Delincuente confeso

Algunas palabras cambian de valor dependiendo de qui¨¦n las use. Si yo escribo en un papel ¡°te condeno a seis a?os de c¨¢rcel¡± y se lo entrego a otra persona, a esta le dar¨¢ igual mi decisi¨®n al respecto. Pero si el verbo ¡°condenar¡± lo escribe un juez en un fallo, las consecuencias ser¨¢n diferentes.

Sirva este ejemplo para indicar que las palabras logran distintos resultados en funci¨®n de qui¨¦nes las pronuncian o del ¨¢mbito y el contexto en el que aparecen.

Algunos periodistas y ciertos pol¨ªticos de la izquierda, entre ellos Pedro S¨¢nchez, han se?alado como ¡°delincuente confeso¡± a Alberto Gonz¨¢lez Amador, pareja de Isabel D¨ªaz Ayuso, lo cual ha desatado la indignaci¨®n de la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Varios juristas han acudido en su ayuda, al considerar que el papel donde el empresario comisionista admit¨ªa sus delitos fiscales no se hab¨ªa ratificado judicialmente. Y en efecto, as¨ª es. El documento de conformidad que pact¨® con la Fiscal¨ªa, en el que reconoc¨ªa su culpa para no arriesgarse a una pena mayor, a¨²n no ha adquirido eficacia legal porque no se ha celebrado todav¨ªa el juicio donde cobrar¨¢ validez. ?Se le puede considerar entonces un delincuente confeso? Depende.

Vayamos con la palabra ¡°delincuente¡±. Es delincuente quien delinque. Y delinque quien comete un delito. Y alguien que admite haber cometido un delito fiscal re¨²ne las condiciones para ser considerado delincuente en el lenguaje com¨²n.

Vayamos con la palabra ¡°confeso¡±. El arriba firmante, servidor de ustedes, es madridista confeso, lo mismo con un 4-0 a favor que con un 0-4 en contra, sin que eso figure en ninguna sentencia, que yo sepa. El adjetivo ¡°confeso¡± forma parte del l¨¦xico general, y sirve para se?alar a quien ha admitido algo que otros tienen por negativo, as¨ª sea jocosamente. De igual modo se puede se?alar al empresario madrile?o, quien ha confesado algo ¡ªen este caso un delito¡ª y es confeso de ello. Y como autor confeso de un delito, es un delincuente confeso. Pero lo es ya antes de que el juez redacte el fallo: no hay confeso sentenciado sin confeso por sentenciar.

En definitiva, Amador es y no es un delincuente confeso. Admiti¨® un delito y, en consecuencia, es un delincuente confeso; pero eso no ha adquirido a¨²n valor judicial, con lo cual no es todav¨ªa un delincuente confeso. Por eso existe la locuci¨®n alternativa ¡°convicto y confeso¡±. Ahora mismo Amador es confeso, y no convicto¡­ en el sentido jur¨ªdico.

Porque, atenci¨®n, tambi¨¦n ¡°convicto¡± ¡ªderivado del verbo latino convinco: demostrar plenamente¡ª, adquiere dos valores. En el Diccionario general, se aplica al reo ¡°que ha cometido un delito que ha sido probado¡± (por tanto, no necesariamente condenado); mientras que el Diccionario panhisp¨¢nico del espa?ol jur¨ªdico lo circunscribe a la ¡°persona condenada por la comisi¨®n de un delito¡±; lo cual ilustra de nuevo esa posibilidad de que una palabra cambie de significado en funci¨®n del ¨¢mbito o del contexto.

?Se puede llamar tambi¨¦n a ??igo Errej¨®n ¡°delincuente confeso¡±? En mi opini¨®n, no; al menos en la esfera p¨²blica. Su carta de dimisi¨®n se perdi¨® en abundantes manipulaciones eufem¨ªsticas, pero no reconoci¨® culpa alguna. Eso tal vez se debe a que, a diferencia del caso anterior, la causa acaba de abrirse, las pruebas contra ¨¦l a¨²n no se agolpan en el juzgado y todav¨ªa no ha tenido tiempo de ofrecer un acuerdo a la acusaci¨®n. Cuando todo eso ocurra, para el lenguaje com¨²n ser¨¢ tambi¨¦n un delincuente confeso aunque no haya sido condenado.