¡®Presentes¡¯, el viaje de Paco Cerd¨¤ a la cultura de la muerte y la mitificaci¨®n del falangista Jos¨¦ Antonio
El escritor valenciano relata ¡°la ¨¦pica siniestra fascista¡± del traslado a hombros de los restos del pol¨ªtico desde Alicante a El Escorial junto a ¡°las voces olvidadas en la primera posguerra¡± en su nuevo libro
Mientras ¡°la Espa?a exultante de victoria trasladaba a hombros a Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera¡±, desde Alicante hasta El Escorial, se ordenaba el traslado de prisi¨®n al poeta Miguel Hern¨¢ndez; mientras los falangistas llevaban en alzas el ata¨²d de su fundador, ¡°El Elegido¡± y ¡°Glorioso M¨¢rtir¡± para enterrarlo el 30 de noviembre de 1939 en el sepulcro imperial, 47 republicanos eran fusilados frente a un muro de Paterna; mientras el cortejo fantasmag¨®rico recorr¨ªa 467 kil¨®metros durante 11 d¨ªas, jalonado por antorchas y brazos enhiestos, la hija de Franco compraba los libros de Celia, cuya creadora, Elena Fort¨²n, se buscaba la vida en el exilio de Buenos Aires; mientras se fijaba la iconograf¨ªa de la dictadura con las plumas m¨¢s versadas del r¨¦gimen a mayor gloria del pol¨ªtico fusilado el 20 de noviembre de 1936 por los republicanos, Pepe, un chaval de 17 a?os, abr¨ªa con sus manos una carretera en el valle del Roncal, como una m¨¢s de las 90.000 mulas que penaban con trabajos forzosos haber perdido la guerra.
El reverso y el anverso, la victoria y la derrota, lo que se muestra y lo que se oculta, donde se pone el foco y donde se quita. Dos planos contrapuestos vertebran Presentes (editorial Alfaguara), el nuevo, poli¨¦drico y revelador libro de Paco Cerd¨¤ (Genov¨¦s, Valencia, 39 a?os) que se articula a partir de un hecho hist¨®rico conocido pero muy olvidado: el traslado a pie de los restos del fundador de la Falange, muerto a los 33 a?os, hasta la cripta de la morada de reyes imperiales, donde permanecieron hasta que fueron inhumados en el llamado Valle de los Ca¨ªdos. No es ficci¨®n, pero es una novela.
¡°Presentes es el relato de un viaje guiado por un ata¨²d, por la muerte de una persona que iba a ser mitificada, casi divinizada, en un pa¨ªs dominado por la cultura de la muerte¡±, explica Cerd¨¤.?¡°Un pol¨ªtico que en vida solo atrajo al 0,4 % de electores y que, muerto, fue convertido en un mes¨ªas redentor. Un s¨ªmbolo deformado y manipulado por Franco.?Presentes es tambi¨¦n el relato de c¨®mo, en esos mismos d¨ªas del oto?o del 1939, miles de vidas humildes sufr¨ªan la zarpa de la represi¨®n y de la guerra.?Presos, fusilados, exiliados, internos en campos de concentraci¨®n, maestros depurados, tambi¨¦n vencedores desgraciados para siempre¡±, prosigue el escritor, de camino a Alicante. La guerra ha terminado, pero no ha terminado, se repite a lo largo de la obra.
El Ausente
El escritor recorri¨® el mismo itinerario del cortejo f¨²nebre 84 a?os despu¨¦s. Anduvo 10 kil¨®metros, como hizo cada relevo falangista, y se fue deteniendo en el paisaje, las gentes y los pueblos por los que transcurri¨® aquella epopeya franquista con el objeto de insuflar m¨¢s vida al ingente material documental acumulado. Los vecinos de aquella Espa?a machacada y negra recib¨ªan con el saludo fascista y el grito de ¡°Jos¨¦ Antonio, presente¡± el paso de los restos de quien fue evocado como ¡°el Ausente¡±, cuando desde el bando de las tropas sublevadas se intent¨® silenciar su muerte en los primeros a?os de la Guerra Civil.
