ Me llamar¨¢n subversivo./Y yo les dir¨¦ lo soy./ Por mi Pueblo en lucha, vivo,/con mi Pueblo en marcha, voy./Tengo fe de guerrillero/ y amor de revoluci¨®n./ Y entre Evangelio y canci¨®n/ sufro y digo lo que quiero¡±.
¡°El lenguaje es la casa del ser¡±, afirma Martin Heidegger en su Carta sobre el humanismo. Afirmaci¨®n que yo aplico a Pedro Casald¨¢liga, uno de los principales creadores, junto con Ernesto Cardenal, de la teo-po¨¦tica de la liberaci¨®n, nuevo g¨¦nero literario de la teolog¨ªa latinoamericana, que se caracteriza por articular con un lenguaje creativo el bien decir y el bien actuar, la ¨¦tica y la est¨¦tica, la m¨ªstica y la liberaci¨®n, la utop¨ªa y la sabidur¨ªa, la poes¨ªa y la revoluci¨®n, la creaci¨®n literaria y la militancia sociopol¨ªtica, la oraci¨®n y la lucha, el silencio y la palabra, el compromiso y la contemplaci¨®n, la ternura y la solidaridad.
Un ejemplo de la contribuci¨®n de Casald¨¢liga a la liberaci¨®n es su Antolog¨ªa po¨¦tica, en edici¨®n preparada por Jos¨¦ Mar¨ªa Concepci¨®n y Eduardo Lallana, que recoge sus poemas en castellano desde sus inicios en 1955 hasta su fallecimiento en 2020. El libro es la mejor demostraci¨®n de que es un esteta de la palabra encarnada en la revoluci¨®n. Juega con el lenguaje que en sus versos se torna canci¨®n. La palabra es su verdadero hogar, la poes¨ªa su gran pasi¨®n. A trav¨¦s de ella expresa la est¨¦tica de la vida, y desvela la belleza del mundo, pero tambi¨¦n su miseria, las dichas de los seres humanos, pero tambi¨¦n sus desdichas, las esperanzas de las personas y los colectivos empobrecidos, pero tambi¨¦n su indignaci¨®n y su protesta; alivia los sufrimientos de las v¨ªctimas, pero sin el ung¨¹ento de una falsa compasi¨®n ni la promesa de otra vida mejor despu¨¦s de la muerte. Su poes¨ªa se convierte en palabra-en-esperanza, alimento-para-el-camino, voz de las personas sin voz.
Pedro Casald¨¢liga no es un versificador de Corte, ni contemporiza con el Sistema, ni legitima el orden establecido. Su poes¨ªa provoca revoluciones. Canta a los revolucionarios latinoamericanos: Augusto C¨¦sar Sandino, Carlos Fonseca Amador, Che Guevara, Fidel Castro; a los obispos m¨¢rtires: monse?or Romero, arzobispo de San Salvador, y Enrique Angelelli, obispo argentino de La Rioja; a los te¨®logos de la liberaci¨®n Leonardo Boff y Gustavo Guti¨¦rrez.
Su ¡®Oda a Reagan¡¯ me recuerda a la ¡®Oda a Roosevelt¡¯, de Rub¨¦n Dar¨ªo. En ella declara a Reagan ¡°el ¨²ltimo (grotesco) emperador¡± y lo excomulga. Osa interpelar a Dios como otrora hicieron Job y Jes¨²s de Nazaret, y le pregunta por qu¨¦ calla ante el sufrimiento de los inocentes y ¡°por qu¨¦ una vez m¨¢s nos has abandonado¡±. Canta a la esperanza como virtud del camino, pero ¡°te?ida de luto¡±, como dijera Ernst Bloch. Dirige un poema a Juan Pablo II, a quien le recuerda que ¡°la curia est¨¢ en Bel¨¦n y en el Calvario la bas¨ªlica mayor¡±.
Dirige su mirada compasiva a personas que en el imaginario colectivo ya est¨¢n condenadas, como Judas, a quien llama ¡°hermano, compa?ero de miedos, de codicias, de traici¨®n¡± y de quien dice que ¡°no fue mayor que el nuestro, tu pecado/ traficantes tambi¨¦n de sangre humana¡±.
Donde encuentro mejor retratado a Casald¨¢liga es en el poeta cubano Jos¨¦ Mart¨ª cuando escribe: ¡°Con los pobres de la tierra mi suerte yo quiero echar¡±. Dos poetas del lado de las v¨ªctimas.
Antolog¨ªa po¨¦tica?
Monte Carmelo, 2024
576 p¨¢ginas. 35 euros
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