¡®Madame Nadie¡¯, de M¨®nica P¨¦rez Sobrino: sin las casta?uelas de la ejemplaridad

Mirar por encima del hombro es una de esas expresiones que llevan dentro a la vez la soberbia y el acomplejamiento de quien no tiene respuesta honrada pero s¨ª cinismo encallecido. Esta novela caer¨¢ en ese patr¨®n resabiado y curtido, particularmente entre hombres con casta¡­ Pero la historia que cuenta tiene el brillo mate de la veracidad sin pistas sobre si cuenta algo real o no, porque da igual.

Bajo el marco de una historia de amor degradada hasta la ruptura ya inaplazable, tras baches tremendos y resistencias comprensibles, lo que ofrece la autora es una anatom¨ªa de la adicci¨®n qu¨ªmica y alcoh¨®lica pero sobre todo un retrato de la dependencia que genera en el compa?ero o compa?era el indesmayable deseo de frenar la drogodependencia, sea a la coca¨ªna, sea al alcohol, sea a las pastillas contra el dolor real, sea a los excitantes de la acci¨®n y el sexo compulsivo. No desprende el menor rastro de aleccionamiento moralizante ni de condena del consumo de cada una de esas sustancias ¡ªquiz¨¢ s¨ª de todas ellas a la vez y de forma desparramada¡ª pero s¨ª explora la verdad de los sentimientos de impotencia, autoenga?o, permisividad y mentira metabolizada tanto en uno como en la otra, porque esa experiencia encarna una destrucci¨®n lenta, paulatina, obstinada e invisible (con la ventaja de que viven los personajes en un entorno siempre cuqui y con la topograf¨ªa completa del pijer¨ªo moral y geogr¨¢fico). En este caso, el politoxic¨®mano es un pianista de ¨¦xito que arrastra dolores heredados de un accidente y as¨ª justifica un consumo atropellado y paliativo de cualquier cosa (y qu¨¦ bien contados los giros d¨¦spotas que deja la bajona de la coca¨ªna). Pero es a la vez la anatom¨ªa de una conducta aceleradamente t¨®xica con todos: pongan ejecutivo de cuentas, escritor de ¨¦xito, actriz o actor triunfal o periodista divino y el cuadro es exactamente el mismo.

Por supuesto que es muy poco chachi, chupi y piruli contar en un libro que cuando uno se da cuenta de que lo ha mandado todo a la mierda por poliadicto es que hace ya mucho tiempo que lo mand¨® todo a la mierda: suena a casposo, suena a sotana, suena a madre angustiada, suena a amigo espantado, suena a miedo (m¨¢s miedo da la coda final del libro y el medio mill¨®n de muertos en EE.UU por el fentanilo). Pero eso es lo que le pasa a un buen pu?ado de gente rematadamente guay ¡ªbrillante, estelar, gal¨¢ctica¡ª, sin que casi nunca nadie tenga acceso m¨¢s que muy de vez en cuando a los pasos de una biograf¨ªa amenazada de colapso pese a las apariencias, pese a la narc¨®tica sensaci¨®n de poder¨ªo. Pues esto cuenta sabiendo muy bien lo que cuenta esta primera novela ¡ªcon rastros folletinescos y el ansia de contarlo todo sin dejar trabajar a la eficac¨ªsima elipsis¡ª de una profesional del mundo de la publicidad, con formaci¨®n musical que sabe aprovechar en la novela y sin la menor ¨ªnfula de estar haciendo literatura ni desde luego terapia. Cuenta la historia de una devastaci¨®n personal con un ¨¢ngulo privado veraz, con la valent¨ªa de desvelar las propias debilidades y sin hacer sonar las casta?uelas de la ejemplaridad: dos historias ¨ªntimas de supervivencia.

Madame Nadie

M¨®nica P¨¦rez Sobrino
C¨ªrculo de Tiza, 2024
216 p¨¢ginas
22 euros