El autor de celebradas novelas de no ficci¨®n como El pe¨®n (Premio C¨¢lamo al Libro del A?o 2020), que transcurre durante todo 1962 a partir de la partida de ajedrez entre los genios Arturito Pomar y Bobby Fisher, y 14 de abril (Premio de No Ficci¨®n de Libros del Asteroide 2022), que narra el d¨ªa de la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica en 1931, ha cerrado ahora una especie de tr¨ªptico con Presentes, que sale a la venta este jueves en las librer¨ªas espa?olas. El denominador com¨²n es la historia de la Espa?a del siglo XX interpelada desde tres ¨®pticas diferentes: ¡°Desde la resistencia antifranquista con los peones que desafiaron al r¨¦gimen¡± (en el caso del primero); ¡°desde la ¨¦pica de la Rep¨²blica naciente y el precio que algunos nadies pagaron¡± (el segundo), y ¡°desde la ¨¦pica siniestra fascista y de los olvidados en la primera posguerra¡± (el tercero). Tres verbos sintetizan su pretensi¨®n: ¡°Sentir, pensar y hacer justicia po¨¦tica¡±.
?Por qu¨¦ un escritor y periodista, nacido ya tras la Transici¨®n democr¨¢tica, muestra tal inter¨¦s por ese periodo de la historia de Espa?a? Poco antes de llegar a la tumba de Miguel Hern¨¢ndez, no muy lejos de donde estuvo enterrado Jos¨¦ Antonio, Cerd¨¤ contesta incidiendo en que no es historiador, pero que le encanta leer historia, investigar los hechos y los personajes y espigar entre los archivos y las correspondencias. Sostiene que el rigor es tan importante como el estilo, lo que se escribe a c¨®mo se escribe, y sugiere que, a veces, en la vida y tambi¨¦n en la creaci¨®n ¡°una cosa te lleva a otra¡± y el azar resulta determinante. Por casualidad, vio unas im¨¢genes que le impactaron del documental hist¨®rico sobre el cortejo mientras escrib¨ªa el libro de la partida de ajedrez y a?os despu¨¦s volvi¨® a ¡°tropezar con ellas¡±, lo que acab¨® abriendo la espita de la nueva obra.
El que fue editor de la Caja Books recuerda que, siendo un adolescente, le marc¨® la lectura de La vida de una periodista, de Ben Bradley (editor?de The Washington Post?durante el?esc¨¢ndalo Watergate) y que luego descubri¨® a Truman Capote, Gay Talese o Chaves Nogales, y ya no sali¨® del marco del nuevo periodismo para hacer literatura y escribir sobre la realidad. Cerd¨¤ despliega un discurso coherente y bien construido, por el que transita por terreno conocido, pero hay algo que toca una fibra mucho m¨¢s sensible, que tiene que ver con su historia familiar y que va postergando en la conversaci¨®n. Tambi¨¦n sucede en su ¨²ltimo libro y cuando surge, la referencia personal es escueta, como una peque?a voladura controlada e insertada en la vida de los otros, pero significativa. El escritor reconoce que no se siente c¨®modo hablando de s¨ª mismo, siente aversi¨®n por el yo literario, antes de continuar con su reflexi¨®n elaborada sobre la escritura: ¡°Se podr¨ªa decir que est¨¢ la ficci¨®n: la narraci¨®n de sucesos y personajes imaginarios. Est¨¢ la no ficci¨®n: la exposici¨®n, descripci¨®n o argumentaci¨®n de un contenido basado en hechos reales. Y luego est¨¢ la no fricci¨®n: narrar hechos reales sin obst¨¢culos, roces ni resistencias, con todas las t¨¦cnicas de la ficci¨®n y su ambici¨®n art¨ªstica¡±.
Finalmente, Cerd¨¢ alude a ¡°la historia familiar¡±, que, ¡°sin duda¡± le ha marcado y puede que explique ¡°parte de ese inter¨¦s¡± por la posguerra espa?ola. ¡°Y por qu¨¦ t¨² no cuentas esa otra vida rematada en plomo y laurel, sangre de tu sangre, un trozo de tu historia, quiz¨¢s el motor de algunos de tus libros, si cuentas tantas vidas lejanas¡±, se interpela el propio autor en Presentes. Su abuelo Pepe cumple 99 a?os en noviembre. Se qued¨® hu¨¦rfano de padre a los 17. Nunca quiso hablar apenas de c¨®mo su progenitor, Francisco Arroyo Rubio, electricista que fue concejal de Uni¨®n Republicana en Burjassot, fue fusilado en Paterna en 1943. Pero el retrato preside el comedor de una casa que Cerd¨¤ visita regularmente. ¡°Ya est¨¢ bien, no me lo recuerdes, no me hagas hablar de esto, ja prou, Paco¡±, cuenta el escritor en el libro. Siguen resonando en el pecho de Pepe las frases que su padre le dec¨ªa cuando le visitaba en la c¨¢rcel Modelo de Valencia: ¡°Podad el limonero, cuidad de los animales, regad las plantas, dale un beso a tu madre¡±. Tampoco ha podido olvidar ¡°los gritos horribles por las galer¨ªas de la prisi¨®n¡± y ¡°los insultos¡±, rememora en el libro el colaborador de EL PA?S y autor tambi¨¦n de Los ¨²ltimos, que durante a?os vivi¨® en la avenida Jos¨¦ Antonio, como otros muchos espa?oles, en su caso ubicada en el callejero de Genov¨¦s, poblaci¨®n cercana a X¨¤tiva.
Hay muchas historias (22, adem¨¢s de un centenar de personajes) que se van tejiendo en torno al relato del cortejo de Jos¨¦ Antonio, que fue detenido por tenencia de armas en marzo de 1936, y juzgado de nuevo, acusado de conspiraci¨®n, y condenado a muerte en octubre. ¡°Me gusta el concepto sinfon¨ªa de posguerra, porque a esto suenan cuando las juntan aquellas voces olvidadas. Voces que proceden de lugares bien distintos. Tambi¨¦n de los supuestos vencedores de la guerra.?Buscando y rebuscando, por ejemplo, vi una esquela con el nombre de un requet¨¦, Francisco, un supuesto vencedor de la guerra. Comenc¨¦ a investigar qui¨¦n era y qu¨¦ le hab¨ªa pasado. Tambi¨¦n encontr¨¦ unas cartas de un Caballero Mutilado, el pobre Andr¨¦s, que ped¨ªa algo tan glorioso como no hacer colas para que le dieran su comida, porque no pod¨ªa masticar por las heridas de guerra¡±, indica Cerd¨¤, que se esfuerza en huir tanto del sectarismo como de la equidistancia, desde un posicionamiento di¨¢fano de compromiso pol¨ªtico y ¨¦tico con los perdedores. Cuando el cortejo pasa por Villena, donde ¡°todav¨ªa late el dolor de retaguardia¡±, se apostilla en el libro, se recuerda a Pedro Menor (Perico Corneta), el que fuera alcalde de derechas, fusilado con ensa?amiento por milicianos republicanos.
Hallazgos hist¨®ricos
Hay tambi¨¦n hallazgos hist¨®ricos a los que el autor ha tenido acceso durante su investigaci¨®n gracias a su empe?o y a los surcos del azar, como dir¨ªa el dibujante Paco Roca, el autor (junto a Rodrigo Terrasa) del conmovedor c¨®mic sobre la represi¨®n franquista El abismo del olvido que califica a Cerd¨¤ de ¡°maestro relojero de la memoria¡±. ¡°Tiras la ca?a a ver qu¨¦ pescas, gracias tambi¨¦n a contactos y ayudas¡±, comenta el escritor. Pregunt¨® al archivo del Vaticano si hab¨ªa alg¨²n documento de la relaci¨®n diplom¨¢tica entre las Santa Sede y Madrid relacionado con el traslado de Jos¨¦ Antonio, cuyo endiosamiento no agradaba a la curia. ¡°Y ?bingo!. Aquel estado fascista de obediencia cat¨®lica no ten¨ªa el permiso para enterrar a Jos¨¦ Antonio en la cripta de El Escorial. Hay un cruce de telegramas y el Vaticano al final se lav¨® las manos¡±, relata el autor.
Cerd¨¢ tambi¨¦n dio con ¡°documentos secretos desclasificados in¨¦ditos¡±, como los telegramas del embajador de EE UU en Espa?a Alexander Weddell y la informaci¨®n sobre c¨®mo ¡°comenz¨® la purga cultural de los libros en la Espa?a franquista¡± que impide incluso a un diplom¨¢tico o un investigador norteamericano acceder en la Biblioteca Nacional a ¡°libros peligrosos como La Celestina¡±. Se preocupan por una cuesti¨®n acad¨¦mica, al mismo tiempo negocian con el todopoderoso ministro Ram¨®n Serrano S¨²?er que el r¨¦gimen franquista no se incaute de una importante empresa con intereses estadounidenses. ¡°Negociaban bajo mano y se impon¨ªa el gobierno del dinero y la real politik, mientras se obligaba a los espa?oles a mirar el cortejo¡±, se?ala Cerd¨¤.
Serrano S¨²?er, cu?ad¨ªsimo de Franco, y amigo ¨ªntimo de Jos¨¦ Antonio, compa?ero de pupitre en la facultad de Derecho, intent¨® mediar entre ambos, pero las diferencias solo se salvaron con la muerte del fundador de la Falange y la posterior asunci¨®n y manipulaci¨®n de su imagen. En Presentes alude a la relaci¨®n entre los dos, pero pone el foco en la figura del falangista -¡±una personalidad compleja, con talento literario, con mucha fuerza, que fue mucho m¨¢s relevante muerto que vivo¡±, apostilla-, admirador de Mussolini, y en ¡°c¨®mo se construye un mito que trasciende la realidad y crea universos paralelos¡±. En este sentido, Cerd¨¤ destaca la aportaci¨®n de la experta Zira Box, profesora de la Universitat de Val¨¨ncia y autora de obras como Espa?a, a?o cero. La construcci¨®n simb¨®lica del franquismo (Alianza, 2010).
Ella es una de las numerosas fuentes que cita el escritor en el exhaustivo ep¨ªlogo que rompe la estructura anterior del libro, dividido por cap¨ªtulos que intercalan el relato del avance del cortejo hasta El Escorial con ¡°las historias personales con min¨²scula¡±, algunos conocidos, otros olvidados. Para documentarse y impregnarse del estilo de un tiempo y sus protagonistas, Cerd¨¤ ley¨® ¡°las 1.000 p¨¢ginas de palabras y discursos de Jos¨¦ Antonio¡± y a los periodistas y escritores que glosaron la acci¨®n propagand¨ªstica, como Jos¨¦ Mar¨ªa Pem¨¢n, Ernesto Gim¨¦nez Caballero, Azor¨ªn, Dionisio Ridruejo o Agust¨ªn de Fox¨¢; se sumergi¨® en obras hist¨®ricas, tesis, publicaciones locales o programas de radio, y recorri¨® a pie y en coche con su bloc de notas el viaje del ata¨²d de Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera. ¡°Soy muy met¨®dico y cartesiano. Necesito tener claro el andamiaje, la estructura. Entonces, me documento y escribo¡±.
Presentes
Alfaguara, 2024
328 p¨¢ginas. 19,85 euros
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